Jefferson está triste y Raúl lo chantajea pidiéndole que lo ayude en unos malos negocios. Don Cruz le vuelve a pedir a Alex que deje el mal camino y regrese con ellos, pero queda sorprendido con la respuesta. Lucía está hablando de Carlos sin darse cuenta de que Esperanza estaba escuchando.
Es el momento de empezar.
De nuevo juntos.
Volver a nacer.
Toma mi mano.
Llegamos a la finca.
Gracias por darme jalón, Mary.
Suerte que me encontraste
todavía en la casa.
Ya me iba a venir.
Solo que la regresada ahí.
Si te jodiste porque yo
ya me voy a dormir.
A mi regreso con mi papá.
Seguro que va a ir para la casa.
Por la hora.
No creo que regrese hasta la madrugada.
Tal vez.
Ni modo. Igual
no tengo nada que hacer allá.
Pero todo oscuro esta aquí.
¿Será que ya se fue?
No, hombre,
él está ahí, en la cabañita, cerca de
donde se mantenía el ganado hasta allá.
Ahí le gusta estar por las noches.
Está bueno,
pues Jefferson nos tocaba mañana.
Buena onda, Mario.
Ahora te vas a dar cuenta
por qué le gusta estar ahí.
A ver si no lo cachas haciendo algo.
A la gran.
Aunque no sea lo que estoy pensando.
¿Qué crees, Mario?
Oye. Perdón, papá.
Jefferson, te perdiste. Ok.
¿Puedo pasar?
Entra.
¿Y vos
qué estás haciendo aquí a esta hora?
Buscándolo.
Soy un guerrero.
Pa que me han descontrolando. Ok.
No, hombre.
Papá, Usted. Así
que solo en alegar. Piensa.
Soy mujer.
Bueno, allá va con sus cosas.
Vine porque necesito desahogar las penas.
Ajá. No.
Pues ahora se te está saliendo lo machito.
Sentate
entonces y acompáñame con unos tragos.
Porque le gusta estar aquí.
Papá.
Es que aquí
vengo a pasar mis buenas noches.
Salud. Mmm.
Me imagino a qué noche se refiere.
Y a vos no te caería mal Jefferson.
A a Tenés
una cara de perro abandonado que.
Mejor me hubiera quedado en la. Casa.
Pérate, Jefferson.
¿Cómo te vas a regresar a la casa?
Le voy a pedir a Mario
que me preste el pico.
Sentate, hombre.
Y al rato nos vamos.
Solo nos terminamos esta botella.
Para escuchar sus cosas.
Mejor me voy. Andate.
Pero vos perdés.
Porque te iba a contar algo de la Andrea.
¿Qué cosa?
Sentate
acá. ¿Estás así por esa mujercita?
Va. ¿Eh?
Por qué lo. ¿Dice?
Ya dejate de pajas, Jefferson.
Ya me enteré que vos no la dejaste.
Ella te echó de la casa.
¿Y quién le dijo eso?
Ahí escuché a tu mamá que se lo contó.
A esa señora que le ayuda en la casa.
La tal Esperanza.
Mire. Pues, papá, No me digas nada.
De veras que no pareces hombre.
Si te echó, ya ni deberías pensar en ella.
Olvídala de una vez.
Es mi familia.
No puedo dejarlas así nada más.
¿Acaso yo ando detrás de tu mamá?
Porque las mujeres
son las que tienen que seguirnos.
Usted ya sabe que no pensamos igual.
Cállate.
Mejor solo porque de verdad me has ayudado
aquí en la finca.
No te echo. Yo también.
Pues écheme de la casa, entonces.
¿Y qué vas a hacer?
¿Irte otra vez con Andrea? Sí.
¿Y si ella me perdona?
¿Y crees que te va a recibirme?
No, solo saber de que se las lleva.
Pues soy su marido.
Ya deja eso, hombre.
Que se regrese a su pueblo.
Mejor si le ofreces buen billete.
Hasta se va a olvidar de vos.
Pero para eso me tenés que ayudar con
un trabajo que nos va a sacar de penas.
Deje de decir cosas, papá.
Ya le ayudé bastante.
Pero de esto
depende que todos estemos bien.
¿Cómo así?
Esos bravucones de los González me están
fregando otra vez con que les pagué.
Y no se había arreglado eso.
Pues esa gente no va a dejar de chingar
hasta que les pague la gran.
¿Y qué piensa hacer?
Quiero llenar la finca otra vez de ganado.
Eso nos va a levantar.
¿Y con qué dinero piensa comprarlo, papá?
Estoy haciendo negocios
con un finquero de San Jacinto.
Él me va a dar unas vacas para cuidarlas.
¿De verdad? ¿Y quién es?
Eso no te importa.
La cosa es que necesito que me ayudes
para cargarlas al camión
y después que te encargues
de cuidarlas como hacías de patojo.
