Carlos y Lucía se enfrentan a las más dolorosas verdades. Crece la desconfianza. Doña Olga hace acusaciones contundentes, mientras Ruth busca apoyo para su viaje de trabajo. Las tensiones familiares están a punto de estallar. ¿Se impondrán las emociones personales ante los vínculos familiares? Escucha hoy.
Toma mi mano.
Hechizos a la antigua.
Vaya precisos a la antigua.
Ya nos vamos. Preciso.
Hola, mi Lucy. ¿Tan temprano?
¿Ya vas corriendo?
Hola, Carlos. Y eso que no es por aquí.
Para acompañarte.
Y que veas que si te cuido.
Si de veras me cuidas, deberías
hablar con mi abuelita de una vez.
Tenerme paciencia.
Estoy pensando en un buen párrafo
para que me crea.
Yo diría que
solo se trata de decir la verdad.
¿Ya vas con tus pendejadas hoy?
Si. No estoy para aguantar tus groserías,
Carlos.
Si venís solo para insultarme,
mejor. Ya, ya.
Mejor apurémonos.
Sí, pero el instituto está para el otro
lado.
¿Sabes qué pasa, mi amorcito?
Que mi mamá quería hablar con vos.
Tu mamá conmigo.
Para que veas lo buena onda que es.
¿Pues de que quiere hablar?
Dice que quiere saber la verdad
de tu boca.
Que no quiere pensar mal
con esas bolas de tu embarazo.
Ay, que clavo.
Ay, si se pasó.
Mi abuelita
no debió decirle nada a tu mamá.
¿Ves?
Por lo mismo anda y habla con ella.
Decile que vos no estás embarazada.
¿Es por mí o por vos?
¿Que quieres que lo haga? ¡Ah!
¿Tenés miedo que tu mamita se enoje?
Yo lo estoy haciendo para apoyarte.
Si no quiere decir es tu rollo.
Vamos, pues.
¿Alejandro,
Ya sacaste del congelador
las piezas de carne?
Doña Olga,
deme un respiro que voy llegando.
Seas chillón, Alejandro.
No se preocupe, patroncito.
Ya su esclavo se pone a trabajar.
No seas payaso.
Mejor ponete pilas,
que hay mucho que hacer.
Buenos días, doña Olga.
¿Qué tienen de buenas a Lucía?
Buenos días.
Aquí estamos, mamá.
Lucía, Contale lo que pasó.
Un momentito, Carlos.
Esto es cosa de mujeres.
Vos andate al instituto.
Pero si yo quiero saber
qué onda con todo esto.
Sí, pero entendeme que necesito hablar
solo con Lucía, no con vos.
Bueno.
Yo quisiera que se quedara.
Carlos. Doña Olga.
¿Y como para qué?
Usted ya sabe,
para que no haya malos entendidos.
No te preocupes.
Entre mujeres nos entendemos bien.
Andate, Carlos.
Nos vemos en el instituto. Lucía.
Qué pena que ya no participaste
en la flor de la feria.
Sí, doña Olga.
Mi abuelita,
prefirió que ya no lo hiciera.
¿Me imagino que tendría sus buenas
razones, Verdad?
Yo pienso que no,
pero respeto lo que ella me manda.
Es que así debe ser.
Tú tenés
mucho que agradecerle a tu abuela.
Sí, doña Olga, Yo lo sé.
Pero por lo que me vino a contar,
no sé si de veras respetas y agradeces.
Tal vez eso no se note en mi cara.
Pero puede estar segura que yo reconozco
lo que mi abuelita hace por Ángel
y por mí.
Pues entonces también deberías
estar agradecida conmigo, Lucía.
Disculpe, doña Olga, que debo agradecerle.
Pues que hasta hoy te he dejado que seas
la novia de mi Carlitos.
No sabía que eso se agradecía
porque fue Carlos el que me buscó.
No fui yo. Eso no lo creo.
Todas las patojas
se le someten a mi hijito.
Yo no creo que vos seas diferente.
Fíjese que si fue Carlos
el que me insistió por mucho tiempo
y decidí aceptar
porque creo que de verdad me valora.
¡Vaya! ¡Pero qué mentiroso eres!
No tengo porque mentirle.
Mira, Lucía, no me vengas con cuentos.
Yo lo que creo es que nada más
eres una aprovechada.
Pero sí, es cierto. Carlos me buscó a mí.
Ay, sí, la santita.
A leguas se te nota que buscas a mi hijo
por puro interés.
