Don Raúl halla algo sorprendente en el celular de Jefferson, lo que trae consecuencia. Doña Marta y Doña Olga cuestionan la organización y el comité de la feria, poniendo en tela de jucio su gestión. La comunidad de San Juan Renacimiento se ve afectada. Este es un episodio que no te puedes perder.
Toma mi mano.
¿De quién será este teléfono?
Es de Jefferson.
Vamos a ver que tiene de bueno.
Vamos a ver.
Oh, fotos.
Raúl.
Es el teléfono de Jefferson.
Sí, ya me di cuenta.
Dámelo.
Hay que devolvérselo.
No, no.
No, no, no, no. ¿Déjame
ver qué tiene? Nada.
Fotos de la nena.
Estábamos viendo. De zapatos.
Está enferma.
Ay, no le digas así, Raúl.
Ándate mejor.
Dame el teléfono, Raúl. Sí,
te lo voy a dar.
Pero más tarde.
¡Ay, Dios mío!
No lo vayas a botar.
Está de bolo, pero no soy bruto.
Déjame solo, hombre.
Hoy te encargo, Raúl.
No tengas pena, que de suelo no pasa.
Bueno, estaba así.
Fotos nuevas.
Qué feo zapato, hijita.
Halagar. Más fea.
Andrea.
¿Y esta foto?
Oh, el cachete.
Jefferson.
Concepción vieja.
Estoy en el 4.º.
Raúl. ¡Ay!
¿Y por qué te tapas?
No te voy a hacer nada, hombre.
Me asustaste, Raúl.
Al fin, mujer sos.
Por todos se asustan.
¿Ya te vas a acostar?
No. Oiga.
¿Crees que me acueste con vos?
Deberías descansar.
Mejor cállate.
Ay, Raúl.
¿Estás bien, boludo?
No, hombre,
si apenas me eché un par de botellas.
Nada más terminar de cambiarse.
Mira, voy a taparme los ojos.
Igual ni quiero verte. ¿Ya terminaste?
Ya. O peor, quedaste acá.
¿Y el teléfono de Jefferson?
Aquí está. No lo he votado.
¿Me lo vas a dar?
No, hombre, todavía no.
Te voy a mostrar algo.
Pero no le vayas a decir a nadie.
Espérame.
Espérame.
Solo me levanto para
tener cuidado. Raúl.
Vas a botar el cuadro. ¿Que tiene poder?
Solo es un pinche cuadro.
Ahí tengo la foto de nuestros hijos.
¿Nuestros hijos?
No, mis hijos.
Bozo. ¿Los tuviste?
Yo los hice.
Cuando estás bolo solo. Tonterías, decís.
Y no es cierto.
Mira.
Tan chulos que me salieron.
¡Bah! Ya deja el cuadro antes que lo boté.
Ah, si Todos trabajaran conmigo
en la finca.
¿Qué decís?
Si solo Jefferson y las niñas
no trabajan contigo.
¿Qué niñas? La Lupe y la Sofía.
Ese día están viejas
y no hasta familias tienen hambre.
¿Y para qué me sirven?
Pues para mí todavía todos son mis niños.
Por eso el Jefferson es como vos. Todo.
¿Cómo se dice amanerado? Juro.
Ay, Raúl, lo que decís.
Si él me ayudara en la finca,
creo que no estaría tan mal.
Como así.
Te está yendo mal en la finca.
La voz que te importa.
Mis problemas son mis problemas.
Sí, me importa.
Acordate que no solo es tu pistola.
Yo soy el hombre de la casa.
Y Jefferson es un cabrón.
Bien hecho.
Por eso tengo que llevarlo a la finca
conmigo.
¿Al fin reconocés que Jefferson es pila?
Pues sí, pero depende.
¿Qué es eso para vos?
Ah, pues es un buen muchacho, guapo
y que quiere a su familia.
Y quiere a su familia de raíz.
Sí. ¿Y Emerson
es bien educado, verdad? Sí.
Es un buen pastor.
Un que nunca engañaría a la Andrea.
¡Bah! ¿Qué querés decir?
¿Ah, pues qué creés?
No sé.
Mira, esto es lo que te venía a enseñar.
¿Es tu hijo con otra mujer?
¿Qué?
No puede ser.
Sí. Qué bien portado el Jefferson.
Lo que me encabrona, que siempre anda
con mujeres que no le convienen.
No lo creo, Raúl.
Mira.
Mirada tan engreída
que se mira a la tipa con su traje.
No puede ser.
Claro que no puede ser.
Habiendo tantas mujeres.
Y con esta se ven a meter.
Jefferson no le haría eso a Andrea.
Pues ya viste que sí.
¿Pero por qué otra de pueblo?
Pues lo que me dijo fue que en su trabajo
lo estaban molestando hoy.
¿Ah, Es de su trabajo?
No sé, Raúl.
Él estaba enseñándome fotos de Emma.
Así también vi a la patoja por ahí.
Hay que devolverle su celular
a Jefferson. Sí.
Que venga y así platico con él.