Para meterlas al camión.
Le echo la mano, pero para cuidarlas.
Ahí Sí. No, papá.
¿Y por qué?
Para eso tendría que estar todo el día
aquí.
¿Y qué?
Yo ya te dije que renuncies a ese
tu trabajito.
Además, oíme bien.
Si lo haces, te devuelvo la casa
y de repente
hasta te doy chance
que lleves a la Andrea otra vez.
¿Cómo la ves?
Toma mi mano.
¿Listo?
Creo que hoy si quedó fija esta banca.
A ver si Alex quedó bien. Calidad.
Vamos, Alex.
¿Cuántas bancas
vamos a poner en la rotonda?
Llevamos cinco y faltan tres más.
Ya casi terminamos.
Entonces la mara que está sembrando
los arbolitos también va rápido.
En ese grupo está la Lucy. Alex.
Es mejor que estén lejos vos.
Así no me la topo.
Yo solo decía.
¡Eh, muchacho!
Qué chilero se va a ver
cuando crezcan los árboles, las.
Bancas y los arbolitos.
Ya están dándole otra cara al lugar.
Y cuando ponen la luz aquí en la rotonda.
Pues.
Dijo el alcalde que la próxima semana
ya marcaron dónde van a ir los postes.
Que buena onda vamos a poder venir
a pasear en las noches con las traídas.
¿O en las tardes
antes de los entrenos de fútbol?
¿Cómo así? ¿Ya te animaste, Alex?
¿A que acabas de decir que podemos venir
antes de los entrenos?
Ah, Eh.
Quise decir,
antes de que ustedes entrenen.
¿Yo? Nada que ver.
Así pues.
Ya muchá, dejen de fregar.
Mejor sigamos trabajando.
Bueno, bueno, ya vamos terminando.
Oigan, a este como no, patrón.
Ponete a trabajar vos. Carlos hace algo.
¿Ya vas?
Yo solo vengo a supervisar tanto drama
que hacen.
Además se me puede ensuciar mi playera.
Nueva mano.
¿Y no pudiste traer una camisa viejita
para ayudarnos?
¿Qué te pasa?
Vos Si yo no tengo ropa vieja.
Pura ropa nueva y de marca.
¿Pero ustedes que van a saber de eso?
¿Y vos
crees que solo vos podés comprar cosas?
Tuanis. Yo también tengo billete.
Mira.
Ya, Diego, deja de estar peleando
por gusto con ese maje y guarda ese pito.
¡Eh, muchacha!
Dicen los chavos
que están sembrando árboles
que al terminar nos vamos un rato al río.
¡Es que qué calor! Si va el Carlos,
yo no voy.
¿No se ha sentido Diego? Vamos, hombre.
Yo tampoco voy.
Tengo cosas que hacer.
Alex, hace rato que no vas con nosotros.
Vamos todos y nos tomamos
selfies en la pose. Muchacha.
¿Qué tal, muchachos?
Les traje agua pura.
Bien fría. Agarren, por favor.
Gracias, profe Cruz. Ya hacía falta.
Qué bien han trabajado ustedes.
Me sorprende lo rápido que han sembrado
árboles y colocado
las bancas en la rotonda.
Ah, es que hoy tenemos un líder.
Bien. Pilas.
¿En serio?
¿Y quién es? ¿Pues quién más? El Alex.
¿Qué tal, profe?
Alex,
Qué bueno verte colaborando con el grupo.
No es nada, profe Cruz.
Si el Alex no hubiera venido, yo creo que
no llevaríamos ni la mitad del trabajo.
Ya, hombre, no es para tanto.
Pues yo quiero agradecerles
porque con su trabajo voluntario
podemos hacer que San Juan
sea un mejor lugar para vivir.
A nosotros contentos, Don Cruz.
Hay que hacerlo más seguido. Vamos.
Si hay que hacerlo.
Don Cruz,
Nosotros queremos ir un rato al río.
Claro, muchachos, por hoy
ya fue suficiente.
Se lo ganaron.
Muy. Ya guardemos todo
y nos vamos al río. Ya.
Ya. ¿Alex, Vas a ir con los patojos?
No, Don Cruz.
Usted sabe que no puedo.
Sí, ya sé.
Pero te quiero dar las gracias
por venir a colaborar.
No hay clavo, profe.
Ya sabes.
Espero que sigas viniendo
a las actividades del grupo.
Yo solo vine para agradecerle el favor
que me hizo el otro día con el doctor
para mi hermano.
Estaba en deuda con usted.
Alex, no tenés ninguna deuda conmigo.
No sé qué haría si Gabriel se muriera.
Tranquilo.
El doctor dice que con la medicina
que le dejó la infección, tiene que ceder.
Sí, profe. Ahí va. Mejorando.
