Las tensiones aumentan. Ruth enfrenta a los problemas de su casa. Una prueba de embarazo impacta la vida de Verónica y Lucía. Mientras tanto, mientras Rogelio apoya a Jefferson en medio de la incertidumbre. ¿Qué decisiones tomarán nuestros personajes? Un episodio crucial que no te lo puedes perder.
Toma mi mano.
Ruth.
No hay suerte.
¿No me vas a saludar? Permiso,
tío Antonio.
¿Qué pasa?
¿Y quién es esta muchachita tan linda?
Soy Silvia, tía Tana.
¡Oh, my God!
¡Pero qué bonita sorpresa!
¡Silvia! Entra ya, Silvia.
Espérame. ¡No me empujes!
Miren, hija. Su tío Antonio ya llegó.
Tenías razón, Silvia.
Hoy sí es un día para celebrar.
Sí, mamá.
Ruth.
¿No piensas entrar a la casa?
Buenas noches. Permiso.
¿Acaso no estás feliz de verme, Ruth? Yo.
¿Cómo has cambiado?
Estás más bonita. Ruth, contesta.
Silvia. ¿Qué tiene tu hermana?
¿De dónde venían tan contentas?
Venimos de su trabajo.
Yo digo que está cansada.
¿Cuánto tiempo ha pasado?
¿Trabajas, Ruth? ¿Y dónde?
En la cooperativa.
¿Y usted, tío?
Dice mi mamá que la agarraron.
¿Y qué le pasó?
Ya déjalo.
¿Tu tío Antonio? Sí. Está cansado.
Ay, Ruth.
¿Qué pasa?
¿Por qué no quieres hablar conmigo?
No le hagas caso. Ella es así.
Siempre le gusta llamar
la atención en la distancia.
Ha pensado mucho en ti.
No sabes lo feliz que estoy
de volver a verte.
A todas.
Pero en especial a ti.
Estoy tan feliz que voy a hacer la cena.
Al fin.
Silvia, saca el ron que tengo guardado.
Hoy vamos a festejar. Bueno, ya vengo.
Digo, hermana.
Yo quiero que sea Ruth
quien me prepare la cena.
Allá vas.
Yo quiero cocinarte.
Hace mucho
que no tengo motivos para cocinar algo.
No pasa nada si cocina Ruth.
Pero Ruth no cocina como yo.
Quiero probar.
Qué tal cocina
para ver si ya es una mujer cabal.
Ya escuchaste, Ruth.
Tu tío quiere que tú cocines, así
que anda a cocinar.
No, mamá.
A hacer la. Cena.
Si quieres,
te voy a. Ayudar, Ruth. Vamos. Bueno.
No puede ser mí.
¿Qué te pasa, Ruth?
Estás temblando.
Nada, Silvia. Me siento mal del estómago.
Tal vez comiste mucho pastel.
Tal vez, Pero no te preocupes.
No te vayas a caer. Siéntate.
Estás muy pálida.
Creo que voy a vomitar.
Lo siento, hermanita.
Yo te ayudo. No tengas pena.
Yo sigo picando las verduras.
Mejor
descansa un rato en lo que se te pasa.
Entonces, Antonio.
Cómo has estado.
¿Teresa? Las he extrañado mucho.
Cada día
pensaba en lo que había dejado mi familia.
Nosotras también te extrañamos, Antonio.
Pero la sorpresa que me di.
Las niñas.
Pero ellas nunca hacen nada.
Por eso no quería que hicieran la comida.
No hacen nada bien.
Soy Ruth. Ya es toda una mujer.
Tiene que aprender.
Si no, cómo va a hacer
para cuidar a su marido.
¿Si es que se casa?
Si es tan bonita, seguro va a encontrar
un hombre que la sepa querer.
Pues ella se fijó en un tipo que no tiene
ni en qué caerse muerto.
¿Quién es?
Pero no has hecho ningún arreglo. ¿Verdad?
No. Ni pienso dejar que se sigan viendo.
Es el hijo de la comadrona. ¿Ella?
El hijo de doña Marta.
Ese muchacho no le conviene a mi suegro.
Y Ruth no le conviene ni a Ruth ni a mí.
¿Cómo piensa mantenerme
si ese muchacho no tiene nada?
¿Y a quien no lo quiero? Bien dicho.
Ruth, Lo que necesita es un hombre que la
cuide, que la trate bien.
Bueno, decime, Antonio.
¿Cuánto tiempo
calculas quedarte con Moisés?
