Toma Mi Mano USA

Episodio 124: De vuelta al juego  

Episode Summary

Rogelio encuentra a Lucía en la calle llorando y decide ayudarla. Olga se enfrenta a Teresa por sus clientes, revelando algo que la hace dudar. Alex regresa al campo de fútbol, pero la aparición de la pandilla de Krusty lo cambiará todo con consecuencias lamentables. 

Episode Transcription

Es el momento de empezar de nuevo juntos.

Volver a nacer.

Toma mi mano.

Lucía.

¿Qué te pasó?

¿Qué haces aquí tan noche?

¿Te asaltaron?

¿Alguien te lastimó?

Yo me quiero morir.

Me quiero morir.

No digas eso.

Te llevo a tu casa.

No, A mi casa no.

Dígame quién me quiere.

¿Verdad?

Dígame, Lucía.

Te llevo con mi mamá.

No, Rogelio, no quiero ir con nadie.

Vamos.

No pienso dejarte aquí.

¡Mamá!

Mamá, Venga, por favor. Ya voy.

Mi hijo.

¿Qué pasa?

Lucía. ¿Qué te pasa?

¡Por el amor de Dios!

Rogelio. ¿Qué le pasó a esta niña?

No me ha querido decir.

Pero estaba en la salida del pueblo.

Sola y así, llorando.

Bueno, gracias por traerla.

Me voy a quedar con ella.

Cualquier cosa que necesites,

estoy en mi 4.º.

Mamá.

Gracias, mijo.

Lucía. ¿Qué te pasó

hoy, Doña Marta?

Me quiero morir.

No, por favor, no digas eso.

Cálmate. Todo va a estar bien.

Vamos a la cocina.

Te voy a preparar un tecito.

Ya va a pasar.

No. Pasa, mi niña.

Vas a ver si.

¿Ya te sientes mejor?

La verdad.

No, doña Marta. Vamos, Mi hija.

Tú sabes que te quiero mucho

y que puedes confiar en mí.

Cuéntame qué pasó.

Es que me escapé de la casa.

¿Te peleaste con tu abuelita?

No, doña Marta.

Me iba a ir con Carlos.

¿Y qué pasó?

Me dejó plantada.

Doña Marta me dejó plantada.

Ay, Lucía.

Entiendo que te sientas mal.

¿Pero por qué tomaste esa decisión?

Es que.

Es que me siento mal

por haber tenido relaciones con Carlos.

No me acuerdo de nada.

Y mi abuelita

que quiere llevarme a poner la denuncia.

¿Por eso decidiste escaparte con él?

Carlos

dijo que así se iba a resolver todo.

Que cuidaría de mí y del bebé

si estuviera embarazada.

¿Y tú crees que eso iba a pasar? O sea.

¿Qué puedo hacer?

Le eché a perder todo. Tú eres una niña.

Tienes 14 años.

Tu abuelita es responsable de ti

y de tu hermano.

Si te escaparás con Carlos,

se volvería un grave problema legal

que afectaría a doña Esperanza.

¿Pensaste en eso?

No. Lucía.

A veces lo que parece más fácil de hacer

es lo que nos complica la vida.

Carlos no es responsable

ni siquiera por él mismo.

Depende totalmente de su mamá.

¿De qué crees que iban a vivir?

Es el hijo que me ama.

¿El amor

es importante en una relación, pero

qué hubiera pasado si te vas con él?

¿Se asusta del compromiso y te deja

abandonada en un lugar que no conoces?

No creo que lo haría, pero ya lo hizo.

Y menos mal

que fue aquí, cerca de tu casa.

Es cierto.

Tiene razón, doña Marta.

Mira, Lucía, ya que estás más tranquila,

lo que debo hacer es llevarte a tu casa.

No, por favor.

Entonces voy a llamar a tu abuelita

para que te venga a traer.

Por favor, deje que me quede con usted.

Ahorita no quiero ver a mi abuela,

pero tengo que avisarle que estás aquí.

No es correcto

dejar que se angustie al no saber de ti.

No. Ya vine.

Ya se durmieron.

Ángel. Lucía. No, abuelita.

Estoy viendo tele.

No vas a ver que nos quedamos platicando

con Bendita la hija de don Goyo.

Y no sentí el tiempo.

Me agarró la tarde

y se vino sola. Abuelita.

No me pasaron dejando Don Cruz y doña

Betty.

¡Ah, qué bueno!

Y Lucía se fue con Verónica,

pero no me pidió permiso.

Dijo que tal vez se quedaba a dormir en su

casa.

¿Cómo va a ser eso?

Ella no puede disponer sola.

Y esta nota que está aquí

es de Lucía.

De Lucía. ¿Qué dice, abuelita?

Abuelita, perdóname por tantos problemas.

Gracias por todo lo que ha hecho por mí.

