Betty y Alex llegan al hospital después del incendio del mercado. Cruz sigue inconsciente, pero algo inesperado sucede. Ruth llega a casa a traer sus cosas y el tío Antonio la encuentra sola. Emma sigue muy enferma y Andrea recibe un mensaje que le romperá el corazón.
Toma mi mano.
¿Y a quién se llevaron en esa ambulancia?
Pues a doña Betty. Fíjese.
Este incendio es una verdadera desgracia.
Lo que yo quisiera saber
es cómo empezó el fuego.
Pues resulta que nadie vio nada.
Todo esto pasa
porque hay gente inconsciente.
Pues entre que son peras o son manzanas.
Ojalá que lo de Betty no sea grave.
La tos es normal
por la inhalación de humo, Doña Betty.
La veo bien, pero la vamos a tener un poco
más en observación.
Gracias, doctora.
Los muchachos que vinieron con usted
en la ambulancia quieren verla.
Sí, doctora.
Por favor, que pasen.
La veo más tarde.
Con permiso, Doña Betty.
Pasen, muchachos.
¿Cómo estás, Alex? Bien.
Sólo me pusieron oxígeno un rato,
pero estoy bien.
La doctora
dijo que no tienen ninguna complicación.
Gracias a Dios.
Y a este muchacho
que arriesgó la vida por salvarme.
Gracias, Alex.
No, doña
Betty no tiene nada que agradecer.
Debo hacerlo.
Y ahora, aprovechando que estamos todos
aquí,
quiero que me lleves al Intensivo
allá donde está Cruz.
Yo también quiero saludar al profe.
Bueno, si usted me lo permite.
Alex,
no creo que te dejen pasar al intensivo.
Nada se pierde.
Comprobar. Hablemos con la doctora.
Vayan.
Yo aquí los espero.
Usted sabe que solo familiares
pueden entrar a sala de intensivos.
Sí, doctora, lo sé.
Pero este muchacho
es como un hijo para Cruz.
Por favor.
Porfa, Doc. No sea mala.
Solo un ratito.
Bueno, Don Cruz ya está bastante estable.
No creo que haya ningún problema.
Pueden pasar un minuto nada más.
Gracias, doctora.
Solo un ratito. Y luego nos salimos.
Venía Alex.
Hay que ponerse las batas
y las mascarillas.
Cruz, Vine a verte.
¿Sabes quién está conmigo? Alex.
¿No te da gusto?
El profe Cruz.
Buenas noches.
Al fin puedo verlo.
La doctora dice que se está recuperando.
¿Te cuento una cosa?
Hubo un incendio en el mercado.
Ya todo se apagó. No te preocupes por eso.
Pero lo que quería decirte
es que si no fuera por Alex,
yo no estaría aquí contigo.
Él entró y me salvó, profe.
Todos lo extrañamos. Mi hijo.
¿Cuándo vas a despertar?
Yo he estado equivocada por mucho tiempo
y necesito decírtelo.
Pero quiero verte a los ojos.
Profe Cruz,
sé que usted ya no confía en mí.
Y yo tengo la culpa de eso.
Pero usted es mi ejemplo de lucha.
No se puede dar por vencido.
Despierte, por favor, profe.
Alex, no hay que forzarlo.
Es mejor esperar. Profe.
Profe Cruz.
Doña Betty. El profe Cruz abrió los ojos.
Cruz. ¡Cruz! Despertaste.
Aquí estoy, mi amor. Doctora. ¡Enfermera!
Que alguien venga, por favor.
¿Qué pasó?
¿Qué hicieron?
Nada, enfermera.
Solo se despertó.
Abrió los ojos y ya. A un lado, por favor.
Necesitamos quitarle los aparatos.
Permiso. El paciente despertó, doctora.
Está estable.
Ayúdeme a quitarle este tubo.
Tranquilo, doctor.
Ya vamos a terminar esto.
Respire. Eso.
¿Listo?
Enfermera, Un poco de agua.
Solo un poco. Don Cruz.
Muy bien.
La enfermera va a monitorear sus signos.
Ahora, por favor, déjennos revisarlo.
Despídanse
y cuando lo traslademos en cama.
Miento.
Van a tener más tiempo para estar con él.
Despertó Rogelio.
El profe despertó. ¿En serio?
Qué buena noticia.
Sí, Voz
No habló, pero reconoció doña Betty
y me dio ahorita lo están examinando
y yo voy a estar pendiente.
A ver qué dice la doctora. Don Cruce
va a mejorar.
Estoy seguro de eso.
Yo también, Rogelio. A todo esto, Alex.
No te mandaron descanso
porque respiraste mucho humo.
Solo me dijeron que descansara
un par de días.
