Toma Mi Mano USA

Episodio 30: Feria de San Juan

Episode Summary

Los preparativos para la feria de San Juan Renacimiento están en marcha, pero la preocupación de Doña Esperanza por Lucía crece. Mientras tanto, Don Raúl descubre el embarazo de Andrea, desencadenando comentarios incómodos. ¿Cómo afectará esto a nuestros personajes? 

Episode Transcription

Toma mi mano.

¡Qué alegría!

Hoy sí.

Voy a comer de todo en la feria.

Quiero en el Hotel Loco.

Una manzana con miel.

Churros con manjar.

¿Y vos qué vas a comer, Ruth?

En qué planeta. ¿Andas?

La verdad es que no

tengo ganas de ir a la feria, Silvia.

Pero siempre vamos.

Además, te estoy ayudando

a acomodar las cosas en este cuartito

para que termines rápido.

Pero si es para vos.

¿A quién le quitaron su 4.º?

¡Bah! No te burles de mí.

Como a vos no te sacaron tus cositas

y las amontonaron en ese 4.º mohoso.

No es para tanto.

Está bonito.

Un poco chiquito, pero mono tiene.

Sí, ya sé.

Es que no me gusta que le hayan dado

mi 4.º al tío Toni.

Oh, my God. Sí.

Bueno, solo

esperemos que no se quede mucho tiempo.

Mmm. Lo dudo dijo el Zancudo.

Por eso quiero ir a la feria.

No quiero estar. Aquí.

Es que he tenido mucho trabajo estos días.

Pero si siempre has trabajado y vamos a la

feria, no podemos saltar este año.

Y siempre vamos a ver las mismas cosas.

No nos perdemos de nada

si nos vamos esta vez.

Qué aguafiestas estás hoy.

¿Vos solo quieres que vayamos

para que te compre los dulces, verdad?

No es por eso.

Es que siempre vamos juntas.

Nos reímos mucho.

Es nuestro tiempo.

Vos y yo.

Porfa.

Ay, Silvia.

Te quiero mucho, hermanita.

Bueno, ya está bien.

Me convenciste.

Vamos a ir.

Pero no te voy a comprar todo eso

que quieres comer.

Bah, está bueno,

porque falta lo de los juegos.

Ven, Silvia.

¿Qué?

Ya viste. Ahora ya estás contenta.

Hay que ver qué te vas a poner

y te vas a llevar puesto tu collar.

Si es tan lindo.

Es mi fuerza y esperanza.

¿Dijiste algo? No.

Yo quiero que

doña Marta me dé uno a mí también.

Y que te diga qué significa.

Me va a decir que tengo una energía

brillante como las estrellas para saber.

Hoy como sos.

Pero seguro. Si terminemos de arreglar.

Sino viendo las estrellas

nos vamos a quedar aquí.

Ay. ¿Como era?

Ya casi está.

Solo empuja un poco más de ese lado.

Ya está.

Ese era el último. ¡Ay!

Y no me pidas que lo volvamos a mover.

Le dimos vuelta como cinco veces.

Ya no. Que se quede así.

¿Y esta falda? Yo la decoré.

¿Verdad que quedó bonita?

Pues no está mal.

¿Y para qué la quieres?

¿No viste que Lucía va a participar

en la elección a Flor de la Feria así?

Yo no estoy muy enterada de quiénes

van a participar.

Si este año te la has pasado con Rogelio,

algo te debe de haber contado.

Como hemos tenido mucho trabajo,

no hablamos de las cosas de la feria.

Pues a mí

se me hace que este año Lucía va a ganar.

Ella es muy inteligente.

Seguro responderá

bien a lo que le pregunte.

Lo que me gusta es que cuando ella habla

siempre dice que hay que tener sueños

y luchar por.

Ellos sin esforzarse

por lograr lo que uno quiere.

Ese es un bonito pensamiento.

¿Y qué tiene que ver eso con la falta?

Ah, pues por eso lo arreglé.

Ahora falta que Lucía la quiera usar.

Y no tendría que usar un vestido.

Pues yo pensaba que se vería muy bonita

con esa falda.

Además, para empezar a prepararnos.

Porque después la flor de la feria

voy a hacer yo.

