Jefferson sorprende a su esposa Andrea con un desayuno y disculpas por no escucharla ni dedicarle tiempo. Andrea, comprendiendo sus necesidades, escucha mientras él sugiere visitar a sus padres, algo que ella no ha hecho en dos años, sorprendida por la buena noticia. Durante la conversación comentan sobre el robo de la imagen de Juan Bautista, doña Concha llega llorando, causando preocupación inmediata en la pareja.
Toma mi mano.
Buenos días, amor.
El desayuno ya está listo.
¿Y tú qué? ¿Qué mosco te picó?
Hoy ninguno.
Solo quise prepararte
los frijolitos volteados que te gustan.
Solo que se te están quemando un poquito.
Pero gracias.
Creo que para la cocina no soy muy bueno.
Y para otras cosas.
Como que tampoco.
Sí, tenés razón.
Y por eso quiero pedirte disculpas.
Estos días no han sido
los mejores para nosotros.
Vaya si no.
Quiero que me disculpes por ser tan terco
y por no escucharte.
¿Al menos lo reconoces, Canche?
También
por no dedicarles tiempo a ustedes.
Me he dado cuenta que las he descuidado.
Ay, sí.
No me asustes. ¿Te pasa algo?
¿Estás enfermo?
Ya, Andrea, ahora que te estoy hablando
en serio, te pones a bromear.
¿Verdad que cae mal?
Yo y mi amor,
que trabajas duro por nosotras
y que también necesitas distraerte.
Lo sé, amor.
Y ya no quiero que sigamos así.
Sabes que te amo.
Que las amo.
Por eso te pido que me disculpes.
Sabes que yo también te amo.
Te amamos.
No sabes cuánto me hacía falta tu abrazo.
Ya ni el tuyo, Canche.
Dejaste algo en el fuego.
Los huevos.
No sé
si te gustan los huevos súper fritos.
Creo que solo con los frijolitos
está bien.
Ni modo.
Lo que vale es la intención. No.
A ver.
Mejor te ayudo.
¿Sabes en qué estaba pensando también?
¿En qué?
En que fuéramos a ver a tus papás.
¿En serio?
Ya has pasado mucho tiempo sin vernos.
Qué emoción.
Gracias, mi amor.
¿Pero por qué el cambio
de la noche a la mañana?
Pues ayer platicando con la licenciada
Itzel, me di cuenta que tengo que pasar
más tiempo con ustedes. No.
Pues que buena terapia te dio.
Ella habla con mucha seguridad.
Es buena persona y confiable.
Mmm. Ya me voy a poner celoso otra vez.
Nada que ver.
Tal vez te la presento un día.
Pues no sería mala idea.
También te quería contar que
no tengo el dinero para reponer ahorita
lo de la moto.
Ya lo sabía.
Pensé que lo iba a juntar.
Ya te habías tardado en decírmelo, Canche.
Voy a hablar con mi hermano Mario para
avisarle que este mes no le voy a ayudar.
¿Estás seguro?
Yo te puedo prestar el dinero.
No. ¿Cómo vas a pagar tu producto?
No quiero que te pongas en esas penas.
El producto. Ya lo tengo.
Me dan unos días para cancelar.
Por eso es que he venido tarde.
Se me va todo el día
en visitar a mis clientes.
Con tal de que me compren algo.
No quisiera
que estuviéramos pasando tantas cosas.
Ya no te preocupes tanto.
Gracias por todo, flaquita.
¿Ya te enteraste del alboroto
por el robo de San Juan?
El Rogelio me mandó un mensaje.
Esa era la bulla. Entonces.
Sí. ¿Puedes creer que feo se está
poniendo aquí en el pueblo?
Sí, hombre.
Toda la gente
estaba en el parque tempranito.
Y también vi a tu mamá.
Así estaba con mi papá.
Yo la vi sola.
Como.
Solo pase rápido
para ir a dejar a la nena al colegio.
¿Quién será?
No sé. Voy a ver.
Ya voy.