Me voy con Carlos

para empezar una nueva vida.

No se preocupe por mí.

Estaré bien.

Dígale a él que lo quiero mucho.

Ay, muchachita. Por Dios.

¿Pero qué le pasa?

Con razón me mira.

Abuelita.

Yo no quiero que mi hermana se vaya.

Yo tampoco.

Mi hijo.

Ahorita mismo la salgo a buscar.

Toma mi mano.

No llores, mamá.

Alejandro, vení para acá.

¿Que manda doña?

Sé dónde

es esta carne del rastro de San Jacinto.

Bueno.

¿Y qué pasó con la carne

que me ofrecieron del rastro de aquí?

Me dijeron que no había como.

Usted solo compra carne

del ganado de su hermano Raúl.

Así es.

Él me aseguró

que tenía nuevo ganado en la finca.

Pero don Raúl

no ha llevado nada al rastro.

Qué extraño.

Por eso fui al otro pueblo.

Para conseguir carne fresca.

Bueno, hiciste bien.

Me preguntaron

si iba a seguir comprando con ellos.

Por ahora creo que sí.

Acuérdese, doña Olga, que

no es la primera vez que nos queda mal.

Don Raúl.

Yo no aprendo.

Raúl me sigue viendo la cara de babosa.

Voy a empezar a cortar el pedido

que nos hizo la doña Elvira.

Ay, si al alcalde

yo no le puedo quedar mal.

Cuando termines de cortar la carne

la vas a dejar de una vez.

¿Ya vino doña Olga?

Ay, Leti, Me tenía preocupada

porque se tardó bastante.

No tanto.

Yo sólo le dije que fuera a echar un ojito

al local ese de pisto rapidito.

Es que tuve que hacer mucha cola.

O sea que tienen bastante clientela.

Era que sí.

Pero ni se siente el tiempo porque tienen

una tele para que uno se entretenga.

Ajá. ¿Y qué más hacen?

También hay pasos para que no agarre

un cafecito y agua gratis.

¿Y qué le dijeron del empeño?

Hice todo lo que usted me dijo

del microondas y me dieron 200 quetzales.

Solo eso le dieron.

Pero está rebueno

porque, mire, lo puedo pagar en cuotas

y solo cobran el 5% de intereses

durante seis meses.

Ay, no.

Eso me va a arruinar el negocio.

También tienen cosas a la venta.

Mire esta académica de oro

que me compré a solo 50 quetzales.

Pues debe ser de fantasía.

No, mire, es de oro. A ver, a ver

si es de un gurú.

Y así tienen otras cositas muy.

¿Y quién está atendiendo ahorita?

Pues Teresita,

viera que amable está, me imagino.

Ya hacía falta un negocio como esos

en San Juan.

Pues no se acostumbre

a esa casa de empeño, Lety.

¿Pero y por qué?

Porque no va a durar mucho.

Ya va a haber.

La otra semana

vamos a tener más cosas bonitas.

Que les vaya bien.

Buenas. Buenas.

Olguita, Qué bueno verla por aquí.

Pues aquí, visitando

a los nuevos vecinos del mercado.

Ajá. Ahí.

Muchas gracias.

¿Como ve, el negocio está bonito, verdad?

¿Qué le diré, Teresita?

Cada quien tiene sus gustos.

Ay, pues a la gente le gusta mucho.

La gente de aquí se conforma con tan poco.

Ay, Olguita sigue enojada, Teresa.

Y yo creí que usted era mi amiga.

Ay, por supuesto, Olguita.

¿Y usted lo sabe?

Pues lo dudo.

Ustedes me están perjudicando.

Y bien que no sabe.

Ay, qué pena que se lo tome

personal, Olga.

Ay, Teresa, No hay que ser malagradecido.

Acuérdese

quién le ayudó cuando tuvo necesidad.

Olguita, por favor, no se me ponga así.

No, no, no.

Usted ya me conoce.

A mí me gusta decir las cosas claras.

Allá usted.

Pues fíjese, Teresa,

que lo que de verdad me molesta

es que a la gente se le olvide

cómo llegó a dónde está parada.

¿Qué me quiere decir Olga?

Nada, Teresita, nada.

Solo no se olvide que yo

le he guardado su secretito.

¿De qué secretitos me está hablando?

No se me haga la inocente.

Ay, no le entiendo, Olguita.

Claro que me entiende.

Usted sabe muy bien de lo que hablo.

Yo sé

todo lo que pasó entre Ruth y Antonio.

Baje la voz.

¿Verdad que ya se le refrescó la memoria?

Acuérdese que hasta le presté el dinero

para que él se fuera del país.

Pero le pagamos hasta el último centavo.

Y en dólares a.

Pero sin mi ayuda,

su hermanito ya estaría en la cárcel.

