Toma Mi Mano USA

Episodio 18: Robo en la iglesia

Episode Summary

El robo de la imagen de San Juan Bautista ha desatado una búsqueda enérgica entre los vecinos, que consideran que es muy importante para el pueblo. Mientras tanto, Lucia trata de entender el valor de la confianza, y busca consejos de Doña Marta sobre el amor, quien la dirige con su abuela, ya que ella es la persona indicada para hablar de esos temas.

Episode Transcription

Es el momento de empezar de nuevo juntos.

Volver a nacer.

Toma mi mano.

Vecinos de San Juan, Renacimiento,

les invitamos a que se acerquen

a la plaza.

Necesitamos darles información

de importancia.

Pesero 3 a 4 horas.

Miras Ruiz, que ayer estábamos cenando

con Rogelio y en eso llegó don Cruz

a decirle que se habían robado

la imagen de San Juan Bautista. ¡Ah!

Por eso es que anoche

había una gran bulla en la calle

y no saben qué pasó o quién fue.

No sólo le avisaron a don Cruz

que la imagen había desaparecido.

Él y Rogelio no han dormido nada.

Buscaron toda la noche y nada que aparece.

¿Y para qué nos despiertan tan temprano?

Mamá, es que ayer se perdió la imagen.

Y vos para salir a la calle

a perder el tiempo.

Si estás lista.

Acabo de venir, mamá.

Sí, cómo no. ¿Y el desayuno?

Vecinos, les informamos que anoche

algún bromista

se llevó la imagen de San Juan Bautista.

Les pedimos calma, por favor.

Esperamos que sea sólo una broma

y devuelvan pronto una imagen.

Le doy el micrófono a don Cruz

que nos va a dar más información.

Anoche varios jóvenes nos ayudaron

a buscar a nuestro santo patrón.

Pero sabemos que la noche es más difícil

ver algunas cosas.

Les pedimos su colaboración.

Para la búsqueda de hoy,

pero no saben qué pudo ser.

No. Lo único que sabemos

es que doña Tencha

entró a la iglesia

y vio que ya no estaba San Juan Bautista.

Dicen que fue el diablo.

No sabemos quién fue.

Por eso lo estamos buscando

y pensamos que es una broma de mal gusto.

¿Qué vamos a hacer?

Don Cruz nos va a decir cómo nos vamos a

organizar para empezar la búsqueda.

Vecinos de San Juan, Renacimiento.

Por favor

agrupen bonos en equipos de seis personas.

Los jugadores de Renacimiento

Juniors también

van a ayudar al viejo Alex.

Mamá ha escuchado que está diciendo

la gente.

Todavía

no pueden creer que se haya perdido.

Están molestos.

La imagen de San Juan Bautista

es muy importante para todos en el pueblo

que está aquí desde hace más de 100 años.

Nadie entiende qué pasa si ya se acerca

la feria en honor de nuestro santo patrón.

Tal vez sea por eso mismo,

porque quieren afectar la celebración

de nuestro pueblo, que es

la fiesta más importante en todo el año.

Vamos a ver qué pasa.

Hola, Rogelio.

¿Vas a ir a trabajar?

Hola, Ruth.

Entre tanto relajo. No te había visto.

No te preocupes.

Hay mucha gente.

Sí, Ya se están

formando los grupos para ir a buscar.

Yo sí. Me tengo que ir a trabajar.

Por eso salí anoche con varios chavos.

Pero si hubieran avisado como ahora,

más gente hubiera podido ir con ustedes.

Pensamos que íbamos a encontrarlo

en la noche

y que algún bromista

lo había dejado por ahí escondido.

Pero no encontramos nada.

¿Qué van a encontrar ustedes si son puros

patojos?

No tienen experiencia de nada.

No sé

por qué los pusieron a cargo de la feria.

Si lo único que hacen es dar pretextos.

Siempre.

Desde que se eligió este comité de feria

sabíamos que todo iba a ir mal.

