Doña Esperanza sigue dudando de Lucía, poniendo en peligro su relación. En otro giro, Jefferson y Andrea se enfrentan a una crisis mayor, la cual llega a la desesperación ¿Podrán salir adelante? ¿Qué decisiones tomarán nuestros protagonistas ante estas crisis?
Es el momento de empezar.
De nuevo juntos.
Volver a nacer.
Toma mi mano.
No diga eso, mamá.
Silvia todavía es una niña.
Sí, es cierto.
Ya se está convirtiendo en mujercita.
Y tendría que empezar a buscar marido
para que aporte dinero a la casa.
Mamá. Pero Silvia no es una carga.
Sí, es una carga para mí.
Yo me ocupo de las cosas
que ella necesita. Mamá.
Da igual si a mí
esta patoja no me ha servido para nada.
Mamá, ella es el oficio de la casa
todos los días.
Pero si quiere ya no hago nada.
Uy, Esta empezó a tronar
porque sos una contestona.
Eso no es cierto, mamá.
Yo ya estoy grande para creer ese cuento.
Pues nada se puede decir
porque ustedes lo exageran todo.
¿No es así, mamá?
¿Entonces qué es? ¿Mamá?
Es que decir que su hija es una carga.
¿No le parece que es algo muy cruel?
¿Qué va a ser cruel?
Ustedes que son unas chillonas.
Silvia lo que necesita es cariño y que
le expliquemos qué es lo que está pasando.
Ay, Ruth, yo de veras que no las entiendo.
Tanta bulla solo porque le vino su regla.
¿Pero de qué tanto se le tiene que hablar?
Pues de los cambios
que va a tener, de cómo se va a sentir.
¿Y no le hablaste vos?
Yo no tengo tiempo
para estar perdiéndolo con eso.
Eso no es perder su tiempo, mamá.
Antes no nos explicaba mayor cosa,
Solo le decían a uno
que ya era mujer y a buscarle marido
para que se la llevara.
Así me tocó a mí.
¡Mamá, qué pena!
Si a usted le tocó de esa forma.
Pero no tiene porque ser así para Silvia.
Pero no se preocupe, yo me ocupo de ella.
Ay, sí, no se preocupe.
Sí, Todos mis males vienen de eso.
Ya ves que te tuve
cuando apenas tenía 16 años.
¿Crees que alguien explicó algo a mí?
Yo solita.
Tuve que ver cómo entendía
lo que me pasaba.
¿Y por qué a vos te fue así?
Quiere decir que a nosotras también.
A mí lo único que me dijeron
fue que los cólicos nos daban.
Si no, respetábamos a nuestra
mamá y sanseacabó.
No se preguntaba más.
Con más razón mamá, usted no puede querer
que a Silvia le pase lo mismo.
Y por eso es que te digo antes una
no más menstrual.
Y rápido.
¿Le buscaban marido?
¿Y a ti qué marido te buscaron?
¿Pues quién más? El ingrato de tu papá.
Y lo ingrato
fue lo único que ustedes heredaron de él.
¿Qué está pasando aquí?
Y hablando del rey de Roma. El burro.
No está pasando nada, tío.
Ay, hermanito.
Estas patojas que son unas malcriadas.
¿Pero por qué dices eso?
Si escuchara las cosas que me dicen.
Silvia, cuéntame qué pasa.
A mí nada.
Ruth.
¿Sweety, Dime tú por qué está tan molesta
tu mamá?
No es asunto suyo, tío.
Todo lo que sucede
en esta casa es asunto de él.
Teresa, cálmate.
Deja que las chicas me expliquen
qué está pasando aquí.
Mejor te lo digo yo.
Lo que pasa es que a Silvia le bajó.
¿Really?
¿Es en serio, mamá?
Hombre, una cosa es que te
lo contemos a vos, pero al tío.
¿Y qué tiene de malo que tu tío lo sepa?
Sí, Tono.
Por fin le bajó. Y esa es la discusión.
Solo porque les digo que Silvia ya
es una mujer.
Oh, Silvia,
ahora eres ya una señorita muy bonita.
Déjame abrazarte.