Ay, pero el pasado ya pasó.

Hay que vivir el momento.

Pues porque los aprecio.

Le digo que mejor lo piense

bien, Teresita.

Cierren este negocio y asunto resuelto.

¿Y si decimos que no?

O cierran este negocio o yo podría

contar todo lo que sé.

Toma mi mano.

Espérate, Judas.

Creo que ya los perdimos.

¿Cerramos?

Si dejaron venir

esos cabrones de San Jacinto.

Y son un montón.

¿Y si Crosby pensó

que nos iban a agarrar de sorpresa?

Pero logramos jugarle la vuelta.

Pues ya los números.

Hay que

avisarle

a la banda que el cristiano es del pueblo.

Pos pero por la carrera que salvamos

dejé tirado el celular

para que las dos sánate.

¿Cómo dejaste tirada esa onda por el agua?

Un mano

a huevo cuando se lo conté al diablo.

Pos ahí vienen otra vez.

Corramos.

¿Para dónde jalamos?

Ya sé.

Vamos al campo de fútbol

y nos perdemos entre la gente.

Profe,

no hay modo que nos quitemos el cero.

Si Alex. No nos conviene el 0 a 0.

Déjeme entrar ya.

A ver si anoto.

No, mijo.

Acabas de regresar a entrenar.

Mejor seguí calentando.

Y entras en el segundo tiempo.

Está bien, profe.

Muchá.

¿Qué les está pasando, hombre?

Está duro ese equipo, profe.

Déjate de cuentos.

Vos sos el que no te parás bien.

Tranquilos, pues muchá, agarren sus aguas.

Y ahorita miramos cómo lo

arreglamos. Gracias, profe.

Miren, pues

están jugando al pelotazo

y dejaron solo a Rogelio.

Carlos tenés

que correr a la par del profe.

Yo le estoy sirviendo como pivote

y desde mediocampo.

¿Cuál es el trabajo del pivote?

Pues este es pivotear

en medio.

¿Quieren pivotear?

Silencio, muchachos.

Yo estoy hablando en serio, hombre, no sé.

Lo que necesitamos

es correr más por los lados.

Ahí miro que lo es también cabal.

Rogelio.

Diego necesito que te metas más

por la derecha, hombre.

Ta bueno, profe, pero Rogelio

tiene que meterle el acelerador también.

Dale, Diego, Voy a echarle ganas.

Aquí es donde necesitamos al Alex.

A que yo creo que va a centrar

el lugar del panqueque.

Yo sé que no es tu puesto acostumbrado,

pero nos vas a apoyar muy bien.

No se preocupe, profe.

Estoy más listo que nunca.

Así se habla, patojo.

Bueno, muchachos, a darle con todo.

Vamos, vamos, vamos. Podemos hacer eso.

Vamos, Vamos, equipo.

¿Dónde se metieron esos malnacidos?

Debe de estar entre

toda la gente que está viendo el partido.

¿Será

que no hay otro lado en donde esconderse?

Hay mucha gente, Crusty.

Y ahí está la demás gente del diablo.

Mel, No creo.

Llámate a los demás ese

y que rodeen el campo.

Órale.

No nos vamos de aquí sin despachar más

a la gente del diablo.

¡Vamos, vamos, Vamos, equipo!

¡Vamos, equipo! Profe.

Hubiera sacado al Carlos mejor.

No, hombre.

Necesitamos hacer más presión

en la delantera.

A tu derecha.

Rogelio.

Vamos a ver correr.

Ahora tú camina viendo hacia el centro.

¡Corre, Alex!

¡Corre!

¡Gol!

¡Gol!

¡Gol! ¡Gol! ¡Gol! ¡Gol! ¡Gol! ¡Gol! ¡Gol!

¡Gol! ¡Gol!

¡Gol! ¡Gol! ¡Gol!

Bien, Alex, con tu.

Buena, Buena, buena.

No lo veo por ningún lado.

Yo vi algo mejor.

Neco, mira quién acaba de hacer el gol.

Es el hermano. El diablo.

Vamos a darle al diablo donde más

le duele, compadre.

Hoy se va Alex, pero está

jugando el que pumas que es hoy es cuando.

Profe, mire.

¿Qué?

¿Qué cosa?

El club está entrando al campo.

¿Y ese qué hace aquí?

Alex, mucho cuidado.

¿Qué hace?

¿A dónde va, profe?

Tírala en una de las costillas.

¡Alex, cuidado! ¡No!

Juan Cruz.

Por la gran música.

Viejo pesado.

Se metió en medio.

Ganemos antes que la gente se nos venga

encima.

Ojalá se muera

ese viejo por mula. Vámonos.

Ese no.

Lo estoy. ¡Maldito!

¡Llamen a los bomberos!

Pero ya.

Toma mi mando.

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