Sí, como no.

Para eso falta mucho.

Bueno, para mientras

me conformo con ver a Lucía en su carroza.

¡Qué emoción! ¿Y si usa esa falda?

Voy a ser la diseñadora

más famosa de San Juan, Renacimiento.

Ay, Silvia. ¿Cómo soñas?

Vos ya vivís en las estrellas. Ni tanto.

El tío Antonio dice

que puedo llegar a hacer lo que yo quiera.

¿Cómo así?

¿Qué estás haciendo en las tardes?

Pues nada.

Mis tareas.

Limpiar la casa.

Y mi mamá se mantienen a casa.

A veces sale, pero ya la conoces.

Se la pasa durmiendo. ¿Y vos

qué tanto has hablado con el tío Antonio?

Pues me ha preguntado

qué es lo que me gusta.

¿Qué es lo que quiero hacer? Cosas

así. Así.

Él dice que me puede ayudar, por favor.

No quiero que platiques mucho con él.

Es algo raro, pero es buena onda.

Me regala muchas dulces.

Eso no me parece. Silvia.

Voy a hablar con mi mamá.

Él es. Cariñoso conmigo. Pero. ¿Pero qué?

Pero ya me cayó mal que me ande.

Apachurra a cada rato y que me pida

que me siente en sus piernas.

¿Y vos lo has hecho? No. ¿Qué te pasa?

Le dije que no soy una nena

y que eso no me gusta.

¿Y te ha dicho algo más? No.

Pero por eso es que no

me gusta estar mucho con él.

Silvia, necesito que me hagas un favor.

Si el tío Antonio te dice otra vez

algo, no lo hagas.

¿Oíste?

Servida.

Muchas gracias.

¿Qué se le ofrece, doña Esperanza?

¿Qué tal, mija?

Pues nada en especial.

Más bien una duda. ¿Y qué será?

Ay, es que.

No sé.

Bueno, solo vine porque quiero hacerte una

pregunta.

Wich. ¿Diga, doña Esperanza? Decime, mija.

¿Vino Lucy a comprar esta prueba

aquí contigo?

¿Ah, sí?

Vino antier con la Verónica.

¿Te dijeron para quién era? No.

Me dijeron que le estaban haciendo

el favor a una Su amiga.

Dizque para una investigación.

Así te dijeron.

Vaya investigación

que se pusieron a hacer.

Ahí se recuerdan.

Y esperanza que yo aquí solo vendo.

Yo sé guacha.

Es que necesitaba estar segura.

Gracias, mija. Vaya, doña Esperanza.

Qué bonitas

estas flores para el adorno de San Juan.

Ahorita que entremos a la iglesia

y las pongamos en los floreros,

se van a ver preciosas.

Ojalá sean una ofrenda para que se alivie

mi corazón.

Doña Marta. Doña Esperanza.

¿Y que tiene?

Está enfermo uno de sus nietos.

Yo me siento enferma. Me duele mucho.

No me asuste que pudo ser tan terrible.

Es mi nieta.

No sé cómo les voy a explicar a sus papás.

Se le enfermó.

Pues a su edad casi es una enfermedad.

Mire lo que ando cargando.

Esa caja es una prueba de embarazo.

No sé qué voy a hacer. Doña Marta.

Yo iba saliendo del baño

y que me encuentro esto tirado.

¿Y usted cree que es de Lucía?

¡Ay, doña Marta! ¿Y de quién más va a ser?

¿Ya habló con ella?

Pues ayer salí a buscarla como loca,

pero no la encontré.

Ya en la noche,

cuando la vi en la casa, se había dormido.

Preferí no hablarle. Además.

Pues no sé qué decir.

¿Cómo puedo hablar con ella de eso?

Me da tanta vergüenza.

Ay, doña Esperanza.

Sentémonos un ratito en esta banca

y después vamos al salón

a arreglar las flores.

¿Podemos hablar de esto en la iglesia?

Yo diría que este es un buen lugar.

Me siento tan triste, Doña Marta.

¿Cómo es eso que no le habló a Lucía?

Pues cuando llegué en la tarde,

mi nieto me contó que se estuvo con él.

