Toma Mi Mano USA

Episodio 137: La búsqueda empieza

Episode Summary

Gabriel resulta mal herido en el enfrentamiento de pandillas. Krosty aparece y hará algo terrible. Raúl sigue herido en casa y humilla a Doña Concha, quien quería ayudarlo. Antonio está preocupado porque Ruth lo denunció. De repente, el Ministerio Público llega a buscarlo.

Episode Transcription

Toma mi mano.

Comisario.

Se acaba de accidental un carro.

Pero hay disparos.

No podemos acercarnos.

Parece que hay varios heridos.

Necesitamos pasar ya. Lo sé, jefe.

Los agentes están haciendo su trabajo.

Pero en este momento hay mucho peligro.

Ya vienen los refuerzos, comisario.

Esperemos que sea rápido.

Las ambulancias no pueden entrar.

Podemos bordear el predio.

Está bien, oficial,

pero no necesitamos más víctimas.

Como usted mande, mi comisario.

Gabriel, despiértate.

Despiértate, hombre.

¿Qué pasó?

¿Dónde estamos?

¿Chocaste con un árbol?

¿Qué pasó con el cabrón del Crosby?

Eso no importa, Gabriel.

¿Estás herido? Tenemos que salir de aquí.

Ayúdame a salir del carro.

La puerta está trabada.

Debe salir por la ventana.

¿Me lleva?

No creí que fuera tan grande.

La herida del navajazo.

También le dispararon al carro.

Creo que te dieron un balazo.

Gabriel y los demás

se largaron en los otros carros.

¿Por qué no dejan de disparar estos majes?

Ya vino la policía.

Ahora les están disparando a ellos.

¡Maldito!

A ver si me jodieron.

¡Ayuda! ¡Ayúdenme!

¿Dónde están los bomberos?

Alex.

Todos se fueron.

Pero vos no me dejaste solo, Carney.

Sos mi hermano, Gabriel.

Mi familia.

A esta hora

deberíamos estar celebrando

la muerte del Krusty.

Y no en esta chatarra.

¡Gabriel!

Gabriel, Tenemos que salir de aquí.

Apesta a gasolina.

Se debe estar derramando.

Date voz, Alex.

Si te ven afuera, te va a llevar al bote.

No, no te voy a dejar.

Me estoy muriendo, carnal.

¡Me lleva la chingada!

Tranquilo, Gabriel.

Se está calmando la balacera.

Ya vienen los bomberos. Yo fui

el rey de San Juan.

Hace lo que quise y no me arrepiento.

Sí, hermano,

pero mira donde nos trajo todo eso.

Así es la vida.

Hay que arrimarse como sea.

No importa

que nadie te quiera en este pueblo.

La vida no tiene que ser así, Gabriel.

Ya sabes como soy, Alex.

Y solo quiero pedirte una cosa.

¿Qué?

Oíme bien.

Tenés que vengar mi muerte.

Cuando mates al Di,

vos vas a ser el jefe.

No, Gabriel, no digas eso.

No seas cobarde.

¿Que me vendés?

Te digo.

Calmate, Gabriel.

Ahí viene alguien.

¿Quién es?

Si, Ve por el humo.

¡Auxilio!

Aquí estamos.

Sos duro, diablo.

Te di con la navaja.

Te disparamos.

Chocaste y todavía estás vivo.

¡Cabrón!

No te puedo matar.

Todavía.

Ni siquiera te podés mover, Maje.

Pero si.

No hagas esto más. Ayúdanos, Alex.

No le pidas nada a este maldito.

Pero si es cierto, Diablo.

Vine a ayudarlos.

Pero para que se mueran de una vez.

No tenés los huevos para hacerlo.

Gabriel, cálmate.

No le hables así a tu jefe.

Vos no sos jefe de nadie.

Ah, es cierto.

Primero te tengo que matar a vos, maje.

Y lo vas a hacer.

Hacelo bien, Majes, o te vas a arrepentir.

No, Gabriel.

Alex, solo acordate de lo que te pedí.

Nos vemos en el infierno.

Diablo.

Yo no.

Ahora te toca a vos salir.

¡Alto allí!

Baje el arma. Te salvaste, diablito.

¡Deténganse! Agentes.

Persigan los de mi comisario.

Yo voy a ver a la gente del carro.

¡Gabriel!

¡Gabriel! ¿Estás bien, patojo?

¿Te hirieron, Gabriel? No.

Mi hermano.

Comisario.

Mi hermano Gabriel está muerto.

¿Está muerto?

No, Gabriel.

Toma mi mano.

Mi hijo.

