Carlos le alega a Alex por lo sucedido en la excursión. El enojo se sale de control y Lucía debe llegar a separarlos. Rogelio y Ruth toman un café y de repente se escucha un alboroto: El Mercado de San Juan está en llamas. Los chicos tratan de apagar el fuego y Alex hace algo inesperado.
Es el momento de empezar de nuevo juntos.
Volver a nacer.
Toma mi mano.
Vos, Alex.
Te caíste de la cama.
Qué temprano veniste.
Es que ya no quería estar en la casa.
¿Te peleaste con tu hermano en el Diego?
Es que estoy preocupado
con lo que le pasó a Don Cruz.
A Simón. Es cosa seria.
Él siempre ha creído en mí.
Nunca le ha importado
lo que dijera la gente.
Hasta te llevó a su casa.
Don Cruz
me hizo sentir parte de su familia.
Lástima que a doña Betty no le caes bien.
Si vos siempre recuerda lo que le pasó al
Marvin.
Alex. Alex.
Necesito hablar con vos.
Pero ahorita voy. Espérame, Diego.
Voy a ver que quieres. Té mágico.
Nel, No te voy a dejar solo.
Vamos a ver que onda.
¿Qué te pasa, mano? ¿Qué mosca te picó?
Lo que es con el Alex también
es conmigo. Carlitos.
Vos mejor cállate el hocico
o vas a salir perdiendo.
Tranquilo, Diego. No te metas.
Yo voy a arreglar las cosas
de una vez con este.
¿Que onda
te traes con Lucía? ¿Que onda? ¿De qué?
No te hagas el tarado. ¡Cuidado!
¿Cómo me hablas?
Mejor cálmate.
¿Vos te llevaste Lucía
la noche de la excursión, verdad?
Yo no tengo que explicarte nada.
¿Por qué te metes en lo que no te importa?
Si se trata de Lucía. Si me meto.
Ella es mi amiga.
Y no voy a dejar que nadie le
chingue la vida. Tu amiga será
por siempre las ganas.
Déjate de cuentos.
Pero como yo te la gané.
Andas viendo cómo me la quitas.
Chica, ella no es un trofeo.
Ni para mí ni para nadie.
Ni que fuera competencia.
Pues si es competencia. Y yo gané.
Lucía es mía.
Para que lo tengas bien clarito, Manu.
Si me llevé a Lucía esa noche.
¿Y qué desgraciado
te la planteaste, verdad?
Aquí el único desgraciado
sos vos que decís.
Sabes que en sus cinco sentidos
no conseguís nada con ella.
Por eso la drogaste. Sos un maldito.
Te voy a romper la cara.
Ni te puedo decir de qué están hablando.
Tanto a mí como amigo.
Oh, perdón.
¡Carlos!
¿Qué les pasa, Alex?
Mejor vámonos.
¿Qué estás haciendo, Alex? Yo.
Mejor pregúntale
al valiente de tu noviecito.
Que él te lo explique.
Carlos.
¿Por qué se estaban peleando? Mi Lucy.
Yo no sé qué le pasa a Alex.
Él empezó a insultarme y.
Mira, me pegó. Alex. ¿Pegarte a vos? Si.
Solo porque anda en rollos con su hermano
quiere venirme a demostrar que él
es más hombre que yo.
Alex nunca había hecho eso.
Para que te des cuenta
como cambian los cuates de plano
Gabriel lo está haciendo cambiar.
Lo bueno es que vos lo pensaste bien
y te alejaste de él.
Él se alejó de mí.
No sé por qué.
Yo sí te puedo decir por qué.
Porque ese ya es un delincuente.
Pero ya no hablemos más de él.
Mejor hablemos de nosotros. ¿Vos
crees que hay algo de qué hablar?
Yo sé que te fallé, mi amorcito.
Y me siento mal por eso.
Yo creí en lo que me dijiste, Carlos.
Me arriesgué. ¿Y para qué?
Te juro que si me das otra oportunidad,
no te vas a arrepentir.