No puedo creer que me estés echando.
No, yo soy incapaz.
Es sólo para ver cómo ordenamos la casa.
Ya ves que es pequeña.
Y te compré una cama grande.
Teresa
Pues la verdad, no pienso irme pronto.
Yo lo único que quiero
es que estés cómodo.
No me importa darle vuelta a este lugar.
Worry hermanita. No te preocupes.
No hay ningún
otro lugar a donde me quiera ir.
Quiero recuperar el tiempo
perdido con las niñas.
Bueno.
¿Por qué le decías a Silvia que hoy
si había razón para celebrar?
Porque la mañana
me estaba armando un escándalo.
Porque no le dije Feliz cumpleaños a Ruth.
Ruth cumplió años hoy.
Sí, pero eso no importa.
¿Cuántos cumplió?
Ay, Pero cuánto interés en eso cumplió 20.
¿Y cuántos años tiene Silvia?
Sé que tiene 12.
Ya casi es una mujercita.
Pero se comporta como si fuera una niña.
Hay que empezar a buscarle
un buen muchacho
para que no te preocupes por ella después.
Pues aquí en San
Juan, sólo los muchachos que viven
en los residenciales valen la pena.
So, hay que empezar a enseñarle ya.
Pero después veré eso.
Ahora
mejor celebremos el cumpleaños de Ruth.
Para que ella. Es tarde.
Sería una pérdida de tiempo.
Hoy. Mañana.
Es una buena idea para que recuerde
cuánto la quiere su tío.
Aunque ella no lo merece.
Ha levantado tantas mentiras contra ti.
¿Recuerdas?
Eso es el pasado. Ha crecido tanto.
Da doesn't matter.
Eso no importa. Ay, Sue, Te lo juro.
Vas a ver cómo logro
ganarme otra vez su corazón.
Buenos días, abuelita.
Qué temprano se levantó.
Sí, es que me tengo que ir
a la casa de doña Concha.
¿De veras? Pues no me acordaba.
Mira, Lucía, en el sartén les.
Quedan frijolitos volteados.
Solo haces huevos y vas por las tortillas.
Y después voy a dejar a Ángel.
No, mija, pasó muy mala noche.
Es mejor que se quede durmiendo.
Pero le voy a ir a avisar a doña Chica
que ya no llega.
No, no hace falta.
Dale una llamadita. Bueno.
¿Y usted ya desayunó? Ya Lucía.
Pero me voy.
Quiero estar antes de las ocho.
Que Dios la acompañe.
Lucía, Yo fui a Angelito.
No está durmiendo.
Pasó enfermo casi toda la noche.
Por eso aprovecha ahorita
salir de la casa.
¿Otra vez Le da ataque de asma?
Sí, pero ya está.
Mejor apurémonos antes de que se levante.
Te ves preocupado.
¿Y si vos te vieras en un espejo?
Te asustas.
Verónica, tenés razón. Mejor apurémonos.
Mira, Carlos.
¿Quiénes van ahí?
Es Lucía y Verónica.
Esa otra idiota y su amiga.
Paseando en. Vez
de buscar un oficio que hacer.
Qué raro. Lucía
siempre está ocupada en su casa.
Qué patojas. Tan desconsideradas.
Mamá, déjelas en paz. ¿Ah, sí?
Pues defendiendo esas viejas viviendas.
Verónica De plano que sí.
Pero Lucía no. A mí
no me gustan las gastadas.
Eso decís vos, pero de las aguas mansas.
Mejor vámonos, mamá.
Tengo que ir a la tienda de doña
Candelaria.
Sí, mijito.
Lindo.
No vayas a hablar recio,
que Ángel está durmiendo en el 4.º.
Está bueno. Venite. Entremos al baño.
Ay, Lucía, Cómo no le dijimos a la huincha
que nos explicara bien
como se hizo esa babosada.
Cálmate vos.
No es cosa del otro mundo, digo yo.
Sólo es una prueba de embarazo.
¿Me ayudas? Abrí la caja. A ver, dámela.
Ay, me tiemblan las manos de plano.
¿Que si estoy nerviosa Vos?
Tranquila, Verónica.
Primero leamos las instrucciones.
Leé las. Porfa.
Yo detengo el tubito.
Éste puede usarlas
siete días después de la relación en la
que pudo haber quedado embarazada,
pero ya pasaron más de siete días.
Yo digo que igual funciona.
Seguí,
pues uno abra la bolsa y saque la prueba.
Ya la saqué.
Dos Quítele la tapa.