Pero yo estoy bien.
Y ahora que despertó
Don Cruz, todo va a estar mucho mejor.
Toma mi mano.
Que le vaya bien, señora.
El siguiente. Ya nos toca.
Vamos. Ahorita venimos nomás.
Vaya, mija.
Aquí las espero.
Pasen, por favor.
Cuéntenme en qué puedo ayudarlas.
Ay, doctor.
Aquí traigo
los resultados de los exámenes de mi hija.
A ver.
Ema Orellana. Mmm.
Vamos a oír cómo están sus pulmones.
Suban a la camilla.
Esté lista.
Tranquila, Ema. A ver.
Respira profundo, Ema.
Eso una vez más.
¿Otra vez
te duele aquí, en el pecho, al respirar?
Sí que se fatiga muy rápido
sólo con caminar.
¿Ha tenido fiebre? Sí.
Y suda frío. ¡Ay! ¿Qué tiene, doctor?
Por lo que veo en la radiografía
y los síntomas,
lo que tiene Ema es bronquitis.
¿Y qué puedo hacer, doctor?
Vamos a darle un tratamiento de inmediato
y esperemos que no sea
necesario hospitalizarlo.
Tanto así, doctor.
Los casos de bronquitis son delicados
y pueden complicarse.
Pueden evolucionar a neumonía.
Me voy a quedar aquí, Mami.
No, Mi amor.
Vamos a regresar a la casa.
Tiene que empezar
a darle estos antibióticos desde ya.
Aquí, en el centro de salud
tendrán esta medicina.
No, señora.
Fíjese que esto los puede conseguir
en cualquier farmacia.
Lo que sí es que son un poco caros.
Gracias, doctor.
Tiene que haber cambios en 48 horas.
Si no es así, debe traerla de inmediato.
Está bien, doctor.
Muchas gracias. Que le vaya bien.
Que te mejores, Ema.
Gracias.
¿Qué pasó, mija?
Nada.
Tiene bronquitis, mamá. Ay, Dios.
Mi muchachita.
Vamos, mamá.
Así preguntamos cuánto
cuestan las medicinas.
¿A ver para qué me alcanza?
Aquí está el tecito, mija.
Gracias, mamá. ¡Ema! Toma un poco de té.
No quiero, mami.
Tengo sueño.
Sólo un poquito, mi amor.
No, yo quiero a mi papi.
Ella quiere que venga mi papi.
Mejor déjala que se duerma.
Se ve cansadita.
Bueno. Duérmete, pues. Ahí afuera.
Voy a hacer.
Regreso en un ratito para allá.
Mami.
¿Qué voy a hacer, mamá?
Está bien caro
la medicina que le dejaron.
Ya no tenés
nada de lo que te mandó el Jefferson.
Es que me mandó muy poco.
Yo tenía que pagar unas cuentas
del producto que todavía tengo que vender.
No imaginé que más se iba a enfermar.
Solo me alcanzó para los exámenes.
Y el jarabe para la tos.
Ay, Dios mío.
Ya preguntaste en otras farmacias.
En cinco lugares.
En unas está el mismo precio
y en otras hasta más caro.
Lo encontré.
¿Mija, tenés tos? 200 quetzales.
Que pena con usted, mamá.
No es nada, mija.
La cosa es que logres comprar algo.
Pues con esto
logré comprar el antibiótico y el suero,
pero queda pendiente las ampollas.
Voy a hablar con tu papá.
Tal vez él te pueda ayudar con algo más.
Y al fin.
¿Qué es lo que tiene la niña?
Pues bronquitis.
Y sé que ratos la hubieran llevado
con el doctor.
De ahí venimos, comadre. ¿Y tu marido?
¿Dónde está Andrea?
Tía, dejemos eso, por favor.
¿Es que no puedes estar sola?
Jefferson
tiene que hacerse cargo de los gastos.
Él le mandó para los exámenes.
Paulino y yo
vamos a darle para las medicinas.
Ustedes no tienen por qué meterse.
Ya mucho hicieron por sus hijos, comadre.
Tiene razón, tía.
Estaba pensando en llamar a Jefferson.
Muy bien, Andrea.
Contale todo y pedile
el doble de lo que cuestan las medicinas.
Ay, tía.
Lo voy a llamar
porque él tiene que saberlo de Emma.
¿Y esto?
Ay, no puede ser.
¿Qué pasó, Andrea?
Alguien me mandó una foto de Jefferson
con una mujer.
¿Qué?
Toma mi mano.
Hola, Rogelio.
Hola, Ruth.
Perdón, no vi la hora.
Es que todavía
hay mucho que hacer aquí en el mercado.
Y después de ir a ver a Don Cruz,
vine a ayudar un rato.