Ahora que fui a comprar el pan

para el desayuno, me enteré de algo.

¿Qué cosa, mamá?

Que toda la gente

anda hablando sobre un robo de ganado

que hubo anoche en la carretera. Así.

Dicen que eran muy chulos, ladrones

y que le dispararon a uno.

Ustedes tuvieron que ver en eso.

Jefferson.

Usted sabe cómo es

la gente siempre chismoseando, mamá.

Bueno, muchas gracias.

Ya me tengo que ir.

Es que tengo muchas entregas para hoy.

Mi hijo.

Y ahora con lo de tu papá.

Y que te vas a ir a tu trabajo.

¿Qué va a pasar con la finca?

Mario va a estar a cargo.

Y voy a hablar con mi papá

para ver qué se hace.

De veras que

tengo que darle sus pastillas.

Yo se las llevo.

Así lo paso viendo antes de irme.

Gracias, mijo.

Voy a preparar su desayuno. Entonces.

¿Que tal, papá?

¿Dónde está tu mamá?

En la cocina, preparando su desayuno

y mis pastillas, que aquí las traigo.

Y tómese las de una vez

porque tenemos que hablar.

Ve que ya vuelvo. Aquí está el agua.

Tenemos problemas, papá,

que hay problemas.

La gente anda hablando de lo del robo.

¿Será que no reconocieron?

No creo, hombre.

¿Y no teníamos tapada la cara? No sé.

Tal vez por nuestras voces.

Esos malditos no son de por acá.

Pero para estar seguros,

hay que tocarlos otra vez.

¿Qué dice?

Y esta vez, si hay que dejarlos quietos.

Está loco, papá.

Apenas salimos de esa.

Para mala suerte de ellos.

Esta vez

vamos a ir con todos tus hermanos.

Solo usted va a ir.

Yo no voy a dejar que metan la familia

en sus problemas.

Mejor hubiera sido mujer, Jefferson.

Mejor no hubiera nacido acá.

¿Te ofendiste?

Usted no tiene remedio, papá.

Pero eso sí, de una vez le digo que no

voy a hacer parte de sus negocios.

Mira, patojo, ya te metiste en esto.

Y si andas con miedo de que te agarren,

mejor, hay que callarlo de una vez.

Aquí está tu desayuno, Raúl.

¿Todavía estás aquí, Jefferson?

Ya me voy, mamá.

Hablamos después. Papá.

Porque no hemos terminado.

¿Y ustedes qué?

¿Qué te importa, Concepción?

Aquí te dejo tu comida.

¿Qué?

Otra vez lo mismo.

Es la dieta que te dejó el doctor.

Yo no voy a comer esa babosada.

Tráeme lo que me gusta.

Pero mira, así lo quiero.

Ahorita te lo traigo.

Solo limpio esto. Deja ahí, hombre.

Primero mi comida y después

limpiar Rápido.

Concha, tráeme la prensa.

Hoy no la trajeron

porque no se ha pagado desde hace meses.

Raúl. Anda a la calle y conseguirme una.

Entonces No me has dado gasto

y no tengo dinero.

¿Quieres que te dé pisto para pedir

si sos buena?

Yo no te estoy pidiendo nada.

Y de qué ratos

que no me das nada para la casa.

¿Eso querés entonces?

Tómala

para que te calles la boca. No me tires.

¿No querés pisto?

¿Ya empezaste a chillar otra vez?

¿Por qué me tratas así?

Porque me da la gana.

Vos sos mi mujer y estás

solo para limpiar, cocinar y hacerme caso.

Así que te apuras y me traes la prensa.

Ya no.

Si querés la prensa. Anda, vos.

¿Qué dijiste, Concepción?

Que no voy a ir.

No me vengas con babosadas ahorita.

Anda o te va a ir peor.

¡Ay, ay, ay! Maldita herida.

Solo por eso te sentís valiente.

Te equivocas.

Bien que me dijo Andrea Que uno no

debe aguantar los malos tratos de nadie.

Y aguante mucho Raúl.

Tal vez sea tarde, pero ya no

voy a permitir que me trates así. Acá.

Puede.

Ya estuviera

el que se tiene que ir sos vos.

Que si

recuerdo que esta

casa es mía,

La finca y los terrenos también.

Vos no tenés nada. Callate, Concepción.

No, el que se va a callar

sos vos o te largas de

aquí ahora mismo.

Toma mi mano.

¿Qué te pasa, Tere?

¿Por qué andas echando rayos?

Es que sos un baboso.

¿Por qué me decís eso?

¿Te hice algo?