Yo se lo voy a dar. Raúl.
Deja que venga a traerlo.
¿A qué lo voy a esperar?
¿A dónde vas, Raúl?
A seguir chupando.
A ver si así se quema el diablo
que llevo dentro.
Jajajaja.
Bueno, que van a hablar.
Hay gente como yo que no, que.
Vamos a empezar.
Amigos, amigas, tomen asiento.
Adelante, pasen.
Muchas gracias por atender al llamado
que les hemos hecho
como comité de la feria
y a asistir a esta asamblea.
Tengan buena noche.
Como esta noche que.
Le cedo la palabra a don Cruz,
Presidente del Comité de la feria.
Por favor, don Cruz.
Gracias, Rogelio.
Señoras y señores de San Juan.
Bienvenidos.
Queremos agradecerles el apoyo
que brindaron para realizar
la feria patronal de este año.
Ha sido la mejor feria en mucho tiempo.
La verdad es que suena bastante bien.
Sus aportes hicieron posible
que todo haya salido bien.
Aquí tenemos un informe escrito
de los ingresos y los gastos que estaremos
presentando a Tesorería.
Si doña Olga diga.
Yo quiero decir que a mí me pareció
que la feria patronal estuvo muy. Mal.
¿Cómo así? Doña Olga. Explíquese,
por favor.
Mire usted, don Cruz.
Pienso que con la plata
que donamos muchos del mercado
se pudo hacer una fiesta más grande.
Como se lo merece San Juan.
Doña Olga, según nos han dicho muchos
vecinos, ha sido de las mejores ferias
en los últimos años.
¿Qué cosa no le gustó a usted?
Mire, lo que yo creo es que no se ha hecho
un buen manejo del pisto.
No hay cuentas claras.
Doña Olga.
Si usted quiere le damos una copia
del informe escrito para que lo vea.
No hace falta leer nada para imaginarse
las movidas que se han hecho.
Además, imagínese, estuvimos
a punto de tener una feria sin santos.
¿Habráse visto tal cosa?
En eso sí tiene razón, señora.
Fue una barbaridad
el robo de la imagen de San Juan.
Y una cosa muy extraña que el ladrón
la devolviera justo al empezar la feria.
Pues yo creo que fue culpa del comité
por no tener cuidado y seguridad
con las cosas de la Iglesia.
Yo entiendo el malestar de todos
y asumo mi parte de responsabilidad.
Pero ya ve que ni la policía
pudo averiguar nada del ladrón.
Ay, ahora
no se haga el desentendido. Cruz.
¿Puedo hablar, Don Cruz?
Sí, por favor. Doña Teresa. Adelante.
Muchas gracias.
A mí me parece que las actividades
no estuvieron tan mal.
Pero sí creo que el comité no puso interés
con lo de los bolos.
¿En qué sentido, Doña Teresa?
Ah, mucho bolo en el pueblo
mientras duró la feria.
Usted vuelve molestando a las patojas,
orinando por todos lados,
haciendo escándalo en las calles.
Nos dimos cuenta, doña Tere, pero eso no
está bajo el control del comité.
Cada quien debe saber cuánto beber.
Acá no somos el papá de nadie.
Ahí es que viera la puerta de mi casa.
Amanecía toda meada.
Fue una peste lencia de todos los días.
Yo, con mis dolores de cabeza y náuseas.
Podríamos proponer al comité del otro año
que prohíba la venta de alcohol.
¿Qué les parece? Eso sí que no.
¿Cómo se les ocurre?
Con algo así se pierde el negocio
y ya no hay donaciones para la procesión.
¿Y los grupos musicales de la feria?
Ya ve, doña Tere, Doña Olga y el grupo de
comerciantes se opondrían a esa idea.
Lo que podemos hacer es recomendar
que la gente no tome alcohol en exceso.
Mire, don Cruz, otra cosa que yo
siento que no hizo
bien el comité es que no mantuvo
limpia las calles.
Todo el pueblo estaba lleno de basura.
Yo también pienso que el comité
no pudo mantener limpio el pueblo.
Es una vergüenza.
Tanto visitante
que nos vio como unos locos.
Incluyendo a mi hermano Antonio,
que acaba de regresar de Estados Unidos.
Gracias, señoras.
Alex también quiere opinar.
Los jóvenes hicimos brigadas de limpieza
desde la mañana
junto con la gente de la Muni.
Pero hay gente que no pone
la basura en su lugar.
Es más, yo vi que
hasta doña Olga tiró basura en la calle.
¡Pero qué muchachito tan mentiroso!
No te metas en estos asuntos de gente
grande.
Déjelo hablar, Doña Olga.
Alex es del grupo de jóvenes
que apoyó al comité.
Pues no.
Ese patojo no tiene por qué decir ni pío.
Segurito debe ser un delincuente.
Igual que su hermano Gabriel.
Yo no soy ningún delincuente.
Doña Olga, por favor.
Él y cualquier otro joven
tiene derecho a participar
porque todos somos parte de la comunidad.
Ay, me dan ganas de irme
de esta reunioncita.