Doña Concha.
¿Qué le pasó?
¡Ay, mi hija!
Déjame entrar, por favor.
Jefferson, vení.
Es tu mamá.
Cálmese, doña Concha.
¿Quiere agua?
No, mi.
Gracias. No quiero nada.
¿Qué le pasó, mamá?
Es que me caí.
Mi hijo y me asusté.
A mí se me hace que esto es cosa de tu
papá.
Cómo vas a creer.
Mamá, Dígame qué le pasó. 343.
El mejor programa de noticias
y análisis sobre el fútbol en el país.
En el programa de hoy
hablaremos sobre los éxitos del joven
brasileño recién llegado al equipo
Paris Saint Germain.
También
hablaremos sobre los últimos preparativos
para que empiece la fiesta
Grandes del fútbol.
El Campeonato Mundial. ¡Qué emoción!
Estamos a pocos días de
que empiece el Mundial.
Afinamos motores.
También hablaremos durante el programa
de los proyectos de busca.
Talentos que tienen
algunos equipos del país en el área rural.
Que están viendo en la tele. Alex.
Desapareciste, Gabriel.
¿Dónde andabas metido?
Por tu culpa
me tuve que esconder de la tina unos días.
Ahora, por mí.
Si vos sos el que anda armando clavos
por todos lados.
Vos no sabes nada. Que está
viendo la tele.
Te dije 343. Está empezando.
¿Vas a hablar del Mundial
que ya casi empieza?
¿Y del brasileño que salió del Barcelona?
Ya viene esa onda. Va.
¿A ver a qué hora
pasan los partidos aquí en Guate?
Sí, los partidos son allá
en la mañana, tipo diez.
Acá van a ser a la una de la madrugada.
Vamos a tener que desvelarnos.
Entonces vos.
Simón.
Más cuando juegue Brasil va.
Ah, yo digo que
ese es el año de Argentina.
Vos van a ser campeones.
A mí me gustaría
que el campeón del Mundial fuera Brasil.
Y en segundo lugar, pues si, Argentina.
Si querés apostamos a ver quién gana.
También van a hablar de los
programas de busca talentos
que tienen algunos equipos de la mayor.
Esas solo son pajas.
Nunca escogen a gente pobre.
Solo los hijos de los ricos.
Bueno, nuevos talentos no juegan nada.
Basura son.
Si va solo
la gente que juega sin ganas escogen.
Por eso tenés que hacerme caso.
Unas cosas que te digo.
No sé, tal vez tenés razón.
Y no te pongas al brinco
ni defiendas al viejo ese de Cruz.
Ya parece tu tata.
Tenemos por vos.
Lo voy a dejar tranquilo por ahora.
Pero está pendiente.
¿Vos, Gabriel, supiste que se robaron
la imagen de San Juan?
Simón.
La gente anda pura, loca, buscándolo.
Yo digo que
ese santito ya no aparece nunca.
¿Pero quién crees que se lo haya robado?
A saber. Ni me interesa.
Dicen que los santos antiguos valen pisto,
pero no creo que haya nadie
que lo quiera comprar. Mano,
Pero ya viene la feria.
Imagínate la feria sin procesión.
A mí con que me traigan
música para bailar y emborracharnos
estoy hecho con ofertas de dos
por uno en chelas.
Ah, pero si no aparece San Juan
yo digo que no hay feria, Puchi.
Pues la armamos nosotros por otro lado.
Bueno, te preocupes, la
vamos a pasar de a huevo, con o sin santo.
Anda, abre la puerta, mano Buena onda.
Ya no. Es la bicha.
Ni él aquí ya no sabe dónde ando.
Es el juez que me tiene un encargo.
Ya se. ¿Va?
Voy a abrirle.
Ya. A ver
qué dicen estos pajeros en la tele.
¿De verdad?
Es impresionante
ver la fuerza del equipo parisino juntos.
Todos los jugadores son una máquina.
¿Que onda?
Jugas todos Calidad.
Mi Alex. Está tu carnal. ¿Simón?
