Teresa le exige a Ruth que retire la denuncia, pero la respuesta le sorprende. Lucía y Alex hablan del su distanciamiento y lo que ambos esperaban está por ocurrir. Jefferson tomará el bus para ir en busca de Andrea. Todo se descontrola cuando aparece don Raúl.
Es el momento de empezar de nuevo juntos.
Volver a nacer.
Toma mi mano.
Creo que todo está yendo bien.
El proceso en contra de Antonio
está avanzando.
Y ahora que tengo la custodia de Silvia,
me siento tranquila.
Espero que sea suficiente para que mi mamá
ya no siga intentando llevársela. Sí.
Y que bueno que Don Pedro firmó
todos los papeles.
Es lo mínimo que podía hacer.
Me da gusto que mis hijas tengan un poco
de paz después de tantos problemas.
Gracias, papá,
por quedarse unos días en San Juan.
Quisiera tener más tiempo con ustedes.
Pero debo volver a México.
Eso si regreso lo más pronto que pueda.
Entonces.
¿Qué les parece
si pedimos algo para celebrar?
Yo quiero pastel de chocolate.
Ruth. De almendras, me imagino.
¿Y usted, don Pedro? De chocolate.
Está bien.
Muy bien.
Ya regreso. Se lo voy a pedir a Jenny.
Ser parte de su vida después de tantos
años.
Me hace muy feliz. Patojas.
A nosotras también.
¿Verdad, Ruth?
Así es. ¡Uy, Pero qué felices!
Qué rápido Se olvidaron que tienen madre.
Y me cambiaron por este.
Mamá, cálmese. Sí.
Como ya conseguiste lo que querías,
no te importa todo lo que hice por vos.
Ahora te quedas con tu papito querido
y con el pisto.
¿No es así?
Y vos no decís nada, Pedro.
Ya saben que nos abandonaste
porque ya tenías a otra.
Sí, Teresa.
Y aunque no valga mucho,
ya les pedí perdón.
Y tú deberías hacer lo mismo.
Yo tengo la conciencia tranquila.
Ellas deberían pedirme perdón a mí
por hacerme sufrir tanto.
Teresa, los dos nos equivocamos.
Debes aceptarlo.
Tal vez nos vaya mejor en la vida así.
Ay, por favor.
Ocúpate de tus cosas como has hecho
siempre.
Y yo me ocupo de las mías. Está bien.
Entonces aprovecho para decirte
que ahora voy a hacer los depósitos
a nombre de Ruth, ya que ella se hará
responsable por su hermana.
Y decías que no era por el dinero, Ruth.
Pero bueno, eso
no me interesa por el momento.
Lo que quiero ahora es hablar con
mi hija de otro asunto.
¿De qué?
A solas.
Es algo privado.
¿Quieres hablar con tu mamá? Sí.
Voy a salir un rato.
Ya va a venir Rogelio con el pastel.
Empiecen a lo que regreso. Adiós, Silvia.
Adiós.
Vamos.
No entiendo cómo puedes estar feliz
mientras tu tío está preso.
¿No te da pena?
¿A mí?
Vos sabes que ustedes dos provocaron
a tu tío.
Y él, como cualquier hombre,
solo aprovechó la ocasión.
Mamá, si usted quiere pensar
así, es asunto suyo.
Pero yo sé lo que pasó.
Vine aquí a humillarme contigo
solo porque ya no soporto
ver sufriendo a tono.
¿Y qué espera que haga?
Quita la denuncia y decí
que todo es un error.
Usted sabe que yo no voy a hacer eso,
Ruth.
No quiero estar sola. Ustedes se fueron.
Me dejaron todo.
No es lo único que tengo.
Nosotras no la dejamos.
Usted nos alejó.
Lo único que queríamos era su amor.
Amor.
¿Vos qué sabes de eso?
Desperdicié mi vida con tu papá.
Nunca me quiso. Ni yo a él.
Después sacrifiqué
mis mejores años con ustedes dos.
Y mira cómo me pagas.
Pues aunque no lo crea,
yo la quiero y la perdono, Mamá.
Entonces demuéstralo y ayúdame.
No puedo hacer lo que me pide.
Nada sirvió venir a hablar con vos.
Solo vine a perder mi tiempo.
No quisiera que las cosas fueran
así, mamá.
Es lo que tiene que ser.
Y si no vas a quitar esa denuncia,
olvídate de mí para siempre.
Pues haga de cuenta que así es.
Porque ya no va a volver a vernos.
Ni a Silvia ni a mí.
Toma mi mano.
Abuelita, fíjese que hoy
vamos a ir al cementerio
a visitar la tumba de Bárbara. Sí.
