Jefferson le vende la moto al Diablo para poder pagar la deuda del hospital. Alex llega a su casa y se encuentra a Gabriel molesto. Este le dice que se vaya. Verónica le confiesa a su mamá que está embarazada.
Es el momento de empezar de nuevo juntos.
Volver a nacer.
Toma mi mano. No.
Bueno.
¿Me vas a dar los nombres o qué?
¿Nombre? Gabriel.
No friegues a querer vender la moto.
¿O no? Sí, pero no así.
Yo no voy a meterme en tus rollos.
¿De qué rato
estuvieras metido aquí conmigo?
Estarías haciendo bisnes.
No tuvieras estas penas.
Nada que ver. Vos
sabes que esas cosas no me llegan.
Acordate lo que le pasó al Marvin.
A ese Se murió por Maje.
Vos sos más pilas.
No, eso, sino vos.
Tengo necesidad, pero eso no.
Lo que pasa es que te agarra las
ESO a la onda.
Dame dos nombrecitos de esa gente picuda.
No, vos no te estoy diciendo pajas.
Ah, mirá, por los nombrecitos.
Hasta 10.000 te puedo dar.
Y si todo sale bien, hasta la moto
te devuelvo.
Pensalo, hombre.
Pensalo.
No, vos solo la moto. Cómprame 4000. Dame.
Oh, chicas. Vos, Jefferson.
¿Crees que soy gente del mercado?
¿Que va a 3500?
Pues ya me estás liando.
Vos Si quieres salir, vivo de aquí.
Andate ya. Dame los 3000. Pues
te das
cuenta que aquí se hace lo que yo digo.
Pero como me sacaste de onda,
ya no te voy a comprar nada.
Que no vos, Gabriel, no seas mala onda.
Pagas.
Hombre,
solo quería ver la cara que ponías.
Menos mal.
Quítale todas esas ondas de tu chavita.
Pues más. Ahorita se las quito.
Ya Ábreme la puerta.
Despedirte de tu moto
en lo que saco las varas.
Pues tal vez en eso pensar bien las cosas.
Si te animas con lo que te dije,
al menos llevo de regreso tus calcomanías.
Suerte tenés vos, Jefferson.
Cabal, tengo los 3000 paquetes,
sino solo 2000 te hubiera dado.
Ya vas. Capaz que tenés los 6000.
Ahí va.
No te pases.
No son paja, son pajas de una vez.
Y mejor Salfate que yo tengo que hacer.
Gracias, Gabriel.
Las llaves las tenía Simon.
¿Que vas a contar el pisto Este? Si, come.
Miércoles, Jefferson.
Si no confías en mí, dame esa onda.
No, hombre, tranquilo.
Yo lo estoy guardando.
Mira, más te vale. Está bueno.
Pues buena onda, Gabriel. Abusado. ¿Ves?
Ah, se me estaba olvidando
tener la tarjeta de circulación.
Órale.
Y que conste que vos sos
el que perdés al final.
A mí me trajo cuenta comprarte la moto
porque estoy ampliando el negocio.
Y si te arrepentís, ya sabés.
Está bueno. Pues.
Vení.
¿Qué querés, Gabriel?
Mirá lo que me dejó el Jefferson.
Y eso que se la compraste.
Aquel que anda bien pisado dice que su
mujer está enferma y no sé qué más.
Pues sí, se le nota que anda bien
preocupado.
Pues es bien bruto.
Le ofrecí negocio a huevo.
Así nunca va a salir de penas.
No seas mala onda con aquel.
Aunque la verdad si está Gilera la moto.
Ay Simón, pero voy a hacerle unos cambios
para que se vea más tuanis.
¿Y para qué quieres otra moto?
Pues.
Allá vas a ver.
Buda,
ya tenemos la pedorra
para que la use el pinta
y ese business con el Jefferson
y me vendió su moto.
Pero siempre nos vamos a la que
habíamos visto.