Pasa.
Te está esperando.
Alex, apaga la tele y te vas para tu 4.º.
Alan, Hermano, está chilero el programa
y todavía falta más de la mitad.
Haceme caso y te pones los audífonos.
Voy a hablar con el Judas.
Ta bueno, pues.
Nos vemos otro día. Alex.
Saludos a la Barbarita.
Y venite aquí vos
y saca unas chelas que tengo una refri.
Buena onda.
Y entonces Judas,
cuál era la urgencia por.
¿Vos al mandado y no al diablo?
Me él, yo relajado.
Pero vos dijiste que la onda
está caliente.
Simón Mira, pues lo que pasa es que
anda un tipo ofreciendo buena hierba.
Ajá. Y pues dice que no la quiere dejar
para que nosotros la trabajemos.
Pues depende dijo Pepito.
¿Qué ganamos nosotros?
Porque si no me llega no le entro.
¿Que tal huevas de él?
Pero si no hay buenas varas de
por medio de él.
Bien, hombre, es buen billete.
Pero primero tenemos que consultarle a él.
Efraín Mano, yo estoy cansado
de darle todos los bienes al Efraín.
Así son las cosas, diablo vos.
Sabes que en él Judas no me llega.
Que el Efraín me mande.
Pronto va a haber nuevo jefe y el jefe
voy a hacer yo.
Anel mano, no seas mula, diablo Pues.
Ya sabes Judas, yo voy a ser el jefe acá
y vas a tener que decidir
a qué bando
te arrimas con el Efraín o con el diablo.
Separe más esas mesas.
Allá hace falta sillas pa todos.
¿Eso, eso pa qué? No, Cruz.
¿Qué dices
si ponemos las cajas en aquella esquina?
Doña Marta, mire qué montón de comisiones
hay este año.
Cierto, doña Esperanza,
La gente del pueblo está más entusiasmada
este año, aunque todavía no aparece
la imagen de San Juan Bautista.
Sí, pero eso como que no les importa
a los que están en la comisión del baile.
Y en la Comisión de la Carrera
y más jóvenes.
Hay que alegre ver a los patojos
tan pilas para eso.
En la comisión del convite debería
haber más patoja.
Sí, pero los que están
por lo menos son patojos de corazón.
Eso es lo bueno de estas fechas.
Se puede platicar un poquito
más de la cuenta.
En nuestro caso nos cae bien porque apenas
nos miramos Doña Esperanza como.
Que ya nos faltan lentes. Doña Marta.
¿Y cómo ha estado?
Pues bien, doña Marta, un poco preocupada.
¿Y por qué?
Por Lucía. No sé que le está pasando.
No la entiendo. Y hablo con ella.
Mmm no, Sí, solo con sus amigas
y con el bendito novio.
Se mantiene hablando. Y es la edad.
Ay, no sé, doña Marta, tengo miedo
de lo que esa patoja de haciendo,
además por las habladurías de la gente
y siempre terminamos peleando.
Pero no desconfié de ella
primero aclaren ustedes las cosas.
Don Cruz,
preséntese la Comisión de Deportes.
Por favor.
Don Cruz, preséntese a la Comisión
de Deportes, por favor.
¿Sabe qué?
¿Por qué no platicamos de esto en mi casa
y tomamos un cafecito?
Ay, cómo me gustaría, doña Marta,
pero no tengo tiempo.
Y qué tal una de estas tardes
que no le toque ir al trabajo.
Pero usted sabe que si no trabajamos.
Si doña Esperanza
tal vez no va a ganarse un dinerito,
pero puede ganar más con Lucía.
No es por eso, doña Marta.
Es que no sé si sirva de algo.
Ya le hablé, ya la regañé,
ya la castigué y no cambia nada.
No lo deje al tiempo, doña Esperanza.
Hay cosas que deben resolverse ya.
Lo voy a pensar.
Usted decide, doña Esperanza.
¿Sabe qué?
Creo que puedo llegar un día después
de las cinco.
