Verónica les cuenta a sus amigas que su mamá la echó de la casa. Rogelio habla con Jefferson y le cuenta sus problemas. Don Cruz y Doña Betty están asustados porque los pandilleros la están extorsionando.
Toma mi mano.
¿Vos también de la tarea de mate?
No, no la hice.
Bocinas latinas. Va.
La voy a hacer a escondidas.
Si te mira la seño
Claudia te va a mandar un reporte.
No voy a poner el cuaderno de ciencias
encima.
Guarda las cosas. Sentémonos.
Ahí viene Claudia. ¡Apúrate! Jóvenes.
Buenos días. Buenos días.
Claudia odia.
Vamos a seguir
con el tema de la clase anterior.
Recordemos un poco.
¿Quién me dice qué estudia la genética?
Estudian los genes
y los mecanismos que regulan
la transmisión de los caracteres
hereditarios.
Ay, gracias, Bárbara.
¿Ahora, a que le llamamos
gameto femenino y gameto masculino?
Al óvulo y el espermatozoide.
Excelente, Lucía.
Y la unión del espermatozoide con el óvulo
se llama
metida de poto.
Ay, Carlos, muy chistoso.
Ahora contéstame tú.
Mejor que lo diga Lucía. Se llama cigoto.
Muy bien, Lucía.
A ver, Verónica. ¿Cómo se le llama?
La etapa inicial del desarrollo humano
dentro del útero.
Se llama.
Se llama.
Se llama.
Pasamos a la Verónica Sierra.
Ese es embrión.
Seño Claudia.
¿Podemos salir con Verónica?
¿Puedo ir yo también? Está bien.
Pero sólo ustedes tres.
Bueno. Bueno. Aquí no pasó nada.
Sigamos la clase.
¿Qué es el feto?
Que pulsos
de la seño Claudia
para preguntarte a vos lo del embrión.
Verónica Es cierto que el tema de ciencias
tiene que ver con el embarazo.
Pero no te des color.
Así todo el mundo se va a enterar
antes de tiempo.
No es por eso. Es que.
Es que. ¿Qué diablos te pasa?
Es que le
conté a mi mamá que estoy embarazada
y me echó de la casa.
Es cierto.
A la voz. Que pena.
Yo no creí
que tu mamá iba a decir algo así.
Vos me dijiste que tal vez se iba enojar
y que se le pasaría.
Pero yo no
te dije que fueras corriendo a contarle.
Yo tampoco
me imaginé que iba a pasar esto.
Y a mí también me cayó.
Sí, estuvo fregado mucho.
Me dijo que soy una cualquiera.
Que era la deshonra de la casa.
Pero a tu mamá le pasó igual.
Por eso no esperaba que yo repitiera
la misma historia.
Qué mala onda.
Me gritó y me repitió un montón de veces
que me olvidara que tenía mamá.
Yo pensé que lo dijo
sólo porque estaba enojada.
No, que era en serio.
Qué gruesa tu mamá.
Y ni siquiera le dejó sacar su ropa.
A las dos nos echó.
Me salí con lo que tengo puesto.
¿Anoche? Sí.
Me dijo que no quería volver a verme a la
gran.
¿Ya llamaste, Eduardo? Sí,
pero no me contesta.
¿Le pusiste mensaje, verdad? Como mil.
¿Y dónde te vas a quedar?
No sé. Anoche se quedó conmigo.
Pero tuvo que salir bien temprano
para que mi abuelita no se diera cuenta.
Bárbara.
¿Será
que me puedo quedar en tu casa unos días?
Sólo en lo que viene.
Eduardo. Por mí.
Vos sabés que sos mi amiga del alma.
Pero una cosa soy yo y otra mis papás.
A la voz.
Ayúdame.
Mirá que en la casa de Lucía no se puede.
Si mi abuela no estuviera enojada conmigo,
yo hablaría con ella para que te quedaras.
Pero si yo sé ahorita la única que me
puede ayudar sos vos, Bárbara.
Ay, vos.
No es porque yo sea mala onda,
pero en la casa no hay espacio.
Yo me puedo quedar en cualquier esquinita,
pero es que acordate
que mis hermanitos molestan mucho.
Y en tu 4.º ya te dije que
mis papás son llenos de cuentos
y no creo que me den permiso para que vos
te quedes.
De veras,
Cómo quisiera regresar en el tiempo,
pero sin olvidar lo que estoy viviendo.
Ay, Verónica,
No sé por qué no pensé mejor las cosas.
¿Por qué no me cuidé?
Pero tenés que pensar en tu futuro
y en el futuro de tu bebé.
¿Qué futuro, Lucía?
Mi mamá no me apoya.
Ustedes no me pueden ayudar.
Estoy en la calle.
¿Cómo te confiaste
que Eduardo se iba a proteger?
Vos tuviste que protegerte.
Bárbara, tenés razón.
Pero ya está hecho.
Yo no puedo ayudarte con eso, Vero.
Verónica. ¿Sabes qué? ¿Qué?
¿Te vas a venir a mi casa?
No sé cómo le vamos a hacer,
pero no te vas a quedar en la calle.
