Toma Mi Mano USA

Episodio 144: Corran por sus vidas

Episode Summary

Carlos y Barbará son atendidos en el hospital. Carlos queda detenido por la policía luego de una terrible noticia. Silvia recibe una sorpresa en la celebración de su cumpleaños. Judas y los demás van en busca de Krosty. Alex y Diego deberán correr por sus vidas.

Episode Transcription

Toma.

Mandó un.

Diez, por favor.

Por favor, dígame dónde está mi hijo.

¿Dónde está mi hijo? Cálmese, señora.

Primero dígame el nombre de su hijo.

Carlos Hernández Orellana. ¿Y ustedes?

¡Por Dios!

¿Acaso no se nota que soy su mamá?

Señora, dígame su nombre.

Si no, no le puedo dar información.

Olga Orellana.

Mire, señora, a su hijo

lo están atendiendo en la emergencia.

Bueno, voy a entrar.

No, espere, por favor.

Señora. Gente, por favor.

¿Me puede dar información de mi hija?

Bárbara Martínez García. ¿Su nombre?

Héctor Martínez.

Qué terrible lo que nos está pasando.

Sí, doña Olga.

Vamos a averiguar qué fue lo que pasó.

Pero primero quiero ver a mi hija.

Don Héctor.

Su hija ingresó con Carlos Hernández

Orellana.

A los dos

los están atendiendo en la emergencia.

Esperen afuera, por favor.

Olga Orellana.

Aquí estoy, doctor. Sí, dígame.

Señora, su hijo.

Lo trasladaron a la cama 38.

¿Está grave, doctor?

Tiene una fractura en el pie izquierdo

y golpes en diferentes partes del cuerpo.

Se va a quedar en observación.

Puede pasar a verlo. Doctor.

¿Me puede dar información

del estado de Bárbara Martínez?

Su hija está en sala de operaciones.

Tendrá que esperar.

Doctor Gutiérrez,

se le solicita en emergencia.

Doctor Gutiérrez.

Mi hijo.

¿Estás golpeado?

Tu cara está hinchada.

¿Pero qué les pasó?

La verdad es que no me acuerdo de nada.

¿Pero cómo que no recordar?

A lo lejos me acuerdo

que Bárbara me hablaba y hablaba.

De repente, todo se oscureció y desperté

aquí.

De puro milagro. ¡Estás vivo!

Me dijeron los policías que el carro

quedó hecho chatarra.

Bárbara Está bien.

Ay, no sé ni me interesa el doctor

sólo dijo que la llevaron

a la sala de operaciones.

Carlos Hernández Orellana.

Queda usted bajo custodia preventiva.

Pero cómo va a creer

si solo fue una accidente, señora.

El joven queda bajo custodia

en este hospital

por la muerte de la señorita Bárbara

Martínez.

No, no puede ser.

La jovencita murió en la cirugía

por lesiones graves, señor agente.

¿Está seguro?

¿No será otra muchacha? No, señora.

Está confirmado.

Es Bárbara Martínez García,

la acompañante del joven.

A mi hijo no se lo pueden llevar preso.

Fue un accidente.

El joven dio positivo

en rastros de alcohol, señora.

Pero podemos arreglar este problemita

de una manera más beneficiosa para todos.

Yo le puedo

dar una bonita cantidad de dinero.

Usted ya sabe, para que mi Carlitos

no esté en estas penas.

Señora, Dígame.

¿Usted también quiere irse presa?

Por favor, comprenda la pena

por la que estamos pasando.

Mire, mi hijo postrado en esta cama.

Su hijo se queda.

Y un custodio estará las 24 horas del día

hasta que pueda ir a tribunales.

No, por favor.

Le doy lo que usted le pida.

El Ministerio Público está a cargo

de las investigaciones de este caso.

Ellos hablarán con usted.

Doña Olga.

Esto no se va a quedar así.

Su hijo se va a ir preso, Don Héctor.

Pero si fue un accidente.

Esto no fue un accidente. ¿Cómo dice esto?

El parte de la policía dice que su hijo

estaba borracho en el momento del choque.

Don Héctor. A mí

no me han informado de nada.

Yo sé que usted está muy, muy mal.

Mire, yo puedo pagarle los gastos

funerarios.

Déjeme ayudarle.

¿Pero cómo se le ocurre decirme eso

para ayudarlo?

Don Héctor.

Le doy el dinero para el funeral.

¿Qué piensa que fue?

Soy yo el que se murió.

Es mi hija, doña Olga.

Es mi hija.

Dígame cuánto necesita para que

podamos arreglar las cosas en paz.

Arreglar las cosas en paz.