A mí no, pero a Ruth sí. Sí.

Ya te vino con otro invento.

Ah, ya.

Dejémonos de cuentos

y decime de una vez qué pasó con ella.

Pues no pasó nada.

¿Cómo que nada?

En la calle me acaban de echar en cara

que yo no hago nada

por proteger a mis hijas.

Todo porque vos

te volviste a meter con Ruth.

Tere.

Ella se lo buscó.

Lo sé,

pero esto va a ser un gran problema.

Nadie debe enterarse de lo que pasó.

Demasiado tarde, Tono.

Hasta el martes. Fue la que me lo dijo.

Ella y el Rogelio ya lo saben todo.

Ruth no se atrevería a contar nada.

Sabe que le va a ir peor

por lo que le puede pasar a su hermanita.

Cuidado, Tono.

En siete años

las cosas han cambiado mucho.

Si vos no abres la boca,

nadie se va a enterar.

¿Y ya se lo has dicho a Ruth?

Nadie le va a creer.

No quiero que te pase nada.

No, no quiero que vayas a la cárcel.

Deja de ser ave de mal agüero.

Además, si eso pasa, vos

te vas de corbata conmigo.

¿Y yo por qué?

Tú sabías todo desde el principio.

En esto estamos juntos.

¿No entendés?

Ahora que soy una mujer de negocios.

Pero cuando te di todo lo que querías.

¿No pensaste dos veces en darme a cambio

a tu hija?

Teresa.

Me diste una cachetada.

Sí, porque todo lo hice por ti.

Porque quería que fueras feliz. Sí.

Qué sacrificio el tuyo.

Ni que fuera para tanto.

Yo también

te he dado todo lo que has querido.

No, no. Todo.

El que también me ha sacado de penas

ha sido el papá de las patojas.

Ve, pues.

Siempre has dicho

que tus hijas son unas ingratas.

Pero tú no te quedas atrás.

Ya no quieres mi ayuda.

Ya no necesitas mi dinero.

No, tú eres mi única familia.

No me trates así.

Yo no te dejaría solo.

Esa es mi Teresita bonita.

Ahora quiero que hagas algo por mí.

Yo pensaba que debes andar con.

Tu no Es una patrulla.

Parece que se estacionó

aquí frente de la casa.

¡Desgraciada!

Seguro que Ruth ya me

fue a poner el dedo con la policía.

¿Qué hago?

No sé, en tono entretenerlos mientras

me escondo ante el baño de mi 4.º.

No los dejes entrar.

Buenas tardes, Teresa Gómez.

¿Verdad? Ay, sí. Usted ya me conoce.

¿Qué tal, comisario?

Un poco de seriedad.

¿A qué debo su visita?

Pues, doña Teresa, vengo acompañando

al investigador del Ministerio Público.

Ministerio Público.

Ahí les pasó algo a mis hijas.

Señora Gómez.

Vengo porque nos informaron que aquí vive

con usted el señor Antonio Gómez.

¿Es su hermano, verdad?

Pues sí, es mi hermano y aquí vive.

Pero ahorita no está.

¿Me puede decir para qué lo busca?

Yo le puedo avisar a él cuando lo vea.

Bueno, el señor Gómez tiene una orden de

captura por violación sexual.

Ay, esa es una calumnia.

No puede ser.

Conozco a mi hermano y él

es incapaz de hacer algo así.

Todos en el pueblo lo conocen y

saben que es muy educado y trabajador.

Doña Teresa, encubrir a su hermano también

es un delito.

Y usted puede ir a la cárcel.

Si él está aquí, es mejor que salga.

¡Ay! ¿Cómo cree, comisario?

Ya le dije que no es tan bueno.

No dudo de usted.

Usted sabe que soy una mujer cabal.

Si usted sabe dónde está don Antonio,

debe reportarlo de inmediato.

Eso ni lo dude.

¿Y puedo saber quién puso esa denuncia?

La señorita Rudnick de Flores Gómez.

Mi hija.

Le entrego a usted la orden de juez

para que el señor Gómez

se presente

voluntariamente ante las autoridades.

Si no lo hace,

regresaremos con orden de allanamiento.

Está notificada.

Toma mi mano.

Entérate más sobre. Toma mi mano.

El audio novela

y los recursos disponibles en Triple W.

Punto. Toma mi mano.

Punto F.

O síguenos en Instagram y TikTok

como toma mi mano U.S.A.

No te pierdas nuevos episodios

cada miércoles.

Escucha las.

En Spotify, YouTube y Apple Podcast.

Este proyecto fue desarrollado

por Population Media Center.