En este episodio especial, Don Cruz revela la noticia de un partido crucial. Por otro lado, Lucía se prepara para competir en la elección de la Flor de la Feria. Es el momento en que la decisión de Doña Esperanza podría cambiarlo todo. No te pierdas este emocionante episodio ¡Está lleno de sorpresas!
Toma mi mano.
Pasa, mi amor.
Siéntate.
¿No quieres tomar algo
para que se te calme el dolor?
No, Canche.
Ya se me está pasando.
Anda, ve si no se ha despertado la nena.
Vaya.
No, amor.
Sigue dormidita.
¿A qué hora le toca su medicina hoy?
Hasta las cinco. Ah, bueno.
Voy a poner alarma en el teléfono
porque a mí se me va la onda.
Jefferson.
¿Porque le dijiste a tu papá
que estoy embarazada?
Se me fue, amor.
Discúlpame.
Es que ni siquiera estamos seguros de eso.
Sí, es cierto.
Pero por lo menos mi papá se calmó.
Si no saber qué hubiera pasado.
Pero no es el chiste, amor.
¿Hasta cuándo
vas a dejar que tu papá nos trate así?
No solo es por mí, También por tu mamá.
Andrea es mi papá.
Y por más que quiera,
no le puedo llevar la contraria.
Ya ves cómo se pone.
Sinceramente,
Jefferson, no entiendo por qué
crees que no puedes oponerte
a lo que dice tu papá.
No es eso, amor.
Es que son tantas cosas.
¿Qué cosas? Tú ya no sos un niño.
Tenemos una familia.
Ya lo sé, Andrea, pero es difícil para mí.
Pues si no aprecia todo lo bueno
que tú sos, es asunto de él.
Y no por eso tenés que hacer caso
de todo lo que te dice Jefferson.
Ya ves. Hasta el nombre le puso el bebé.
Ya no hablemos de ese hombre.
De todas maneras, el nombre lo decidimos
nosotros.
Y no le vamos a poner ese nombre tan feo.
Y vaya que no le hiciste caso de irte
a tomar con él.
¿Te das cuenta? No en todo. Le hago caso.
Por favor. ¿Te duele todavía?
Ya va pasando. ¿Y la nena? Anda, ve. Voy,
princesa.
Aquí estoy.
¿Y mi mami? ¿Dónde está?
Está en la sala,
mi amor. ¿Querés ir con ella?
Sí, papi. Vamos, pues.
Pero ya no llores.
Ay, cómo pesa esta mi princesa.
Ahí está mami. Mira, mi amor. ¿Cómo estás?
Bien. Mal. ¿Ya no te duele tu estómago?
Un poquito.
Ya se te va a pasar.
Oíste que. Mami.
¡Mami! ¡Mami!
Pues mi vida, Ya vas a estar mejor.
Mami no quiere la.
Medicina sin mi hija.
Pero ya te falta poquito.
¿Quieres comer algo, mi amor?
No quiero mi amor.
No has comido nada. ¿No tienes hambre?
Sí. Emma, tienes que comer para que ya no
estés enfermita.
No quiere, papi.
¿Qué vamos a hacer, Jefferson? Ay, no sé.
Ahorita mejor esperemos a que la medicina
vaya haciendo efecto.
Démosles mérito.
No puede estar sin comer nada.
Sí. ¿Dónde lo dejaste?
En la cocina.
Echalo en su vasito
y le pones la tapadera que tiene, Porfa.
¿Qué vaso? El amarillo que tiene piquito.
Ah, vaya. Ahorita regreso.
¿Por qué llora, mami?
Porque no me gusta verte así, princesa.
Quiero mi pintura. Mami.
Te voy a hacer un dibujo.
Gracias, mi vida.
Llegó el fresquito de Emma.
Gracias, papi. De nada, bebé.
Tómatelo todo.
¿Quiere pintar?
Jefferson se instala en su sillita.
Ahí están sus hojas. Venga, pues, mi amor.
Y se toma su fresquito. También te dibujo.
Vaya, mi cielo.
¿Qué pasó, Andrea? ¿Lloraste?
Jefferson, No sé cuánto tiempo más
voy a aguantar.
Cálmate, mi amor. Todo va a estar bien.