Es que no habíamos podido ir.
¡Ay! ¿Con quiénes vas, mija?
Pues con todos los de la clase.
Y la seño Claudia.
Nos dijeron que preguntáramos
en nuestras casas
si alguien nos quería acompañar.
Y yo quisiera que usted fuera conmigo.
Ni a qué hora se van.
Pues ya merito.
Tengo algo que hacer,
pero lo dejo para cuando regrese.
Eso puede esperar. Ahorita nos vamos.
Solo voy por mi suéter.
Entonces,
para terminar,
quiero agradecerles que hayan venido
y que la partida de Bárbara
nos ayude a reflexionar en esta edad.
Tienen mucho que aprender
y compartir entre ustedes
y con sus familias.
Que les vaya bien.
Con mucho cuidado.
Nos vemos en el instituto.
Luisa.
Qué raro que Alex no haya dicho algo.
Es que está muy dolido por su hermano.
Y ahora Bárbara.
¿Y a dónde fue?
De seguro fue a la tumba de Gabriel.
Ay, pero no conviene que se quede
solo aquí, en el cementerio.
¿Podemos ir a
buscarlo? Sí, Mi hija. Vamos.
Ay, hermano.
Si tan solo te hubieras dejado ayudar.
Yo hubiera querido que las cosas
fueran diferentes entre nosotros.
Me duele mucho que no estés
para ver cómo está cambiando mi vida.
Que no hayamos tenido un nuevo comienzo
juntos.
Alex.
¿Estás bien? No sé.
A veces me siento contento
por las cosas que están pasando,
pero me siento muy triste por mi hermano.
El duelo lleva su tiempo. Mi hijo.
Él era mi única familia.
Sabes que contás con nosotros.
No estás solo.
Gracias, doña Esperanza.
Yo siempre te he apreciado.
Pero no había tenido
la oportunidad de decírtelo.
Ya ves, aquí estamos para vos.
¿Qué dicen si nos vamos?
Parece que va a llover.
Nos vamos, Alex.
Sí, doña Esperanza.
Si no le molesta,
nos deja ir a dar una vuelta al parque.
Llevo paraguas.
Vayan. Yo confío en ustedes.
Eso sí, no vayan a llegar muy tarde.
No se preocupe.
Yo voy a dejar a Lucy a su casa.
Bueno, con mucho cuidado. Sí, abuelita.
¿Y te
sentiste
mejor al hablar con tu hermano? Sí.
Yo sé que es difícil de entender,
pero de verdad lo extraño.
Necesitaba decirle que estoy bien.
Quiero pensar que
donde esté, se alegra por mí.
Yo digo que sí.
Ay, No sé qué me hubiera pasado
si sigo los pasos de Gabriel.
Tal vez estaría huyendo en la cárcel.
O peor, estarías junto a él.
A lo mejor me asusta un poco
pensar qué voy a hacer ahora.
Estoy solo. Y vos lo dijiste.
Vas a comenzar de nuevo.
Acordate que tenés gente que te quiere.
Como Don Cruz, doña Betty
y todos tus cuates.
Eso me gusta de vos, que siempre me das
ánimo para seguir adelante.
Bueno, es que vos también sos diferente.
Sos listo, tenés un gran corazón.
¿Cómo no quererte, Alex?
Uy, con lo que me decís
me siento un pavorreal listo para volar.
Mejor solo sentite vos mismo.
No quiero que te vayas a estrellar.
Lo bueno es que estás conmigo
para bajarme de la nube.
Eso. No lo dudes.
¿Sabes?
Siento que ahora nos hemos unido más.
Creo que te conozco mejor que antes.
Y vos a mí.
Yo siento lo mismo.
Había muchas cosas que no podía decirte.
Por todo lo que estaba pasando
con mi hermano.
Cada vez te alejabas más de mí.
No podía ser nada.
Yo por ratos creí que ya no había nada
entre nosotros, que nos habíamos perdido.
Pero volvimos.
Lucía.
Qué bueno que las personas no dejaron
de creer en nosotros.
Sí, y ahora estamos aquí.
Yo voy a celebrar mis 15 años.
Va a estar
mi familia y mis amigos más queridos.
¿Y a mí no me has invitado?
No. No te hagas.
¿Y que no me vas a invitar?
Es que no sé si vas a querer ir
porque no querría.
Porque hay algo que quiero pedirte.
No importa lo que sea,
yo quiero estar contigo.
¿Qué es?
Es que quiero que seas mi chambelán.
¿Yo? Sí.
¿Qué decís?
Me encantaría.
¿Y sabes qué otra cosa me encantaría?
¿Qué?
Que me dejes darte un beso.
