Toma Mi Mano USA

Episodio 27: ¡Sorpresa en el baño!

Episode Summary

Andrea busca desesperadamente a Jefferson. La incertidumbre rodea la imagen del santo y la posible procesión. Doña Esperanza se enfrenta a lo inesperado. Un episodio lleno de intrigas y sorpresas te espera. Suscríbete y activa la campana para mantenerte al día con la audionovela del momento.

Episode Transcription

Toma mi mano.

¿Quién es?

Buenos días.

Ay, doña Esperanza.

Andrea, qué gusto verla. ¿Cómo está?

Bien, gracias, doña Esperanza.

¿Y usted cómo está?

Bien. Andreíta.

Aquí, trabajando un poco con su suegra.

Ah, qué bueno.

Disculpe.

¿No sabe si Jefferson está aquí? Mmm.

Pues no lo he visto.

Yo acabo de venir.

Si quiere, pase

y le pregunta a doña Conchita.

Pero ahí está Don Raúl.

Ya no está. Hace un ratito que se fue.

¡Ay, qué bueno!

Eso mismo dije yo.

Es que ese señor.

Yo no sé cómo lo aguanta doña Conchita.

Solo ella sabrá, doña Esperanza.

Por eso le pregunté si estaba él.

No me gusta

toparme mucho menos aquí, en su casa.

Me imagino. Pero pase adelante.

No hay moros en la costa.

Muy amable.

Voy a entrar rapidito

porque dejé a la nena sola en la casa.

¿Ah, sí?

Pues pase, mija.

Rico.

¡Cachito, Cállese!

Buenos días, doña Concha.

¿Cómo amaneció? Hola, mija.

Y eso que venís a visitarme.

Ahí para saludarla.

¿Cómo siguió de su caída?

Mmm. Ya mejor. Andrea, Gracias.

Me alegro por usted.

Pero hay que tener más cuidado.

Ay, sí, mija, Yo sé.

Y disculpe, doña Concha.

¿No ha venido Jefferson por acá?

No, Andrea, no.

¿Dónde se habrá metido usted? ¿Jefferson?

Yo lo vi temprano.

Que iba con sus cosas de fútbol.

Que sí.

Salí temprano a barrer y ahí lo vi.

¿Y le habló?

No, él iba lejos.

¿No le toca el tren hoy?

Pues sí,

pero no me imaginé que se iba a ir.

¿Y por qué?

Porque ayer

quedamos de ir hoy con doña Marta.

Y porque apenas está saliendo de su golpe

y ya quiere jugar.

Ay, mi hija tan chula

que te preocupes por él.

¿Pero qué podemos hacer?

No, doña Concha.

Esas cosas son las que me molestan

de Jefferson.

Tranquila, mija.

En eso es igual a su papá de arrebatada.

Pero ni modo.

Doña Concha,

No hay que conformarse con que así son.

Y ni modo.

No puedo creer que se le haya olvidado

lo que hablamos.

¿Y por qué quieren ir con doña Marta?

Pues.

Ay, doña Concha.

Es que creo que estoy embarazada.

Ay, qué alegría, mija.

Al fin se le va a dar a Jefferson.

¿Cómo cree doña Concha?

Esto no es para ponerse feliz.

¿Y por qué no? Pero sentate, mija.

Agua.

Querían los chuchos.

Por eso estaban vez de ladrar.

¿Va a tomar cafecito, Andrea?

No tenga pena, doña Esperanza.

Y en un rato me voy. Gracias.

Si hubiera traído a la nena

así, no estaría corriendo.

Sí, pero estaba durmiendo todavía.

Doña Esperanza.

¿Puedes ir a pagarme la estufa, por favor?

Ahorita voy. Gracias. Pues sí, mija.

¿Por qué decís

que no es para ponerse contenta?

Usted sabe, doña Concha,

cómo me costó tener a Emma

y que estuve a punto de perderla también.

Yo no quiero pasar por lo mismo otra vez.

Tranquila, Andrea.

Una de mujer

no debe pensar que no puede tener hijos.

Es lo que nos toca en la vida.

Yo le respeto mucho y la admiro

por soportar

todo lo que ha vivido doña Concha.

Pero no pienso así.