No besín.

Esto no es culpa de ellos. Claro.

Esto nunca había pasado.

¿Culpa de quién más va a ser?

Es la primera vez que pasa algo así.

Pero estamos haciendo todo

para encontrarlo pronto.

Yo no sé que hubiera hecho si me hubieran

escogido para algún cargo En el comité.

Tienen mucha responsabilidad. Esperancita.

¿Usted de que se preocupa

quién la va a escoger a usted

si apenas puede con su vida?

Si ni los nietos

ni los hijos le hacen caso.

¿Quién

la va a tomar en cuenta en un comité?

Mejor me voy.

Tengo mucho. Que hacer.

Que tengan buen día.

Que le vaya bien, doña Esperanza.

¿Y vos, Ruth?

Ya me asusté bastante.

Andá a hacer el desayuno.

Perdón, mamá,

pero hoy el desayuno le tocaba a Silvia.

Ajá. En lo que vos

estás perdiendo el tiempo, deberías

de poner tu puesto aquí en las mañanas

si no tenés nada que hacer.

Así ganás algo.

Ruth,

recuerda que hoy entramos más temprano.

¿Ah, sí?

Se me había olvidado.

Por eso te lo recuerdo.

Es cierto.

Nos vemos en la tarde, mamá.

¿Cómo que ya voy tarde?

Nos vemos. Te acompaño.

Así no llegamos tarde a la cooperativa.

Está bien. Vamos.

¿Yo? Lo

que me interesa es a su hija, así que.

Muy pegada con el hijo de la bruja.

Ya le dije que busque otro trabajo.

Pero ese tipo no la deja ni a Sonia

Sombra.

Bueno, usted sabrá lo que hace.

Usted No se preocupe, doña Olga.

No importa cuánto me cueste.

Pero de que eso se acaba, se acabo.

Bueno, para que le pase la cólera.

Cuando terminemos de ver qué es lo que

dice que están organizando estos.

Le invito a desayunar.

Usted sí que es buena amiga, doña Olga.

Así soy yo.

Solo vivo para ayudar a mi prójimo.

¿Qué vamos a hacer, Rogelio?

Es muy temprano todavía.

Pues vamos a buscar dónde podemos comer

algo en lo que abren la cooperativa.

Pero se van a dar cuenta.

¿Hubieras visto la cara que pusiste?

Pensé que ibas a decir delante de tu mamá

que entrábamos a la misma hora.

Pues no sabía qué decir.

Me dio tanta pena

que tuvieras que inventar eso.

No sé de dónde me salió esa idea.

¿Tú te asustaste, verdad?

Mucho.

Ya sentía

que mi mamá me iba a agarrar del brazo.

Bueno, gracias a ti

por seguirme la corriente.

Lo siento si te puse en penas.

Es que no quería que terminaras cocinando.

Gracias por salvarme de la cocina.

A la Doña Marta.

Qué mala onda que te robaran al santo.

Sí, Lucía. Ay, sí.

Se pasaron. Todos andan bien enojados.

Será para menos.

Una imagen tan valiosa

para nuestro pueblo.

No podemos quedarnos con los brazos

cruzados.

Pero solo es una imagen.

Pues aunque sea una flor del parque o algo

más pequeño.

Robo es robo.

Y no se debe aceptar eso. Sí.

Mi abuelita siempre nos dice

que el robo es malo aquí en la China

y en cualquier parte del mundo.

¿Es cierto lo que dice tu abuelita?

A todo lugar donde uno va, la confianza

no se puede traicionar.

Así nos cuentas donde haya trabajado.

Nunca ha tocado nada que no sea suyo.

La otra vez

me contó que se encontró 100 quetzales

en la bolsa del pantalón de don Raúl

y se los devolvió.

Sí, pero el señor ni las gracias le dio.

Eso es lo de menos, Lucía.

Lo importante es que

sabes que está haciendo lo correcto.

Es una forma de ganarse la confianza.

