Toma Mi Mano USA

Episodio 32: La elección

Episode Summary

Lucía se ve forzada a abandonar el concurso de Flor de la Feria tras un conflicto con su abuela Esperanza. Ella comparte su frustración con Alex mientras El Diablo lleva a Alex a un encuentro en donde le revela sus oscuros planes. Es la hora de Alex ¿Cómo manejará su situación? ¿Arriesgará su futuro? Descúbrelo hoy mismo.

Episode Transcription

Toma mi mano.

Lucía. Vámonos.

Pues apúrate. Sí, hermanito.

Ya casi termino.

Lo mismo venía diciendo desde hace rato.

Tan exagerado. Pero mira, ya estoy lista.

Te miras bonita

y con ese vestido hasta te ves más alta.

Gracias, Boss.

Lástima que ya no vas a participar

en la elección de la flor de la feria.

Lo decís porque sos mi hermano.

Si, hasta mis compañeros de clase

me dijeron que tú

eras la favorita para ganar.

Que eres muy bonita. Ya no me digas nada.

Me vas a hacer llorar. Mejor vámonos.

Oye, no vas a querer salir.

Y yo quiero ir a jugar con mis cuates.

Apaga el radio, porfa.

Aquí están

nuestras tres candidatas semifinalistas

vistiendo sus hermosos trajes festivos

y listas para compartir con nosotros

su talento, su inteligencia y su belleza.

Primero presentamos a la señorita.

¿Qué onda vos?

¿No vas a entrar?

¿Por qué no estás con los candidatos?

Es que tuve unos clavos a última hora

y ya no voy a participar.

¿Es en serio?

¿Y la Verónica? La verdad, no sé.

Qué raro que no anda con vos.

Porque ahora ustedes están. Pega y pega.

Parecen chicle y bien masticada.

¿Ya vas, Bárbara? Sí, Las vi en el recreo.

Andaban ahí cuchicheando y tenían las dos

una cara de aflicción que daban pena.

Esas son ideas tuyas.

Como si no las conoce.

A saber que se traen ustedes dos.

Bárbara.

¿Querés churros?

Sí, De esos rellenos con manjar.

Platicamos después. Lucía.

¿Y qué onda?

Te quiere caer el panqueque. De plano.

Pero vamos a ver. A qué me. ¿Invitas?

No seas pura lata.

Acordate que aquel es buena onda.

Es en lo que estás. ¿Qué tal, muchacho?

Llegaste, Alex. ¿Y sólo así vas a saludar?

Ahora ya no das beso.

¿O te da pena con Lucía?

Ay, Bárbara.

Vos te pasas de panqueque.

Aquí.

Dando la vuelta con Bárbara,

que quieren subirse a los carritos locos.

Vos cállate.

No tenés que contarle a Alex.

Mejor vámonos.

Y tú, Lucía, porque estás aquí.

No tenés

que estar en el salón con las candidatas.

Lo mismo le dije yo.

Tal vez a vos te cuentan.

Bueno, muchachos, nos vemos al rato.

Adiós, pues.

¿Y tú, Alex?

Siento que hayas venido a la elección.

Pues yo vine a verte.

Todos sabíamos que ibas a participar.

Sí, yo también

quería concursar y ser reina de la feria.

Entonces apúrate.

Anda con las demás

candidatas. Todavía estás a tiempo.

No es así de fácil.

¿Pero por qué?

Pues sí. Estuviste ensayando.

Ay, Alex.

No sé si contarte.

¿Qué te pasó?

Decime.

Es que mi abuela me prohibió participar.

Pero si ella estaba tan contenta.

Pues para que veas como cambian las cosas

de un momento a otro.

Pero tuvo que ser algo grave para que

doña Esperanza no te dejara participar.

Sí, Alex, es muy grave.

¿Qué pasó?

Es que mi abuela piensa

que yo estoy embarazada.

Y estás embarazada, Lucía.

¿Como vas a creer, Alex?

¿Entonces de dónde sacó esa idea?

Es que encontró una prueba de embarazo

en el baño de la casa.

Y lo peor es que era positiva.

Lucía.

¿Pero qué hacía esa prueba allí?

Alex, no sé cómo explicarte.

No te preocupes. Vos sabes que yo.

Bueno, somos amigos.

No. Confía en mí,

que mi corazón es tu caja fuerte.

Qué bonito se oye.

Decime qué está pasando.

Es que mi abuela piensa

que yo estoy embarazada de Carlos.

Si eso es verdad. No tengas pena.

Yo te entiendo.

¿Cómo vas a creer eso, Alex?

