Andrea está devastada porque Jefferson no hizo nada por su aniversario y toma una decisión muy difícil. En el mercado encuentran una solución a las extorsiones. Olga se entera de que su hermano Raúl está ayudando a Teresa. Esperanza se lleva una sorpresa.
Es el momento de empezar.
De nuevo juntos.
Volver a nacer.
Toma mi mano.
Pase adelante, seño.
Muchas gracias.
¿Qué se le ofrece hoy? Enchiladas.
Bistec, pollo frito y carne asada.
Algo como un cóctel de frutas. Tendrá.
Solo que me deje preguntar.
Está bien.
Gracias.
Hola, Andrea.
Ay, me asustaste.
Disculpa, Andrea.
Es que venía corriendo.
No tengas pena.
Yo acabo de venir también. Ay, que bueno.
Es que ya salí
un poco tarde de la oficina.
¿Ya pediste comida?
Sí. Por allí está la señorita.
¿Y que hay de comer?
Ay, a ver si me acuerdo.
Bistec, carne asada y pollo frito.
Yo digo que un pollito. Voy a pedir.
Señor. Disculpe. Sí, dígame.
¿Puede traerme un pollo frito, por favor?
Con gusto.
¿Ah, Y si le van a preparar su cóctel,
señor?
Muchas gracias.
Disculpe las molestias.
Solo eso.
¿Vas a comer o es el postre?
Solo eso. Es que no tengo mucha hambre.
¿Y si pido algo?
No me lo voy a terminar. ¿Estás bien?
La verdad, no.
¿Qué pasa, Andrea?
Es que acaba de ser nuestro aniversario de
casados con Jefferson.
Y ni siquiera un mensaje.
Me mandó.
Como.
Lo siento, Andrea.
Yo todavía esperando que él hiciera algo.
O al menos llamar. Pero nada.
No sé que decirte.
No, Ruth, Con que me escuches
es suficiente.
Gracias por venir.
Al menos para acompañarte un rato.
Sí, por eso te llamé.
Solo contigo puedo hablar.
Así como tú me has apoyado.
Yo quiero apoyarte. Gracias.
Y tal vez Jefferson haga algo hoy.
No lo creo.
La esperanza es lo último que se pierde.
Ya la perdí.
Aquí tiene su comida.
Gracias, señorita. Muy amable.
De nada. Para servirles.
Gracias.
En la oficina hemos tenido mucho trabajo.
Quizá
por eso se le pasó por alto Jefferson.
Yo sé que lo decís para animarme,
pero yo conozco a Jefferson.
Él siempre.
Para esta fecha, en nuestros cumpleaños.
Nos sorprende con cosas.
Y si no hizo nada esta vez,
es porque de plano ya no le importo.
No, Andrea, él te ama mucho.
Me amaba, Ruth.
Yo lo he visto muy triste en el trabajo.
Y algunas veces
le he preguntado que tiene.
Y me ha dicho que no aguanta la situación
que está viviendo.
Pero a ver si lo dice por mí.
Si se trata de ti y de Emma.
Pero no parece Ruth.
Ya no
es el mismo Jefferson de quien me enamoré.
¿Por qué decís eso?
Anoche estaba recordando
cómo fue que nos conocimos.
Cuando llegaba con su papá. Sololá.
Sí que te enamoraste mucho para venirte a
San Juan y dejar a tu familia.
La verdad, sí.
Me ilusioné un montón con Jefferson.
Ya que llegaba don Raúl a Sololá.
No sé qué negocios tenía por allá,
pero llegaban temprano
a la panadería de mis papás.
Ah, con razón te gusta la repostería.
Crece a puro pan.
Y todavía la tienen.
Es el negocio de la familia.
Y ahí nos conocimos con Jefferson.
Pero ellos no llegaban todos los días.
No unas dos veces al mes.
Pero yo esperaba con ansias esos días.
Y después se empezó a llegar solo.
Las primeras veces llego en bus, después
llegaba en carro y para mi graduación.
Sé que me pidió que nos casáramos.
En el acto de graduación.
No llegó a la casa con mariachi y todo.
Ay, no te creo.
Unas semanas antes de ese día.
Yo había terminado con él. ¿Por qué?
Desde que don Raúl
se enteró que éramos novios,
empezó a tirar un montón de indirectas
cada vez que podía.
Ese señor siempre ha sido así.
Pero Jefferson estaba decidido y yo
de verdad creía en sus palabras.
Cuando me dijo que no le importaba
lo que dijera su papá,
que estaba dispuesto a hacer cualquier
cosa con tal de que estuviéramos juntos.
Le dije que sí.
¿Y por qué se vinieron a San Juan?
Por doña. Concha.
Ella no quería que él se fuera de aquí.
Además, le ofreció dónde vivir.
Y al parecer la casa es de ella.
Por eso don Raúl no pudo hacer nada.
Ya ves, Andrea. Jefferson te quiere.
Tal vez sí,
pero como te dije, ya no es el mismo.