¿Dónde estás?
Mejor venite de una
vez y hablamos con el Pinta
para que empiece con los mandados.
En esta moto.
Toma mi mano.
¡Ja! Me hubiera gustado
ver la cara del Canche.
Bien arreglado.
Yo lo estaba tanteando.
Pero ese Jefferson no aguanta la casaca.
Pues yo. Listo.
Así me llevo la moto de una vez.
Simón, Eso quiero que hagas.
Mira y contame cómo está
la casaca allá en San Jacinto.
Para que te vino a buscar el cross.
Cómo así
que te vino a buscar el cross, Mi amor.
Se te puso al brinco. No me fui. Chau.
Fíjate que hace unos días se topó al Alex
y me mandó a decir que fuera San Jacinto.
¿Qué onda?
Yo pensé que era pura casaca,
que me quería jugar la vuelta.
¿Y por qué no me buscaste
diablo? El Judas.
Vos ya tenías bastantes encargos
importantes, Manu.
¿Y qué? Te fuiste solo.
Simón tenía que entrarle así
para que esa Mara viera que no me rajo.
¿Y cuáles eran los clavos?
Pues un patojo mula que le hizo pleito
al Crusty y le sacó cuete.
Muchas, por lo que juró
eso seguro que lo quebró de una vez.
Pues ganas no le faltaron,
pero con el cuate es parte de su pandilla,
no quiso ganárselo.
¿Y entonces qué te pidió permiso?
¿Me vas a decir para que veas que hasta el
Crafty tiene que consultarme
para cualquier trance?
Salud.
Por el respeto que nos tienen, pues.
Salud, pues, mi Judas.
Y te pusiste de parte del Crusty Gabriel.
Lo que pasa es que me tocó
decirle que tenía dos opciones
hacer que el cuate se fuera del pueblo
o que se las cobrara como quisiera.
¿Y qué pasó?
Logró que se fuera así nada más.
Y abajo de plano se fue ruco.
Ay, no mucha.
Yo no quiero oír eso.
Bueno, sabes nada de la vida, güey.
Ya vas a empezar otra vez vos, Gabriel.
Mira que no me tenés
contenta desde la vez pasada.
¿Y por qué estás más liada
con el diablo por ahí?
Que te cuente él.
No quiero ni recordarme
porque la que se vuelve diabla soy yo.
Es que el Alex me sacó de onda
el día que se fue de la casa.
La chucha y lo defendió.
Ya sabes cómo me pongo.
Yo no me meto en sus pleitos.
Mucha. Y tu carnal se fue.
El diablo
aguanta que acá corre mucho peligro, dice.
¿En serio? Humano.
O sea que se te reveló el patojo.
¿Tengo ganas de darle una buena tranca que
en vez de dejar tranquilo al Alex, seguís
pensando en cómo joderlo?
Ya te he dicho que solo quiero que el Alex
aprenda a ser hombre de a de veras.
Pero eso será cuando él quiera
y no cuando vos lo obligues.
Uh, hablando del mismísimo
hermano del diablo.
Y este que se nos aparece.
Funcionó la invocación.
Me voy a volver puro, muchacho.
¿Que onda ustedes?
¿Puedo pasar?
¿Y vos qué haces aquí? Entramos, Alex.
No le hagas caso a tu hermano. Aquí,
mi diablito.
Ya sabe que si se enoja, pierde.
Y más conmigo. ¿Verdad, amor?
Ni que onda al éxito.
¿Cómo va la vida independiente?
No me jodas vos tranquilo.
Y si calmantes montes va.
Solo vine a recoger unos libros
que tengo que devolver en el instituto
y mis espinilleras
a seguir jugando fútbol base.
Si me llegas.
Alex Me contaron en la farmacia
que fuiste al Estadio Nacional.
¿Es cierto, Simón?
Fuimos con todo el equipo del Renacimiento
Juniors.
Hicimos un entreno por allá
o lo que alzados ese campo.
