Doña Esperanza lleva a Lucía a una clínica para confirmar si está o no embarazada, desencadenando una serie de emociones y temores. Mientras tanto, Andrea es ingresada de emergencia al hospital. Todo se complica, pero ¿lograrán salir adelante o sucumbirán ante la crisis?
Es el momento.
De empezar de nuevo juntos.
Volver a nacer.
Toma mi mano.
Suélteme, tío.
Suélteme.
Abre la puerta, Ruth.
Váyase.
Abre la puerta o la tiro.
¡Déjeme en paz!
¡No! ¿Qué hace?
¿A dónde crees que vas, Sweety?
No me. ¡Toques!
Porque no sabes que la vamos a pasar
bien. ¡No!
¡Suélteme!
¡No! ¡No!
No voy a soltarte
hasta que hayamos terminado.
Por favor.
No lo hagas.
Solo voy a quitarte la toalla.
No. Por favor, no. Mi Ruth.
Estás tan preciosa.
Realmente
esperé mucho tiempo para tenerte de nuevo.
¡Suéltenme! ¡Suéltenme!
¿Cuánto has cambiado?
Aún recuerdo tus ojitos de niña inocente.
Ya no soy una niña. Eun Love.
Yo sé muy bien que ya no eres una niña.
Mi Sweety.
No soy nada suyo.
Claro que lo eres.
Eres mía, Ruth. Siempre has sido mía.
¡Ayuda, por favor!
¡Ayuda!
¡No grites!
No importa.
Haga lo que haga,
no me voy a quedar callada.
¿Por qué me tratas así ahora, Ruth?
Antes no te quejabas.
Usted sabe que eso no es cierto.
Eras tan tímida.
Por eso sabía que tú
me querías tanto como yo a ti.
Yo nunca lo he querido a usted.
Suélteme.
Usted no debió regresar de Estados Unidos.
Pero si tú eras quien se me insinuaba.
Era lo que tú querías.
Yo era una niña.
Nunca hice algo que tú no quisieras.
Usted se aprovechó de mí y es mi tío.
¿Cómo pudo hacerme algo así?
Estás confundida, Sweety.
Yo sólo te enseñé lo que es el amor.
Déjame sentir el calor de tu cuerpo, Ruth.
Lárguese. Ya está bueno.
Se me está acabando la paciencia.
¿Qué prefieres?
¿Por las buenas o por las malas?
No llores más, Suri.
Entonces no lo hagas,
por favor.
Tarde o temprano
va a pasar lo que tiene que pasar.
Eso le aseguro que no es así.
¿Y cómo lo vas a evitar?
Porque me voy de esta casa.
No vas a irte.
Te conozco bien
como para saber que no te irás tan fácil.
Sí, me iré.
¡Antonio!
¿En dónde estás?
Ya voy.
Silvia, apúrate. Voy.
Las bolsas pesan.
El tío no está en la casa
para que nos ayude.
Ya vino mi mamá.
Váyase.
No te vas a librar de mí, Ruth.
Ya le dije que me voy.
Es una lástima.
Me vas a hacer falta eso.
Lo bueno es que se queda Silvia.
No se atreva a hacerle nada a Silvia.
Nada va a impedirlo, Ruth.
Así como nadie me lo impidió contigo.
Silvia, apúrate con las bolsas.
Piénsalo, Ruth.
Hoy tuviste suerte.
¿Y si no lo logro contigo?
Este deseo que
siento por ti va a tener un nuevo nombre.
Silvia.
Toma mi mano.
Señora Lilian Juárez, a la clínica tres.
Señora Lilian Juarez
va a estar en la clínica
tres.
Buenos días, señorita. ¿Sí?
¿Dígame en qué podemos servirle?
Sí, es que necesito que me ayude.
Cuénteme cuál es su problema.
No, no es por mí.
Es por mi nieta.
¿Qué le pasa a su nieta? A mí
no me pasa nada.
No digas nada. Yo voy a hablar.
No sé cómo decirle.
Es que necesito que le hagan
exámenes de laboratorio.
Sí, sí.
Pero dígame qué tipo de exámenes necesita.
¿Quiere saber
si estoy embarazada? Cállate.
Sí, señorita.
Para saber si está embarazada.
Sí, señora.
Después deberán pasar a una de las
clínicas para que les den los resultados.
¿Y no me los puede dar a mí de una vez?
No. El médico los revisa y él
les informa el resultado
por si tienen alguna duda.
Está bien.
Si no hay para dónde.
Pero también atienden doctoras.
De eso no se preocupe ahorita.
Dígame cuál es su nombre.
Pero ya le dije que no es para mí.
Sí, pero supongo que la niña es menor de
edad.
¿O no?
Sí, así es.
Por esa razón
es que un adulto debe hacerse cargo.
Bueno.
Esperanza Janeth, viuda de Santos.
Y el de su nieta Lucía Santos. Sí.
