¡El partido se convierte en una batalla campal! La mara del Diablo irrumpe en escena, complicando aún más las cosas. Alex se enfrenta a una difícil decisión: ¿continuar jugando o obedecer a su hermano?
Es el momento de empezar.
De nuevo juntos.
Volver a nacer.
Toma mi mano.
¿Va a venirte?
Pues ya te estoy esperando.
No, Que muy cabrón.
Pues suélteme ya le voy a enseñar
a este maje del Krusty quién manda.
¡Suéltenme!
¡Ya! Gabriel, no sigas con el pleito.
Van a suspender el partido. Cálmate.
A mí me pela tu partido.
Nadie se va a reír de mí.
¿Oíste?
Y menos este Krusty.
Este pueblo y su equipito.
Nos hacen los mandados.
Gabriel, no le hagas caso. Hace magia.
Ya estuvo bueno, Diablo.
Guarda eso. Navaja Ya, Mano.
Acá ganamos con los pies,
no con los cuchillos.
Mejor saliste del campo.
No te metas, Canche.
No me importa que vos seas el capitán.
Te voy a dar parejo.
Nos van a fregar el partido.
Diablo, Saliste de una vez.
Ya te expulsaron.
A mí no me hagan mate.
Jefferson, que te. Salgas del campo.
Aquí está que me salgo. Ay.
Mi tobillo.
Agarra onda, Gabriel. ¿O qué?
¿Crees que nos vas a matar a todos?
No te metas, Alex.
¡Ay, me fregaste, cabrón!
Te dije que me dejaras.
Todos son unos.
A ver qué está pasando aquí.
Solo faltaba cruz. Don Cruz.
El diablo pateó a Jefferson.
Ay, si. Estoy fuera, profe.
Solo a eso
veniste, Gabriel. Deja esa navaja.
Nadie se.
Mete conmigo. ¿Viste?
Nadie.
Ahorita me las pagas todas, Krusty.
Eso decís vos, Gabriel.
Hoy llegó tu muñeca a salvarte.
¡Ándate de aquí, Güija!
No me hables
así, Gabriel. Me voy. Pero te vas conmigo.
Este no es tu clavo.
No, pero sí. Cálmate ya.
Guarda eso. Vámonos.
Agua, Don Cruz.
Allí vienen corriendo el Judas
y el resto de la Mara del Diablo.
¿Qué onda con el canal?
Mucha. Así,
Buena onda. Llévense el Gabriel.
La gente ya está asustada.
Diablo.
Papaíto,
dame el filo acá y lo voy a guardar.
Hazle caso, Gabriel.
Sabes que lo vamos a arreglar.
Pero ahorita dejemos que siga el partido.
Ni el Judas se maje tiene que aprender.
No me digas que Don Cruz
haga lo suyo con el equipo.
Me extraña.
Yo sí.
Yo sé lo que te digo.
Cuando quieran y donde quieran.
Basura son.
Ya cállate, mula.
Vamos a ver.
La casa Acaba.
Con la Nati.
Ya oíste, mi amor.
Mejor hablemos. Hazle caso a tu Luisa.
Mejor vamos a echarnos una fría
para que se te baje el calor
y ya no pierdas el tiempo con eso, Gemma.
Va, callemos. Pues.
Ordeñe
a su gente, profe, y sigamos jugando.
Gracias, árbitro.
¡Rogelio! ¡Diego!
Ayúdenme a sacar a Jefferson de la cancha.
Ya no se preocupe, profe. Quédese aquí.
Nosotros podemos llevarlo.
Sí, profe. No tenga pena.
Nosotros nos ocupamos.
Gracias. Patojos.
¡Cuidado! Cuidado.
Cuidado.
Muchachos, tomen sus posiciones.
Pues el pleito
pasó. Vamos a seguir jugando.
Don Cruz, Yo creo que mejor me voy.
¿Está seguro?
Sí, profe.
Si no me voy,
el Gabriel va a seguir molestando.
¿Bueno,
pero sabes dónde estoy? Si necesitas algo.