No, ya no quiero hacer esto.
No me trae nada bueno. Y ya vas otra vez.
Deja de estar pensando en
lo que va a decir tu abuela o los demás.
Te prometo que voy a mover
cielo y tierra para hacerte feliz.
Además, acordate que ya sos mía.
¿Quién te va a querer como yo?
Pero mi familia.
Ni doña Esperanza,
ni mi mamá, ni nadie nos puede separar.
Vámonos de aquí.
Empecemos nuestra propia familia.
¿No me vas a dejar plantada otra vez?
No, mi amor.
Yo conozco un lugar seguro
para que no me esperes en la calle.
Te puedes quedar unos dos días
allí y yo llego por ti.
¿Estás seguro, Carlos? ¿Y mi Lucy?
Lleva tus cosas.
Después agarramos camino y todos
nuestros problemas se van a terminar.
¿Qué decís?
¿Vas a cumplir lo que me estás ofreciendo?
Ya no te preocupes, mi amor.
Esta vez no te voy a fallar.
Toma mi mano.
Pues me costó
un poco convencer a Silvia
para salir de la casa de mi mamá.
Pero al final aceptó. Silvia es una niña.
Es comprensible que esté confundida.
Gracias por todo el apoyo que nos están
dando en asociación.
Licenciada Iris.
He visto como ayudan a tantas personas
que están pasando
por problemas de violencia sexual.
Nosotros no nos quedamos
de brazos cruzados y estamos para ayudar.
Cuéntame. ¿Dónde están viviendo?
En un apartamento aquí.
A la vecindad de la cafetería.
Es importante que Silvia
siempre esté acompañada.
Después del instituto,
la voy a dejar a la casa de doña Marta,
la comadrona del pueblo. Ah, sí,
La conozco.
La hemos encontrado en las capacitaciones.
Ella es una señora activa
y muy buena persona.
Nosotras confiamos mucho en ella.
Eso está bien.
¿Y cómo van las cosas
con la búsqueda de tu papá?
Todavía estamos en eso.
¿Usted cree que hay algún problema
para que Silvia se quede conmigo?
No Por la situación que están pasando
las autoridades.
Otorgaría una medida de seguridad
a favor de la niña y la
pondrían a tu cuidado
en calidad de familia ampliada.
Qué buena noticia.
Por eso es necesario que vayas con
Silvia a hacer la denuncia.
Aún no he podido convencerla
para ir al Ministerio Público.
Por eso queremos darles el acompañamiento.
Tu hermana debe comprender el peligro que
corre al no denunciar a su tío Antonio.
¿Qué puedo hacer?
Haz tú la denuncia
y después tiene que ir Silvia.
Sí, pero va a ser alguien especializado
que va a hacer la entrevista con ella
y sabrá tratar el tema sin afectarla.
Mi hermana cree que el tío Antonio
es como un padre para ella.
Mira, Ruth, los niños
tienen muchos temores por lo que piensen
sus padres.
Miedo a decepcionarlos
o que los culpen por lo que pasó.
Pero con terapia es posible superarlo. Sí.
Yo no quiero que Silvia crezca con miedo
a decir las cosas.
Por eso es importante
no quedarse callado y denunciar.
¿Entonces, cuándo quieres que vayamos?
La próxima semana, Licenciada.
Ruth, recuerda que no están solas.
Lo sé. Muchas gracias, Licenciada Iris.
Espero tu llamada para
que nos pongamos de acuerdo con la hora.
Hola, Ruth.
¿Me esperaste mucho tiempo?
No. Fíjate que hace un rato
me reuní con la licenciada Iris.
Aquí, en la cafetería. Se acaba de ir.
¿Y en que quedaron?
La semana que viene vamos a ir a poner
la denuncia al Ministerio Público.
Qué bueno. También
tengo algo que contarte.
¿Localizaste a mi papá? Sí, Ruth.
Encontré a don Pedro y nos va a ayudar.
Va a venir a Guatemala a verlas
a ti y a Silvia.