Eso no es cierto.
Yo quiero conocerlo más.
Para eso es el noviazgo.
A mí no me vengas con esas tonteras.
Pero es lo que yo siento.
Te lo voy a decir. Solo estamos.
Deja a mi hijo en paz.
Que escoja una señorita de su condición.
¿Qué me está queriendo decir?
Yo no te estoy queriendo decir nada.
Yo te lo estoy diciendo.
Mi hijo se merece algo mejor que tú.
Carlos está conmigo porque me quiere.
¿Cómo crees que mi hijo se va a quedar con
una patoja que ya resultó con su panza?
Que lindo. ¿Hagamos fiesta, verdad?
Doña Olga.
Yo sé que mi abuelita
vino a contarle que estoy embarazada.
Y por supuesto que hizo muy bien.
Es que no es cierto.
Mi abuelita no me cree, pero no es cierto.
Pero niña,
si yo vi la prueba de embarazo
que traía tu abuela.
Esa prueba es positiva.
Yo sé que parece que es mía, pero.
Y de quién. ¿Más va a ser? De tu abuela.
Doña Olga,
le juro que yo no estoy embarazada.
Pero cómo te atreves a jurar de una vez
Te digo que
ese problema es tuyo, nada más.
Si me deja que le explique.
No hay nada que explicar.
¿Querés amarrar a mi hijo
y que él te mantenga?
¿Y de paso a tu abuela y a tu hermano?
¿Cómo puede pensar eso?
¿Ustedes quieren ver cuánto dinero
me sacan, verdad?
Está equivocada. Te lo advierto.
No van a recibir un solo
centavo de mi parte.
Tú y tu abuela
no se van a aprovechar de mí.
Carlitos.
Todo esto es.
Por mi abuela.
Ella no tenía que decirle nada a usted.
Pues te ha de conocer muy bien
para que esté tan segura
que esa prueba de embarazo es tuya.
¿No es cierto?
Te lo advierto.
Yo soy una madre que defiende a sus hijos
con uñas y dientes de busconas como tú.
Mire, doña Olga, para ser una madre
como usted, yo preferiría no tener hijos.
Vieja amargada.
Ay, al fin, hermanita.
¿Qué tanto
hacen las mujeres más lindas de la casa?
Tan lindo que sos vos, Tono.
Bueno, hacía tiempo que nadie me decía.
Así me gusta.
Silvia servía el café para tu tío.
No hay nada como estar con mi familia
y mis niñas.
Silvia. Silvia no es su niña.
Oh, Sweety,
qué bueno que al fin me hablas.
Ya, tío Tono, deje de hablar así.
Aquí está su café. Silvia, no le hables
así a tu tío.
Esas cosas no se dicen.
No te preocupes. No pasa nada.
Tiene que aprender a respetarte.
Mamá.
Disculpe.
Antes de irme,
yo quería hablar con usted de algo.
¿Podemos hablar en la cocina?
Todo lo que se habla en esta casa
lo tiene que saber tu tío Tono.
Es que es algo privado.
Aquí no hay secretos para mi hermano.
No es bueno ocultar cosas.
Más si yo voy a cuidar de las tres.
Su tío tiene razón.
Él debe de estar enterado de dónde están.
¿Qué andan haciendo? Decide una después.
Lo que pasa es que tengo que hacer
un viaje de trabajo.
Como cuando.
Mamá.
Solo son dos días.
Ruth, no ignores a tu tío Tono.
Es que es a usted
a quien le tengo que avisar.
Si tu tío te pregunta,
es porque le interesa que estés bien.
Así es. No me interesa nada más.
Entonces.
Pues el viaje es Atitlán
para ir a ver unos proyectos.
¿Y vas sola?
Seguro Va a ir el tal Rogelio ese.
Quién es. ¿Rogelio?
Ya te conté.
El muerto de hambre, hijo de doña Marta.
Ah, ese muchacho.
Rogelio es mi jefe ahora.
Y Rogelio, tu jefe después.
Y yo que pensé que ese
no iba a pasar de gavilán.
Él es.
Bien. Pilas,
mamá. No estoy hablando con vos, Silvia.
Y ya pensaste, Ruth.
¿Por qué quiere que tú vayas con él?
¿Será por tu capacidad
o será por otra cosa?
En eso tiene razón tu tío.
Caras vemos, Mañas. No sabemos.
Ay, mamá.
Como que no supiera que Rogelio es buena
gente.