Sí, profe. Ojalá que ganen.
Que ganemos, Dirás Vos
sos parte del equipo y ya metiste un gol.
Lo que pase ahora
depende de tus compañeros.
Ahí nos vemos.
Tú eres el.
¿Y a todo esto es así?
¿Qué onda?
Qué frutas. Andabas.
¿Haciendo vos metido ahí? Pues.
Vine por el Alex y así se armó el cloud.
Y por eso armaste tanto rollo.
Lo hubieras dejado que terminara de jugar.
Eso es cierto a vos.
Pero conseguí lo que quería
el Patón, cabrón.
Ya va para la casa.
Y Messi.
Mejor
nos vemos en la tienda de la colonia.
Ah, y tener tu filo porque lo hace hervir.
Órale, ahí nos chocamos.
¿Ya viste?
Tranquilo, Ariel.
Si no, mejor me voy sola.
Oh, mi reina.
¿Por qué te enojas?
Todo es culpa de él, Alex.
Pero esto lo
arreglo en la casa con nosotros.
¿Sabes qué?
Mejor te vas
solo vos con tus clavos y yo con los míos.
Me buscas cuando se te pase el mundo.
Te vayas, muchacha bicha. ¡Ah!
Me lleva.
¡Ay! ¡Ay, ay, ay, ay, ay!
Aquí está bien, muchachos.
Ay. ¡Ay, ay!
Hicimos lo Despacio, Rogelio. Simón.
Los dos al mismo tiempo.
Buena onda. Mucha. Aquí estoy bien.
Y corran, Corran,
que ya va a pitar el árbitro.
¡Pilas! Todavía hay tiempo para ganar.
¡Vamos, vamos, vamos! Vámonos ya, Rogelio.
Que te mejores. Jefferson, Ahí
te contamos. Cómo nos va. Sí.
Las pilas. Pilas. No podemos perder mucho.
Papi, Te.
¿Caíste?
Ay, Dios. Jefferson. ¿Estás bien?
¿Qué pasó? ¿Te duele mucho? Ay, Andrea.
Ni vi cómo me entró Gabriel,
pero me terminó de fregar la pata.
¿Y ahora qué hacemos?
Decirle a mi papá que venga.
Pues no necesito llamarlo.
Ahí viene.
¿Por qué estás aquí, Jefferson?
Pues le hubiera dado también
al diablo ese.
¿Cómo cree papá?
Si me pongo al brinco con el Gabriel,
se me viene encima toda su mara.
Y qué miedo le tenés, Willy.
Además, apenas un toquecito
te dio un toquecito.
Será.
¿Y si le hubiera dado a usted?
A mí no me levantes el tono. Yo.
Yo no le estoy levantando el tono. Papá.
Ni que fuera canción.
Mejor ayúdeme.
¿No ve que estoy golpeado?
¿Pues a ti te duele? Un poco, mi amor.
Ay, pero ya me va a pasar.
No te preocupes.
Te quiero mucho, papi.
Yo también te amo, nena. No te asustes.
Voy a estar bien.
Ya, mi amor. Tu papi va a estar bien.
Ya se le va a pasar.
Solo eso me falta, amá.
Yo vine a ver un partido
y no a tres mujercitas llorando.
A ver vos, Jefferson, podés
asentar el pie.
¿Cómo cree papá?
¿No vio que el Rogelio y Diego
me traían cargado?
Pues.
¿Cómo estás, Jefferson? Fregado, profe.
No puedo ni asentar el pie.
¿Y usted, Don Cruz?
No. ¿Qué? Es tan cabrón, güey.
¿Por qué no le ha conseguido
un seguro o algo así al equipo?
No es tan fácil, don Raúl.
Somos un equipo de pueblo.
Apenas estamos entrando en la liga local.
Tal vez más adelante. Ya. Papá.
Don Cruz hace todo lo que puede
y nosotros nos comprometimos con el equipo
en las condiciones que está por corazón,
no por otra cosa.