Lástima que

yo no me gano la confianza de mi abuelita.

¿Usted sí confía en Rogelio, verdad?

Sí, Lucía.

Pero nos ha llevado tiempo

aprender a llevarnos bien.

Qué bonito.

Lástima que en mi casa no pasaste.

Por eso estabas molesta

ayer en la tortillería.

Se me notaba mucho doña Marta.

¿Uy, qué te pasó?

Si quieres contarme,

sabes que puedes confiar en mí.

Es que mi abuelita no me entiende

para nada.

Yo la quiero mucho,

pero a veces no la aguanto.

Me saca de onda.

Pues entonces siéntate con ella

y platiquen

aunque sea un ratito en la noche.

Eso me gustaría.

Pero ella no habla de las cosas que yo

quiero.

Siempre me cambia la plática.

¿Bueno, Y cuáles son esas cosas?

Pues sus historias.

¿Cómo era ella a mi edad?

Me imagino que también de novios.

Mira,

Lucía, acompáñame a la tienda

que tengo que comprar una recarga.

Vaya.

¿Entonces

quieres hablar con tu abuelita de Carlos?

Ya ve, doña Marta, usted sí me entiende.

Mira, Lucía,

no me vaya a decir que ya trabaja mucho.

Y sabes. ¿Qué pasa?

Cuando nosotras éramos jóvenes

no se hablaba de novios porque sí.

¿La gente siempre se ha enamorado o no?

Ahorita le atiendo,

doña Marta. Aquí espero.

Y entonces, doña Marta.

Pues sí, mija.

La gente siempre se ha enamorado.

Pero se casaban, tenían sus hijos

y no se le daba tanta vuelta al asunto.

¿Y se casaban bien jóvenes, verdad?

Hasta los papás

arreglaban los matrimonios de sus hijos.

Pero eso ya no pasa.

No creas,

Todavía se ve en algunos lugares.

¿Allá, pero aquí no ha pasado, verdad?

Alguna vez.

Pero una historia que sí conozco

es la de una familia

pobre que ya no podía

sostener a todos los hijos.

Entonces arreglaron el matrimonio

de una niña de 14 años.

¿Sabes quién era esa niña?

Bueno, ahora sí. Dígame, doña Marta.

¿Qué es lo que necesita?

Véndame una recarga de 25, por favor.

¿Y cuál es el número?

Aquí. Se lo apunté en este papelito.

¿Listo?

Gracias, Mauricio. Nos vemos.

Bueno, que les vaya bien.

Doña Marta. Dígame quién era esa niña.

¿No lo imaginas, verdad?

Mi abuela.

Sí, doña Esperanza.

Yo no sabía eso.

Tu abuela es muy reservada.

¿Sí? Pues ella nunca tuvo novio.

De una vez se casó.

Te lo cuento porque yo sé

que ella los quiere mucho.

A veces le cuesta acercarse a ustedes.

Es que yo necesito de sus consejos

y que me diga cómo le hago con Carlos.

Lo que te ofrezco es

hablar con tu abuela Esperanza

y ayudarla para que se acerque a ti.

Ella no escucha.

Sólo me regaña. Pero vamos a intentarlo.

Recuerda que aunque estoy para escucharte,

yo no soy la que debe hablar contigo.

Es tu abuela. ¿Ella es tu familia?

Sí. Pues tú eres muy joven, Lucía.

Pero debes comprender que ella no pasó

por lo que tú estás pasando.

Es que siento que yo no le importo

y que está cambiando conmigo.

Ella te quiere mucho.

La que está cambiando eres tú.

Y vas a ver que te va a hablar

de lo que necesitas.

Sólo dale tiempo.

Pero a saber en que siglo.

Dile que venga a hablar conmigo

cuando tenga un tiempecito.

No sé si va a querer.

Haz el intento, mija.

Está bien, le voy a decir.

Y cualquier cosa me avisas.

Gracias, doña Marta.