Lucía Santos Morales.
Muy bien.
Aquí está su boleta de pago.
Pase a la caja.
Después van para el laboratorio
y esperen a que llamen a Lucía.
¿Te das cuenta, Lucía?
Las vergüenzas que me haces.
Pasar y vergüenzas. ¿Por qué?
Si usted me trajo a la fuerza por mí,
no estaríamos aquí.
¿Y seguís contestona?
Yo no sé qué te pasa, niña.
¿No ves que por vos estamos aquí?
Estamos aquí porque usted no me cree.
El que sigue.
Siéntate y extiende tu brazo.
Tranquila.
Es que me dan mucho miedo las agujas.
Pero a veces es necesario para saber que
tienes o que no tengo, también.
Bueno, solo va a ser un pinchazo.
Respira otra vez.
Tranquila.
Bueno.
Ya te sacaron sangre.
Ahora busquemos donde sentarnos.
Ahí hay una silla desocupada.
Siéntese, abuelita.
No, sentate,
porque a vos te sacaron la sangre.
Siéntense, las dos. Les doy mi lugar.
Gracias, joven. No tenga pena.
Bueno, ahora esperar.
¡Ay! Te das cuenta,
Lucía, que yo no debería
estar en este problema
en el que nos metiste.
Yo debería estar trabajando.
Pues yo tampoco quería.
Nunca me imaginé
estar en un lugar como este.
Y hoy, Si estás embarazada.
¿Qué le voy a decir a tus papás?
Pero como usted le hace caso a cierta
gente.
¿No te das cuenta que todo San Juan,
Renacimiento
habla de que vos estás embarazada?
Abuelita, no exageres.
La gente que habla es la gente chismosa
que le gusta meterse en las vidas ajenas.
¿Cómo crees que me siento de saber
que andas en la boca de esa gente?
De todos modos, con el tiempo se iban
a dar cuenta que yo no estoy embarazada.
Hasta no ver, no creer.
Lucía, vos
me podés estar diciendo palabras bonitas
para que yo te crea,
pero solo a esos exámenes les voy a creer.
Se nota que le importa más
lo que diga esa gente que yo.
Es que esa gente puede ser muy cruel.
Yo no quiero que te traten con desprecio.
A mí no me importa lo que habla la gente.
Pero sí me duele que desconfíe de mí.
Usted, que me crió y ha sido como mi mamá.
Ay, Lucía, No es desconfiar.
Pero es que ya me cansé.
Sí, ya sé que para usted soy una carga.
Vos sabes bien que no es eso.
¿Cómo vas a ser una carga si sos la hija
de Armando, del hijo que tanto quiero?
¿Pero no dice que ya está cansada?
¿Y cómo no me voy a cansar?
Mira, estamos aquí pagando dinero
que me hace falta.
A tu hermano lo tuvimos que dejar solo.
Eso a mí me preocupa.
¿Y si estuviera embarazada?
¿Qué pasaría?
Dígame. ¿Se avergonzaría de mí?
Me echaría a la calle.
No me preguntes eso, por favor.
Lo que a mí me preocupa es qué vas a hacer
vos con un muchachito.
¿Cómo lo vas a mantener?
¿Qué va a pasar con tus estudios?
Con usted no se puede hablar, abuelita.
Usted da por hecho que así es.
Siempre quiere tener la razón.
Baja la voz, Lucía.
¿No ves que todo el mundo se nos queda
viendo?
¿No es cierto, abuelita?
Nadie nos está viendo.
Y de todos modos, aquí nadie nos conoce.
No tiene que preocuparse por eso.
Lucía Tanto
pase a la clínica donde lucía
tanto A la clínica. No
vamos Lucía a pasar
la peor de las vergüenzas.
Toma mi mano.
Ya, Mi hijo, Tranquilízate.
No puedo, mamá.
Ya van como dos horas desde que venimos
y no nos dicen nada.
Los doctores saben lo que hacen.
Ya nos avisarán. Todo por mi culpa, Mamá.
Soy un bruto.
No digas eso, Jefferson.
Son cosas que pasan.
Además, no es la primera vez.
Es por eso, Andrea.
De que Rato se sentía mal
y yo no hice nada para ayudarla.
Ay, mi hijo.
No te eches la culpa.
Tú has estado muy ocupado en tu trabajo.
No es excusa, mamá.
Si hubiéramos hecho algo antes.
Pero ahora mire donde estamos esperando.
Aquí, en el hospital.
No sé qué decirte, Jefferson.
Lo único que quiero escuchar
es que Andrea y el bebé están bien.
Ya vas a ver que sí, mijo. Ojalá, mamá.
Porque si no es así, yo no sé qué
voy a hacer.
Tranquilo, mi hijo.
Esta clínica tiene fama de ser buena.
Y los doctores también.
Lo único es cuánto te va a salir.
Eso es lo de menos, mamá.
Ahí veo de donde saco para pagar.