Y yo ya no quiero vivir así.
Estoy cansada de pelear con don Raúl
y que Jefferson solo se haga el loco
y no busque una solución.
Pero no puedes. Dejar las cosas así, Ruth.
Creo que él va a estar mejor sin nosotras.
¿Qué quieres decir, Andrea?
Que voy a dejar libre.
Jefferson.
Me voy de San Juan.
Toma mi mano.
Que le vaya bien, Lety.
Que onzas, doñita, Onzas. ¡Ah!
¿Quieres unas onzas de chicharrón, verdad?
¿Cuántas te doy?
Chicharrón le voy a dar yo.
Si no se pone firmes con la cuota.
Ay, no te entiendo nada.
Patojo que vengo por la cuota.
Le digo que.
Me estás extorsionando.
Usted ya sabe. No se me haga la babosa.
Ya entendí.
Espérate, ya te lo traigo.
Pero se apura. Saque fibra.
¿Qué está haciendo?
Deje de hacer eso.
Atención a todos.
Hay una acción violenta en el mercado.
Suenen sus gorgoritos.
Sí, Sí. Y.
Así tiene que funcionar nuestra alarma
en contra de la violencia.
¿Qué les parece? Muy buena.
Muy buena idea.
La verdad. Aburrido. ¿Pero les parece?
Gracias por colaborar con esta
demostración, panqueque.
No hay problema, profe.
De algo
han funcionado las clases de actuación.
¿Qué bueno que estudias patojo, verdad?
Sí, La verdad es que desde hace
dos semanas nadie me ha extorsionado.
Pero hay que estar prevenidos.
Tiene razón, doña Tencha.
Estoy seguro de que esos cuates
van a regresar.
Por eso estamos trabajando
en estas acciones de seguridad.
De alguna forma
nos tenemos que cuidar la espalda.
Como lo vimos en la dramatización.
La idea es tener listos los gorgoritos
para dar la alarma en el mercado.
Pero tenemos que colaborar todos
ya se dieron cuenta que también se activa
la radio y la policía se comprometió
a que una patrulla va a estar cerca.
Es arriesgado, pero puede funcionar.
Estamos viendo con el comisario
que puedan instalar una garita de policía
aquí en el mercado.
Mientras tanto, ya tenemos presencia
de la policía municipal.
Pero esos ni armados están.
Con la mera presencia.
Estamos seguros que los pandilleros
lo van a pensar dos veces.
Bueno, ya lo veremos.
Yo pienso que va a funcionar.
Si todos nos vigilamos y protegemos
segurito, todo cambia por acá.
Bueno, pero todo tiene.
Que estar bien seguro para que.
No tengamos miedo de involucrarnos.
Nosotros somos más que ellos.
Y ya no queremos que se repita
lo que pasó con don Goyo.
Si eso fue mala suerte,
que pena.
Hay que estar bien alerta. Entonces.
Por lo pronto yo me llevo mi gorgorito.
Lléveselo, lléveselo.
Ya tenemos aquí a la vuelta.
Por el momento es todo, compañeros.
La otra semana les estaremos informando
de otras acciones de seguridad
más importantes.
Ya me voy, Don Cruz.
Gracias, mijo.
Te espero en el centro comunitario.
Y acordate que hay que seguir trabajando
con lo del festival.
Sí, profe. Para allá voy.
Ese grupo de jóvenes
cada día está más grande y animado.
La idea es que los patojos se entretengan
y hagan cosas productivas
para evitar que tengan malas juntas.
Ya sabe, si necesita colaboración
en el centro comunitario.
Aquí en el mercado
habemos muchos que lo podemos ayudar.
Gracias Beto, Lo sé. Muy amable.
¿Bueno, yo creo que ya se
terminó esta payasada
o hay que quedarse Algo más?
Espérese un ratito, doña Olga.
¿Y ahora qué pasa?
Aquí le tengo sus gorgoritos.
Está bien, démelos.
No estoy muy segura que esto sea una buena
idea, pero.
Buenas tardes, doña Olga.
Doña Tencha. ¿Qué tal, Bendita?
¿Cómo está doña Gloria?
¿Con la muerte de tu papá?
Ya está mejor.
Ahí nos vamos resignando.
¡Ay! Aquí extrañamos mucho a don Goyo,
mija.
Lo sé, Doña Olga.
Gracias.
Ay, que bueno que la encontré todavía.
A doña Tencha.
Te estaba esperando, Brenda.
¿Me traes las llaves? Sí, doña Tencha.
Vaya que se alquiló rápido el local de mi
papá.
Sí, bendita.
Fiera, que esa renta
le va a servir mucho a mi mamita.
¿Y quién rentó el local de don Goyo?
Bueno, sí se puede saber.
Fíjese que no sé quién es,
pero el administrador del mercado
me contó que el local lo va a ocupar
una casa de empeño.
¿Cómo así?
Es un negocio de esos.
Que dan préstamos por prendas.
Eso no lo podemos permitir, doña Tencha.