En estos tiempos

ya no estamos para tener muchos hijos.

Además, no estoy bien de salud.

Y eso es lo que quiero que entienda

su hijo.

Tenés razón, mija. ¿Y por qué no vas sola?

No, doña Concha.

La responsabilidad es de los dos.

Y como le conté ayer,

quedamos de ir juntos.

No puedo creer que se haya ido a entrenar

mi hija.

Esa es nuestra cruz.

A las mujeres.

Así nos toca.

Pues no, no lo acepto, doña Concha.

Un matrimonio es de dos.

Y entre los dos

le hacemos frente a las responsabilidades.

¿Listo, doña Concha?

Ya solo voy a terminar de limpiar

aquí, en la sala.

Vaya, doña Esperancita.

Bueno, ya me voy.

Porque si no, la nena

va a empezar a llorar.

Ay, Andrea.

¿Le das un beso a mi nena?

Gracias, doña Concha. Nos vemos.

Nos vemos, Doña Esperanza. Se cuida.

Gracias, Andrea.

Cara de preocupada, le miró a su nuera.

Lo que pasa es que a las mujeres

nos toca aguantar muchas cosas.

Usted lo sabe.

Tiene razón, doña Concha.

Esa es la cruz de todas las mujeres.

Pero fíjese que yo admiro mucho a Andrea.

¿Ah, sí? ¿Y por qué? Por su carácter.

Es una mujer decidida, trabajadora

y que no se deja de los demás

ni de su esposo.

Y me parece bien, aunque sea mi hijo.

Sí. ¿Verdad?

Creo que ni de don Raúl se deja.

Si yo hubiera sido un poquito como ella.

Pero el hubiera no existe.

Doña Concha.

Escucha, Alex.

Desmarcarte. Acá Jefferson.

Estoy solo.

Va, Pasen.

La muchacha.

¡Gol!

¡Gol! ¡Gol! ¡Gol! ¡Gol! ¡Gol! ¡Gol! ¡Gol!

¡Gol!

¡Gol! ¡Gol! ¡Gol!

¡Gol!

¡Qué lujo de cabezazo!

¡Vos, Alex, Qué golazo!

Don Cruz vio el tiro de esquina.

Vio el. Gol.

Vos, Alex, me sacaste un chingo de altura

en el salto.

Qué buen resorte

Estás teniendo mano. Felicitaciones.

Si vos que estás tomando para saltar

tanto.

Es puro entreno mucha.

Ahí les voy a explicar algunos ejercicios

para los músculos de las piernas.

Y van a ver.

Pero mirá, Diego,

los defensas también deben tener un buen

salto y cabeceo para poder marcar.

Si no por gusto, los goles

que metemos los delanteros.

¿Ya vas vos, Carlos?

Cómo no.

Que yo sepa el entrenador es don Cruz.

Yo digo lo que quiero.

Si no te gusta, que lo siento, manito.

No peleen.

Qué hueva con ustedes dos.

Mejor vengan.

Vamos a practicar otra vez

los tiros de esquina.

Total defensa delantero. Hay que aprender.

Patojos, vengan para acá.

Vamos a descansar un rato antes de armar

la chamusca.

Vamos, muchá.

El profe Cruz nos está llamando.

Pues el que llegue

de último invita las aguas.

A tu marcháramos.

Jefferson. Pero no te adelantes.

José Bernardo.

Gané muchas.

Les gané a todos. Te gané, Alex.

Oye. Te luciste

con el pique que te echaste, Diego.

¿Quién te miraba?

Nuestro mejor carrilero por hoy.

No te voy a molestar, Diego.

Descansen un poco, muchachos.

Ahí hay agua. Agarren.

Alex. Ojalá te la dé Elena, por favor.

Sí, profe.

Ahí va a buscarlos.

Agárrala, Diego.

Jefferson, pásale a Rogelio.

Buen entreno, equipo.

Me gusta como están corriendo.

¿Están cansados?

No, profe, Todavía no.

Vamos a jugar entre. Nosotros, profe.

Sí, Ahorita vamos a dividirnos en dos

equipos y vamos a tocar en el área grande.

Sin que la pelota se salga de ahí.

Porterías pequeñas, entonces.

Sí, Sin portero, por ahora.