A la hora que usted pueda.
Solo avíseme para que yo la espere más.
Yo le cuento cuando.
Bueno, me voy
porque tengo que visitar a Juanita.
Ahí me la saluda.
Yo le digo Nos vemos entonces.
Si yo le aviso a doña Marta.
Esperancita. Esperancita. ¡Ah!
¿Qué tal, doña Olga?
Véngase, siéntese,
platiquemos un ratito en lo que vienen
los del comité y cuénteme
que le estaba platicando esa bruja.
Ay, doña Olga,
ella no es lo que usted dice.
Claro que sí.
Pero bueno, ya que no quiere soltar
prenda, dígame.
¿Usted va a colaborar
con el arreglo de la Iglesia?
Usted sabe que mientras yo pueda aquí
voy a estar ayudando.
Entonces de una vez le apunto,
no vaya a ser que se eche
para atrás a la hora de la hora.
Ay, cómo va a creer doña
Olga cuando yo me comprometo, cumplo.
Pero nunca se sabe.
Esperanza.
Se han visto muertos acarrear basura.
Doña Olga,
ya que se va a juntar con los del comité,
usted puede ver
si me inscriben a mi Lucía para candidata.
Flor de la Feria.
Qué bueno que me lo pregunta
a mí, Esperancita.
¿Entonces usted cree que sin que yo sea
la indicada para abogar por ella
no quiere decir que su nieta sea la
indicada para estar entre las candidatas?
Ya ve que ella tiene sus dotes
y está muy ilusionada.
¡Ay, por Dios santo!
Pero las ilusiones, ilusión y su.
Bueno también es porque el director del
instituto le dijo que puede ser candidata.
¿Pero cómo se le ocurre?
Él dice que es buen estudiante
y puede representar al establecimiento.
Eso es lo que él dice.
Pero tiene que presentar
lo que las otras candidatas ya hicieron.
El director me dijo que solo se necesita
la autorización del comité
y que hablen con él.
Y como usted del comité.
Está bien, voy a platicar con el comité.
Gracias, doña Olga, pero.
No le aseguro nada.
Ya sabe que algunos de ellos se ponen sus.
Moños
y no hay peor lucha que la que no se hace.
Pero le va a costar bastante a Lucía.
Las otras tienen mucho con qué lucirse.
Bueno, a ver qué dicen.
Yo me voy porque tengo que hacer la cena
para los patojos.
Ya ve, su nieta es la que debería hacer
la cena, no, que tiene sus dotes, pues.
Y ni siquiera puede preparar
huevos y frijoles.
Señoras, con permisito.
¿Está libre esta tía?
Sí. Siéntese, doña Teresa,
que yo ya me voy.
Feliz noche.
Hoy doña Esperanza se va porque yo vine.
No como cree.
Ya me había despedido.
Ah, bueno, entonces que le vaya bien.
Gracias. Feliz noche.
Espere a que se vaya.
Tengo que contarle algo de la nieta.
Le entiendo,
pero mire cómo camina de rápido.
Ya va lejos.
No nos oye a.
Juan, que quiere que yo le ayude
para inscribir a Lucía de candidata.
Como ves que para la flor de la feria.
Pero si no tiene ni dónde caer muerta.
Imagine Teresita,
con todos los gastos que se hacen.
Los vestidos, el maquillaje y los zapatos.
Doña Esperanza está loca.
Y eso es sólo en los gastos, la reputación
que se está ganando la muchachita esa.
Pero.
¿Y no es la novia de su hijo?
Pues no es nada formal.
Ya sabe cómo son los patojos.
Así y salen con uno y cuando le sueltan
lo que quieren, las dejan.
¿Y qué va a ser? ¿La va a inscribir?
Tal vez,
pero que quede de flor de la feria.
Ni que lo piense.
Esa flor ya se marchitó.
Muy bien dicho, doña Olga.
Este es el momento de bajarle
los humos a esa muchachita.
De eso me encargo yo.
Toma mi mano.
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