Tres Orine sobre la punta
durante diez segundos.
¡Ay, qué asco!
Cállate ahorita de una vez.
Mejor espérate.
Leamos todo,
no vaya a ser que le echemos a perder.
Tener razón. Cuatro.
Ponga la prueba sobre un área plana
y espere tres minutos.
Y después.
Cinco. Lea el resultado.
Si no está embarazada.
Una rayita.
Si está embarazada, dos rayitas. Sólo.
Eso es.
También dice El resultado
debe leerse a más tardar
15 minutos después
de haber usado la prueba.
Pero Lucía,
yo fui a orinar antes de salir.
Espérate,
que aquí dice más cosas que dice.
Se puede usar en cualquier hora del día.
No es necesario
que sea la primera orina de la mañana.
Bueno, pues entonces me la
voy a hacer de una vez.
Verónica acordate que tenés que orinar
sobre el lado que absorve.
¿Dice Qué lado? Este lado.
Ay, Lucía, yo no sé si son los nervios,
pero no me sale nada.
Espérate, voy a abrir el chorro.
Dicen que al oír
el agua que cae dan ganas.
Ya no nos sale nada.
Ayúdame. ¿Qué quieres que te la detenga?
No. Anda, tráeme un vaso de agua o algo
frío.
Espérate. Creo que todavía
tengo algo de internet en el celular.
Miremos a ver qué encontramos.
Dice que hay que inclinarse
hacia adelante.
Es que no tengo ganas.
Práctica técnicas de relajación muscular.
Pero no tenemos tiempo para eso.
Toma más agua.
Prueba con el limón. ¿Viste que te dije?
Yo tengo limonada en la
refri. Te la voy a traer.
Gracias, Bob,
pero apúrate, que me voy a calmar.
Aquí.
Ahora solo esperar. Sí.
Tres minutos.
Sí. ¿Cuánto va?
Ya lucía. Ya casi está.
Mira la voz, que yo tengo miedo.
Ay, Diosito, Que salga negativa.
Que salga negativa.
Tranquilízate, voz. Déjame ver.
Decíme que salió negativo.
¡Ay, no!
Verónica salió positiva.
No puede ser. ¿Qué voy a hacer, Lucía?
Mi mamá me echó de la casa. ¡No puede ser!
¡Ay, Dios!
¡Cállate!
¿Vas a despertar a Ángel?
No sé.
Oye, Metí la pata.
Yo no puedo estar embarazada.
Solo tengo 14
años.
Te lo dije, Verónica.
Te lo dije.
Ya lo sé, ya lo sé.
Pero eso no me puede pasar a mí.
¿Y qué esperabas?
¿Se cuidaron o no?
¿Y qué va a estar pensando yo en eso?
Por lo menos el Eduardo
se hubiera cuidado.
Él es más grande.
Y me dijiste que tiene más experiencia.
¿O no?
Yo no puedo estar embarazada.
Yo no puedo estar embarazada. Lucía.
Verónica, Reacciona, hombre.
Mejor
guarda la prueba en la caja y vámonos.
¿A dónde?
¿Qué voy a hacer, Lucía?
¿Qué voy a hacer?
Vámonos a dar una vuelta.
Después pensamos qué hacer.
Lucía. ¡Lucía! ¿Qué te pasa?
No hagas ruido, Verónica.
Apúrate y guarda rápido eso.
Vámonos antes de que nos miran.
Cielito.
Buenos días, doña Cande.
Cómo le. ¿Va hoy?
Muy bien, mi hijo.
¿Y usted cómo ha estado?
Tenía ratos de no verlo.
Hacía falta
verlo con todos los muchachos del equipo.
Ah, es que usted sabe, no es lo mismo.
Si hace falta el capitán.
Ya me pican los pies
por ir a jugar otra vez Hoy me imagino.
Mi hijo, me imagino.
¿Y el negocio? ¿Qué tal, doña Cande?
Pues ahí va.
Siempre con bastante qué hacer.
Qué bueno, doña Cande.
Usted debería ser nuestra patrocinadora.
Fíjese ahí.
Como así.
Mi hijo.
Mire,
pues un patrocinador apoya al equipo.
Ya sea dando dinero,
donando para el uniforme
o con la gasolina para el transporte,
a cambio de que el equipo
le haga publicidad a su negocio.
Daddy Dinero suficiente
que les dé fiado
cada vez que me piden aguas.
Todavía le deben.
O usted también aparece en la lista.
¿Que en serio?