Y como que le anda diciendo a todos

que quiere que le demuestres tu amor.

Tú me conoces.

No puedes creer eso.

Por ratos lo he pensado.

Pero de eso a hacerlo.

No necesito tantos detalles.

Y si todos piensan que yo ya con él.

Ay, pero no.

Y no.

No estoy embarazada, Alex. ¿Tú

me crees, verdad?

Discúlpame, Lucía,

pero si yo fuera tu abuela, también

pensaría que estás embarazada.

Es que la prueba no es mía. Cálmate.

¿Entonces por qué no decís de quién es?

Le prometí a ella

que no le contaría a nadie.

Pero, Lucía.

¿Te das cuenta del gran problema

en el que te metiste?

Es que yo nunca pensé

que mi abuela se iba a enterar.

Entonces.

¿Cómo se les ocurrió

hacer esa prueba en tu casa?

Alex, eso ya no tiene arreglo.

Yo solo pensé en ayudar a mi amiga.

Pero la muy chula no se dio cuenta

y dejó tirada la prueba.

No me vas a decir quién es. ¿Verdad?

Lo siento, Alex. Ahorita estoy confundida.

No sé qué va a pasar.

Y la flor de la feria de este año es

Aurora, somalí.

De la aldea Entre Ríos.

Aplausos para la ganadora.

Allí quisiera estar yo.

Bueno, ya vendrán otras ferias

y otros concursos.

Sí, tenés razón.

¿Y qué dice Carlos de todo esto?

Para que veas, ni siquiera me ha buscado.

Anda tan feliz disfrutando de la feria

que ni se acuerda de mí.

No creo que sea eso.

Pero entonces él no sabe nada.

No sé, Alex.

Uy, uy, uy, qué lindo se ven los tórtolos.

Así me gusta, carnalito.

Eso es ser hombre.

Ah, cálmate vos.

Respeta a Lucía.

¡Ja, ja, ja, ja! Vos y tus mates, Alex.

Mejor vámonos, guacha.

Ahorita voy. Lucía.

¿Puedo hablar con vos? Vení un ratito.

¿Qué pasó?

Mirá, patoja,

yo no sé en que clavos andas,

pero tu abuela llegó preocupada

preguntando si vos habías comprado

la prueba de embarazo y no me dijiste

que era un secreto, mamita.

Así fue que se enteró. Bueno, chulas.

Nosotros ya nos vamos.

Venite, Alex.

Te voy a invitar a comer

y si querés, tráete la lucía.

Ya los alcanzo.

¿Querés ir con nosotros, Lucía? No, Alex.

Tengo que ir por Ángel a los juegos

y a como están las cosas con mi abuelita.

Mejor me voy a la casa.

Ay. Ni modo.

Pero estoy seguro que hubiera sido la flor

de la feria y la más bonita de todas.

Gracias, Alex.

Me haces sentir bien.

Pues ya te dije, Lucía.

Si tú decís que esa prueba no es tuya,

yo te creo.

¿De veras, Alex? Tenía miedo de contárselo

a alguien.

Necesitaba tanto que creyeras en mí.

Gracias.

Como lo siento, Lucía, Pero tú

sabes que puedes contar conmigo siempre.

Porque yo. ¿Tú qué? No, nada.

Despidamos

con un gran aplauso a Aurora, chavales.

Flor de la Feria de San Juan,

Renacimiento.

Y gracias.

Ahora sí quiero ir a comprar unos churros.

Espérate un ratito, que salga la gente.

Aplausos para todos. ¿Qué pasará, Lucía?

Y eso que vinimos temprano

para agarrar lugar hasta adelante.

Sí, y ni siquiera la mencionaron.

¿Pero no le fuiste a dejar la falda

que le regalaste?

Sí, pero no me dijo nada.

Mucha atención. El árbol.

Menos mal que ya salimos.

Qué calor ahí adentro.

Saber qué pasó.

Les vas a tener que preguntar a Lucía.

Mira. Allá va Lucía. Lucía. Lucía.

¿No te oyó?

Ya vale, José.

Ni modo. Otro día le pregunto.

¿Quieres ir por tus churros

con doña Carmen o buscamos otro puesto?

Mejor quiero ir a subirme al martillo.

Yo no me voy a subir a eso.

Siento que me vengo de cabeza.

No seas miedosa. No, eso no.

Si querés te subís sola.

Te espero aquí. Hala.

Yo quería que te subieras conmigo.

Allá viene Rogelio.

Le voy a preguntar.

A lo mejor él si quiere. Y sube conmigo.

No, Silvia no nos ha visto.

¿Verdad?