No vale la pena estar acá.
Continuemos, por favor.
Quiero contarles que
gracias a la colaboración de los vecinos
y las autoridades,
podemos decir que la feria fue un éxito.
Se desarrolló con mucha tranquilidad
y pudimos contar con más elementos
de seguridad en las calles.
Excepto por el robo de la imagen de San
Juan Bautista.
La policía no reportó
otros incidentes durante la feria.
Gracias, Rogelio.
Por lo pronto,
quiero agradecerles que vinieran.
No es fácil
mantener el orden y quedar bien con todos.
Pero si colaboramos, ya
verán que se puede.
Pasen buena noche.
Si quieren ver el informe de gastos,
pueden pasar a tesorería.
Ahí está. Disponible. O con Don Cruz.
Gracias por venir.
Descansen.
Un momentito, joven.
Esto no ha terminado. Muy
bien.
Dicen que cuentas claras.
Conservan amistades.
Y aunque a mí no me importa la de ustedes,
yo quiero ver si esas cuentas
están al centavo.
Ay, Teresita.
Esta reunión fue por gusto.
Estuvo bueno lo que les dijo doña Olga.
¿Se dio cuenta?
Ese es Don Cruz.
Solo presumiendo.
Dizque lo hace todo por la comunidad.
Y su carro.
Allá está. Véngase.
La paso dejando.
¡Uy! Mire,
Teresita, ahí
va la bruja de doña Marta con don Cruz.
Así es esta gente.
Dígamelo a mí,
que por darles tanta amistad del aire
me salió un gran problema
con una de estas personas.
A usted, doña Olga.
A quien confianza,
le cuento que me tiene indignada.
Esperanza, Doña Esperanza.
¿Y qué le hizo?
Si ella no mata ni una mosca.
Pues resulta que la mosca muerta
de la nieta,
a saber con quién, fue a abrir las piernas
y ya se ganó su pan.
Ah, pues lucía embarazada.
¡Qué buen chisme!
¿Y ahora qué va a hacer?
Va a casar a su hijo con la patoja.
¿Qué le pasa? Eso quisiera. Esperanza.
Ella ya se imagina que se va a emparentar
con gente de dinero.
Pero si no es de su hijo.
¿De quién?
Pues de mi. Carlitos no es. ¿Está segura?
Tan segura como que me llamo Olga
Orellana Cárdenas.
Pobre patoja.
Con razón ya no participó en la elección
de la flor de la feria.
Acuérdese que se lo dije yo no iba a dejar
que quedara de flor de la feria.
Y con esto menos que participara
solo porque la abuela se lo prohibió.
Si no, yo me hubiera dado
el gusto de sacarla del concurso.
Pues tiene razón.
Si metió las patas ahora que se aguante.
Y hablando de eso, Teresita,
si se le sale el comentario
que la Lucía está embarazada.
Solo no mencione a mi Carlitos.
Uy, cómo cree.
Así, sin querer, puede ser que comente
que Lucía ya se echó a perder.
Y a saber de quién será el muchachito.
Ay, No hay nada como estar en casa.
¿Y por qué tardaste tanto?
Estuvo buena la reunión.
Las mismas babosadas de siempre.
Mira, Carlos,
no te hagas el tonto conmigo.
Ya me enteré que anduviste paseando
a tu pajarito en la casita de la Lucía.
Esos son mis rollos, mamá.
Apaga eso que tenemos que hablar.
¿Va en serio la cosa? Entonces decime.
¿Ya tenés que ver con la Lucía?
No me preguntes eso, mamá.
Y cómo no te voy a preguntar
si llegó la esperanza.
Comprueban mano
para decirme que Lucía está embarazada.
Vos la embarazaste.
¿Cómo crees? Contestame.
Estudia la criatura. No.
Yo sé hacer mis cosas.
No voy a dejar que una mujer me amarre.
Yo sé sincera. Sí, pues.
Pero cuando les agarra la calentura,
ya no piensan en nada menos.
Van a andar pensando en el gorrito.
Pues a saber.
De quién será, porque yo ando preparado.
Siempre cargo uno.
Ese muchachito no es mío.
Eso quiero creer.
Yo sé que vos
sos hombre y tenés tus necesidades.
Vos ya me conoces, yo sé como hacerlo.
Solo aprovecho el momento.
Pero esa Lucía es una ofrecida.
No me extraña que te hayas descuidado
con sus mañas serias.
Ya te dije que no soy tonto.
Mira, mijo, si insiste que es tuyo,
no tengas pena, que yo lo voy a resolver.
Qué bueno tener una mamá como vos.
Sí, mijito.
Aquí tenés a tu madre
que te cuida de zorras como la lucía.
¿Quién le manda a esa mocosa
que se meta con vos?
Ah, Porque sabe el papacito que soy.
Eso sí, te advierto, Carlos,
antes de verte amarrado con esa patoja,
prefiero mandarte lejos
a los Estados Unidos, porque un hijo mío
no va a hacerse cargo del
muchachito de una cualquiera.
Toma mi mano.
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