Ruth y Rogelio son los encargados de ir por el pastel para la fiesta de Lucía. El Renacimiento Juniors está en la final. Esperanza, Ángel y Lucía están listas para ver el partido. Raúl recibe burlas por su nuevo trabajo. Olga es humillada en la calle.
Toma mi mano.
Qué difícil
tarea de ser padrinos de pastel.
Si no puedo elegir entre tantos diseños.
Todos los pasteles de 15 años
están muy bonitos.
Miren aquel está chilero.
Silvia, esas son pelotas de fútbol.
No van con la quinceañera.
¿Por qué no?
Ya lucía. Le gusta hacer deporte.
Ese pastel es para ella.
¿Qué decís, Rogelio?
En eso tiene razón Silvia.
Ah. O sea que a ti te parece bien.
Entonces, para los 15 de Silvia le
vamos a poner una cancha con una pelota.
Pero que sea de básquet, porfa.
Yo pensé que te gustaba más el fútbol.
Como siempre andaban en la cancha.
Pero eso era porque Ruth quería
ir al campo y siempre decía que era yo.
¿Silvia ya, para qué lo niegas
si lo que querías era ir a ver a Rogelio
ahí? No tenías que decir eso.
Era un secreto. ¿Qué va a pensar Rogelio?
¿Que soy el hombre con más
suerte en San Juan, Renacimiento?
Porque tú te fijaste en mí.
Antes de que pongan sus ojos
de huevito tibio.
Mejor me voy.
¿Cómo que te vas?
Ángel y Erick
están jugando allá en la cancha.
Dame permiso un rato.
Bueno, te voy a ver desde aquí.
Ahorita te alcanzamos.
Gracias. Ángel, espérame.
Ya voy a meter ese gol.
Apúrate, Pues.
¿Qué tal si nos tomamos un cafecito?
Pero quedémonos en las mesas de afuera.
Así podemos ver a Silvia. Está bien.
¿Te parece entonces
que encarguemos el pastel que tiene?
¿Margaritas lilas rosadas y azules?
Sí, ese me encantó.
Y ese juego con el vestido de Lucía.
Señorita, queremos dejar encargado
ese pastel de 15 años para 150 personas.
Muy bien.
Solamente.
Y para comer aquí
queremos dos porciones de ese de almendra.
Y dos cafés, por favor. Con mucho gusto.
¿Te acuerdas
cuando aceptaste ser mi novia? Sí.
Tenía mucho miedo de decir que sí
porque ya sabía que iba a tener problemas.
Pero me arriesgué. Gracias por eso, Ruth.
No te imaginas lo difícil que fue empezar
a tomar esas decisiones.
Con el miedo que le tenía a mi mamá.
Y después, cuando regresó ese señor.
Estar contigo me mantenía de pie.
Y yo sabía que algo no estaba bien.
Pero nunca imaginé
lo que realmente estaba pasándote.
Denunciar a Antonio
es lo mejor que hice y no me arrepiento.
Eres muy valiente, Ruth.
Y estoy seguro que serás el ejemplo
para otras mujeres que estén pasando
por una situación parecida.
Gracias Rogelio, por tu paciencia
y tu apoyo.
El hecho de que no me juzgaras
y creyeras en mí.
No tienes idea lo mucho que eso me ayudó.
Tú siempre has sido fuerte, Ruth,
y lo sabes.
¿Por qué estás triste?
Es que no
lamento que mi mamá esté tan equivocada
y que sus actos hicieron
que perdiera todo.
Incluso a nosotras dos.
Ella también tomó sus decisiones, Ruth.
Lo sé.
Sólo hubiera querido que las cosas fueran
diferentes entre nosotras.
Qué alegría verla, Teresa.
Pero hoy no hizo cita.
¿Viene a hacerse las uñas o el pelo?
¿No crees?
Más bien vengo a pedirle un favor.
¿Cómo? ¿De qué, Teresita?
Es que quería ver si puedo trabajar
con usted en el salón. ¡Ay!
¿Y eso por qué?
Si usted tiene su negocio,
hay una desgracia tras otra.
¿Para qué le cuento?
Sólo con decirle
que las ingratas de mis hijas
me abandonaron
y hasta me echaron a la calle.
Pero ni modo. Ay, no, Teresita.
Uno tiene que preocuparse
por la imagen del negocio
y con lo que usted le hizo a sus hijas
me va a espantar a la clientela. ¡Ay!
¿Cómo dice eso?
Aquí las únicas ingratas son ellas.
Bueno, ese no es asunto mío.