Me dijo que les dará todo el apoyo
que se necesite.
Bueno, yo solo
necesito que me ayude con lo de Silvia.
No quiero nada más de él.
Menos por compromiso.
Yo sentí que fue sincero en sus palabras.
Ruth.
Qué difícil ver otra vez
a alguien que te abandonó.
Será bueno resolver las cosas.
O por lo menos aclararlas.
Así cada quien podrá seguir con su vida.
Ojalá.
Recuerdo el día que mi papá se fue
y Silvia solo por foto.
¿Lo conoce?
Él me dijo que quiso hablar con ustedes
y que mientras más tiempo pasó,
menos valor tuvo para buscarlas.
También me comentó que
tu mamá le dijo que era mejor así.
Mi mamá nunca me dijo nada.
Según don Pedro,
ella le dijo que estaban mejor sin él.
¿Será cierto lo que él dice?
Eso no lo sé.
Ruth, dale una oportunidad a tu papá.
Habla con él.
Ya. Entonces decidirás si creerle o no.
Pero él nos abandonó.
Por eso deben hablar.
Él es a quien le corresponde
responder todas sus preguntas.
Creo que tiene razón. Bien.
Ahora cierra los ojos.
¿Para qué?
Te tengo una sorpresa.
¿Y esto? Sí.
Un regalo de Don Pedro.
Conozco ese sonido.
Es. Es la cajita de música que veíamos
cuando iba a la escuela.
Todos los días
le pedía que me la comprara.
Y él me dijo que sería
tu regalo de cumpleaños.
Tu papá estaba muy nervioso
ese día y olvidó dártelo.
Pero la guardó todo este tiempo.
¿Cómo no iba a estar nervioso
si nos dejo en mi cumpleaños?
Vaya regalo que me dio Ruth.
Creo que él quiere arreglar las cosas.
No sé qué pensar de mi papá, Rogelio.
No lo juzgues aún.
Ahora, don Pedro
quiere apoyarlas a ti y a Silvia.
No quiero nada de él.
Parece que don Pedro sí Quiere algo de ti.
¿De mí?
Yo que podría darle tu perdón.
Así como tú lo
dices. Se escucha tan fácil.
Bueno, eso solo tú puedes decidirlo.
El primer paso ya está dado.
Es así y no hay marcha atrás.
Sabes, Rogelio,
quiero aprovechar para agradecerte
todo lo que haces por nosotras y
por estar a mi lado.
Nunca te dejaría sola, Ruth.
Te he extrañado tanto, Rogelio.
Hace tiempo que esperaba este abrazo.
Que damos en el mercado.
No puede ser. ¡Dios mío!
Por favor.
¡Por favor, muévanse!
¡Ay! Vengan para acá, que nos necesito.
Qué cerca llegó la otra motobomba.
Con esas dos controlamos el incendio.
Gracias, oficial.
Rápido, evitemos que el fuego se extienda
al área de los comedores.
Vamos a ir al supermercado a cortar
la corriente eléctrica y a retirar
combustible.
¡Muévanse rápido!
Jefe.
¿En qué podemos ayudar?
Fíjate, Rogelio,
que necesito que busques al comisario.
Hay que retirar a las personas
que no tienen nada que hacer aquí.
Se ponen en riesgo
y complican nuestro trabajo.
Lo voy a buscar ahorita.
Y que mantengan despejada las vías por si
necesitamos el paso para las ambulancias.
Le voy a preguntar a él
en que nos pueden ayudar
los chavos del instituto que ya vinieron.
Todavía hay personas adentro del mercado
y necesitamos evacuar las.
Lo mejor es
que los jóvenes se mantengan al resguardo
y si ven a alguien por ahí,
que lo alejen del mercado.
Está bien, jefe. Ahorita voy.
Mire, allá está doña Tencha.
Ella puede decir
si hay personas que no han podido salir.
Gracias, Rogelio.
Lo más importante es salvar a la gente.
Cualquier cosa te aviso.
Que no tenemos agua, porfa.