Y de mi abuela me encargo yo.
Toma mi mano.
Buenas tardes, doña Marta.
Eh, Rogelio.
¿Que onda vos? ¿Qué tal, Jefferson?
¿Cómo siguió Andrea?
Todavía sigue en el hospital.
Qué mal.
Sí, hombre, del hospital Vengo ahorita
y me quedé aquí en el parque.
¿Y tú estás bien, mijo?
Sí, doña Marta.
Sólo estoy preocupado.
Rogelio ya me contó lo que están pasando.
Pero lo importante, mijo,
es aprender de estas situaciones.
Ya no sé ni que pensar, doña Marta.
Si hubiera actuado desde el primer día
que Andrea me dijo lo del retraso,
otra historia sería. Pero lo hubiera.
No existe.
Lo que hay que hacer
ahora es buscar la solución.
Pero para esto creo que ya no hay, Para
todo hay salida, Jefferson No importa.
El problema que sea.
Si vos, Jefferson,
ya sabes que contás con nosotros.
Gracias, Rogelio.
Mijo,
por qué no te quedas un rato con Jefferson
Así yo aprovecho
y me adelanto al puesto de doña Betty.
No tengan pena.
Mucho hacen con preocuparse por nosotros.
No es molestia. Me extraña. Jefferson.
Vaya, mamá.
Me voy a quedar un rato.
No, vos no te preocupes.
Yo estoy bien.
Déjate acompañar, Jefferson.
Todos necesitamos de alguien
con quien hablar.
Y qué mejor que platiquen ustedes dos
que tienen la misma edad.
Cierto.
Por dos meses
soy más grande que vos, Rogelio
Cabal.
Bueno, los dejo.
Y Jefferson,
si en algo puedo ayudarles, llámenme.
O lleguen a la casa.
Por favor, dile eso a Andrea.
Muchas gracias, doña Marta.
Ay. Me avisas cuando Andrea
ya está en tu casa para ir a visitarla.
Sí. Yo le aviso que estés bien, Jefferson.
Todo va a mejorar. Vas a ver.
Gracias, doña Marta.
Eso es lo que quiero. ¡Ay!
¿Me alcanzas, Rogelio?
Sí, mamá.
Que buena onda es tu mamá.
La verdad, sí. Siempre quiere ayudar.
Gracias por quedarte un rato, Rogelio.
Sinceramente,
si Necesito hablar con alguien.
Y yo también. ¿Y vos de qué?
Pues no.
Solo vos andás pasando problemas,
pero de seguro no son tan complicados
como los míos.
Bueno, tal vez no, pero igual me hacen
pensar un montón de cosas que después.
Sobre Ruth.
No sé qué pasa con ella. ¿Ya son novios?
Brincos viera.
¿A la gran no le has caído?
No. Bueno, de declararme así de una vez.
Todavía no. Ahora sí que son lentos.
No es eso.
Es que
no he encontrado el momento para hacerlo.
Y al parecer nunca lo vas a encontrar.
No es por desanimarte, pero como vas
de una vez, me matas mano.
Y yo queriéndote pedir algún consejo.
¿A mí si tal vez vos me puedes decir
como puedo declararme o algo así?
¿A que palo te arrimado Rogelio?
Ahorita estoy bien fregado.
Ni sé qué hacer conmigo.
No creo que en este momento
pueda darte un buen consejo,
pero sabes que tienes mi amistad.
Yo sé.
Lo que pasa es que creo que también me
está ganando la desesperación.
¿Y por qué no le he dicho nada?
Lo he intentado, pero a veces me confunde
cómo actúa cuando todo parece estar bien.
Nos reímos.
Hasta me atrevo a acercarme y casi
estoy seguro que ella siente lo mismo
y de repente que se porta totalmente
diferente.
Ayer estábamos aquí en el parque.
Yo estaba listo para pedirle
que fuera mi novia y de la nada
me dijo que ya no la buscara
más y se fue sin decirme mayor cosa.
Qué raro.
Si eso es lo que me deja pensativo,
pues creo que al final es mejor así
como así.
Que no te haga caso.
Así te evitas todos los clavos que vienen
cuando uno ya está casado.
No, Jefferson, Yo pienso diferente.
No, hombre.
Mírame como estoy.
¿Me vas a decir que ya no quieres, Andrea?
Cómo vas a creer.
Claro que la amo. ¿Te das cuenta?
El asunto es que problemas
siempre van a ver esté o no casado.
Y si es de escoger,
yo prefiero superar los problemas.
Acompañado que solo.
¿Y me pedís consejos a mí?
Es que de veras estoy enamorado de Ruth.
No puedo dejar de pensar en ella,
en esa sonrisa, en sus ojos
que a veces parecen tristes.
Pero hay una gran luz en ellos.
Y esa luz es la que busco todos los días.
Y la luz del final del túnel de
los hombres. ¿Es en serio?
Son pajas.
¿Y por qué no le decís eso?
Pues no sé cómo.
Así como lo acabas de decir
con esa cara de chucho triste.
No friegues vos, Jefferson.
Y la querés así
como para casarte con ella.
Estoy enamorado de ella.