No tengo diez. Eso te hace mal.
Quiero estar tranquila, pero no puedo.
Pienso en el dinero.
¿Y si estoy embarazada?
¿Y la niña enferma?
Flaquita como. Lo siento.
Te prometo que voy a esforzarme
para que todo mejore.
Voy a hablar con mi papá
para que deje de molestar.
Y vamos a ir con doña
Marta para que te vea.
De veras que vamos a ir.
Claro, mi amor.
Eso sí, ahora
tenemos que esperar a que Emma esté mejor.
Esperemos que no sea nada grave.
Ustedes son lo más importante en mi vida
y quiero que estén bien.
Las amo.
Pasen adelante.
Hay comida.
Sabrosa.
Hay lugares, elotes, asados, elotes locos
que va a llevar joven.
Tenemos manzanas con miel. Más maduro.
Vamos, Alex.
¿Quieres una? ¿Tu bolsa de mango? Simón.
Buena onda, Rogelio.
Pero sin pepitas ni sal.
Solo un cacho de limón, por favor.
Solo al goleador le ofreces
va y a uno que se lo lleve el tigre.
Tranquilo, Diego. ¿Vos también
querés mango?
Yo sí, pero con todo,
man, Dame otras dos bolsitas, porfa.
Una solo con limón,
la otra con otro morocho.
Ahí viene Don. Cruz.
¿Qué tal, profe?
Buenos días, profe. Cruz.
Está bien. Chile Era la feria, profe.
Que lo estén pasando bien, muchachos.
Y aquí vinieron temprano.
Pasen un rato al salón.
Quiero practicar con ustedes.
¿Vos, Carlos y Jefferson?
¿No venía con ustedes?
No, profe.
Dijo que iba a venir,
pero no se ha aparecido.
Ah, bueno.
Se enteraron que por fin apareció
la imagen de San Juan
justo hoy por la mañana.
Mi mamá me contó hace un rato. Menos mal.
Sí, profe, qué buena suerte.
Aunque es demasiada coincidencia
que apareciera hoy mismo.
Sí, Diego, la persona que se robó
la imagen sí que nos dio un buen susto.
Qué onda más rara, profe.
Bien turbia.
Lo bueno, profe, es que todo está saliendo
bien.
Qué buenos juegos mecánicos
trajeron esa onda.
El gusano está bien. Chile.
Es cierto, muchacho.
Todo el mundo está emocionado.
Y no se olviden que mañana a las 05:00
sale el convite a bailar
por todas las calles del pueblo.
Y el miércoles es el partido de fut.
Bueno patojos, está buena la plática,
pero les pedí que vinieran hoy
porque quiero contarles que logramos que
venga a jugar a San Juan, Renacimiento.
El equipo de la mayor de Xela.
Vamos a jugar contra los chivos.
¡No lo puedo creer! ¡Qué chilero!
Entonces los convoqué
para que hagamos la alineación
pensando en que los jugadores que vienen
tienen mucha carrera.
Hay que planificar la marcación.
Profe Jefferson me contó
que todavía le duele un poco el tobillo,
pero si es necesario dice que puede jugar
por lo menos medio tiempo.
No creo que sea buena idea.
Rogelio,
Dejemos que se recupere bien del tobillo.
También nos contó
que el doctor le recomendó que descansara
por lo menos dos semanas más
antes de empezar a entrenar.
Pues mejor hagámosle caso al doctor
por el bien de Jefferson.
Profe, yo quería comentarle
que no puedo jugar el miércoles.
Tengo un compromiso con mi familia
que no puedo dejar.
¿Cómo así? ¿Rogelio?
Me dijiste
hace dos días que si vas a jugar.
A mí se me hace que el Rogelio
ya se arregló.
¿Te da miedo
jugar con el equipo de la mayor?
Pa qué diablos. Cállate, Carlos.
Disculpe, profe, pero mi mamá recibe
visita ese día y necesita que la ayude.
No le puedo quedar mal. Ah.
Qué mala noticia.
Pensé que estaríamos completos. A ver.
¿Y el resto de
ustedes? Si va a poder venir
y buscarlos.
¿Por qué no contestas?
Es que, profe, me acordé ahorita
que mi tío Raúl quiere que lo acompañe
a traer leche, pero no me dijo
si el miércoles o el jueves.
