Un disturbio entre pandillas desata nuevas tensiones. Ixchel confirma sus sospechas sobre Gabriel, mientras Güicha sorprende a Alex al confesarle lo que planea hacer. Lucía decide escaparse con Carlos, pero lo que encuentra la deja completamente decepcionada.
Es el momento de empezar de nuevo juntos.
Volver a nacer.
Toma mi mano.
Ha llegado Vicente.
Me falta ahora.
¡Corre! ¡Corre! Balón para el conjunto
andaluz.
Tipo de acción.
El balón es a la olla
y ya veo que dos dudas.
Me acaban de avisar
que el cruce viene para San Juan.
Sin paga, sin un.
Los que están de bandera.
Y en San Jacinto
me acaban de pasar el norte.
Hoy si nos vamos a ver las caras
con esa imagen.
Avísale a los demás
que vamos a salir ahorita.
Alex. Aquel no está.
¿Y a dónde chingados se fue?
Salir por la gran.
Después habló con él.
Vámonos de una vez.
Vos, diablo, seguro que vas a poder.
¿Todavía estás algo chueco con esa herida?
¿Quién soy yo?
Pues les dije que regrese al juego.
Así que ahora es cuando
ya me harté de sus mulas.
Yo mismo voy a arreglar
cuentas con ese Krusty.
Alan.
Mamá.
Compraste para todo el mes.
No seas exagerado, Pablo.
La fruta es la que pesa. Cabal.
¡Qué sandía, idiota!
¿Querés que me la lleve?
No llevo muchas cosas. No, está bien.
No aguanto.
Bueno. ¿Qué más vas a llevar?
Eso estoy viendo.
¿Qué más nos hace falta?
Acordate que tenemos que pasar
a la librería para comprar mis láminas.
Cierto. Bueno, creo que ya compramos todo.
Vamos a la librería.
¿Querés un helado, mijo?
Sí, mamá.
Gracias por.
Qué rico está el helado.
Mamá. Ahí va Silvia con su hermana.
Después vamos a saludarla.
Hola, Ruth.
Licenciada. Buenos días.
Qué gusto encontrarlos.
Hola, Pablo. Hola, Ruth.
¿Cómo estás, Silvia?
¿Ya hiciste la tarea de ciencias?
Híjoles, De veras que no me acordaba.
¿En serio?
Es que hemos estado ocupadas
en otras cosas.
Tal vez por eso se le olvidó.
Sí, por eso fue.
Nosotros ahorita vamos a la librería.
Entonces vamos con ustedes.
¿La ayudo con algo, licenciada?
No, Ruth. Muy amable.
Yo sí Quiero que me ayudes, Ruth.
Con gusto.
Pablo. ¡Pablo!
Son bromas, mamá.
Bueno, entren
a comprar los materiales para su tarea.
Aquí los vamos a esperar.
Silvia, Después está.
Podemos hacer la tarea
juntos. ¿Sí, Verdad?
Ahorita venimos.
Que bueno que se llevan bien
estos niños. Sí.
Pablo se adaptó muy rápido al instituto
y tiene muchos amigos.
Creo que el ambiente del pueblo le
ayudó bastante.
¿Y a usted le costó el cambio?
Para nada, Ruth.
San Juan es muy bonito y tranquilo.
Hasta siento que me hizo bien
alejarme un tiempo de la ciudad.
Qué bueno.
De repente decide quedarse a vivir aquí.
Pues no sería mala idea.
Ya compramos todo. Vámonos.
Entonces.
¡Mamá!
¿Qué está pasando?
¡Santo Dios!
¡Están disparando!
Agáchense todos.
Ya veo.
Aquí estoy.
Hablemos.
Hablemos. ¿Qué viste?
Se me escapó el maldito.
Pero de verlo otra vez, vengo a la casa.
Vamos, abre.
A ver, busca.
¿Patojos?
¿Están bien?
Sí, mamá. Sí, estamos bien.
Licenciada. ¿Está bien?
Estoy bien.
Pero ese muchacho. Su voz Otra vez.
¿De qué habla? Licenciada.
Él fue Ruth. Ahora lo sé.
No le entiendo, licenciada.
¿De qué está hablando?
Es que estoy segura que ese muchacho
al que le dicen el diablo.
Él fue el que mató a mi esposo.
Toma mi mano.
Muchacha, Como me duele esta vaina.
Tener la camisa manchada. Diablo.
Ya se me abrió otra vez la herida.
Pásame las gasas.
Cuidado, mi diablo.
Todo por ese maldito del Krusty.
Oh, ese maje Se nos volvió a escapar.
Al menos la gente del mercado
ya sabe que hay diablo para
rato. Oh.
¿Qué onda, muchacho?
Dicen que hubo balazos en el mercado.
El Krusty que se vino a meter al pueblo.
Vos, Alex.