Yo lo único
que le puedo decir es que allá donde doña
Rosa necesitan una empleada,
hay en el mercado.
¿Y para qué será? Eso sí. No sé.
Creo que necesita a alguien
para echar las tortillas.
Pero vaya antes que otra gente le gane.
Sólo por curiosidad. Voy a ver.
Creo que una amiga necesita el trabajo.
Toma mi mano.
Al fin vamos
a tiempo para el comienzo de un partido.
Ay, ángel.
¿Ya vas con tus cosas?
Déjalo, Lucía.
Está contento
porque al fin vamos temprano.
¿Qué te pasa?
No sé.
Es que
siento raro desde que vinieron mis papás.
¿Y eso por qué? Lucía tiene razón.
Estamos contentos.
Pero ellos quieren portarse como papás
y no les sale.
Es que a ellos
también se les está haciendo difícil.
Y yo que pensé que sólo
Lucía y yo lo sentíamos.
Acuérdense que se fueron cuando
ustedes todavía estaban muy pequeños.
Y eso que siempre hemos hablado con ellos.
Sino seríamos unos completos extraños.
Pues ahora nos debemos tener paciencia
entre todos.
Poco a poco nos vamos a ir
acostumbrando y conociendo de nuevo.
¡Pero qué rápido caminan!
Ay, Tomás, me asustó.
Tomás también va al partido de fútbol.
No me lo perdería por nada. Es la final.
¿Cómo han estado?
Bien.
Muy ocupados
con los preparativos de los 15 años.
Y como ya regresaron los papás
de los Patojos.
Qué alegre.
¿Y qué tal van las cosas?
Pues de eso estábamos platicando.
Les estoy diciendo que vamos a tener
paciencia para irnos adaptando al cambio
de estar todos juntos otra vez.
Eso está perfecto.
Uno no se hace padre y madre de la noche
a la mañana.
Lucía. Lucía.
Aquí estoy. Abuelita,
Alex me está llamando.
¿Puedo ir? Claro que sí. Lucía. Anda.
Se ve que la relación con su nieta
está mejorando.
No se imagina lo que nos ha costado.
¿Verdad, Ángel?
Vaya si no.
Ahorita vengo.
Voy a ver si encuentro a Erick.
No viene y quedamos en juntarnos
antes de que empiece el partido.
¿Dónde andarás?
No te desesperes, Por ahí va a aparecer.
Mamá.
Apúrate,
que no quiero llegar tarde al campo.
Yo tampoco quiero que llegues tarde.
Acortemos el camino.
Vamos por el mercado.
Por aquí.
Por esta calle.
Nos ahorramos algo de tiempo.
Y en esta casa tengo tu marca.
¿Todo bien?
Es quesito. Venga, acérquese.
Doña Olga. ¿Qué hace ahí?
Vendiendo fuera del mercado.
¿Y su puesto?
¿Pues No ve que tuve que vender mi local
para pagar al abogado de mi hijo?
¿Y para los gastos
funerarios de la patoja?
¿Y pa qué le cuento más?
Ay, doña Olga.
¿En qué problemas le metió ese muchacho?
Así son los hijos que le podemos hacer.
Acuérdese que los hijos son
el reflejo de los padres.
Hola, mamita.
Ya es tarde. Vámonos.
Hablando de que los hijos
se parecen a sus padres.
Este su niño es menos abusivo.
Debería ver cómo lo corrige.
No creo que usted sea la indicada
para darme consejos.
¿Y sabe qué?
De verdad
le deseo que se resuelvan sus problemas.
Nosotros ya nos vamos.
Ah, y me va a dejar hablando sola.
¿Usted qué hace aquí?
Enséñeme su permiso para vender.
Es que lo tengo en trámite.
Pues hasta que no le den el permiso,
usted no tiene derecho a vender aquí.
Así que desaloje.
Vamos, Vamos.
Desalojando, desalojando.
Caminé, Caminé y caminé.
Toma mi mano.
Ya estoy lista, papi.
Ay, qué linda te ves, mi amor.
Igual que mi mami.
Tenés razón, Ema.
Igualita a tu mamá,
que están hablando de mí.
Que es muy bonita. Mami.
Gracias.
¿Estás listas? Y nervioso por regresar.
Como no. Si es la final.
Vaya que Don Cruz te va a dejar jugar.
Es que el toque no se pierde, Amor.
Aunque ha dejado de jugar un tiempo solo
con un par de entrenos fue suficiente.
Y no soy el capitán. Pues.
Ya andas presumiendo.
¿Eras el capitán?
Pues sí.
Pero lo último que se pierde
es la esperanza.
