Doña Esperanza tiene un mal presentimiento sobre la excursión y sus temores parecen estar bien fundados. Rogelio, por su parte, se da cuenta de que Ruth está malherida, pero ella evita contarle lo que realmente le pasó. La pandilla de Gabriel se enfrenta a Krusty, desatando una balacera que dejará heridos y pérdidas irreparables.
Toma mi mano.
¡Uy! Al fin te levantaste, Carlos.
Ala, Así vos panqueque.
Pero me siento un poco mareado.
El profe preguntó por vos.
¿Y qué le dijeron?
Que te sentías un poco mal del estómago.
Gracias. Muchas gracias.
Nada, que gracias.
Son 100 quetzales.
Vos no la haces.
Tenés una cara que mejor contá.
¿Qué tal la pasaron?
Me pasé de tragos. Muchas.
Pero lo que recuerdo es que
por fin me quité las ganas de estrenarme
a la Lucía. Su.
¡Pero qué contentos están!
Que cara tenés, Carlos.
¿Te sentís enfermo?
Enfermo, pero de amor.
La Lucía pasó
la noche de su vida con el Carlos.
De veras que alegre al fin se te hizo.
¿Y vos que onda, Bárbara?
Te desapareciste anoche. Ya no te vimos.
Ah, es que tomé más de la cuenta
y me dormí temprano.
Y mi Lucy ya viene.
Tuvimos que despertarla
porque no había modo que abriera los ojos.
No hay las horas de decirle lo
bien que la pasé.
Podés estar seguro que ella lo sabe.
Y una compañera.
Y la llamó Lucía.
Sí, doña Marta. Hace un rato.
¿Y cómo está?
Pues dice que cansada por
todas las actividades que están haciendo.
Lo importante es que la esté pasando bien.
Pero la oí extraña.
No sé como a dormitaba.
Recuerde que se fueron a la costa
y el clima por allá es pesado.
Ay, ojalá que sea eso.
No me dio tiempo de platicar con ella.
No se preocupe.
Lucy es una jovencita responsable
que sabe pensar las cosas.
Mi pena es porque iba ese muchachito.
El tal Carlos.
Solo espero que Lucía no se deje presionar
a hacer cosas para las que no
está lista.
Pero no viajaron solos.
Van con un buen grupo de profesores.
Pero como dice el dicho,
nadie aprende por experiencia ajena.
Y me da mucho miedo que Lucía crea
en todo lo que
le dice ese patojo y cálmese,
doña Esperanza.
Debe confiar en que Lucía
es capaz de tomar buenas decisiones.
Y como es una niña, doña Marta
tiene 14 años.
Por eso es importante hablar con ellos,
decirles que deben pensar en
qué quieren hacer con su vida,
cómo se ven ellos a futuro.
Porque usted sabe que están en una edad
en que esas cosas pueden pasar.
Esa es mi preocupación.
No creo que ese muchacho
la quiera menos que la vaya a respetar.
Pero no podemos estar detrás
de los jóvenes siempre.
Con todo lo que hemos hablado
del tema de las relaciones sexuales,
los riesgos, los peligros para la vida,
la salud.
Confíe en que Lucía sabrá decidir bien.
Dios la oiga, Doña Marta. ¿Sabe qué pasa?
Debemos permitirles vivir su vida,
pero con responsabilidad por ellos mismos.
Esa es la tarea de nosotras,
guiarlos y aconsejarlos.
Esperancita.
Esperancita.
Doña Olga.
Buenos días, doña Marta. Buenos días.
¿Qué tal está doña Olga?
¿Pues como lo ven?
Bastante bien, Esperancita.
Y ahora no se le ofrece carne para bistec.
Gracias, doña Olga.
Fíjese que ya compré pollo.
Usted sabe que hay que variar la comida.
¿Y usted, doña Marta?
No, Yo como muy poca carne de res.
Bueno, ustedes se lo pierden.
Y mire, Esperancita,
usted dejó ir a su nieta a la excursión.
Sí, porque es casi como su despedida
de tercero.
A que razón mi Carlitos parecía león
enjaulado.
¿Qué le ha dado Lucía a mi hijo
para que se ponga así?
Al contrario.
Tal vez sea porque no le ha dado nada.
Mmmm.
Pues sí, es cierto. Es mejor que siga así.
Y ya sabe usted, fiado
y prestado todo lo que quiera.
Pero a mí, Carlitos me lo dejan tranquilo.
Es que
Lucía no
entiende de dejar a ese muchacho en paz.
Por eso no quería darle permiso
de ir a esa excursión.
Cálmese, doña Esperanza.
El enojo no es buen consejero.
No le pongo oído a lo que dice doña Olga.
Es que siempre es lo mismo, doña Marta.
Y yo ya me cansé.
Mi vida.
¿Porque no estás feliz, Carlos?
No me siento bien. Déjame, por favor.
¿Y qué me vas a decir ahora que te
arrepentís de haberlo hecho conmigo?
Es que yo no me acuerdo de nada.