Ay, ya, tío. Suéltela.
Usted no tiene por qué abrazarla.
Ruth. No te pongas celosa.
Solo la estoy felicitando.
Ya es una lady. Una damita.
Deja que Antonio te dé un abrazo
y que te fueras a deshacer por eso.
Mamá, esto es algo muy personal.
Ay, pero que exagerada
sos, Ruth. Ya creció.
Pero no es necesario que el tío Antonio
me abrace.
Es mejor que te vayas a tu 4.º, Silvia.
Vamos a hablar más tarde. No la con tanto.
No es bueno que crezca pensando que
todo en la vida va a ser color de rosas.
A menos que consiga un hombre
que la mantenga y la cuide.
Mamá, deje de decir que Silvia debe buscar
marido.
No se enfaden.
Todo llega a su tiempo, hermanita.
Las cosas serán cuando Silvia esté lista.
Es que no quiero que termine como Ruth.
Ya 20 años sin que se le acerque.
Pero yo trabajo.
No necesito estar con alguien
solo para que me mantenga.
Y yo que solo estás pensando en vos.
Después de todo, si te vas.
Silvia va a tener que mantenerme.
Y para eso
tiene que conseguir un buen marido.
Eso no es necesario, mamá.
Si ella estudia y se prepara,
va a poder mantenerse sola
y ayudarla a usted también.
Igual que yo. Eso decís ahora.
Pero si se fija en un muerto de hambre,
igual que vos, ya nos fregamos todos.
Si no va a alcanzar para ella,
menos para mí.
Ruth.
Sweety, ya no contradigas a tu mamá.
Ella sabe lo que dice.
Y si quiero hablar de que Silvia ya
puede buscar marido, de eso voy a hablar.
Total es mi casa.
Y en algún momento así será, hermanita.
Pero por ahora, yo quiero ayudar.
Si Silvia tiene alguna duda acerca de los
chicos, yo podría explicarle.
¿No crees que tengo razón?
¿Ruth?
Toma mi mano.
Ahorita voy.
Doña Esperanza, Qué bueno verla por aquí.
Pase. Adelante, pase. Gracias, doña Marta.
Mire.
Al fin pude venir a platicar con usted.
Más vale tarde que nunca, doña Esperanza.
Siéntese y cuénteme
cómo van las cosas con Lucía.
Hoy no he podido hablar con ella.
¿Pero por qué se fue de la casa?
No, doña Marta.
Lo que pasa es que hoy no
sé cómo acercarme a ella.
Pero si están bajo el mismo techo.
¿Cómo puede ser que les esté pasando eso?
Es que Lucía todavía me tiene muy enojada.
No entiendo por qué me hizo eso.
Mire, doña Esperanza.
Por la confianza que nos tenemos.
Yo me atrevo a decirle que usted está
actuando mal.
Si Lucía le está diciendo que no
está embarazada porque no le cree.
Hoy, con todo lo que ha pasado.
¿Cómo cree usted que esta niña
puede estar diciendo la verdad?
¿Usted dígame quién ha criado a Lucía
los últimos años?
Sí, pero es que los patojos de
ahora son tan diferentes.
No, doña Esperanza,
Los patojos de esa edad
necesitan que se les hable con la verdad.
Ellos quieren contarnos lo que les pasa.
¿Pero entonces por qué Lucía
no habló conmigo de lo que le pasaba?
Usted debe acercarse a ella
para preguntarle cómo se está sintiendo.
Pero yo le he dicho
cómo se debe comportar en todos lados.
Tal vez no es eso lo que
ella necesita oír de usted.
A lo mejor si le habla de los cambios
por los que todos pasamos,
de lo que sentíamos cuando un patojo
nos miraba o se acercaba a nosotras.
Pero yo no viví eso.
Hoy todos y todas pasamos por eso.
Doña Esperanza.
Pero Lucía está embarazada.
¿Ya para qué
me pongo a hablar de estas cosas con ella?
¿Por qué está tan segura?
Ella ya se lo dijo.
Lucía lo niega y lo niega.
Dice que esa prueba no es de ella.