¿Y qué te levantaste, Gabriel?
Simón, carnal. Qué querías
que me quedara
acostado mientras ese basura se
metía en mi territorio.
Pero todavía estás mal, Gabriel.
Eso no importa, Alex.
Ya es mucha la chingadera con esos majes.
Tenemos que acabar con el Krusty
de una vez por todas.
Si no te cuidas, no te vas a mejorar.
¿Y qué?
Vos ocupate de lo tuyo y mejor.
Anda, traeme más antibióticos y gasas
donde la agüita.
Pero al chinas, don Carnal.
Y decile que me mande algo para el dolor.
Ámbar, ahorita vengo.
Buenas, mija.
¿Qué tal, doña chica?
Y que la viene corriendo
el tiempo, mijita.
Ya ves que tanto quehacer.
Solo vine por mis pastillas hoy,
por aquello de las moscas.
Mejor despacharme rapidito, no vaya a ser
que vengan esos maleantes otra vez.
No se preocupe,
no creo que regresen en un buen tiempo.
Pero no te confíes.
Tené cuidado, Wichita, porque hace un rato
hubo otra balacera.
Voy a estar pendiente, doña Chica.
Aquí tiene sus pastillas.
Mire. Y gracias por preocuparse por mí.
Pero le cuento que ya no
voy a seguir trabajando en la farmacia y.
Y eso que amenazaron.
No, para nada.
Es que tengo otros planes lejos de aquí.
Bueno, si es para tu
bien, te deseo todo lo mejor.
Gracias, doña chica.
Que tenga buen día.
Buenas.
¿Que onda Alex?
¿Que andas haciendo?
Vengo por un paquete de gasas,
algo para el dolor
y una caja de antibióticos
de los que está tomando Gabriel.
Ya había dejado de tomar esa medicina.
¿Qué pasó?
Es que le avisaron que el Crusty andaba
aquí en San Juan y se fue como loco
a buscarlo.
Ah, esa fue la balacera
que está contando la gente.
¿Y qué? ¿Lo hirieron otra vez? No.
Pero por el esfuerzo
le empezó a salir sangre de la herida.
Esos líos de pandillas
parece que nunca se van a terminar.
Cuídate, Alex, porque esto se
está poniendo muy peligroso.
Yo sé, pero no me queda de otra.
Hazme el favor de darme la medicina.
Aquí el está
mero desesperado con el dolor.
Aquí está todo. Mira.
Solo decile que tiene que tomar la
cada ocho horas sin falta.
Gracias. Vos.
Siempre ha sido buena onda.
A pesar de los rollos del Gabriel.
¿Y no vas a ir a visitar a Alex?
Ya lo pensé.
Y es mejor que ya no me acerque a él.
¿En serio no pensás regresar con Gabriel?
¿Por qué me preguntas eso?
Es que aquel siempre habla de vos.
Y le digo que te preocuparas otra vez
por él.
Eso ya se acabo. Vos.
Creo que es lo que me conviene.
¿Pero por qué?
Vos lo querías mucho y lo sigo queriendo.
Pero Gabriel nunca va a cambiar.
Esperé mucho tiempo.
Algo diferente. Y eso no va a pasar.
Yo quiero que vos también
hagas algo por tu propio bien.
¿Pues sabes qué?
Ya empecé a ir a los entrenos de fut
con Don Cruz.
Hoy fui al campo y ojalá
en el partido de mañana me deje jugar.
Qué bueno, Alex.
Seguí estudiando y jugando fut.
Vos puedes tener un buen futuro patojo.
Ojalá.
Y lo estoy intentando.
No te des por vencido.
Yo ya no voy a estar.
Pero sé que hay gente buena onda,
que te apoya como Don Cruz.
Como. Así que ya no vas a estar en.
Me voy del pueblo, Alex.
Ya renuncié.
¿A quién? A Farmacia. ¿Qué vas a hacer?
¿A dónde te vas a ir?
Fíjate que me voy a la capital.
Voy a seguir mis estudios de enfermería.
¿Y no vas a regresar?
Tal vez.
Yo sé que en todos lados
está jodido con esto de la violencia.
Pero sí
quiero que las cosas mejoren para mí.
Me tengo que ir de San Juan.
Ángel Gabriel se va a poner como la gran
cuando se entere que te vas.
Por eso es mejor que no sepa
que me voy del pueblo.
Alex, por favor, júrame
que no le vas a decir nada.
Te entiendo.
Porque a veces también
quisiera alejarme de él.
Ya ves.
Vos sabes por qué
No quiero que él me busque.
Ya me di cuenta que el amor no
es suficiente para que el Gabriel cambie.
Toma mi mano.
Entonces te
espero en la salida del pueblo
en una hora.
Vaya, mi Lucy.
Cuando llegues, yo ya voy a estar allí.
¡Carlos!
¿A dónde vas con esa mochila?