¿Y entonces por qué te burlas de Rogelio?
Profe es que mi mamá me dijo
que le tengo que hacer caso a mi tío.
No me puedo zafar.
Profe, me lleva la que me trajo.
Conseguimos a uno de los mejores equipos
del país para que alegre en la feria
y ahora ustedes salen con
que no pueden venir a jugar.
No se enoje profe, disculpe.
No me enojo con ustedes,
pero entiendan que es complicado
sacar adelante una feria patronal
y traer un buen equipo para que se luzcan.
El profe Cruz tiene razón,
Esta es una buena oportunidad para todos.
Solo piensen un poco.
Nuestro equipo es el mejor del municipio
y vamos a jugar contra un equipo
que ha sido campeón nacional.
Va a ser un bonito partido, profe.
Le voy a decir a mi tío que lo de la leche
lo hagamos el jueves, así no falto.
Eso estaría buenísimo Carlos,
porque saben que sería triste
que me toque ir a buscar refuerzos
en el pueblo de San Jacinto.
El profe.
¿Eso sí que no, verdad
que no es necesario?
Rogelio, tienes que venir a jugar.
Profe, voy a hacer lo necesario
para estar en el partido, se lo prometo.
Bueno, entonces no se hable más
y armaremos la alineación
para ese día con los que estén.
¿Y si nos juntamos
más temprano de lo acostumbrado?
Así practicamos el marcaje.
Buena idea, Alex.
Y acuerden que en partidos así
el entrenador de Zela
siempre está pendiente de encontrar
talentos.
Bueno, vayan a descansar.
Nos vemos el miércoles. Adiós, profe.
¿Y vos, Alex?
¿No te vas a ir con todos los muchachos?
Sí, profe. Ahorita los alcanzo.
Solo quería pedirle un favor.
Decime. Eh, profe.
Yo sé que llevo pocos días ayudándole
en el trabajo,
pero necesito que me adelante
un poco del pago.
¿Y eso? ¿Qué vas a hacer con esa plata?
Es que
no tengo zapatos para jugar el miércoles.
Los tacos que tengo
ya están muy desgastados.
Mmm, sí, Ya me había fijado
que tus zapatos no están buenos.
Y mira lo que son las cosas.
Yo estaba pensando lo mismo que vos tomás.
A la profe.
¡Qué chilero están!
¿Cómo
supo que quería tacos de color verde?
Yo me fijo en todo.
Ese es mi trabajo como entrenador.
De verdad.
Además, te oí hablando con Carlos
y como sos
el goleador del equipo,
es justo que estrene zapatos el miércoles.
Gracias, profe Cruz.
De verdad. Usted es buenísima onda.
Bueno, Alex,
ahora solo esperemos que metas
un par de goles y nos hagamos grandes.
El miércoles.
Y como diría Carlos,
con mis tacos nuevos hasta dos goles
le voy a meter a ese equipito.
¡Ay! Lucía, gracias por apoyarme.
¿Bueno, para eso son las amigas, no?
Pero pensaste. ¿Qué vas a hacer?
No sé.
¿Y por qué no mejor lo
hablas con alguien que sí sepa qué hacer?
¿Pero con quién puedo ir?
Anda con doña Marta o al puesto de salud.
No quiero pensar en eso ahorita.
Ya voy a ver qué hago después.
Mejor hablemos de lo
bien que sale el ensayo.
Ayer y hoy te luciste, Lucía.
Sí, Estoy tan contenta.
Yo creo que vos vas a ganar.
Eso me gustaría.
Lo que sí es que tengo.
Un sueño que ya me duermo.
El ensayo terminó ya tarde.
Ay, sí, yo también estoy cansada,
pero ahorita que llegue a la casa
me voy derechito a la cama
y me levanto hasta mañana.
Pero tenés que levantarte a cenar.
Cenaré sueños.
Voy a soñar que soy la flor de la feria.
¿Tu abuelita también está contenta?
He visto cómo te está apoyando.
¿Sí, pero hoy no sé si la voy a encontrar
tan contenta como yo quisiera,
porque lo decís?
Es que Ángel me contó que se enojó
cuando no me encontró ayer en la casa.