Hubiéramos ido al hospital público mejor.
No se preocupe.
Si tengo que vender la moto, la vendo.
Ay, no, mijo.
Si. ¿Como te costaba ir a trabajar
cuando no tenías moto?
Yo sé, mamá,
pero eso no es importante ahorita.
¿Y de veras?
¿Qué te dijeron en tu trabajo?
¿Te comunicaste con tu jefa, verdad?
Ah, sí.
Ella se preocupó cuando le conté
lo que pasó con Andrea.
Me imagino.
Y al final me dijo que no tuviera pena.
Solo que le está
informando de lo que pase con ella.
Qué bueno que tu jefa entienda, mijo.
Vaya, que te apoye. Sí, mamá.
La verdad es que si me echas la mano,
Mi hijo.
Discúlpame,
pero si no hubiera pasado esto.
¿Qué le hubieras dicho a tu jefa?
Ay, mamá.
Mejor le hubiera dicho la verdad. Es él.
Y afrontar las consecuencias
que estar metido aquí en el hospital.
Tenés razón, mijo. Mamá.
¿Será
que puede volver a llamar a doña Cata
para pedirle que se quede con el otro
rato?
Es lo que usted regresa a la casa.
¿De veras, mijo? Ya se me había olvidado.
Pero voy a salir porque aquí no hay señal.
Porfa, mamá.
Yo le voy a preguntar a la de recepción
si sabe algo.
Vaya, mijo, La voy a llamar de una vez.
Eh, seño.
Disculpe.
No tenga
información de Andrea de Orellana.
Cuando ingresó ella.
Uy, Hace como dos horas más o menos.
¿Ella entró en emergencias, verdad? Sí.
Bueno, todavía no hay información
sobre ella, pero no creo que tarden mucho.
En unos minutos
viene. El doctor a informarle.
Ay, gracias, señor.
De nada.
Puede prepararse un cafecito si quiere.
Gracias. Ya tome uno.
Voy a esperar en las bancas.
Como guste.
Ay, Dios.
Por favor, que estén bien.
¿Te dijeron algo, mijo?
Todavía no tienen información.
Ay, Dios. Ay, sí. Ya se tardaron. Sí.
Hay que seguir esperando.
Le contestó doña Cata. Sí, mijo.
Me dijo que no tuviera pena.
Ella se va a quedar con.
Así que.
Bueno, ya es una preocupación menos.
Al menos para ti.
Yo tengo que ver qué hago con Raúl.
Y no, ya le hablé. Pues.
Ay, mijo, Tú sabes cómo es de Bravo.
Pues no tenga pena, mamá.
Yo voy a estar con usted
cuando llegue a la casa.
Jefferson Orellana.
Aquí soy doctor.
Mamá, espéreme aquí. Vaya, mijo.
Dígame, doctor.
Mi esposa está. Bien.
Tranquilícese.
Su esposa se encuentra
en un estado muy delicado.
¿Qué?
Pero aún así está estable.
Cómo así. ¿Doctor?
Su esposa sufrió metros Raja.
En otras palabras, una hemorragia vaginal.
Pero el bebé está bien.
Quiero aclararle que no había bebé.
¿Cómo?
No entiendo, doctor.
Según me dijo,
su esposa ya tuvo pérdidas antes.
Sí, doctor. Después
de que tuviéramos a nuestra hija.
Claro.
Probablemente su esposa sufre
de una anomalía en el útero.
Pero es necesario realizarle
otro tipo de exámenes
para determinar exactamente cuál es.
¿Pero cómo
es que no tenía un bebé, Doctor?
Lo que le pasó a su esposa
fue un embarazo.
Aun embrión.
Y eso qué. ¿Es? Es un embarazo sin bebé.
Porque el embrión no logra
desarrollarse dentro del saco gestacional,
que es como la bolsita
donde se encuentra el feto.
Doctor.
Pero si ella tenía síntomas de embarazo.
Así es.
En estos casos
se presentan síntomas normales.
Hasta las pruebas salen positivas.
Pero como le digo, no hay embrión.
¿Y ahora qué se debe hacer, doctor?
Como le dije, ella está delicada.
Mostró un cuadro clínico de estrés crónico
y esto complicó más su salud.
Ay, Dios.
Se va a quedar internada.
Eso va a depender de su recuperación.
De momento
es urgente realizarle una cirugía.
Toma mi mano.
¿Alguna vez has
estado en la misma situación que Andrea?
No estás sola. Estamos aquí para apoyarte.
Nuestra serie no solo cuenta historias
conmovedoras.
También
te conecta con recursos para tu bienestar.
Visita Triple W. Punto.
Toma mi mano.
Punto u s diagonal.
Recursos donde encontrarás servicios
que se enfocan en sexo sin riesgos,
herramientas para formar tu familia
y otros recursos
para ayudarte a superar tus desafíos.
Este proyecto fue desarrollado
por Population Media Center.