¿Por qué crees que viene con esa sonrisota

en la cara?

No seas así, Silvia. Quién te manda.

¿No ser nada disimulada?

Pues como están.

Ya decía

yo que te habías tardado en venir.

Ruth, desde hace rato estaba esperándote.

Yo. Será.

Ella quiere que te subas con ella.

Esa cosa del martillo.

¿A eso te quiere subir, Silvia? ¿Yo?

Sí. ¿Y tú, Ruth? Yo no quiero.

Mejorar los carritos chocones.

Así vamos todos. ¿Qué decís, Silvia?

Bueno, de todos modos hay que hacer cola.

Dame el dinero. Rogelio. Silvia. ¿Qué?

Si de todos modos me vas a pedir que

vaya a comprar los tickets.

¿Verdad, Rogelio?

Pues sí. Ya viste, Ruth.

A mí no se me pasa nada.

Ahí vengo.

¿Viste la elección de la flor de la feria?

Sí, estuvo. Alegre.

La muchacha que quedó es muy bonita.

¿Y bien? Pilas.

¿Oíste que es una emprendedora

y que hace tiempo inició

un proyecto de generación de electricidad

con eso de pedalear las bicicletas?

¿Tú hubieras podido participar?

No tengo ideas tan brillantes.

¿Cómo que no?

Lo que hace

es revisando las propuestas de proyectos.

Eso requiere mucha atención.

Ver el potencial de los proyectos.

Hasta las ideas para los productos.

No lo mismo.

Claro que sí.

Jenny participó

por parte de la cooperativa

y habló de los proyectos

de huertos escolares.

Y eso lo trabajaron juntas.

Pero a mí nunca me ha interesado

ser flor de la feria

y ella quería participar,

así que me siento feliz por ella.

Por qué no Eres inteligente, generosa

y muy bonita.

Pero no me gusta que la gente me vea.

A veces hasta quisiera desaparecer

para que no puedan verme.

Ruth. Uy, qué montón de gente.

Aquí están los boletos.

¿Y ustedes qué?

¿No me van a decir que ya están peleando?

¡Ay! Cómo vas a creer por la cara.

¿Que tienen los dos?

No pasa nada, Silvia.

Solo pensábamos que si Ruth participara

como flor de la feria todos

verían lo linda y lo brillante que es.

Eso no es cierto.

Ah, bien.

Si no más, vas a ver cómo te mira Rogelio.

Ya viste, Ruth.

Silvia está de acuerdo conmigo.

Y tú eres muy bonita.

No solo por fuera.

Lo eres aún más por dentro.

Rogelio, no digas esas cosas.

Bueno, ya les di sus boletos.

Ahí se suben cuando quieran.

Yo me voy.

No se vayan a quedar. Pegados

de las manos.

Ruth. ¿Te pasa algo?

¿Te molestó algo que dije? No,

no pasa nada.

Te he visto algo pensativa estos días.

Estoy bien, Rogelio. Es que. ¿Que?

Nada. Olvídalo.

Solo me pone nerviosa

que me tomes de la mano.

Ruth, tú sabes que yo siempre estado aquí

y quiero estar presente en tu vida.

Solo es cuestión de que tú digas que.

Rogelio.

Por allá viene mi mamá y el tío Antonio.

Yo digo que mejor las esperamos.

Ay, Rogelio, por favor, vete.

¿Por qué? ¡Suéltame!

No quiero que mi mamá nos vea así.

Ruth.

No tiene nada de malo

que te tome de la mano.

Es que no quiere que mi mamá se entere

que ustedes.

Es que ya sabes cómo es mi mamá.

Pero yo puedo hablar con ella

si tú quieres. No.

Es mejor que no. Por favor. Ay, sí.

Mi mamá es bien loca.

¡Capaz que te armo un relajo aquí

y como anda con el Oh, my God!

Sí, ya. Silvia,

no quiero que te digan nada.

Rogelio. ¿Qué podría decirme Ruth?

Como dice Silvia, puede armar un relajo.

Acá hablamos en la cooperativa Rogelio.

Está bien, Ruth. Te veo en la cooperativa.

¿Te gustó la comida, brother?

Simón.

La carne asada

estaba sabrosa y el guacamole

tenía un chingo de limón cabal,

como a mí me gusta.

¿Quieres más?

Pedí otro churrasco sin pena.

Nel, Así estoy bien.

Me llené bastante buena onda, Gabriel.

Hay que aprovechar

cuando se tiene billete.

Alex. Gracias,

pero estoy satisfecho, hermano.

Se te agradece por invitarme a comer.

Esta era la feria. Vas.