Rogelio, andá a descansar.
Te va a hacer bien.
Por mí no tenga pena, comisario.
Si necesita que Rogelio se quede.
Nada de eso, señorita.
Ya Rogelio colaboró bastante
y no hay que dejar esperando a una dama.
¿Sabe, comisario?
Por esa vez sí le tomo la palabra.
Nos vemos mañana.
Cualquier cosa.
Yo te llamo.
¿Y cómo está doña Betty?
Bien.
Inhaló humo en el incendio,
pero ya está recuperada.
Y más feliz que nunca.
Porque despertó Don Cruz. Sí.
Ay, qué alegre. Qué bueno por ellas.
Ahora que estuviste en el mercado.
¿Viste a mi mamá?
No, pero de ese lado no pasó nada.
Ella debe estar bien.
Ojalá.
Ya saben cómo empezó el fuego.
Todavía no.
La policía sigue investigando.
Ah. ¿Y tú cómo estás?
Con todo lo que ha pasado,
Ya no terminamos de hablar de tu papá.
Me pone nerviosa pensar que va a regresar.
Y voy a verlo.
No sé ni qué decirle.
¿Qué tal un hola chistoso?
Bueno, llegamos a la casa.
Antes de entrar,
tengo algo más que decirte.
No me asustes, Rogelio.
¿Qué es? ¿Ruth?
No he dejado de pensar en ti un solo día.
¿Quieres ser mi novia otra vez?
Rogelio,
tú sabes que sí.
Sí. Bravo por los novios.
Aquí están sus flores, Señorita Silvia.
Mmm. ¿Estabas oyendo detrás de la puerta?
Ya sabes cómo es.
Y no podíamos celebrar sin antes
saber qué le ibas a contestar a Rogelio.
Entren.
Hay horchata para que se refresquen.
Sabía que ibas a decir que sí.
Tú lo planeaste.
Casi.
Ya sabes que Rogelio necesita ayuda.
Eso es cierto.
Y como me recordaron que te encanta
el pastel de chocolate con almendras.
Compramos uno para celebrar.
Yo ya quiero comer pastel.
Bueno, sirvamos de una vez.
Sin tu permiso.
¿Terminaste de pasar todas tus cosas
al apartamento?
No pudimos sacar nada de la casa de mi
mamá.
Creo que voy a aprovechar de una vez
para ir por la ropa de Silvia.
Si quieres despierto.
Rogelio se quedó bien dormido
de lo cansado que regresó.
No, doña Marta, puedo ir sola.
¿Estás segura?
A mí ni me miren, porque quiero quedarme
aquí viendo mi programa favorito
con doña María.
No se preocupen, voy a estar bien.
Regreso en una media hora.
Ten cuidado, Ruth.
Ahí Me traes mis pantuflas favoritas.
Porfa.
¿Lista?
Ya está todo empacada.
¿Quién anda ahí?
Ay, ese señor Otra vez.
¿Regresaste, Sweety?
Solo vine a traer unas cosas.
Pero no se preocupe, que ya me voy.
Coman. ¿Por qué me haces esto?
He hecho tantas cosas por ti
y así me pagas Yo.
¿Qué le pasa a usted?
Todo lo que ha hecho ha sido lastimarme.
Destruir mi vida.
Y no voy a aceptarlo más.
¿No está segura?
Eh, tío.
¿Qué hacen?
Estamos solitos.
¿Podemos volver a jugar como antes?
¡No! ¡Suéltame!
¡Suéltame! ¡Suéltame!
No hay nadie, Ruth.
Está sola conmigo otra vez.
¡No! ¡No!
¡No! ¡Por favor!
¡Auxilio!
¡Auxilio!
Cuando eras pequeña,
te gustaba abrazar a tu tío favorito.
Porque ahora no
quieres ser buena con tu tío Antonio.
Ya le dije que eso no va a pasar otra vez.
Te equivocas. Mi.
Este es nuestro momento.
Oh, ya sé que me entiendes.
¡Quieta!
Te digo.
Yo quería que fuera por las buenas.
Pero si no quieres, igual vas a ser mía.
No lo.
Que bien.
Me hace sentir.
Toma mi mano.
Ruth enfrentó abuso sexual
nuevamente por su tío Antonio.
Una realidad
que muchos sobrevivientes temen revivir.
Si tú o alguien que conoces está
pasando por algo similar a Ruth.
Recuerda, no es tu culpa. Y no estás sola.
Visita triple W. Punto. Toma mi mano.
Punto vs diagonal Recursos
Encuentra la ayuda
y el apoyo que necesitas
para cuidar de tu bienestar.
Este proyecto fue desarrollado
por Population Media Center.