Y voy a volver a hacerlo.
¿Vas a ver
a Jefferson?
Ah, fíjate que ayer vi a Ruth.
Está muy contenta de que hayamos decidido
regresar a San Juan
y que ocupemos el apartamento
donde ellas vivieron.
Ni Jenny se lo imaginó.
Y este es el inicio de una nueva vida
para nuestra familia.
Y nos falta buscar un local
para que empieces con tu pastelería.
Es cierto.
Así aprovechamos las cosas
que te dio tu mamá.
Con eso se puede empezar, digo yo.
La verdad, sí.
Y tú vas a recuperar tu puesto.
Eso ni lo dudes.
Voy a trabajar duro para lograrlo.
Pero primero a ganar el campeonato.
¿Verdad que sí, Emma?
Aquí hay sombra.
Mira, mamá, Su hijo.
Vaya que vinimos temprano.
¿Sabes que ya dijo Jefferson?
Pues no lo vi con el equipo.
Creo que todavía no.
Qué bueno que regresó a vivir a San Juan.
Lo extrañaba mucho. Sí, mamá.
Y lo bueno es que se vino con su familia.
Eso es lo mejor.
Pero creo que voy a esperar hasta el final
para saludarlos.
Qué alegre está aquí mi hijo.
Es la primera vez que vengo a un partido.
La primera de muchas, mamá.
Yo también
tenía ratos de no venir al campo.
Mira, hasta mi gorgorito me trajo
esta misma.
Aquí están los nuevos uniformes.
Muchas gracias por el apoyo, licenciada.
Usted sabe que la empresa
lo hace con todos.
Lo sé.
Ahora tenemos una motivación
más para ganar.
Ojalá Don Cruz le ayudo a repartirlos.
No tengas pena ahorita junto a
los muchachos para que vengan a traerlos.
Ya, vengan por sus uniformes.
A buena hora vine.
¿Qué tal, Don Cruz? Hola, Israel.
Jefferson, Solo vos hacías falta.
¿Qué tal? Buenos días. Hola, Andrea.
Qué alegría verlos
a la gran.
Qué chilero quedó el uniforme.
Así dan más ganas de jugar.
Gracias, Israel.
Y gracias también a América.
Vamos a estrenar uniforme.
Hola. Por favor.
Mira, Emma, pásale la pelota.
¿Eso qué tiene?
Hasta la pelota, Emma.
¿Sí, ya me imagino
quién le está enseñando?
Ay, no.
Es hija del capitán.
Pues hoy no ha parado con eso del capitán
desde que regresamos.
¿No saben que sería
bueno abrir una liga de fútbol infantil?
¿Qué dicen?
Qué buena idea, Don Cruz. Cierto.
Aquí en San Juan hay muchos niños y niñas
que les gusta el fútbol.
Bueno, entonces ya salió un proyecto más.
¿Escuchaste, Emma?
¿Vas a poder estar en un equipo?
Sí, voy a meter
muchos goles, como mi papá.
Canche.
¿Será que se va asomar tu papá por aquí?
No te preocupes por eso.
No creo que venga a saber ni
en qué tranzas andará.
Buenas, doña Tencha.
¿Tendrá listo mi pedido?
Claro, don Sebastián.
Tráigase la carne, porfa.
¿Ya tiene nuevo ayudante?
Sí. Ayer me lo trajeron mis primos.
Los González.
Ni se imagina quién es.
Aquí está la carne, Raúl.
Deja de reírte, Sebastián.
Así estás pagando tu deuda.
También está trabajando en la finca de mi
primo, dándoles comida a los animales.
Eso lo tienen que saber todos.
Pobre de vos.
¿Si le contás a los demás qué vas a hacer?
Aquí tiene, doña Tencha.
Ahí se queda con el vuelto.
Es mi propina para su empleado.
La gran. ¿Me las vas a pagar? Se va.
El que lo está pagando sos vos.
Y como ni pisto tenés, aquí te quedas.
Ja, ja, ja.
Nos vemos, doña Tencha.
Bueno, ya mucha plática.
¡A trabajar, A trabajar!
Acuérdese que en la tarde
tiene que ir a cuidar a los coches.
Toma mi mano, entérate más sobre.
Toma mi mano.
El audio novela
y los recursos disponibles en Triple W.
Punto. Toma mi mano punto F o síguenos
en Instagram y TikTok
como toma mi mano U.S.A.
No te pierdas nuevos episodios
cada miércoles.
Escucha las.
En Spotify, YouTube y Apple Podcast.
Este proyecto fue desarrollado
por Population Media Center.