Nos vemos.

Bueno, Olga.

Yo me largo de aquí.

Ya me aburrí.

Ay, que vean cómo arreglan lo de su santo.

Nombre, hermanito.

Si la cosa está alegre aquí,

Mira cómo le andan alegando a Don Cruz.

Bueno, esta no sabe ni qué va a hacer

para encontrar la imagen de San Juan.

Y que con eso

yo no estoy para estas babosadas.

Mejor me voy a ordeñar mis vacas.

¿Y cuándo me vas a mandar carne?

Ya te atrasaste, papaíto.

Tranquila.

Aún no he terminado

de recuperarme de la última sequía,

pero ya estoy viendo un ganado por ahí

para levantar la finca.

¿Y que ganado andas viendo, Raúl?

Pues de un tipo de allá de San Jacinto.

Además, si a vos lo que te importa

es la carne, no de donde venga.

Como si no conociera tus mañas.

Con que a mí no me juzgues chueco.

Ah, no te hagas,

que si hablamos de mañas salís

perdiendo, Olga.

El que va a perder sos vos.

Si no me llevas la carne rapidito,

le voy a subir a los intereses.

A ver qué cara pone.

Si intereses a mí.

Mejor anda a abrir tu negocio

que para eso sos buena. ¡Ja!

Mejor pásame dejando a los comedores.

Ahí. Me está esperando Teresa.

Caminá, sino queda lejos el mercado.

Ahorita no estoy llevando bultos.

Y hablando de bultos.

Ahí viene tu mujercita. ¿Qué?

¿Y esta Qué hace aquí?

Bueno, ahí miras.

¿Qué haces?

Me voy porque me está esperando. Teresa.

Hoy me lleva solo porque tengo que jalarle

las riendas a la concha.

Y le das mis saludos a Teresita. ¿Oíste?

No tengas pena. Yo le dijo.

Concepción.

¿Qué haces aquí, Raúl?

Yo solo vine a ver qué fue. Lo que pasó.

No tenés nada que hacer

aquí. Vámonos a la casa.

¿Y Raúl?

No me hables así enfrente de la gente.

Ay, Concha,

Te hablo como se me da la gana.

Donde yo quiera.

Ahorita te subís al carro.

Ay, ay, ay.

Ay de mí Estimando, Raúl.

No chilles.

Un carro. Por favor. ¡Suéltame!

Deja de quejarte.

Me duele, Raúl. Ahí está.

No aguanta nada.

Ay, ya voy.

Subí.

¿Por qué me tratas así?

Que te metas ya o te estoy preguntando.

¿Entonces para qué hablas? Ya sé.

Porque Jefferson es así.

Igualito a vos. ¿Por qué me decís eso?

¿Por qué no me hace caso?

¿De qué ratos hubiera dejado

a esa su mujercita de pueblo?

Buena y buena.

Muchacha. A mí nadie me contradice.

Y mucho menos me levanta la voz.

Dios.

¿Por qué aceleras más?

Ya te pasaste la entrada de la colonia.

Te voy a dar un colapso.

¿A dónde me llevas?

Tranquila, ya vas a ver.

Si tanto como Bruto.

Y maneja despacio, Raúl.

Por No. Si aquí te quieres quedar.

Que me quede así.

Vos sabes que cuando el ganado no obedece

a puro corrientazo hay que enseñarle toda

tu vida.

Por favor, no me pegue.

¿Tal vez así entendés?

Aprendé que aquí yo te digo qué pensar

y qué decir,

porque yo soy el que manda. Ahí.

Toma mi mano.

Entérate más sobre. Toma mi mano.

El audio novela y los recursos disponibles

en triple doble punto.

Toma mi mano Punto F o síguenos en

Instagram y TikTok como toma mi mano VSA.

No te pierdas nuevos episodios

cada miércoles.

Escucharlas en Spotify, YouTube

y Apple Podcast.

Este proyecto fue desarrollado

por Population Media Center.