Pero antes

quiero que platiquemos unos minutos.

O les pican las patas por jugar.

Usted sabe que si venimos al campo

es para.

Darle con todo.

Alex tiene razón.

Si no venimos al campo,

sentimos que vale 20 la vida.

Por cierto, ese último tiro de esquina

que hicieron ahorita.

Debo felicitar a Jefferson,

que así se lo puso en la cabeza a Alex.

Ah, por eso soy el mediocampista central.

Es cierto.

Borges y varios centros

estuvieron de lujo.

Mano cabal me llegas, Jefferson.

Buena onda, muchacho.

Se les agradece, compadrito.

Y también hay que reconocer

que los remates de cabeza de Alex

han mejorado un montón.

Felicitaciones, patojo.

Está saltando bastante.

¿Ahora vas a llamarte Piernas de Resorte?

¿Alex o la pulga? Alex va.

Miren pues chavos.

Con el partido

que ganamos el fin de semana,

ahora somos líderes de la

tabla de posiciones.

Oh, sí.

Llevamos una

racha de tres partidos ganados

y uno empatado.

Felicitaciones, equipo.

Y entonces el segundo lugar es San

Jacinto, Profe.

¿Cuántos puntos le sacamos?

Si ellos van segundos,

les llevamos dos puntos de ventaja.

Así que no hay que confiarse.

Muchá. Qué buena miel.

Estar en el primer lugar.

¿Se siente calidad? Sí.

Vamos a ser campeones. Este año.

Por supuesto que vamos a ser campeones,

Carlos.

También les cuento que en alguno

de los próximos partidos

tendremos una visita sorpresa.

¿De quién, profe? Cuéntenos.

No seas muy lobos, Diego.

¿No escuchaste que es sorpresa?

Miren,

pues hay un ex jugador que está trabajando

en un equipo de la mayor

reclutando talentos jóvenes.

Parece que quiere venir a San

Juan a verlos jugar.

Qué lujo, profe.

Por eso, muchacho, hay que seguir.

Con la racha invicta. Tranquilos.

Mientras yo esté

aquí, vamos a seguir ganando.

Bueno, pues,

chavos, ya

les di las buenas noticias de la semana.

Ahora les pido su concentración

y esfuerzo.

Tenemos la confianza del pueblo de San

Juan y debemos devolverle la alegría.

¿Cómo así, profe?

En el pueblo

están pasando cosas muy tristes

que tienen muy preocupados

a muchos vecinos. Profe.

Está hablando de lo que pasa

en el mercado.

Sí, Rogelio, desde hace dos semanas

han llegado amenazas de extorsión

a algunos puestos del mercado

y eso nunca había pasado.

Qué Eso, profe.

Los delincuentes

no lo dejan trabajar a uno en paz.

No entiendo cómo es que

algunos chavos de la misma comunidad

le hacen daño a los demás muchachos.

Hay que estar unidos como pueblo,

como gente trabajadora,

cuidarnos entre nosotros.

Sí, profe, tiene razón,

aunque el problema es grave

y no creo que sea tan fácil de resolver.

Pero algo hay que hacer.

Miren quién lo dice. Carlos, cálmate.

Esto es algo muy duro para todos

y de verdad que hay que pensar

qué se puede hacer.

Además, otro problema que tenemos

en este momento es que no ha aparecido

la imagen de San Juan.

Parece que no tendremos procesión

para la feria

porque no hacen procesión de otro santo,

pues buscan las riquezas.

Burro, que pues.

Por ahora los triunfos del

Renacimiento junior es con lo que podemos

dar algo de alegría para el pueblo.

¿Me entienden? Patojo Sí, profe.

Por eso vamos a seguir entrenando,

muchachos.

Pilas Pues.

Pues. Rogelio, armar un equipo.

Y vos, Jefferson, armás el otro.

Tenemos media hora

para terminar el entreno.

Echémosle ganas.

A jugar, muchachos.

Vamos.

¿Para dónde va doña Esperanza?

¿Qué tal, David?

¿Me podés llevar a la casa?

Mirá que se me olvidó

un encargo de doña Concha.

Claro, doña Esperanza. ¿Cuánto me cobras?

Lo de siempre.

Gracias.

