Toma Mi Mano USA

Episodio 131: Dinero, orden y verdad

Episode Summary

Concha le ofrece ayuda económica a Jefferson, pero él no la acepta. Raúl llega y felicita a Jefferson por un rumor que oyó. Gabriel recibe ordenes de un superior, pero duda en obedecer. Bárbara busca a Carlos y le cuenta la verdad sobre lo que pasó en la excursión.

Episode Transcription

Es el momento de empezar de nuevo juntos.

Volver a nacer.

Toma mi mano.

¡Mamá!

Mi hijo. Me asustaste hoy. Disculpe, mamá.

Fíjese que Andrea está con sus papás

y yo tengo que hablar con ella.

Sí, ella me mandó unos mensajes y después

yo la llamé.

¿Y qué te dijo?

Que Emma está enferma.

¿Y qué es lo que tiene?

Todavía no sabe.

Tienen que hacerle unos exámenes.

¡Ay, Dios mío! ¿Qué será?

No sé, mamá.

Ay, mi hijo. ¿Y qué piensas hacer?

¿Te vas a ir? No, mamá.

¿Para qué me voy a gastar ese dinero?

Mejor deposito lo que tengo.

Eso le va a servir más a Andrea.

Y cuando me paguen, me voy a verlas.

Ya sabes que te puedo ayudar, Jefferson.

No tenga pena, mamá.

Ya le dije que voy a conseguir más dinero.

¿Pero de dónde vas a sacar dinero?

Mi hijo.

Pues ahorita venía

pensando en lo que me ofreció mi papá.

¿Qué cosa?

Es que en unos días va a hacer un negocio.

Le van a dar un ganado. ¿Ah, sí?

¿Y con qué dinero va a pagarlo?

No sé qué Cambalache es el que va a hacer,

pero ya el martes le dan el ganado.

Ay, mi hijo, Eso está raro.

Con que no haya ofrecido

uno de los terrenos.

No creo, mamá.

Además, ya le dije que yo estoy al tanto

de la finca para que no pase nada malo.

Pero ya ves cómo es tu papá.

En eso tiene razón.

Ojalá no sea así, Jefferson.

¿Pero qué tiene que ver lo del ganado

para que consigas más pisto?

Es que él me pidió que trabajara de lleno

en la finca para negociar el ganado.

Y pienso hacerlo.

Jefferson, no hagas eso.

No dejes de trabajar con la licenciada.

Lo que pasa es que es la única manera

que tengo de ganar dinero más rápido.

Y así también

terminamos de levantar la finca.

¿Pero qué seguridad tenés

que tu papá te va a pagar?

Tengo que hablar con él.

Si no me paga, tampoco dejo mi trabajo.

Mi hijo.

Tanto que te esforzaste en estudiar,

conseguir tu trabajo,

sacar adelante a tu familia

para que dejes las cosas así.

Nada más.

Tiene razón, mamá.

¿Qué hago entonces?

Pensalo bien.

Acepta mi ayuda, Jefferson.

Hoy. Después nos arreglamos.

Si se me arrancan las carretas,

yo le aviso.

Se lo prometo. Mamá.

¿Tu papá

y ustedes vieron un espanto o qué?

Buenas, papá. Aquí, hablando con mi mamá.

¿Ya te sirvo tu café, Raúl?

No, no, no, no, no.

Hoy no voy a tomar café. Entonces.

Hoy traje esto.

Vamos a empezar a tomar ahorita.

Papá.

Mejor dicho, vamos a tomar.

Ah, Hay que celebrar, Jefferson.

¿Celebrar que?

Eh. Por ahí me contaron que te vieron

con una muchacha.

Y qué buenota está.

Ya era hora, Patojo.

¿Cómo así?

Mi hijo. No es nada, mamá. No es nada.

Si hasta fotos me mandaron.

Mira. Te ves bien.

¿Contento? A la gran.

¿Y quién se la mandó?

Alguien por ahí.

Mira, Concepción, la que se consiguió.

Jefferson.

Ella es una compañera de trabajo.

Nada más que

ahora. Si le dice no

es en serio, papá.

Pero esa mujercita no es de aquí. ¿Verdad?

No, es de la capital.

Mmm. Ya se me hacía raro

que no la había visto por acá.

Entonces ella sí te va a dar el pato.

Ah, ya estuvo bien, papá.

Ahorita tengo cosas más importantes

de qué ocuparme.

Tranquilo, Jefferson.

Puro potro salvaje. Parece ese hombre.

Ya. Raúl, por favor.

Si él dice que es

una compañera de trabajo, así ha de ser.

Solo porque hoy ando de buenas.

No te contesto como debería.

Venite al comedor, Jefferson.

Te traes las copas. Concepción.

¡Papá! ¡Papá!

Si se va a hacer

el negocio del ganado. Sí.