Hay que tirar agua
en los puestos de madera.
¡Rápido!
Alex llegó.
Dicen los bomberos que paremos
el acarreo de agua.
Es peligroso seguir entrando al mercado.
Pero.
Y entonces llegaron dos motobombas
cargadas.
Ojalá eso alcance.
Ojalá por justo cargue la cubeta llena.
Hicimos lo que pudimos, Diego.
Lo que me pidieron fue
que alejara la gente lo más que se pueda.
¿Y cómo le hacemos ahí a esas dos
policías?
El comisario Popov
necesita que le ayuden
a poner la cinta amarilla
para que la gente no se acerque
al incendio.
Panqueque llegó.
Vamos a ayudar a poner esa onda.
Según el recuento que hicimos,
ya no hay nadie en esta área del mercado.
Jefe Amílcar.
Qué bueno, doña Tencha, porque aún
no se controla del todo el fuego.
Listo, jefe.
Los patojos ya pusieron la cinta amarilla.
Gracias, Rogelio,
Pero la gente no se quiere retirar.
Ahorita voy a hablar por el altoparlante.
Señores, por favor.
Necesitamos que se alejen un poco más
de la zona del incendio.
Aún no se extingue el fuego
y debemos hacer nuestro trabajo.
Mire, jefe,
nosotros que somos del comité del mercado,
queremos seguir ayudando con
haber evacuado.
Es suficiente, doña Tencha.
¿Está segura que ya salieron todos?
Todavía hay fuego en el área sur.
No puede ser. Es el área de los comedores.
Sus compañeros hacen todo lo posible
por contener el fuego.
No podemos permitir que las llamas
alcancen los tanques de gas
que no dio tiempo a sacar.
Por eso necesitamos que se alejen.
Jefe. Vamos a entrar. Ahorita vuelvo.
¿Oíste eso, Diego?
Cerca de los comedores
está el local de doña Betty.
Seguro. Ya salió.
Tranquilo, Alex.
Ha de ser en el hospital con don Cruz.
Yo sí la vi entrar hoy a su puesto, pero
no estoy segura de haberla visto salir.
Aquí afuera no está.
¿Y si se desmayó y ya no pudo salir?
Entonces tal vez sigue adentro.
Jefe. Jefe.
Parece que alguien se quedó ahí adentro.
¿En serio? Despejen. Háganse para atrás.
Tenemos que.
No puede ser, Doña Betty.
Yo voy a sacarla.
Ay, patojo. No podés entrar, Alex.
Es el trabajo de los bomberos.
La voz, Compañeros.
Hay una persona
entrando al área de la explosión.
Repito, está entrando una persona
al área de la explosión.
Cambio.
Doña Betty.
¿Dónde está
doña Betty?
Ella.
Betty.
Hay que salir de aquí.
¿Dónde está?
Patojo.
¿Qué estás haciendo aquí?
Hay una persona atrapada.
El saliste que es peligroso.
No puedo.
Doña Betty.
Doña Betty. ¿Me escucha?
Por favor, levántese.
¡Ay, no!
No puedo. Ayúdame, por favor.
No puedo.
¡Cuidado! ¡Ay!
¡Ay! Tenemos que salir de aquí.
¡Ya! Ya no puedo caminar.
Mi hijo.
¡Ay! Venga.
Yo la ayudo.
La voy a cargar.
Tenemos que salir ahora.
¿Ahora?
Sí, por favor.
Necesitamos refuerzos.
Vamos.
Ahí viene Alex con doña Betty. Ayúdenlo.
No podía ver nada.
Mucha.
No sé ni cómo salimos.
Te expusiste mucho, Alex.
Traigan oxígeno para la señora
y atiendan al muchacho.
Ahorita la van a atender. Doña Betty.
Gracias por sacarme de ahí.
Si no fuera por vos,
hubiera muerto por mí. El.
Que así es mi hijo.
Por mí, tu
por el contento.
Doña Betty.
Doña Betty.
Toma mi mano.
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