Don Cruz.
¿Qué cree usted? ¿Será
que vamos al centro de salud?
¡Ay, mi amor! Pero hoy es domingo.
¿Y si está cerrado?
Además, ahí nunca hay nada.
Y lo que necesita ahorita
es una radiografía.
¿Cierto, don Raúl?
Lo mejor es que le hagan una radiografía.
Yo te voy a llevar con el doctor
Hernández.
Con este doctor.
Ese es bien carero, papá.
Y no que trabajas en la capital.
¿Pues ahí se gana bien o no?
Sí, pero tampoco significa
que ande tirando pisto.
Pero ese es tu problema, mijo.
Si vos trabajaras conmigo en la finca,
no estarías en estas penas.
Vamos al Jefferson.
Y si vas para allá, olvídate.
Que te lleve, patojo.
No voy a gastar tanta gasolina
por los caprichos de tu mujer.
Pero si estás pagando
el seguro, te va a salir mejor.
Jefferson. Eso es muy caro en lo privado.
Y yo no puedo dejar el partido ahorita
y llevarte.
Yo sé, Don Cruz.
No se preocupe.
Usted tiene que ver que ganen el partido.
Aquí arreglo yo con mi papá.
Pues ahí. Mira vos.
Yo solo el favor te hago.
Si vamos con el doctor Hernández, seguro
que te atiende y no le importa el día.
Media vez haya billete.
Entonces me imagino que usted va a pagar.
Yo mucho estoy haciendo con llevarlo
ya, papá.
Está bien, Vamos con el doctor ese.
Pero apurémonos, que me está doliendo más.
¿Y con qué dinero vas a pagar, Jefferson?
Ahí tengo un dinero guardado. Ay.
Es lo de la moto.
No, mi amor. Es otro dinero que tengo.
A ver, vos, patojo, apóyate en mi hombro.
Yo les voy a ayudar.
Apóyate en mí.
Así no pones el pie en el suelo. ¡Oh!
Ay, ay. ¡Ay, ay!
Despacio, papá.
Vaya que dejé el carro aquí cerca.
Andrea, llévese el. Zapato.
¡Ay, ay, ay! Jefferson, despacio.
Aguántate como los machitos.
Emma, Vámonos, mija.
Que pena me da con voz patojo.
Pero yo te dije que ya no siguieras.
Usted tranquilo, profe.
No es su culpa.
Ese Gabriel está bien loco.
La culpa fue mía
por haberme regresado al campo.
Silvia.
Se llevaron a Jefferson.
Pobre Andrea.
Se veía muy preocupada.
Y qué susto se llevó.
Ya ves.
Por eso prefiero jugar
mejor. Cállate.
Menos mal que no pararon el partido.
Según me dijo el angelito en la escuela,
este partido
no lo pueden perder si no se quedan
afuera de la clasificación.
¿Y vos sabes tanto de fútbol?
¿Ah, no has oído
que la información es poder?
¿Qué? Así dicen en la tele.
¿Y para qué te sirve?
Ah, pues como los que no pueden venir a
ver el partido están preguntando el lunes
les digo cómo quedo, cómo van, qué pasó
y me invitan alguna chuchería.
Ay, Silvia, No quiero imaginar
qué otras cosas haces en la escuela.
Pero que no se vaya a enterar mi mamá
y que no estoy haciendo nada malo. Ajá.
Y ahora que me acuerdo.
¿Qué es lo que le vas a decir a Rogelio?
No le voy a decir nada.
Solo me gusta ver tu cara de susto.
Y vaya que decís que me quieres.
Ya no te voy a contar nada.
¿Por qué?
Porque te pones a molestar
y me da mucha pena con Rogelio.
Bah, ya no lo voy a hacer.
¿Y qué le vas a contestar a Rogelio?
¿Yo? Nada. ¿Cómo que nada?
¿Y si mete el gol?
Si mete el gol. ¿Mira, vos qué haces?
Yo no fui la que abrió la boca.
No seas así, hermanita.