Y como en la tarde
nos fuimos al ensayo y ella a trabajar.
No la he visto para nada.
Y hoy pues no sé qué pasó.
Ella siempre me habla antes de irse
y hoy me levanté.
Yo no estaba de plano por lo de la feria.
Ya ves que todos andan corriendo.
Sí, ya todo está listo para la elección
de la flor de la feria.
¿Y tu vestido?
Conseguimos uno barato y bonito.
Y Silvia me llevó una falda larga
llena de vuelos y decoraciones brillantes
que ella le puso. Quedó nítida.
¿Y con eso te alcanza?
Vaya que dijiste eso.
Me falta una blusa que me van a prestar.
Le voy a decir a mi abuelita
que vayamos a preguntar hoy en la noche.
Vaya, vos a mí me contás,
Angelito.
¿Ya vino la abuelita?
No he regresado de la iglesia.
Es cierto.
Lucía, decime una cosa.
¿Qué hiciste? ¿De qué? Mmm.
Es que mi abuelita, desde ayer se ve
muy enojada, pero no me quiso contar nada.
No sé, tal vez porque no la espere
y me fui al ensayo.
Pero oye, no te vayas a ir
porque con vos se enoje conmigo, remata.
Ay, hermanito, lo siento,
pero no te preocupes, ya no voy a salir.
Me dijo que hicieras el oficio que quería
encontrar limpio cuando ella viniera.
Y yo que quería dormirme un ratito.
Ni modo.
Ángel.
¿Ya vino tu hermana?
Sí, abuelita. Está terminando el oficio.
Mira, mijo.
Necesito hablar a solas con Lucía.
Podés ir a jugar con tus amigos de aquí,
de la vecindad.
Pero no me gusta verlas así, abue.
Le prometo que me voy a seguir portando
bien.
Está bien, Ángel, pero ahorita.
Anda, hacé lo que te digo, por favor.
Yo te voy a traer. En un rato.
Lucía, ya sé que estás embarazada.
Abuelita. ¿Cómo dice eso?
Que como digo eso lo digo porque encontré
esta prueba de embarazo en el baño.
Ay, no. Ay, sí.
¿Qué creíste que no me iba a dar cuenta?
Abuelita,
yo no estoy embarazada, se lo juro.
No seas tan desvergonzada.
Ya sé que esta prueba es positiva.
No, abuelita, yo no estoy embarazada.
Pero tú fuiste a la farmacia con Verónica
a comprarla.
¿O también en eso me vas a mentir?
¿Y usted cómo lo sabe?
Ay, niña.
En este pueblo todo se sabe.
Pero no la compré para mí. ¿De veras?
¿Entonces la compraste para Verónica?
No, no, no. No es de ella.
Si no es de ella.
¿De quién más va a ser?
Lucía.
Aquí solo vivimos Ángel. Vos y yo.
Y ni modo que sea mía.
¿Cómo cree que voy a estar embarazada
si soy candidata Flor de la feria?
¿Cómo vas a pensar
que así vas a participar?
¿Qué dice, abuelito?
Que ya no vas a participar
para Flor de la Feria.
¡Pero si ya todo lo tenemos listo!
No me importa, abuelita.
Yo sé que puedo ganar. ¿Ganar?
¿Ganar qué?
Una criatura. Te ganaste.
Ya viste en qué problemas nos metiste.
Confía en mí.
No estoy embarazada. Mentirosa.
¿Estás embarazada de Carlos, verdad? No.
Él es mi novio y nos estamos conociendo.
¿Cómo va a creer o qué?
¿Está saliendo con alguien más?
Ya estás igual que tu amiga Verónica.
No, abuelita. Sólo salgo con Carlos.
Pues doña Olga insiste que de su hijo
no podés estar embarazada.
Abuelita,
no me diga que habló con esa señora.
¿Por qué tenía que ir con ella?
A mí no me tenés que decir
lo que debo hacer.
Me tenés decepcionada,
Lucía muy decepcionada.
¿Por qué no me cree?
Porque si no me podés decir de quién es,
es porque es tuya.
¿No es así, abuelita?
Si no estás embarazada, entonces
decime de quién es esta prueba. ¿De quién?
Toma mi mano.
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