Está todo en gramilla.
Simón.
Vieras, Judas, como me costó correr ahí.
Sentía que las vainas me pesaban
un chingo.
Así es, Men.
Hace como diez años
fui a jugar al estadio en Villanueva.
Todavía lo tenían bien chilero
y al medio tiempo ya no aguantaba más.
Alex, contale a tu hermano a quien
conociste y conocimos en el mindfulness.
Llegó nuestro entreno.
¿Qué pasado?
Mucha. Tuanis esa onda.
No es para tanto.
De plano ya está todo viejo.
El otro está del seleccionado nacional,
va ex
seleccionado nacional ya ni juega.
Me enojo pues con Alex.
¿Qué le dijo?
Nos felicitó un montón.
Le llegó. ¿Cómo jugamos?
Pues me llegas vos, Alex.
Cuando sea grande,
quiero ser como ustedes.
Qué chilero, Alex.
Seguí jugando también, como siempre.
Vas a ver que puede llegar
a ser tan grande como Memín.
Gracias, muchá. Vaya, mucha casaca.
Pues entre a traer tus chivas y te vas
rapidito.
Tranquilo, no te malito
por gusto se te va a picar el hígado,
mi diablo.
Mejor tomémonos otra cervecita.
¿Porque te enojas tanto?
Pues Gabriel, es que el Alex
no se da cuenta que esta es su casa
y no valora lo que hago por él.
Decíselo amor, pero con modo.
Vas a ver que se queda con vos.
Nel, es mejor que se vaya.
Yo no le voy a rogar
a nadie y menos a mi carnal.
Ya encontré mi chivas, muchacha.
Pues hala, Beibi, te vas de una vez.
Solo acordate de algo,
yo soy tu familia, Alex.
Sí, lo sé, desgraciadamente.
Tranquilo, diablo. Nada, que tranquilo.
Y se me van todo de una vez.
Quiero estar solo.
Nadie, Óiganlo
bien, nadie se burla del diablo y menos
ese patojo de miércoles.
Toma mi mano.
Mucha.
¿Ya terminaron la tarea de mate?
Yo no estoy para tarea de nada.
Para mañana.
Ustedes y vos lucía de plano
que ya lo hiciste solo.
Pero más tarde la hago.
Ay, yo que te iba a pedir copia.
Pues a mal palo te arrimas vos.
¿Y a ustedes qué les pasa?
Están de depre. Vos
ya sabes lo que me pasa.
Yo solo.
Un poco decepcionada
porque también estás embarazada.
Que vos también
te dejas llevar por los chismes.
Uy, pensé que habías aprovechado el relajo
y que le habías entrado al Carlos.
Ni pensarlo.
Es bueno, pero por lo menos deberías
darle una probadita Con el partidazo
que es el Carlos.
Yo estaría hablando de él toda la tarde.
Hablando de partidos.
¿Vos, Bárbara, cómo vas con el Alex?
Él es guapo y buena onda,
pero ya no es igual que antes y como vos
decís, ya le diste una probadita.
Hay mucha.
Cambiemos de tema.
¿Quieren? ¿Ay, pero qué te pasa?
Es que hay otras cosas de que hablar.
No tiene que ser siempre de chavos.
Tenés razón, Verónica ya sólo
va a hablar de bebés.
Ala, vos no seas pura lata.
Está bien, disculpá.
A ver, rufián, contanos cómo
le haces para tapar a la Verónica.
Ya sabes, eso también.
Aquí el que no corre, vuela.
Es que yo le conté que vos
me estás ayudando en esto.
Mi abuela insiste en que le digas de quién
es la prueba.
¿Y no se supone que sos vos la embarazada?
Pues ya se. Desengaño.
¿Pero cómo le dijiste?
¿La verdad, no?
Ella me llevó a la capital
para que me hicieran un examen de sangre.
No la que gruesa es a tu abuela.
Sí, y todo gracias a mi suegrita.