¿Porque lo preguntas? ¿Eh?

Solo para estar seguro.

Aquí están las copas.

El martes salimos a la media noche.

Porque a esa hora, a esa hora

quedamos de hacer el negocio.

Ay, pero a esa hora es

bien peligroso. Cabal.

Por eso de una vez te digo que Mario y vos

tienen que ir con pistola.

¿Que qué?

Toma mi mano.

Vos jugaste a tus buenas desaparecidas,

mano.

Estoy en los arreglos para lo del Crusty.

¿Y qué?

Sigue con la misma rutina. Se Magic.

Si vos.

Los miércoles son los días que anda más

despistado.

Es mucho tiempo, hombre.

La onda es quebrarse, Pero ya vos decidís.

Diablo.

Si querés lo organizamos para el lunes.

Ahorita voy a llamar a todos y de paso

traigo unas chelas.

Me llegas, Judas.

Hoy regreso.

Alex.

Alex me lleva.

Patojo cabrón Nunca está.

Vos sí que eso es rápido, Judas.

Me han llamado de muchas formas,

pero no me habían dicho Judas,

me hago el mismo.

Que bueno que sepas quién

es tu jefe, Diablito.

Me extraña.

Vas a mi chante. Ese.

Pensé que vivías mejor.

¿Hay que despistar al enemigo, Sabes?

No me gusta echarme color.

Me llegas diablito.

¿Qué onda ese? ¿A qué se debe la visita?

Vine a darte un mensaje.

Y para que las cosas queden claras,

prefiero hablar de cara a cara.

Me lleva mi mago.

¿Cuál es la casaca?

Quiero que le bajen el molla.

Ese platito que traen con el Krusty.

No es bueno para el negocio.

¿Qué pasó? Ese.

Vos sabes que este territorio es mío.

Yo me lo gané a pulso. Mira, carnal.

La vez pasada te pedimos

que te ocuparas del Efraín y lo cumpliste.

Vos siempre has estado alineado.

Es que ahora es diferente.

No me interesan tus clavos.

Hasta en la noticia salió este asunto.

Y eso no me conviene.

Mano, Ellos empezaron este pleito.

Que se termine, Te digo.

Es una orden.

¿Entendido?

Sí, ya entendí.

¿Y qué querés que haga?

Que vayas a San Jacinto a reunirte,

hacer una tregua y arreglar las cosas.

Esa imagen no va a querer llegar.

Tiene que hacerlo

porque ya se le ordenó también.

Está bien, carnal.

Vos sabes que yo siempre cumplo.

Eso espero.

No quiero escuchar más de estos líos.

Porque la próxima vez regreso

y yo mismo lo arreglo.

Y vos sabés como ajusto las cuentas.

Tranquilo, mi mago.

Solo me dicen el día y la hora de la

reunión y todo se hace como vos digas.

Así me gusta, Diablito.

Al rato te damos los nortes.

Ya sabes, carnal, siempre en la jugada.

Vivo. Te quiero.

Ese es el jefe, Simón.

¿En serio? Vos.

¡Qué carrazo!

¿Que onda, mi diablo?

¿Qué hace el jefe por aquí?

Vino a darme una orden directa.

¿Quiere una tregua entre el basura,

el cross y nosotros?

No, hombre.

Quiere que nos reunamos

con la gente de ese maje.

Tal vez así se calman las cosas.

¿Y cuándo los esperamos?

Nos vamos a reunir en San Jacinto.

Eso está raro, Gabriel.

Hay que prepararse con todo,

porque a mí no me gusta este asunto

y no quiero ninguna sorpresa.

A mí también me da mala espina.

Esa onda está bien chueca. Mucha.

Entonces se cancela lo del cross.

¿Lo del instituto?

Sí, pero en la reunión

le vamos a enseñar a ese cabrón

que el líder acá sigo siendo yo.

¿Me llegas?

O sea que vamos a la reunión, mi diablo.

Le vamos a caer,

pero no vamos a llegar a mendigar nada.

Vamos a ir blindados.

Ese hasta los dientes, compadre.

Y si mejor esa reunión es en la capital

o en otro lado, pero no en su territorio.

No te mueves, carnal.

Sea donde sea la reunión,

el cross me va a besar los pies.

O se muere ahí mismo y se acabó.

¿Y por qué no lo arreglan

los de la capital?

Yo puedo con esto.

Vas a ver a tu hermano en acción, Alex.

Porque a esa reunión te vas con nosotros.

Toma mi mano.

Las espero la próxima semana.

No dejen de venir, que mucho lo necesitan.

Gracias, doña Olga. Feliz noche.

Feliz noche.

Que le vaya bien.

Sus consejos me van a ayudar.

¿Quién sabe?

Estamos para servirle, doña Olga.

De una vez le aviso

que no puedo venir a la próxima reunión.