Además, mi hermana es la más inteligente
ahí en la cooperativa.
Ya, Silvia, mejor anda, trae tu mochila.
Sí, es cierto.
Pues no me convence.
No sé para qué tenés que ir vos.
Es que yo tengo que ir a ver los productos
que se puede vender y hacerles un plan.
¡Ay, que aburrido!
¿Y qué vamos a sacar de eso?
Te van a pagar más.
Son horas extras
o que quieren que lo hagas de gratis.
Si hago bien mi trabajo, voy a subir de
puesto y me van a pagar mejor.
Bueno, eso si me gusta.
Con lo que ganas
ahora apenas me alcanza para alguna cosa.
Ya ve. Por eso es que quiero ir.
Pero si subís de puesto
y no me das el dinero.
No te atrevas a esconder
que te ascendieron.
Mira que engañar a tu madre es pecado.
¿Cómo cree mamá?
Entonces sí puedo.
¿Ir? ¿Estás segura, Teresa?
Pues si va a ganar más, que se vaya.
Gracias, mamá.
Yo no estoy de acuerdo. Teresa.
Mi mamá es la que decide,
tío. Cállate, Ruth.
Si Tono no está de acuerdo.
Pero usted ya dijo que sí, mamá.
No seas así, mamá. Déjala ir.
Ahora va a ganar mejor, mamá.
Si no voy a ese viaje,
puedo perder mi trabajo.
¿Para qué te comprometes
sin hablar con nosotros después?
No te pongas así, sobrinita linda.
Tal vez no sea el momento.
Así como dice Silvia, voy a ganar mejor
y le voy a dar más dinero.
Mamá.
Está bien. Le vamos a dar permiso. Tono.
Allá tú.
Si le pasa algo a.
Ruth, yo estoy segura que Rogelio la
va a cuidar.
Pues ese es el que me preocupa.
Pero bueno, le.
Aseguro que no se va a arrepentir. Mamá.
Eso espero.
Vámonos, Silvia. Ya es tarde.
Nos vemos. Mamá. ¿Y tu tío? ¿Qué?
Que tenga buen día. Adiós, mamá.
Adiós, tío Tono.
Teresa. Cosa buena para su futuro.
Tiene esa cooperativa.
Pues mientras esa cooperativa
nos dé para vivir.
No estoy muy convencido
de que haga ese viaje menos.
Si, como decís,
a ese muchacho le gusta Ruth.
Ella no se atrevería a hacer algo
sin mi permiso.
No podría soportar si yo me llegó
a enfermar más por su culpa.
Eres mala hermanita.
¿Cómo crees?
Para nada.
Es solo que de alguna manera me tiene que
devolver todo lo que le he dado.
De todos modos,
no me gusta que vaya con ese muchacho.
Pero ya le dije que sí.
¿Qué te parece si le doy la sorpresa
y me voy con ella?
Aquí tengo los resultados de sus exámenes.
A ver.
Carolina García.
Diego Armando Ramírez.
Alex Ramos.
Lucía Santos.
Carlos Hernández.
Bárbara Martínez.
Verónica Lemus.
¿Cuánto sacaste buscarlos?
¿Qué te importa, Manu?
¿Y vos qué onda?
Vos me preguntás
porque está seguro que me fue mal.
¿Y crees que todos se den cuenta?
Tranquilo, Si te fue mal, es tu rollo.
Hay que estudiar más, Manu.
Decime vos primero.
Yo saqué tres malas putica.
Yo saqué 65.
¿Y a vos, Bárbara? ¿Cómo te fue?
Muy bien.
¿Sé que 85, así que contenta?
Qué cerebrito resultó Bárbara.
¿Quién se la mira? ¿Y vos, Alex?
¿Cuánto sacaste?
No me digas que arriba de 90.
Sé que 94.
Para mí
que le copiaste todo el examen a la Lucía.
Vos sacaste 95. ¿Verdad, mi Lucy?
No, hoy saqué 90.
Me equivoqué en cinco respuestas.
Yo, en cambio, mejor ni les digo.
Creo que voy a perder el año.
Ni hermano. No digas eso.
Si querés, Diego, después de los entrenos
en el campo te venís a mi casa a repasar.
Yo te echo la mano para que estudiemos.
Buena onda, Alex.
Vos sos cuate de verdad.
Pero no quiero toparme con el diablo.
Pues no te preocupes.
Gracias vos.
Pero no creo que me den permiso.
Felicitaciones a todos por el esfuerzo.