Está bien.

Están mejores, pero pasa.

Se puede tomar a gusto.

¿Y cuántas chelas te echaste ya?

No llevo la cuenta, carnal.

Pero las necesarias para estar alegre.

Al rato viene el Judas

y los cuates para seguir la party.

Van a querer algo más jóvenes.

Otra cerveza.

Tráeme unas bocas y dos cervezas más.

Mi broder se va a tomar su primera cerveza

conmigo.

Con mucho gusto, joven.

Ahorita se la traigo, solo que antes

necesito cobrarles lo que ya consumieron.

Así empezamos. Nueva cuenta.

¿Cómo así? ¿Vos

crees que no te voy a pagar?

Entonces que me voy a hacer el maje.

No, no es eso, joven,

es que hay mucha gente, como puede ver.

Y si no le cobro

se me desordenan las cuentas.

A mí no me vas a estar insinuando que no

pago, compadre.

Lo que me sobra es billete.

Gabriel al Suave con el chavo.

No te vayas con él.

Sí, joven.

Disculpe. Son 120 lo que debe hasta ahora.

Para que no se nos olvide.

Ahorita le traigo sus cervezas.

Más te vale.

Ya ves, Alex, con la plata baila el mono.

Otra vez Más limón.

Te encargo. Sí, joven.

No te aceleres, Gabriel.

El pobre chavo

sólo está haciendo su trabajo.

Mano de él. Que agarre onda acá.

Él no sirve.

Bien, ese es su brete.

Y al final nosotros le pagamos.

Me extraña.

No hay que dejarse de nadie, carnal.

¿Y si mejor nos vamos?

Primero te tomas una chelita conmigo.

Me extraña.

Nuestra primera chela juntos, carnal.

Ya estás crecidito.

Es hora que te pongas bien, Abeja conmigo.

No, Gus,

es que me quiero ir a dormir temprano

y tengo que estar pilas

para el partido de pasado mañana.

¿Me vas a despreciar vos, Alex?

Es más importante un pinche partido

de futbol que pasar tiempo con tu hermano.

No, Gabriel,

es que no quiero echarme una cerveza.

Eso no es lo mío. Entendedme. Buena onda.

¿Y qué tiene de importante

el famoso partido?

Pues va a jugar en Nacimiento Juniors

contra el equipo de Chela.

Vienen jugadores de la Mayor y de repente

nos ponen el ojo encima los entrenadores.

Manu.

Ay, carnalito, no te hagas ilusiones.

A esos pinches equipos

solo entran hijos de papi,

solo Mara, que no les cuesta la vida.

¿No es cierto

eso que decís? Yo he visto a jugadores

que salen de colonias y barrios

y no porque tengan pisto.

Eso nunca pasa.

Alex Para que los chavitos ricos

entren a las especiales de esos equipos,

los papás sobornan a los entrenadores.

Date cuenta.

¿Sabes qué, Gabriel?

Ya me voy.

Si no te quieres ir al chante,

me voy yo solito.

Acá están sus.

Cervezas, jóvenes. ¡Silencio!

Estoy hablando ondas importantes

con mi carnal.

Agarra tu cervecita, pues, carnal.

Brindemos por la vida y por la muerte.

Ya te dije que. Nel.

Lo que tenés que entender, Alex, es que

a nosotros nos toca ganarnos la vida.

¿Trancazos?

Olvídate del famoso partido del miércoles.

Me voy, carnal.

No vayas a llegar muy tarde. Alex.

Vení, carnal.

Te voy a contar algo, pero vení, acércate.

¿Que onda?

No vayas a contarle a nadie. ¿Oíste?

Estoy celebrando.

Porque ahora soy el mero mero de la banda.

¿Yo mando, decido que hacer

Y cuánto billete me queda?

Hoy no me cuentes nada, Gabriel.

No me interesan tus ondas.

Soy me carnal.

Ahora yo soy el jefe.

¿Y vos?

Vos, Alex, Vas a ser mi mano derecha.

Sos hermano del mérito de él.

Ni lo pienses.

Ya tengo trabajo para ganarme

mi propia plata.

No seas maje, Alex.

No me des casaca. ¿De qué

vas a trabajar vos?

Desde ahora vas a ser mi guarura.

Vas a aprender a usar el cuete y todo eso.

Que no. Mano. Entendé. Gabriel.

Yo no estoy hecho para esas ondas

que razono.

Ahora me vas a hacer el paro.

Necesito que estés conmigo.

¿Vas a obligarme, Gabriel? ¿O qué?

Si no hago lo que

querés conmigo también es matar o morir.

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