Doña Olga.
Si ella no aguantaría
la idea de que su Carlitos me embarazada.
Así dicen los viejos.
Después están consintiendo los nietos.
De eso no te preocupes.
No siempre. Vamos, Bárbara.
No creo que mi mamá
vaya a ser de esas abuelas.
¡Ay, no! Ya,
ya. Mucho drama para una tarde.
Mejor me voy a buscar a Alex.
La vida es para pasarla bien.
Ahí nos vemos.
Ya casi termino lo de mate.
¿Me puedo quedar a platicar con vos
un rato?
Solo un rato.
Quiero terminar
las otras tareas de mañana.
Es que a mí sí me interesa saber
cómo te va con tu abuela.
Estamos mal.
Si por mí fuera, me iría con mis papás.
Ay, chulita, Pues te quedarás esperando.
Ya ves que ahora cuesta un montón
irse al norte.
Sí, vos
dicen que mucha gente no llega hasta allá.
Eso lo tenés que pensar bien.
¿Y entonces qué pasó con tu abuela?
¿Que dijo cuando supo que no
estás embarazada?
Pues de la cólera.
Le preguntó al doctor
si me hacía otro examen. ¿Otro?
¿Para qué?
Quería saber si soy virgen.
Ala, esa tu abuela.
Pero el doctor le dijo
que eso era algo personal y que yo no
tenía que estar demostrando si era virgen
o no, A la que buena onda ese doctor.
¿Pero ya no sos virgen, verdad vos?
¿Como que no escuchaste, verdad?
Eso es personal.
Es algo mío.
Pero con la Bárbara pensamos que no,
porque el Carlos se pasa todas sus chavas.
Pues eso no es tan importante.
Además,
el doctor nos dijo que la virginidad
no es lo que le da valor a las mujeres.
¿Y qué dijo tu abuela?
Ella estaba conmovida.
No sé si le puso atención.
¿Y entonces te preguntó de quién
es la prueba?
¿Y vos qué le contestaste?
Que no se lo iba a decir.
A estar bien enojada. Pues un poco.
Aunque ella sabe que debió creerme.
Los adultos siempre piensan que mentimos.
¿Y vos cómo vas? Fíjate
que siento náuseas.
No me dan ganas de comer. Verónica.
¿Y entonces qué vas a hacer?
No sé.
Mi mamá como que está sospechando algo.
Y si le decís de una vez
es que se va a enojar.
De todos modos, va a llegar el día
en que se te va a notar.
Pero tengo mucho miedo.
Yo esperaba que Eduardo viniera por mí.
¿Y qué pasó con él?
Lo he llamado y nada.
Aunque él vaya a venir.
Tenés que pensar en qué vas a hacer vos.
Si yo sé, Lucía.
Le voy a contar de una vez a mi mamá
que a ver cómo me va.
Yo sé que es duro,
pero creo que es lo mejor.
Acompáñame, Lucía.
Ahorita mi mamá ya llegó a la casa
y yo sola no me animo.
¡Ay Dios!
Solo porque las dos estamos de cierta
forma metidas en este lío.
No te voy a dejar sola. Ver.
¡Mamá!
¡Mamá!
¿Qué pasó?
¿No ves que estoy ocupada? ¡Mamá!
Tengo algo que decirle.
Apúrate. Háblame de una vez. Es que.
Es que estoy embarazada.
¡Qué voz! ¿Qué?
¿Es una broma?
No, mamá, de verdad estoy embarazada.
¿Cuántas veces te lo dije, Verónica?
Te lo dije.
Que si salías con una panza,
te ibas de la casa.
Doña Rosa.
No te metas, Lucía. Esto es con mi hija.
Perdóname, mamá.
¡Fuera!
Fuera de esta casa sos una cualquiera.
Pero, mamá. Váyanse las dos.
No las quiero en mi casa.
¿Y olvidaste que tenés madre?
Toma mi mano.
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