¿Qué tal patojas hoy?
¿Qué tal, doña Marta? ¿Cómo le va?
Aquí, esperando a Rogelio.
Después de todo el relajo que se armó.
No me puedo ir a la casa tranquila.
Uy, sí, Nosotras
ya casi salíamos corriendo.
Parecía lucha libre, no, fútbol,
Es cierto.
Pero eso no debe pasar.
Es un juego y todos venimos a pasarla
bien, no a pelear.
Yo quiero una granizada de limón.
¿Quieres otra, Silvia? ¿Ya te comiste una?
Es que hace mucho calor.
Va, pero no pidas más,
que no traje mucho dinero.
Yo las invito.
No, no, gracias, doña Marta,
pero no tenga pena.
Hay mucho calor.
Yo voy a pedir una de fresa, por favor.
Claro, seño. Marta.
Una de limón.
Una de fresa.
¿Usted, seño?
También tengo de frutas hawaiana.
No, no, gracias.
Ruth.
Doña Marta nos está invitando
y es de mala educación no aceptar.
Eso me has dicho. No.
Hagamos una cosa, Ruth.
Hoy invito yo las granizadas
y el siguiente partido invita a Silvia.
¿Que yo qué me parece, doña Marta?
El siguiente partido.
Silvia va a invitar a las granizadas.
Eso no se vale.
¿Entonces de qué sabor
quiere su granizada, seño? Mmm.
Una hawaiana está bien.
Sale una de limón.
¡Y qué rica está!
Gracias, doña Marta.
Ve a sentarte, Silvia.
Así solo esperamos nuestras granizadas
y te alcanzamos.
Bueno, las espero por allá.
Con cuidado, Silvia.
No te preocupes tanto, Ruth no está lejos.
Tranquila
que tengo que cuidar a mi hermana.
Soy responsable por ella.
No digas eso.
Tu mamá es la que debe cuidar de ella.
Ella está muy ocupada con sus cosas.
Además, yo siempre he cuidado a Silvia.
Doña Marta. Es cierto.
Y recuerdo cuando empezó a ir a la escuela
y tú la pasabas dejando.
La llevabas bien apretada de la mano
y no la querías dejar con la maestra.
¿Se acuerda de eso?
Ni veía
tu carita tan seria y preocupada
por dejar a tu hermanita.
La has cuidado bien y es una niña feliz.
Sí, ella me alegra la vida.
¿Y dónde está tu propia alegría, Ruth?
Tu luz.
¿Qué luz?
Esa luz que todos llevamos dentro.
He visto esto
y sé que tratas de ocultarla.
¿Pero sabes qué?
Te está pidiendo que la dejes salir.
Ay, doña Marta, No entiendo.
No importa.
Llegará el momento.
Acá está una de fresa y la acabo de llana.
Gracias.
Aquí tiene, don Juan.
Vamos.
Sí que se tardaron.
Ya casi me acabo la granizada.
Pero ya llegamos.
Qué bueno que tu suegra nos invitó.
¿Cómo que suegra?
Ay, no le hagas caso, doña Marta.
Ya sabes cómo bromea esta patoja.
Pero si te gusta Rogelio. No es cierto.
No pasa nada, Ruth.
Tener novio
no es cosa del otro mundo. ¿Qué?
No estoy lista. ¿Lista para qué? Para.
Para enamorarme.
Ay, Ruth. En el corazón nadie manda.
¡Gol!
¡Gol!
Rogelio metió el gol.
¡Bravo, Rogelio! ¡Bravo!
Mira, Ruth. Rogelio te escuchó.
Y viene para acá.
Toma mi mano.
Entérate más sobre. Toma mi mano.
El audio novela
y los recursos disponibles en Triple W.
Punto.
Toma mi mano, Punto F o síguenos en
Instagram y TikTok como toma mi mano VSA.
No te pierdas nuevos episodios
cada miércoles.
Escúchalas en Spotify, YouTube
y Apple Podcast.
Este proyecto fue desarrollado
por Population Media Center.