Qué bueno que te di, porque tengo prisa.

En mi mototaxi.

En un ratito llegamos.

Ay, pero quiero llegar viva, mijo.

No tenga pena, que soy precavido.

¿Y cómo está tu hermana?

Ay, pues viera que a veces se le sube

la presión.

Le falta mucho para que nazca su bebé.

Dice mi mamá que como dos meses y

que a ver si no se la llevan a la capital.

¡Ay! ¿Por qué dice doña Marta

que es un embarazo delicado usted?

Porque mi hermana es muy jovencita.

¿Y cuántos años tiene? Pues. 15 años.

Mi mamá está bien preocupada.

Ay, será para menos.

Pero si doña Marta ya la está viendo y les

recomendó que la lleven a la capital.

Pues hay que hacerle caso.

Sí, porque por la edad de mi hermana dice

que puede tener problemas con su bebé.

Pero vaya que no la dejaron sola

con el paquete.

Me imagino cómo deben estar tus papás.

Mi papá se puso tan enojado cuando

se enteró que ya no le habló a mi hermana.

Mi mamá es la que está viendo. ¿Qué hace?

¡Ay, mi hijo!

Si eso me pasara a mí.

Ay, Creo que reaccionaría como tu papá.

Usted, doña Esperanza.

Es que no

sé qué haría en una situación así.

Es un problema. Será doña Esperanza.

En fin, él será segurito

que si no por el bebé.

Lo que pasa es que

cómo cuesta criar a los patojos

y que una niña resulte criando a otro.

¿De veras? Pues no lo había pensado.

Bueno, que Dios los ayude, David.

Gracias,

doña Esperanza. Mire, ya llegamos.

¿Y me podés esperar unos cinco minutitos?

Fíjese que tengo que llevar

a unas señoras al cementerio.

Pero si me hace tiempo, unos 20 minutos.

Regreso por usted.

A pie Casi me tardo lo mismo.

Pero va a llegar más cansada.

Los residenciales están retirados.

Tenés razón.

Y tengo que hacer mucho oficio

en la casa de doña Concha.

Vengo entonces.

Está bueno.

Te espero.

Ya regreso.

Ay, por Dios.

Porque está encendida la tele.

Y también el radio.

Lucía, hazme un favor.

Sí. Lucía.

La abuelita Lucía no está.

Ángel, apaga todo, por favor, que no te

oigo.

Voy, abuelita.

¿Dónde está Lucía?

No sé.

¿Como que no sabes si la dejé aquí

antes de irme?

Le dije que te diera el desayuno.

Sí, ya comí. Estaba bien rico.

Los frijolitos volteados y sólo eso.

¿Comiste? También comí pan

que había de noche.

Bueno, tal vez fui a traer tortillas

y se quedó platicando.

Pues yo oí que hablaba con alguien.

O No sé si lo soñé, pero la vi llorar.

Sí, angelito.

De seguro que estaba soñando.

Pero más parece una pesadilla.

¿Será que tenés calentura?

No. Estás fresquito.

Ahora ya me siento mejor.

Lástima que no pude ir a la casa de Erick.

Con él jugamos en su compu.

El break away

es un juego de fútbol y está bien chilero.

El que.

Mejor otro día me contás qué es eso.

Ahora primero está tu salud.

Ya irás a jugar en otro momento.

Bueno, boleta.

¿Y no dijo usted que se iba a ir

toda la mañana?

Pues hoy no vas a ver que olvidé

el encargo de doña Concha.

¿Y dónde lo dejó?

Mira, creo que está

ahí atrás de la puerta del patio.

Voy a ver.

Es una bolsa blanca con líneas azules.

Sí, mijo. Ahí está. Sí.

Alcanzarla.

Y déjamela cerca de la puerta de la calle.

¿Adentro o afuera?

Ay, no me molestes, Ángel.

Voy a aprovechar que David todavía

no viene para entrar al baño.

¿Oíste? Vaya, abuelita.

¿Ya puedo poner el radio?

No, mijo,

Mejor pone la tele, pero con poco volumen.

¿Y esto qué es?

Una caja. ¿Una caja de qué?

¡Ay, Dios mío!

No puede ser.

Esta es una prueba de embarazo.

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