Tranquila, doña Olga.
Todos tenemos derecho de hacer negocio
aquí en el mercado.
Pero cualquier cosa
hable con administración.
Por supuesto que lo voy a hacer.
Nadie más puede hacer
préstamos en este mercado.
De eso me encargo yo.
Toma mi mano.
Bárbara.
Y eso que me viniste a buscar.
Quería verte. ¿De veras?
Hace rato
que no platicamos los dos solitos.
Si te hace falta mis apapachos.
No te la creas tanto.
Ya no te he visto con Alex.
No desde que anda con esos tranzas.
Con el hermano.
Mejor me alejé. Hiciste bien.
No me quiero meter en clavos.
Entonces estás disponible.
Pero no para cualquiera, manito.
Bueno, pero yo no soy cualquiera.
¿Por qué estás tan seguro de eso?
Mírame bien y decí donde encontrás
alguien como yo.
Que presumido.
Sos presumido,
pero bien que te gustaría andar conmigo.
¿Cómo vas a creer
si no sueltas a la Lucía?
¿Y qué?
¿Estás celosa, Barbarita?
¿Qué te pasa, Carlos? ¿Yo Celosa?
Pues como
no hemos podido darnos nuestros besitos.
Ni que fueras el único.
Pero sí para mí. Luci.
¡Ay! Lo decís
por lo que pasó en la excursión.
Me extraña.
¿Entonces las cosas van bien con Lucía?
La verdad, yo quisiera que fueran mejor.
¿Quieres más?
Vos sabes que cuando yo tengo novia
voy por todo.
Pucha, mano, es la primera vez que te veo
así por una chava así.
Lucía me trae trastornado.
¿Solo por un rato
que pasaron juntos en esa excursión?
No sé, hay algo en ella
que me atrae demasiado.
Que siguen acostándose
y por eso no puedes vivir sin ella.
No, eso es lo que me enloquece.
No ha querido seguir conmigo.
Se hace de rogar. Mmm.
Estás frito, man. Sí, Vos.
No entiendo.
Si en la excursión se entregó tan fácil
y se sentía tan bien conmigo.
No puedo creer que ahora no quiera nada.
Pues deberías buscar otras opciones.
Que deje a mi Luci.
Ni en sueños, Bárbara.
Así como sos vos.
Si la lucía se hace de rogar.
La deberías mandar por un tubo.
Si fuera otra chava, no lo pensaría.
Pero con ella es diferente.
¿Y no te has dado cuenta
que hay otras chavas
que te pueden dar más
de lo que aquélla te da?
Tal vez, pero hasta que no tengo
todo lo que quiero, no descanso.
Mira, Carlos. Lucía no te merece.
Yo te haría más feliz.
Ahorita no ando pensando
si ella me merece o no.
Me extraña de vos.
Lo que yo quiero es sentir lo que
viví con ella esa noche de la excursión.
¿De veras, Carlos?
¿Tan increíble fue? Sí.
Y yo quiero más de eso.
No voy a descansar hasta que eso pase.
Mmm. Pues creo que te
vas a tener que sentar a esperar.
Y eso que te vino a buscar esa patoja.
¿Cómo es que se llama? Bárbara.
¿Ah, sí? ¿Qué? Quería hablar con vos.
Cosas entre ella y yo.
No me contestes así.
¿Y qué querés que te diga?
No hablamos de nada importante.
Pues lo que vi desde aquí
es que ella está interesada en vos.
¿Nos estuviste espiando?
Sólo iba pasando.
Y por casualidad los vi por la ventana.
Ala. ¿Que onda con vos, mamá?
Pero no te preocupes.
Por lo menos los papás de zapatos sí
tienen dinero.
No como otras.
Lucía.
¿Viste
si Ángel cambió las colchas de su cama?
No me fijé, abuelita.
Pues ya se fue a jugar fútbol.
Pero él siempre las cambia de plano.
Hoy se le olvidó porque no están en el
baño de ropa y las tengo que lavar. Mmm.
Si me espera, yo las quito.
Solo voy a terminar de limpiar el baño.
¿No le tocaba eso a Ángel?
No, abuelita,
hoy me toca a mí. Ah, entonces seguí.
Yo las voy a quitar.
¡Lucía!
Lucía, Vení a ver.
Qué pasó, Abuelita.
Ay, mira, mija, estas colchas
están manchadas.
¿Será posible
que este niño se orinó en la cama?
No creo, abuelita. Ay, Dios.
Ojalá que esto no sea señal de que algo
malo esté pasando con este muchachito.
Porque más ya no aguanto.
Toma mi mano.
Entérate más sobre.
Toma mi mano.
El audio novela
y los recursos disponibles en Triple W.
Punto. Toma mi mano punto F o síguenos
en Instagram y TikTok
como toma mi mano U.S.A.
No te pierdas nuevos episodios
cada miércoles.
Escucha las.
En Spotify, YouTube y Apple Podcast.
Este proyecto fue desarrollado
por Population Media Center.