Ni siquiera sé cómo llegué al salón
donde dormían las compañeras.
¿De veras? Si yo te voy a dejar solo.
Recuerdo que me dio mucho sueño y de ahí
hasta que me desperté.
Ay, pues no fue así.
Al final me aceptaste un trago
y de plano te pego.
Ni siquiera recuerdo haber dicho que sí.
Carlos.
Lucía. ¿Qué te pasa?
Por supuesto que dijiste que sí.
Se supone que debía hacer algo especial.
Que si pasaba, nos íbamos a proteger.
Ah, ya, ya. Bájate de tu nube.
Lo que importa es que me demostraste
cuánto me quieres.
Solo eso es lo que importa.
Cálmate, hombre. Sí. ¿Cómo lo disfrutabas?
Y hasta me pedías más.
Ahora no te hagas la que no recuerda nada.
Toma mi mano.
¿Cómo amaneciste?
Estoy bien, Silvia.
¿Ya no te duele mucho el golpe?
No te preocupes.
Y apúrate, que ya nos tenemos que ir.
Ya tengo lista mi mochila. ¡Ay!
¿Te acuerdas que yo y solo yo,
voy a ir por vos al instituto?
Y ya veremos que hacer después
de las clases.
Ruth,
no quiero separarme de nieve y nieve.
Ese es el nombre que a ti te gusta.
Para la gata.
No tenés que cambiarle el nombre.
¿Sabes qué?
Llevemos a Sugar y la dejamos encargada
con la mamá de Yenny.
Y la pasamos a traer en la tarde.
¿Qué decís?
Eso me gusta.
Y con suerte, vamos a encontrar rápido
quien quiera adoptarla.
Yo no quiero regalarla.
Lo hablamos ayer, Silvia.
¿Vos querés
lo mejor para ella, verdad? Sí.
Entonces sabés que está muy chiquita
para que se quede sola en la casa.
Y si vos no estás, no hay quien la cuide.
Yo sé.
Lo siento, Silvia, pero tenemos que pensar
en qué es lo mejor para ella.
Igual que para nosotras.
Sí, así es.
Ya anda por tu mochila.
Apúrense a salir,
que no dejan dormir tanta bulla.
Hombre.
Buenos días, Ruth.
¿Lista para la reunión?
Disculpe.
Creo que no voy a poder acompañarla.
Ruth. ¿Qué te pasó? Nada.
¿Cómo que nada?
Tienes un gran golpe en la cara.
Es que me caí, licenciado.
¿Te caíste? Sí.
Y preferiría no acompañarla en la reunión.
No me gustaría dar una mala impresión.
Está bien, Ruth.
Gracias por el reporte.
Los resultados son muy positivos.
¿Necesita algo más? Sí.
Que vayas al médico.
Ese golpe seré muy mal.
Yo me siento bien.
Pero yo estaré más tranquila
si vas a que te hagan un chequeo.
Voy a ver si me da tiempo.
Es que tengo mucho que hacer.
No es una sugerencia de Ruth.
No, está bien.
Y me voy porque me
están esperando en la sala de juntas.
¿Me cuentas luego
cómo te fue con el médico?
Bueno, Licenciada Giselle, le
agradezco su atención para echar a andar
el proyecto en alianza con la cooperativa.
Gracias a ustedes por pensar en MediaTek
para la campaña de comunicación
acá en San Juan.
Por cierto, don Ernesto
se disculpa por no haber venido.
Gracias, Rogelio. Yo lo llamo más tarde.
Hay algunos detalles
que necesito resolver con él.
¿No vas de salida?
Sí, licenciada.
Hola, Rogelio.
¿Qué tal, Ruth?
Bien, gracias, licenciada.
¿Le puedo hablar un momento?
Permítame, Rogelio.
No se preocupe, licenciada.
Voy a ir al médico.
Me parece que tomaste una buena decisión.
Cualquier cosa, yo le aviso.
Eso espero. Ruth.
Que gusto trabajar con usted, Rogelio.
Y me van a disculpar que los deje,
pero hoy es un día muy ocupado.
Que tenga buen día. Licenciada Itzel.
Ruth.
¿Estás enferma?
No. Rogelio, mírame.
¿Qué te pasó en la cara?
Nada. Es que
llevaba mucha prisa.
No me di cuenta y me lastimé en un balcón.
Ruth, ese no es un golpe cualquiera.
¿Te pegó tu mamá?
Por favor, Rogelio.
Déjame en paz.
Si tienes algún problema, puedo ayudarte.
Pero necesito que hables conmigo hoy
porque todos creen que tienen
que ayudarme.
Cálmate.
No quise molestarte. Lo siento.
Es que me duele la cabeza
y voy a la clínica del seguro.
Deja que yo te lleve.
No, es que primero tengo que
pasar a traer a Silvia al instituto
y ya voy tarde.
Vamos, Yo tengo tiempo.
No quiero que vaya sola.
Está bien, Rogelio, Gracias,
pero necesito pedirte algo.
Dime.
No me hagas preguntas. Por favor.