Toma mi mano.
Buen viaje, hermanito.
Gracias. Que te vaya bien, Jeff.
Te portas bien, Raulito,
que ya vas a ser papá.
Me extraña. Yo siempre me porto bien.
Así pues.
Mamá, no estoy triste.
Esto es difícil para mí, Jefferson.
Para mí también, mamá.
Pero los dos vamos a estar bien
sin mi hijo.
Espero que resuelvas las cosas con Andrea.
A eso voy a hacerlo, mamá.
A recuperar a mi familia.
Me van a disculpar,
pero se está haciendo tarde.
Ya ándate, Jefferson.
Te va a dejar el bus.
Y ahora me está echando.
No, hombre, mi hijo.
Ya es tarde.
Vaya.
¡Ay! Bueno, ahí les encargo a mi mamá.
Cualquier cosa me avisan rápido.
Ya, hombre, ándate.
Se cuidan con cuidado.
Cuidado ahí te vas por la sombra. Vos.
¿Ya tenés pensado dónde vas a quedarte?
Estando allá busco alguna pensión.
Ah, bueno.
La verdad, te admiro, Jefferson.
Porque vos.
Si no fuera por vos,
las cosas estarían igual o peor. ¡Ay!
De qué ratos hubiéramos actuado.
Pero nadie se atrevía. Cabal.
Y la decisión que tomaste de renunciar
a todo por tu familia quiere valor.
Hoy es algo que debí hacer hace mucho.
Solo espero que no sea demasiado tarde.
Vas a ver. Que no, hombre.
Ay, ojalá.
Mario.
Bueno, mano, te voy a dejar aquí.
Y no te preocupes.
Con ese otro clavo
que hubo con el tal Antonio.
Ahora voy a estar más atento a la finca.
Si vos.
Si pueden contratar a un guardia.
¿No sería mejor?
No va a ser necesario.
Con los demás vamos a estar pendientes.
Vos me contás siempre cualquier cosa.
Vos también nos llamas si necesitas algo.
Buena onda, Mario.
¿Sabe, señor?
Jefferson.
¡Papá! ¿A dónde vas?
Voy de viaje.
Así le contestas a tu tata.
Y no, que ya no somos familia.
Pues los Orellana
nunca se les va a quitar.
Va a ser lo único.
Porque con lo demás
ya no tenemos nada que ver.
Jajaja.
Eso decís ahorita, pero ya quiero verlos
cuando me
estén rogando que vuelva con ustedes.
Siga soñando.
Ninguno de nosotros va a hacer eso.
Jajaja.
Ay, si estás hablando como hombre,
hable solo.
Mejor ya me tengo que ir.
¿Por qué llevas esa mochila?
Porque me voy de San Juan.
¿Como así
te vas a ir y te vas a olvidar de tu casa?
Ella va con sus cosas, papá.
Recuperemos la finca, hombre.
Y vos vas a ser mi único heredero.
Sí. Pues yo ahorita me voy con mi familia.
Voy con esa mujer de pueblo.
Me vas a decir. Se llama Andrea.
Lo mismo da, hombre.
O si sos un bruto.
Ah, ya, cállese, hombre.
Ya me aburrió
con su misma cantaleta de siempre.
Y yo ya no voy a caer
en lo mismo con usted.
Ya no voy a dejar que me maneje a su
antojo.
Jefferson.
Te estoy hablando, Jefferson.
Wow. ¿Qué está haciendo?
Suélteme.
No lo quiero lastimar.
Forzarte. A ver si podés.
Ya le dije que no lo quiero lastimar.
Entienda de una vez que yo no soy igual
que usted, que se anda metiendo
con un montón de mujeres
y dejando hijos regados.
Ay, eso es
para que aprendas a respetar a tu papá.
Me voy a pelear con usted
porque no vale la pena.
Y por el respeto que todavía le tengo.
Mejor vaya por otro lado, a ver qué hace.
Esto no se va a quedar así, Jefferson.
Me las vas a pagar.
¿Oíste?
Quédate quieto.
Haceme caso, te digo. ¿Entendés?
Es que no entiendes usted.
Todo se acabó, papá.
Al fin consiguió lo que quería.
Quedarse solo.
Yo sí.
Tengo una familia que recuperar.
Toma mi mano.
Entérate más sobre.
Toma mi mano.
El audio novela
y los recursos disponibles en triple W.
Punto. Toma mi mano, Punto F o síguenos
en Instagram y TikTok
como toma mi mano U.S.A.
No te pierdas nuevos episodios
cada miércoles.
Escuchar en Spotify, YouTube
y Apple Podcast.
Este proyecto fue desarrollado
por Population Media Center.