¿Y a estas horas?
A mamita linda.
Y no se iba a dormir
porque le dolía la cabeza.
Pues sí.
Y me quedé dormida aquí tomándome un té
hasta que el ruido de la puerta
me despertó. ¿Ahora decime a dónde vas?
Voy a dejarle unas cosas al panqueque.
¡Pero si casi son las 20:00 de la noche!
No se las podés dar mañana en el campo.
Es que le urgen.
¿Y qué llevas en la mochila? Libros.
Vos no llevás libros.
A ver, enséñame.
Tiene razón.
Es que aquél necesita ropa.
Y le voy a regalar un poco.
Pues te la llevas mañana
porque de aquí no salís.
Sólo se lo voy a dejar.
Y mi regreso rápido, Se lo prometo.
Carlos, a mí no me engañas.
Decime qué está pasando.
Pasando de que a usted le está
afectando el dolor de cabeza.
Yo sé que algo estás tramando.
Enséñame esa mochila.
Sólo es ropa.
Que me des esa mochila. Te estoy diciendo.
Deja mis cosas.
No me digas que toda esa ropa nueva pensás
regalarle.
Y este dinero también.
Pensás regalárselo a la.
Con usted no se puede.
¿Vos te pensás escapar, verdad?
¿Como dice eso? ¡Ay, patojo cabrón!
Te vas con la Lucía y a mis espaldas. Sí.
¿Y qué? ¿Estás loco?
Si sos un mocoso de 15 años.
Pero ya puedo defenderme solo.
Tan seguro estás que podés defenderte solo
y también hacerte cargo de esa mocosa.
Déjame que lo dude, Carlos.
No me importa lo que piense.
Me largo. No de aquí no salís. ¿Por qué?
Porque yo mantengo todos tus gustos
y aquí no te falta nada.
Eso ya ni me importa.
Si salís por esa puerta,
olvidate que tenés.
Mamá.
Y si ya no sos mi hijo,
no te voy a estar dando dinero.
Y te lo juro, Carlos,
no vas a ver ni un centavo.
No sea así, mamá. Pues entonces pensalo.
Si te vas, te olvidas de la buena vida
que tenés conmigo.
Vos decidís.
Y. La
abuelita va a ir a la misa de don Goyo.
No sé. Ya les mandé los tamales.
Pero usted le dijo a la hija de don Goyo
que si iba a llegar.
Sí, tenés razón.
Ay, don Goyo
hoy estuviera cumpliendo sus 67 años.
Ya ve, no puede faltar.
¿Te querés ir conmigo?
No, abuelita, no me siento con ánimo.
Mi hija.
Yo sé
que estos problemas que estamos pasando
nos tienen tristes a todos.
Pero ya no quiero hablar de eso.
¿De verdad?
Cada vez que lo menciona me siento peor.
Discúlpame, mija.
Solo quiero que sepas
que somos una familia
y nos apoyamos en lo bueno y en lo malo.
Sí, pero ya me cansé.
Siempre es lo mismo.
Lucía, a tus años no podés decir eso.
En la vida siempre hay pruebas
y tenemos que afrontarlas.
Sí, abuelita. Tendré
que pasar otra prueba.
¿Qué decís?
No, abuelita, nada.
Me voy de una vez
para agarrar lugar en la iglesia.
Seguro que mucha gente los va a acompañar.
Seguro que van a llegar
todos los amigos de don Goyo.
Si todos en el mercado
lo apreciaban mucho a mi regreso.
Cierren bien la puerta.
¿Ya vas a salir?
Sí, Angelito.
Lleva unas cosas para la nena de Verónica.
¿Y por qué no te fuiste con mi abuelita?
Ella quería estar temprano en la iglesia
y yo todavía no estaba lista.
Si quieres, te acompaño.
No, hermanito. Gracias.
Ya ves que te aburres cuando nos
ponemos a platicar con Verónica.
Eso no importa.
Es que me da pena que te vayas sola.
Gracias, angelito.
Por eso no te cambio.
Entonces te acompaño.
Hoy no.
Tal vez me he quedado a dormir
en la casa de aquella
y no quiero que te regreses solo.
Vení, dame un abrazo.
Mmm. ¿Te vas? ¿Con cuidado?
Sí. No tengas pena.
La persona a quien llama
no está disponible.
Deje su mensaje después de la señal.
Carlos, te he
llamado un montón de veces
y te puse mensajes de voz.
¿Por qué no me contestas?
Me dijiste que ya ibas a estar en
la salida de San Juan cuando yo viniera.
Por favor, contesta.
Lo siento.
Perdóname, mi amor.
De veras, perdóname,
pero no voy a poder llegar.
Mi mamá me descubrió y no me dejó salir.
¿Cómo? ¡Carlos! ¡Carlos!
No me podés hacer esto.
Toma mi mano.
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