Lucía, Alex y Bárbara
tienen los mejores promedios.
Felicitaciones para ustedes.
Antes enlazaban al resto de la clase.
Les pediría que se esfuercen un poco más.
Vamos a medio año
y hay que apretar para terminar.
Bien. Nos vemos el lunes. Patojo.
Alex.
Alex, Felicitaciones por tus notas.
Gracias, Lucía.
Tú también saliste muy bien.
La más pilas te dicen. Va.
Y vos el más nerd.
¿Pero qué te pasó
en el examen de ciencias?
Nada. Solo he estado algo distraída.
Por el clavo con tu abuela.
¿Con ella?
Con Carlos.
Ahora tú eres la que está triste.
No mientras sigas conmigo.
Sos mi único amigo, Alex.
Tú sabes que te quiero como amigo.
Pues sabes que yo no te voy a dejar.
Gracias, Alex.
Alex. Alex, Te buscan.
No sé qué le ha dado.
Ahora quiere estar platicando conmigo.
Como uno de los mejores de la clase.
Disculpen que interrumpa
a los cerebritos de la clase.
Aunque a mí no me fue mal.
Vos también sos bien pilas.
Pero no tanto como ustedes.
Lucía, nos vamos.
Tengo que llegar temprano
al puesto de mi mamá en el mercado.
No, Carlos.
Yo tengo que esperar a mi hermano.
Mejor te vas solo.
Como quieras.
Órale, Alex.
Nos vemos más tarde en el campo.
Ojalá que de tanto estudiar
no se te olvide cómo se juega el fútbol.
Eso quisieras vos.
Pero eso no se olvida.
Lo llevo en el corazón.
Nos chocamos al rato.
Ah, Felicitaciones, mi amor.
Sos la mejor de la clase.
Otro día celebramos.
Gracias, Carlos.
Bueno, yo voy a comprar un helado.
¿Y ustedes? Dale.
Yo tengo algo que decirle a Alex.
Bueno, si quieren, me alcanzan.
Hoy voy a estar en la venta de helados.
Adiós, Lucía.
¿Y para qué querías
que te esperara, Bárbara?
Pues para felicitarte
por ser uno de los mejores de la clase.
Eso no te importó antes.
Ah, pero ahora
todos quieren estar con los mejores.
Si no mira al Carlos con la Lucía.
Pero que la quiere.
Y ella supongo que también.
Deja de soñar, Alex.
La Lucía nunca te va a hacer caso.
A mí no me interesa Lucía.
Sí, cómo no.
¿Entonces por qué siempre andas
como perrito abandonado
cuando no estás con ella?
Eso no es. Cierto.
Si no te importa como decís.
¿Qué tal si volvemos?
Pero si vos me dejaste
porque decís que soy muy aburrido.
Eso era antes.
Creo que ahora podemos volver a probar.
¿Qué decís?
No sé.
Ya no pierdas el tiempo, Alex.
A mí sí me gustas.
¿Estás segura?
Yo tengo esperanza de un beso tuyo, Alex.
Espero que no me dejes
con las ganas ahorita.
Pues sí.
Justo como nos besábamos
cuando éramos novios.
Miren, muchachos.
Alex y Bárbara se están besando.
Ese Diego sí que es.
No le hagas caso. Que buen beso.
Así, cómo me hacías falta.
¿Quieres ser mi novio
otra vez, Bárbara? Mmm.
Déjame pensarlo.
No estoy tan segura. ¿Pero por qué no?
Si quiero ser tu novia, Hombre.
Eso no te estaba molestando.
Vamos de la mano, entonces.
Sí, pero primero dame otro besito. Mmm.
Yo sabía que estos iban a regresar.
Sólo espero que Bárbara
no le vuelva a romper el corazón a Alex.
¿Y eso a vos qué?
No, que estás tan colgada del Carlos.
Pues ya vas.
A mí se me hace que vos estás celosa.
Lucía. Cállate vos. Digo.
No digas tonterías.
Lo que pasa es que el Alex es mi amigo
y no quiero que lo haga sufrir.
Toma mi mano.
Entérate más sobre.
Toma mi mano.
El audio novela
y los recursos disponibles en Triple W.
Punto. Toma mi mano, Punto F o síguenos
en Instagram y TikTok
como toma mi mano U.S.A.
No te pierdas nuevos episodios
cada miércoles.
Escúchalas en Spotify, YouTube
y Apple Podcast.
Este proyecto fue desarrollado
por Population Media Center.