Y cuando miró que yo

venía, salió corriendo. ¡Ah!

¿Cómo va a ser eso?

Pero usted la fue a buscar.

Sí, me fui a la casa de doña Rosa y.

¿Ella estaba con Verónica?

No, se fueron con el grupo de jóvenes.

Imagino que para ensayar con las demás

candidatas.

Aunque ya no vale la pena. Doña Marta.

Esta niña ya no va a participar

de candidata después de lo que hizo.

Y mire, estoy tan enojada

que si la veo ahora.

Ay, no sé,

me dan ganas de agarrar cuerpazos.

Doña Esperanza tiene que calmarse

porque de esa forma no se resuelve nada.

Al contrario,

se hace más grande el problema.

Pero me siento tan triste,

enojada, tan decepcionada, que ya no

sé si quiero verla.

Tal vez sería

mejor que se fuera de la casa.

Yo no creo que usted quiera hacer eso.

Es normal que se sienta así ahorita,

pero lo mejor es que se calme

y después hable con Lucía.

Escuche lo que ella tiene que decir.

Con enojo,

las cosas solo se van a empeorar.

¿Y en qué más pueden empeorar?

Si ya la niña quiso jugar a ser grande.

Lo peor es que siento que es mi culpa.

No se sienta mal.

Recuérdese que usted la quiere mucho.

Póngase en su lugar.

Cómo quisiera que la trataran a usted

si a esa edad le hubiera pasado lo mismo.

Doña Marta, no es por nada,

pero que yo recuerde, a uno

lo daban de una vez en matrimonio

para evitar estas vergüenzas.

Mire, conozco a Lucía

y sé que ella tiene una buena explicación

para lo que está pasando.

Ay, no lo sé.

Con Verónica de lo único que hablan

es de novios.

¿Entonces, qué más puede resultar de esto?

Doña Esperanza.

Escuche, Lucía tiene muy claro

lo que quiere hacer.

Yo sé que ella piensa en una carrera

universitaria y en una familia.

Pero a su tiempo.

Eso ya no se le va a cumplir.

Levántese, ánimo y platique con Lucía,

pero tranquila,

va a ver que para todo

hay una explicación.

Tal vez las cosas

no son lo que usted cree.

Ay, doña Marta, sinceramente no sé.

Cálmese, doña Esperanza. Véngase.

Vamos a arreglar las

flores y seguimos hablando.

Buenas tardes, doña Esperanza.

Buenas tardes, doña Marta.

Disculpen que las interrumpa,

pero me pidieron favor

que viniera urgentemente por usted.

Doña Marta. No tenga

pena. Dígame, don Cruz.

Fíjese que Juanita ya comenzó con dolores

de parto y necesitan que vaya a verla.

Doña Esperanza.

No le importaría empezar a adornar.

Voy a pedir que alguien le venga a ayudar.

No se preocupe, Yo me encargo.

Me tengo que ir.

Pero búsqueme para que sigamos platicando.

Y hable con Lucía.

Va a ver que nada está perdido.

Todo tiene solución, doña Esperanza.

Gracias, doña Marta.

Concepción.

Ya está mi almuerzo.

Ya te lo llevo. Apúrate.

Puede que ya me están

chillando las tripas.

Pérame, que solo pongo la mesa.

Ahora traigo los trastes.

¿Y qué pensás

que envuelva el plato con la tortilla?

Ya te traigo la comida.

La gran Choya, hombre.

Y la señora que te ayuda

ver cómo es que se llama doña Esperanza.

Hoy domingo no viene.

Vaya esperanza la que tengo con ustedes.

¿Qué decís?

Esa señora tiene que venir

hasta los domingos y no, para eso le pago.

Pero a ella

también Tiene que hacer sus cosas.

¿Qué cosas?

Si mi marido tiene ahí.

Le decís que el otro domingo se venga.

Pero si no te gusta, que ella te sirva.

¿A Concepción, no entendés?

Yo quiero que ella esté aquí

para ayudarte con la limpieza.

Y vos te dedicas a cocinar

y servir mi comida a tiempo.

Ay, Raúl.

Pero no creo que vaya a poder.

¿Acaso le vas a preguntarme

que agradezca que le estoy dando trabajo?