Y todos los domingos vienen a pedir.
Ahí tengo la lista de los que me deben
y se la voy a traer para que la mire.
Esto es para todos, hombre.
Mejor páseme la
lista para hablar con ellos.
Ay, gracias, hijo.
Hoy solo deme chance,
que tengo que entregar unas cosas.
Dele, doña
Cande. Tómese el tiempo que quiera.
¿Qué onda, Jefferson? Ay, sí. Recuperado.
Así es, Rogelio.
Ya estoy listo para enseñarles
cómo se juega.
Qué buena onda vos.
Permiso. Patojos. Permiso.
Buenos días, doña Candelaria.
¿Quiere que la ayude?
¡Ay, no! Mi hijo.
Aquí no más.
Voy a entregar esto.
Gracias de todos modos.
Vaya, doña Candelaria.
Pues sí.
Vos contame
cómo van las cosas en el equipo.
Bien.
Siempre andamos dentro
de los primeros cuatro.
Y el siguiente partido
es contra San Pedro.
Todo pinta para que ganemos.
Ese equipo no anda muy bien que digamos.
Bueno, todo depende de cómo estén
jugando ustedes.
Ay, vamos a ver.
Pues la verdad, si hace falta vos.
Me extraña.
Y qué bueno que lo reconozcas.
Tranquilo, Tampoco
es para que te creas el muy, muy.
Y con Ruth como van las cosas.
Y hay algo.
Pues ahí vamos.
Acaba de ser su cumpleaños y le hicimos
una sorpresa con mi mamá y con Silvia.
Eso. ¿Y te le declaraste?
No, pero pronto lo haré.
No le des tanta vuelta al asunto.
Ahí vamos. Lento pero seguro.
Lo de lento. Sí, te lo creo.
¿Y tu familia qué tal?
Bien, gracias. Ahí, creciendo.
Vaya, si no Ema.
Ya está bien. Grande. ¿Vos? Sí.
Ahí va mi princesa.
Pero te digo, creciendo.
Como así Vos.
Si te contara.
Hoy quedamos con Andrea de ir con tu mamá.
¿En serio?
¿Que onda? No le vayas a contar a nadie.
Yo sé que puedo confiar en vos.
Al parecer, Andrea está embarazada.
Qué alegría.
Felicidades, Jefferson.
No hables tan fuerte.
No queremos que se enteren todavía.
¿Y por qué? Pues es difícil. Vos.
Andrea ha tenido pérdidas
antes que tuviéramos a Emma.
Y ahora está con miedo por lo mismo.
Por eso ella quiere que tu mamá
le confirme si está embarazada.
¿Ya vas? Sí. Eso es delicado. Sí.
Me preocupa mucho su salud. Y también
lo del dinero.
Últimamente
hemos estado cortos en billetes.
Pero tu papá te puede echar
la mano. No. Sí.
Pues corriendo. Me va a ayudar.
¿Por qué no? Nada. Con mi papá
No puedo contar ahorita.
Pero no se lo digas a nadie, porfa.
Vos sos cuate,
Por eso te lo estoy contando.
No hay clavo.
Gracias por la confianza.
Y no te preocupes si es el caso.
Mi mamá sabrá aconsejarles.
Muy bien. ¿Y cuándo van a ir?
Es que ella quería
que fuéramos ahorita en la mañana.
¿Y entonces Qué estás haciendo aquí?
Creo que me vacile otra vez.
¿Por qué?
Primero, porque no le puse coco a aquella
con lo de planificar la familia.
Y segundo,
porque me dio clavo no saber qué hacer.
Y la dejé que se fuera sola allá
donde tu mamá.
Ay, sí.
Te pasaste, Jefferson.
Jefferson, Aquí está la lista.
¿Y si aparece su nombre? Mi hijo.
Ta bueno, doña Cande.
Ni modo. Al rato le pido.
Bueno, las haces, Jefferson.
A la gran con tanto clavo.
Mejor voy a poner una ferretería.
Tranquilo, hombre.
Hay que ver el lado bueno de todo.
Sí, pero yo no veo por donde vos.
Mira, ya vienen los demás.
Te encargo
que no vayas a contar nada de esto. Vos.
Allá vas.
No hay clavo.
Gracias, Rogelio.
A ver qué onda.
¿Aunque, como dice mi papá,
de qué me preocupo si todo Chile
viene con el pan debajo del brazo? Mmm.
Pero depende vos.
¿Acaso ese pan alcanzaría para todos?
Toma mi mano.
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