Ahí es donde yo
le digo que tiene que confiar en ella.
Usted la conoce.
Bien. Ya no sé nada, Doña Marta.
Doña Esperanza.
Usted la educó bien.
Se nota cuando uno habla con ella. Mmm.
Pero del dicho al hecho.
Doña Marta.
¿Qué es lo que más le preocupa a usted?
Que mi hijo
me dejó encargados a los patojos.
¿Y cómo le digo
yo que su hija resultó embarazada?
¿De verdad?
Eso es lo que más le importa,
doña Esperanza.
No saque conclusiones antes de tiempo.
Hasta doña Olga me dice que debí ser más
dura con Lucía.
Mire, doña Esperanza.
Quién le debe importar en este momento
es Lucía.
Saber si ella está embarazada
y la responsabilidad que eso conlleva.
Por eso es que estoy tan preocupada.
Ay, no sé qué hacer.
La entiendo.
Usted es la que está aquí con ella,
pasando por todo esto.
Ay, gracias, doña Marta.
Yo quiero mucho a mis nietos.
Usted lo sabe.
Yo no dudo de su cariño, doña Esperanza.
Y estoy segura que ellos tampoco.
Ella es mi niña.
Cómo quisiera creer que me dice la verdad.
¿Y ha pensado cómo se siente Lucía?
Es cierto.
Ella también debe estar triste. Bueno.
¿Y si estuviera embarazada?
¿Qué tendrían que hacer?
Yo no quiero que se case.
Es todavía una niña.
Y creo que a Carlos no lo dejarían que.
Se hiciera responsable.
¿Y si no fuera de Carlos?
Ay, eso es peor todavía.
¿Por qué la echaría de la casa?
La dejaría a su suerte.
¿Cree que Lucía está
preparada para afrontar su vida sola
con una criatura?
Eso me atormenta demasiado.
Ay, Yo sé que muchos padres hacen eso
para que los patojos aprendan.
Pero no sé si sea lo mejor.
Mire, doña Esperanza, yo veo que usted
también está sufriendo mucho.
Es cierto que es una situación delicada,
pero para todo hay una solución.
¡Ay! ¿Qué me aconseja doña Marta?
Confíe en Lucía.
Es que hoy, con todo lo que ha pasado,
no sé cómo es.
Necesario que le dé todo su apoyo
sin importar qué.
Pero yo no podría con más niños
en mi casa.
No se adelante tanto. Tiene razón.
Deje que ella le abra su corazón
y le platiqué lo que le está pasando.
Eso me da miedo.
Yo le entiendo, pero es el mejor camino.
Es que hablar de todo esto me angustia.
Pero acuérdese
que nosotras somos las adultas.
Ella es apenas una jovencita de 14 años.
¿Es cierto, doña Marta?
Debo tener valor para hablar con ella.
Y si ella quiere, pueden venir conmigo.
Yo puedo ayudarlas
y ver si Lucía de verdad está embarazada.
Eso me parece bien. Eso sí le digo.
Ella es la que debe decidir
si quiere verme.
¿Y si me dice que no?
Pues vamos a respetar su decisión.
No la vaya a traer obligada
porque entonces se pueden complicar más
las cosas.
La confianza
no se puede ganar a la fuerza.
Toma mi mano.
Dale otra vez, papi.
¿Te gusta? Sí. Démosle otra vez. Pues.
Pero ahora le voy a dar más.
Me gusta como da.
Aguanta.
Sí, es como un carrusel. Mira.
Qué quiere.
De carrusel. ¿Papi?
Quiero que detengan hasta la feria.
Mi amor.
Pero al parque. ¿Podemos ir, Cris?
Sí. Vamos con mi. Mami.
Sí, mi amor.
Vamos a ir los tres.
Ya se acabó.
Bueno, es hora de dormir, mi amor.
Bueno, ya ves. Tenés sueño.
Te voy a tapar bien.
Feliz noche, mi amor. Te amo.
Yo también te amo, papi.
Descansa, papi.
Sí, princesa.
¿Mami está triste?
No, mi amor.
Lo que pasa es que está cansadita.