¿Usted cree que todo lo resuelve

con su maldito dinero?

Yo lo que quiero es arreglar este asunto

por las buenas.

La vida de mi hija

no se paga con todo el dinero del mundo.

Entiéndalo.

Entiéndame usted a mí.

¿Cómo cree que voy a dejar que mi hijo

vaya a la cárcel por un accidente?

Esto no se queda así.

Vamos a ir a los tribunales, señora.

Y no voy a descansar

hasta que su hijo pague por lo que hizo.

Aunque sea lo último que haga.

En la cárcel.

Por favor.

Por mí.

No voy a dejar que me metan preso.

No te preocupes, mi hijito Lindo.

Eso no es lo que quiere la

gente, Carlitos.

Yo tengo suficiente dinero.

Aquí está tu mamá,

que no va a permitir que eso pase.

Te aseguro que vas a salir

libre de toda culpa.

Toma mi mano.

Qué rico el almuerzo.

Gracias por invitar a mis amigos.

A ellos también les gustó mucho.

Qué bueno.

Y todavía falta una cosa.

El pastel para seguir celebrando.

Eso y algo más.

¿Ah, sí?

Sí, Pero primero el pastel,

luego la sorpresa.

Pero no podemos partir el pastel

sin Rogelio.

Viene en un rato.

¿A dónde se fue?

Pues por la sorpresa que te digo.

Bueno, entonces en lo que regresa

voy a platicar con mis cuates.

Buena idea.

Hola, Rogelio.

Ya vienen. Llegamos como en media hora.

Bueno, está bien.

Pasen adelante.

Los estamos esperando.

Don Pedro.

Le presento a Jenny,

la mejor amiga de Ruth.

Jenny, él es el papá de Ruth.

Mucho gusto, señorita.

Bienvenido a San Juan, Don Pedro.

Ya me contó Rogelio que usted ha ayudado

a Ruth y a Silvia.

Gracias por todo.

No es nada, don Pedro.

Si quiere me acompañe a la cocina.

¿Así le sirvo un café?

¿En que espera

para ver a sus hijas? Ándale.

Pues un cafecito bien cargado.

Me va a caer de perlas.

Vamos, entonces.

Lo veo en un rato, don Pedro.

Yo espero.

Ojalá que Ruth y Silvia

se alegren al verme.

Creo que les dará mucho gusto

tenerlo en este día tan especial.

¿Qué pasa, Silvia?

Te veo triste.

¿No te gustó la fiesta?

Es que mi mamá

ni se acordó de mi cumpleaños.

Sabes que ella está molesta

por lo que pasó.

Seguro fue porque yo le grité

y le dije que ya no quería estar con ella

y con el tío.

¿Estuvo mal lo que le dije? No.

A veces es difícil decir las cosas.

Más cuando sabemos que

las otras personas se pueden molestar.

Pero no debes callar

si lo que está pasando te hace daño.

Tú todavía estás muy triste. Sí.

Pero pasar este tiempo juntas

me hace sentir mejor.

Somos una familia nueva.

Una familia de dos.

No somos más.

Están Rogelio, Doña Marta.

Jenny Sugar.

La gata. Sí. ¿Por qué no?

Ella nos da su cariño.

Y también está la mamá de Jenny.

Mis amigos, el equipo de fútbol.

No, esos ya son muchos.

Te quiero, Silvia.

Recuérdalo siempre.

Y no importa lo que sea,

siempre puedes hablar conmigo.

Yo sé que sí, hermanita.

Con vos me siento segura.

Te quiero mucho.

Y yo a vos.

¿Qué decís si vamos a partir el pastel?

¿Ya están todos? No he visto a Rogelio.

Ya regresó.

Nos está esperando en la cafetería

con Jenny con una sorpresa.

Uy, Espero que no sea más comida

porque voy a reventar.

Ay, Silvia.

¿Entonces no vas a comer pastel?

Eso sí, para que veas.

Voy a hacer el esfuerzo.

Vamos, pues.

Y eso Porque está todo oscuro.

¡Sorpresa!

Feliz cumpleaños.

¡Oh! ¡Hala!

Qué bonito está todo.

Una tarjeta con chocolates.

Te la dejó Pablo y se disculpó

por no quedarse.

¿Le podemos guardar pastel? Sí, con gusto.

Se lo podés llevar al instituto.

Silvia, en nombre de todos, te deseamos

que cumplas muchos años de vida.

Y esperamos que te gusten los regalos

que te trajimos.

Muchas gracias.

Lo más bonito para mí

es celebrar mis 13 años con ustedes.

Ya tenemos pastel.

Ya queremos pastel,

aunque sea un pedacito.