Mejor servirme ya antes de que se enfríe.

Y eso que es negro.

Más negro estoy yo de andar bajo el sol

trabajando todo pálido.

¿Te salió?

Buenas Ni qué rico huele.

A buena hora venimos. Mi hijo.

Qué bueno que vienen a vernos.

¿Y vos qué, Jefferson? ¿Venís con cola?

Buenas tardes.

Provecho. Hola, mi hija. Siéntense.

Concepción. ¿Ya terminaste de servirme?

Ay, perdón, Raúl.

Ya anda todo. Bravo, papá. ¿Cómo?

Tranquilo, hombre.

Voy a estar tranquilo

hasta que vengas con el varón.

Ya andá alegre tan temprano.

¿Y cómo siguió la nena?

Un poco mejor, doña Concha.

Pero no quiere comer nada.

Faltaba más. Defectuosa.

Te salió tu patoja, Jefferson. Papá,

no hables así.

Esta es mi casa patojo.

Yo hablo como se me dé la gana.

¿Te das cuenta, Jefferson?

Porque no me gusta venir aquí.

Mejor me voy.

Tranquila, mi amor. No te enojes.

Nosotros solo pasamos para avisarles

que no vamos a ir a la feria.

Por la nena. Me imagino. Sí, mamá.

Y si sigue así, tampoco

voy a poder jugar contra ella. Ajá.

¿Cómo así? Por esa tu patoja.

¿No vas a dejar de jugar, mijo?

Primero es la familia, don Raúl.

¿Y a usted quién le está preguntando?

Pues no, que ya se iba.

Tranquilo, papá.

Hombre, Termine su comida. Mejor.

¿No quieren almorzar?

No, mamá. Gracias. Ya comimos.

Deja que se vaya, hombre.

Sí, ya nos vamos.

Vos, Jefferson, no te vas. Acompáñame

con una cerveza.

Tenemos que hablar de negocios.

¿Qué negocios?

Eso te voy a contar.

Concepción, tráele una chela.

Jefferson, Vámonos, Jefferson.

Váyase usted.

Andrea. Raúl, No le hables así, Andrea.

¿Acaso

estoy hablando con vos? ¿Concepción?

¿Qué va a ser, papá?

Tranquilo, Raúl. Ya no voy a hablar más.

Siéntese, papá.

No haga babosadas, hombre. Ay. ¿Qué,

mija?

Que tenés, mi amor.

¿Estás bien?

Hoy me agarró un dolor en el vientre.

Sentate, mija. Babosadas, hombre.

Solo se está haciendo.

Ya, váyase de mi casa. Suficiente, papá.

Usted no sabe qué es lo que tiene Andrea.

¿Y qué? Andrea está embarazada.

Jefferson.

No quiero que la moleste, papá.

Ajá. Vaya, hombre. Por fin.

¿Te duele mucho, mi amor?

Y va a ser varón.

Eso no. Importa.

¿Cómo que no importa?

Para tu conveniencia, Vos ya person.

Espero que sí.

¿Quieres un vaso de agua, mija?

Si me regala doña Concha.

Gracias. Ahorita, mija.

Y te traes la cerveza para Jefferson.

Hoy sí tenemos razón para celebrar.

Celebre usted solo, papá.

Como así vos. Es más.

Aprovechando que hoy está empezando

la feria, se lo ofreceremos a San Juan.

Aquí está mi hijo.

Ay, gracias, doña Concha.

¿Y la cerveza?

Sí, ya voy. No, mamá.

No traigas nada.

Ya nos vamos.

Hombre, dejemos a las mujeres aquí.

Nosotros vamos a mojar al niño.

Ya vámonos, Jefferson.

Ajá. Al único que le hace caso

Jefferson es a su padre.

Faltaba más. ¡Ay! Después, papá.

Ahorita. Cálmese

y deje que Andrea se recupere.

Tan chillona que es.

Mira, tu mamá.

Siete hijos Y nunca se quejó.

¿Y ya pensaste en el nombre?

No sé, hombre.

Ahí vemos.

Después le ponemos Juan Raúl.

Eso sí, solo si sale cancha el Chiri.

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