Pero el sábado
me vas a ayudar a hacer limpieza
para que mami descanse
y se sienta mejor. Sí.
Bueno, princesa.
Duérmete ya.
Feliz noche, papi. Feliz noche.
Doncella, La puerta. Sí.
Vaya, mi amor.
Así de abierta.
La voy a dejar.
Se quedó tranquila la nena.
¿Y tú cómo seguiste? Mal.
No se me calma el dolor.
¿Ya te tomaste todo el té? Sí,
pero me dio náuseas.
Ay, mi amor.
Y hasta el lunes vamos a poder ir. Alix.
Si sigo así
hoy no creo aguantar hasta el lunes.
No digas eso.
Sí, Es muy fuerte el dolor.
Nos vamos a las clínicas privadas.
Aquí en San Juan.
Aquí o en la capital.
Pero vamos.
En Jefferson.
Mira la fecha en la que estamos.
Apenas tenemos para terminar el mes.
Pero no vamos a poner en riesgo tu salud.
Yo veo de dónde saco algún préstamo.
¿Puedo pedir? No, Jefferson,
No te metas a más deudas.
¡Ay! ¡Ay!
¿Qué pasó? Sentí un dolor muy fuerte.
Ay, Dios. ¿Qué hacemos?
Llamamos a doña Marta.
Yo digo que sí. Jefferson.
Ahí va. ¿Dónde dejé mi teléfono?
Creo que la cocina. Lo dejaste.
¡Ay, ay, ay, ay! Voy a buscarlo.
Me lleva.
Se me acabó el saldo. Tú tienes saldo,
mi amor.
Creo que ni carga tiene mi teléfono.
La gran.
¿Y si voy en una carrera con la moto?
No, no, No me dejes sola. Chiquita.
¿Pero qué hacemos? Ya va a pasar.
No quiero que te vayas.
Ay, Dios.
¡Ay! Quién será. La gran.
Solo espero que no sea mi papá.
Eh. Ay, sí, mijo.
¿Te vas a ir conmigo a celebrar?
Ay, si no estoy para sus regaderas, papá.
Y yo no estoy para tus tonterías.
Apúrate, que tengo el carro encendido.
No, Andrea, está mal
y no la puedo dejar así.
Otra vez.
Déjala ahí, hombre. Si es una chillona.
No le digas así, papá.
Usted no sabe lo que ella está pasando.
Aquí con esta mujer.
E inútiles no aguantan nada.
Esta mujer es de ahora.
Ya no las hacen como antes.
Todo es quejarse y alegar.
Papá, Andrea no está para oír esas cosas.
Si usted piensa así, es su problema.
Pero no tiene por qué
tratar de esa forma a mi esposa.
Respeten a Respétame, voz patojo.
¿De qué ratos estoy? ¿Qué?
Vamos a mojar al niño.
Y vos, puro chucho, detrás de tu mujer.
Jefferson B.
Pues sí. Ahí está.
Qué bueno que haya oído todo.
Tal vez así se compone.
Váyase. Mejor.
No quiero problemas con usted.
Problemas
vas a tener si no te vas conmigo.
Jefferson, Vení, mi amor.
Ay, no le hagas caso.
¿Y usted, Andrea?
Porque anda metiendo su trompa. B.
¿No ve que nosotros dos
estamos hablando? Cálmese, papá.
Ya le dije. Mejor váyase.
Si te la llevas de machito,
puedes salir perdiendo.
¿Entonces qué?
¿Le vas a hacer caso a tu mujer?
No la voy a dejar sola.
Mira, Jefferson, si te quedas con
tu mujercita, mejor agarras a tu patoja.
Y los tres. Ahorita se van de mi casa.
Toma mi mano.
Entérate más sobre.
Toma mi mano.
El audio novela y.
Los recursos. Disponibles.
En Triple W. Punto. Toma mi mano, Punto.
F o síguenos en Instagram y TikTok
como toma mi mano VSA.
No te pierdas nuevos episodios
cada miércoles.
Escúchalas en Spotify.
YouTube y Apple Podcast.
Este proyecto fue desarrollado
por Population Media Center.