Es más,
ya empezó a dar órdenes y a gritar.
Gabriel nunca va a cambiar.
Pero ya.
En serio, Alex.
¿Esta experiencia no te ha enseñado algo?
Al mirar al lado estoy todavía profe.
Alex,
los negocios de Gabriel no son nada bueno.
Yo sé, profe.
Me preocupa que vos ya estás
en la pandilla con Gabriel y que si te
seguís metiendo en ese mundo
no habrá forma de que te pueda salir.
Yo sé lo que estoy haciendo, profe.
Mejor seguí viniendo a estos grupos, mijo.
Hoy me la pasé bien, Don Cruz, pero como
le dije, fue solo para pagarle el favor.
Yo ya no tengo nada que hacer con ustedes.
Toma mi mano.
¡Oh! Lucía no tarda en regresar, Verónica.
Gracias, doña Esperanza.
Lo que viene.
Le doy de mamar a Bruno.
¿Cómo está de bonita?
Se ve bien Sana.
Sigo los consejos de doña Marta.
Ella me dice que le dé solo pecho.
Eso está muy bien.
La leche de la mamá es el mejor alimento.
Y en la pañalera también.
Trae estos cuadernos.
Sí, Es que no entiendo
una tarea de matemáticas.
Y Lucía me va a ayudar.
Ay, ya vine.
Bueno, las dejo para que puedan estudiar.
Gracias, doña Esperanza.
Uy, qué linda Aurorita.
Vino a ver a su tía Lucía.
¿Tu abuelita sigue enojada con vos?
Un poco, pero mejor te ayudo
con la tarea de matemáticas.
Espérame, que Aurorita se durmió
acostada en la cama.
Entonces contestame.
El logaritmo en base dos de ocho
es igual a
Ay, me pierdo.
Es tres. ¡Ay no! Ya me cansé. Lucía.
Descansemos un rato, pues para mientras,
contáme qué dice Carlos.
¿De qué?
De plano que de matemáticas no va a ser.
Él está
contento con lo que pasó en la excursión.
Ni modo.
Si era lo que él quería.
¿Pero y vos?
No sé nada. Fue como yo había imaginado.
Ya ves.
Por eso te dije que lo pensaras bien.
Es que a lo lejos tengo el recuerdo
que le pedí a Carlos que no lo hiciéramos.
¿Y te convenció
con su carita de enamorado?
Te digo que no recuerdo.
Está muy raro, Lucía.
Y ahora Carlos dice que sí. Ya pasó.
Que podemos seguir teniendo relaciones.
¿Y vos querés?
No me siento preparada para eso.
Entonces Carlos dice que no me preocupe.
Otra vez lo mismo.
Dice que no importa porque cuando
ya podamos, nos vamos a casar.
No estás en edad de casarte
ni de tener hijos.
Mirá lo que pasó conmigo, Lucía.
Lo sé.
Ahora entiendo cómo te sentías.
No te compliques.
Si no estás embarazada,
estás a tiempo de cambiar las cosas.
Y si Carlos te quiere, no te va
exigir que tengas relaciones con él.
Pero si no lo hago. Y él me deja.
¿Qué voy a hacer? ¡Lucía! Abuelita. No.
¿Y cuando entró?
¿Qué es lo que estás diciendo?
Uy, yo creo que mejor me voy.
Bueno, pero con cuidado.
Lucía
Apenas y estoy tratando de entender
lo que pasó con Carlos.
¿Y vos pensás seguir en lo mismo?
Si se lo hubiera contado,
seguro me hubiera regañado.
¿Es que no
estás pensando en el riesgo que te ponés?
Mija, no se trata solo de decir
lo voy a hacer y a ver qué pasa.
¿Qué tiene de malo?
Solo tenés 14 años.
¿Y si tuvieron relaciones?
Él cometió un delito.
Eso es grave, Lucía.
Carlos dice que se va a casar conmigo.
¡Ay! Cómo vas a creer que te vas a casar
a los 14 años.
¿Si con eso se resuelve todo?
¿Por qué pensás
que así se van a solucionar las cosas?
Sos una niña, Lucía.
Con tanto que hacer todavía.
Abuelita, déjelo así.
Lo siento, pero voy a tener que ir
a hablar con doña Olga y con Carlos.
Esto no puede seguir así.
Toma mi mano.
Lucía se enfrenta a una presión que ningún
adolescente debería experimentar.
Ser presionado,
sentirse culpable, avergonzado
o ser forzado a hacer algo que no deseas
es una forma de abuso.
Si tú o alguien que conoces ha pasado por
esto, recuerda, no es tu culpa.
Y no estás sola.
Visita Triple W punto. Toma mi mano.
Punto u s diagonal Recursos para encontrar
ayuda o para cuidar de tu bienestar.
Este proyecto fue desarrollado
por Population Media Center.