No queremos pastel.

Ya. Ahora Ruth y Silvia, cierren los ojos.

Les traigo una sorpresa.

Más regalos que alegría. ¡Ay! ¿Qué es?

A la Rogelio.

Ya. Todavía no

pueden abrir los ojos.

Ahora

un ramo de rosas para la cumpleañera

y otro para su hermana mayor.

¿Quién es usted?

Soy Pedro Flores.

Papá.

Toma mi mano.

A la grande.

Y aceptando el éxito

que se me hace que sea Ramo.

Si quieren, lo voy a buscar a él.

Démosle un cacho de tiempo.

Mandó un mensaje y dice que ya viene.

Miren, ahí está.

¿Que onda, muchacho?

Todo bien al éxito.

Lo que pasa es que no nos conté

ni rosca a mano a Puchi.

Tranquilo, compadre.

No te las lleves de Rex

ya al suave muchacho.

Metele la pata.

A ver si todavía encontramos al.

Oigan, pues tenemos

guardado al Krusty y le vamos a caer

para acabarlo de una vez por todas.

Ahorita está en el rancho

que está cerca del río.

Cual Bush. Es un chupa de oro

nuevo, hombre.

Ahí está, solito,

sin nadie más de la pandilla.

Tenemos que aprovechar la casaca.

Cuando salga, lo agarramos.

Agarren su cuete.

Uno para cada uno.

Yo no quiero esa onda.

Ya se echó para atrás del primer machito.

Resultó Rajo también

el Diego. ¿Y vos, Alex?

¿Vas a dispararle al bar o también

te vas a hacer la bestia?

¡Eh, Eh,

chica!

¿Ustedes son de esta

o de la otra muchacha?

Alex, te toca darle tres tiros al Crosby.

Pero tiene que ser rápido

y sin pensar, Romano.

La verdad, no sé.

¿No sabes qué cosa? ¿Bush?

No sé disparar mucha.

Eso no importa, hombre.

Nel, muchacho.

El Gabriel sabía disparar.

Por eso iba seguro

de acabar con el prosti. Sí.

Ya ven cómo terminó al éxito.

Tu carnal tuvo mala suerte, compadre.

Pero esta casaca.

Si es matar o morir, tú lo sabes.

Además, se lo debes al diablo, carnal.

Mi hermano ya está muerto.

La venganza no va a resolver nada.

Alex tiene razón.

Ya murió mucha gente, hombre.

Qué desgracia con ustedes, Don muchacho.

Y pensar que yo te veía futuro como jefe.

Alex, creo que me equivoqué.

Ya les dije que yo

no quiero ser jefe de nada.

Aquí lo manito.

Aquí ya tenemos un nuevo jefe. Así.

¿Y quién es?

¿Quién más?

Si yo me edito. Vos, Judas.

Así es. ¿Algún problema?

No es su rollo, Manu.

Así que si no quieren disparar,

se van a ir.

Horribles muchachos.

Tranquilo. Es. Y no es para tanto.

Pero tranquiliza tu mente Si al éxito.

Yo no tengo intención de hacerles nada.

Pero si quieren estar en este bisnes,

tienen que hacer lo que les digamos.

Si así están las cosas,

entonces todos se pueden ir al carajo.

¡Para el carro!

Mira, patojo

cabrón, solo porque consideraba

al diablo con Carnal.

No te doy un par de balazos ahorita mismo.

Dale. No tengo nada que perder.

¿Qué hacemos, Judas?

Vos sabes que Gabriel me tenía obligado

aquí, en la pandilla.

Yo no quiero nada de esto.

Ya mi diablito.

Más ayuda el que no estorba.

Así que bájate del carro.

Pero ya estás diciendo vos, Judas,

Vos cállate.

Escúchame bien, Alex.

Si veo que te querés

meter en estos lindes, te quiebro.

Dedícate a tu fútbol.

Si es lejos de aquí, mejor.

No me interesa

nada de esto. Y vos lo sabes.

Diego. ¿Vos qué vas a hacer?

Sólo una vez.

Te lo voy a decir.

Diego.

¿Te quedas o te vas?

Me voy con Alex.

Tu oportunidad de oro, mano.

Están pendientes muchas.

Bájense de una vez y corran.

¡Corran por sus vidas, cabrones!

¡Corre!

¡Corre, Diego!

¡Corre!

A la gran

Nadie se sale de la patria tan fácil,

mi Juanita.

Yo lo sé. Entonces déjalos.

Hay que seguir los Judas vivos.

Tranquilo. Sánate.

Ese par de más que nos encargamos después.

Vámonos, Trini.

Toma mi mano.

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