¿Y qué pasa, Leti? ¿Cómo va a ser eso?

Es que viene una

mi hermana de los Estados Unidos

y voy a acompañarla

a hacer una de sus mandados.

Vuestra. A ella se la ha. Ella también.

Ya sabe que es bienvenida.

Bueno, yo le aviso.

Feliz noche, doña Olga.

Buenas noches.

¿Qué te trae por aquí, Bárbara?

Necesito hablar con Carlos.

¿Y para qué nos tenemos que poner

de acuerdo?

Para un trabajo que tenemos que entregar.

Pero eso lo

pueden platicar en el instituto.

Es que es para el lunes.

Platiquen mañana.

Es que voy a salir con mis papás

todo el fin de semana.

Bueno, pues ahorita te lo llamo.

Carlos. Carlos.

Espéralo aquí. Ya sale.

Carlos.

¡Carlos!

¡Ay! Te busca

esa muchachita amiga de la Lucía.

La tal Bárbara.

¿Bárbara? Sí, esa.

Te encargo

que no te estés mandando con ella también.

Ya suficientes problemas

tenemos con la Lucía.

No se preocupe, con la Bárbara,

solo besitos de besito

en besito se saltan las trancas.

No se exagera.

De todos modos, te lo advierto.

¿Y qué quiere?

Ella dice que viene a platicar

de un trabajo del instituto.

No te tardes.

Bueno, voy a ver.

¿Qué pasa?

¿De qué trabajo hablas?

Vos sabes que no es cierto.

¿Qué querías que le dijera a tu mamá?

Y entonces vos.

Qué pesado. Nunca me había tratado así.

Estoy cansada, humano.

Mañana me toca, entreno

y tengo que madrugar.

La verdad es que extraño nuestros paseítos

los dos solitos.

Acordate que vos

me dijiste que solo besitos y abracitos.

Nada formal, pero me hace falta.

¿Y si no tenés al Alex?

Pues con aquella nada.

Y menos ahora, con todos esos

sus rollos a la Pedro.

Ya sabes que ahorita

tengo puesto el ojo en la Lucía.

No puedo creer que estés tan colgada

de aquella como para que no me dediques

algo de tiempo.

La verdad es que tengo que resolver

unas cosas con mi Lucy.

¿Es cierto que te ibas a escapar con ella?

Una vueltecita, nada más.

La gente todo lo exagera. ¿Qué?

Y no estabas pensando en mí.

¿Y eso qué derecho

crees que tenés conmigo?

Puede ser suficiente como para reclamarte

lo que estás haciendo.

Vos a mí no tenés que reclamarme nada.

Sabes que a la que quiero es a Lucía.

Conmigo no vas a jugar.

A mí no me podés ignorar, Carlos.

Baja la voz,

Bárbara. Mi mamá te puede oír.

De todos modos, doña Olga,

preferiría que yo fuera tu novia.

Y no en eso Estás equivocada.

Para mi mamá no hay patoja en San Juan,

Renacimiento que me merezca.

Pues sea como sea,

yo tengo más derechos que Lucía.

¿Por qué decís eso?

Porque no fue Lucía. ¿Con quién

te acostaste en la excursión?

¿Fue conmigo?

Sí. Qué mentira.

¿Vos, Casaca,

Me estás dando con tal de tenerme un rato?

Es cierto.

Fui yo la que estuvo con vos. No, Lucía.

Pero yo creí.

Y Lucía también

que los dos estuvimos juntos esa noche.

Vos la dormiste

y ella no se acuerda de nada.

Por eso cree lo que le estás diciendo.

Pero yo sí me acuerdo.

Vos estabas más borracho que la botella.

¿Estás seguro que era Lucía? Pero.

¿Y qué pasó con ella?

Ni que se hubiera levantado dormida.

Es que no se levantó.

La levantaron.

Dormía. ¿Qué estás diciendo?

No me vengas con esas mentiras.

Vos lo hacés porque estás celosa de Lucía.

Si no me crees, pregúntale al Alex.

¿Qué diablos tiene que ver aquel Ernesto

en el ratito que te fuiste?

Alex se llevó a Lucía.

¡Desgraciado! Me las va a pagar.

Y para que no te quedaras burlado.

Yo estuve ahí.

Te hice compañía y lo pasaste

tan bien que no podés olvidar esa noche.

No puede ser.

Ya ves como no te conviene.

Con ella me lleva.

Qué mala suerte la mía.

Pero de que voy a tener a Lucía.

Eso no lo dudes.

¿Y yo qué?

Tenés que pensar que debes responderme.

Yo a vos nunca te he tomado en serio.

A mí la que me interesa es Lucía.

Una cosa te digo, Carlos.

Si no te quedas conmigo,

tampoco te vas a quedar con Lucía.

Toma mi mano.

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