Solo quiero descansar.
Toma mi mano.
Oscar.
Pero cuando vamos a ir otra vez
a San Juan.
Yo quiero entrar a ver
a esa mamita de la ouija.
Deja de jugar con ese hombre.
¿Pero por qué no vamos otra vez?
¿Si uno ha pagado lo que debe?
Porque la onda no es el billete.
La idea era dejarle el mensaje al diablo.
Segurito se va a encabronar con nosotros.
Como la gran ya habla de estar.
Me extraña que no haya venido el mero día
que le quebré el mostrador a la chava.
Yo pensé que nos iban a seguir
porque hasta balazos nos tiraron.
Pero hay que estar vivo.
Neco.
¿Qué dicen esas pintas?
Yo estoy aquí en el brete.
Me llegas ese.
¿Que noticias hay de la manita del diablo?
Todavía nada, Pero tenemos gente
vigilando la entrada del pueblo.
Cualquier onda nos pasa en la casa.
Acaba.
Que se me hace que ese perro del diablo
no ha recibido bien el mensaje.
Fuerte y claro.
Y cuando salimos de la farmacia,
a lo lejos nos vio el maje
y por eso se armó la balacera.
El diablo debe estar preparando algo
grueso, pero aquí lo estamos esperando.
Aquí se las vamos a cobrar todas a San
Juan, Renacimiento,
las que me debe el diablo
y ese equipito de fútbol
que se las lleva de muy salsa
solo porque ganaron la Liga municipal y
ahora están invitados a la departamental.
Basura son.
No sabe lo que les tenemos preparado.
En unos días
vamos a tener controlado todo el sector.
Ese diablo tiene que regresar
a donde pertenece al infierno. Es.
Judas.
Aquí, para apagar las luces.
Mira, Diablo en la
que del Casper Simón
en nuestro día de suerte es el cruz.
Y también está ahí con él.
Les caemos ahorita. Nel Judas.
Primero miremos que onda.
Así los agarramos dormidos en la casa.
Pero abuelitas que están armados.
Simón Pero somos más, así
que no creo que se pongan gruesos.
Ese cable tiene cara de pendejo.
Mucha Simón, pero la neta yo ya no me
confiaría pendejo o muy grueso me vale 20.
Ay sí, bazuco y no,
que solo veníamos a darles un susto.
Pues así es que no te asusta morirte
jajajajajajajaja.
Bueno, eso sí, va carnal y ha picado.
¿Nos echamos también al CrossFit?
Muerto el perro, se acabó la rabia
como le hacemos diablo.
El Pirañas ya está en posición.
Simón
llegó al mismo tiempo que nosotros con él.
Un mensaje que se acerque
con el otro carro contra la vía.
Así le caemos aquí lazo y si sacan cuete
sacamos nosotros también pilas a Naty.
Simón, vos no te mueves,
va, vamos con todo.
Entonces de una vez.
¿Y las muchachas?
Ahí viene el carro del diablo.
Ya saben qué tienen que hacer.
¡Que onda, que tranzas, diablo!
Aquí, tranquilo, solo dando la vuelta
vi quién es el que le dice en el casco.
Yo merito diablo. ¿No te acuerdas de mí?
¿Y qué onda?
¿Que quieres con mi compadre?
No te me asustes, Krusty.
Solo venimos a devolverle la visita
que nos hizo a San Juan. ¡Ah!
Entonces te llegó el mensaje que te mandé
con aquel me llegó clarito,
así que
espero que te quede clara la respuesta.
También.
No pueden venir a amenazarnos
a nuestro territorio
y ustedes no respetaron el nuestro.
Basura.
¿O sabes que escupiste al cielo o a mula?
No, Tranquilo diablo, yo no le hice nada.
Tú ya quebraste los vidrios de su
changarro y si le hubieras tocado un pelo
ya no estarías vivo. Maldito.
Pero hoy no la libras, Casper.
Ah, tranquilo, Judas.
Aquí no vas a quebrarte a nadie.
¿Y quién no lo va a impedir?
¿Pues quién más? Yo. ¿Tú? Los nosotros.
¡Ay, cuete, muchacha!
Es que a mí no me puedes tocar, diablo.
Me vale Belén.
Con Tom ya vimos pistas.
¡Cúbranse, corran ya!
A. Diablo maldito
le dice al Casper de Neco Ya te los lleva
al diablo.
A basura me dio a la.
Ya me salió el diablo.
Lo voy a traer.
¡Mataron al diablo!
Salen con todos esos majes.
Todo.
¿Toma mi mano
o no?
Casper no sobrevivió al enfrentamiento
entre pandillas y Gabriel fue herido.
Unirte a un grupo que va por el mal camino
nunca trae nada bueno.
¿Conoces a alguien en esa situación?
No estás solo.
Estamos aquí para apoyarte.
Visitá triple W, punto.
Toma mi mano. Punto vs diagonal.
Recursos Donde encontrarás
ayuda para prevenir pandillas.
Este proyecto fue desarrollado
por Population Media Center.