Y con el tiempo
sabremos si somos el uno para el otro.
Pero yo creo que sí. Piénsalo
bien, Rogelio.
Siempre he pensado en formar una familia
cuando llegue la persona indicada.
Pero hoy compras cada primero.
Así Eso fijo.
Ahí tengo unos mis ahorros. ¿De veras,
Simón?
Desde que empecé a trabajar
en la cooperativa, estoy ahorrando.
Qué cabrón sos.
Mira a los consejos de mi mamá.
Vos, Rogelio, ya que tenés tus ahorros.
¿Me presta dinero así de buena onda?
Toma mi mano.
Harina de paja, Mariscos, lengua, torta.
Esta semana pasan pidiendo la cuota
que tenemos que pagar.
¿Qué vamos a hacer? Cálmate, Betty.
¿No te hace bien ponerte así?
¿Y cómo querés que me ponga?
Esos ladrones son unos desalmados y vos
nunca estás.
Sí, Betty,
pero a vos no te han pedido nada todavía.
Pero es porque no me han encontrado
con el puesto abierto.
Pues si no nos han dicho nada
aún, no nos demos por enterados.
Cruz,
Yo prefiero cerrar de una vez el puesto.
No quiero venir más al mercado.
No te dejes vencer por el miedo, Betty.
Cerrar el puesto no es la salida.
El comité ya dio parte a la policía.
Bueno, tu cruz, doña Betty.
¿Qué tal, don Goyo? ¿Cómo le va?
Pues acá. Preocupado, hombre.
¿Verdad que esta semana pasan
pidiendo lo de la extorsión, don Goyo?
Mañana pasan ustedes.
¿Y qué va a hacer don Gay?
Pues yo sí voy a venir.
Esos cabrones no van a asustarme
tan fácilmente.
Hay que mantener la calma.
¿Cómo va la denuncia
que se hizo la policía?
Pues vinieron un rato al día siguiente
y después ni sus rastros.
Dizque están investigando.
Ay, esos jodidos nunca hacen nada.
No vengamos mañana.
Cruz, por favor, escúchame.
Está bien.
Betty, No vengas mañana
si así vas a estar más tranquila.
Es una tristeza que perdamos la venta
por eso.
¡Sinvergüenza!
Pero yo antes muerto
que darles un centavo.
Hay que traer a la policía mañana.
La gente está amenazada
para que no vayan a la estación.
Y tienen orejas dentro del mercado.
¿Pueden creer? Sí, don Goyo, le creo.
Esa gente está bien organizada
para hacer sus movidas.
Y ahí lo buscan en su puesto.
Me voy, amigos.
Se me cuidan mucho.
Por favor. Nos vemos, don Goyo.
Cuídese. Usted también.
Buenas. Ah.
¿Cómo están? Estas con las ganitas,
Doña Betty.
¿Qué tal, doña Marta?
¡Ah, tres, que chelitos! Las tengo.
Qué bueno verla, Doña Marta.
Buenas, Don Cruz.
Qué gusto encontrarlos juntos.
Y esa cara de afligida doña Betty.
Ay, estoy bastante asustada.
Nos están cobrando
extorsión acá en el mercado.
Fíjese. Ay, algo escuché hace unos días.
Pero esas preocupaciones A usted
le enferman más de la cuenta.
¿Ya viste, Cruz? ¿Viste que te lo dije?
Pero no hay que dejarse vencer ni por los
achaques ni por los extorsionistas.
¿Y qué podemos hacer, doña Marta?
Tenemos que buscar una solución
todos juntos.
Ya empezó
a subir el precio de los productos
y eso debe ser
para poder pagar la extorsión.
Esto nos afecta a todos, También
a los que venimos a comprar.
Doña Marta tiene razón.
Este problema es de todo el pueblo y
tenemos que hacer un frente todos juntos.
Cruz, no te vayas a meter en problemas.
Por favor.
Pidámosle al alcalde
que junte a todo el pueblo.
Solo así tenemos una oportunidad
de que el miedo no nos gane.
Voy a pedir audiencia
para la próxima semana.
Mamá,
La estuve buscando en todo el mercado.
Parece que se anda escondiendo.
Tan exagerado, mijo.
Buenas, doña Betty.
¿Qué tal, Rogelio?
Profe Cruz.
Pensé que andaba
dejando producto por Santa Apolonia.
Regresé temprano. Rogelio.
La descarga fue rápida
y me vine de una vez.
Yo la iba a ir a buscar más tarde
a su casa.
Tengo un par de cosas que contarle.
No muy tarde. Por favor, mijo.
Hoy me siento muy cansado.
Rogelio, no creo que sea buena idea
ir a su casa hoy.
Mejor déjalo para otro día.
No tenga pena, doña Marta.
Pero ya que estás aquí, contame, Rogelio.
Así te ahorras el viaje a mi casa.
Es que se recuerda, profe,
que estuvimos hablando de que en San
Juan necesitamos que los jóvenes se ocupen
en cosas constructivas.
¿Ay, Cruz, ya le metiste en la cabeza
tus ideas locas al pobre Rogelio?
No, doña Betty,
yo también creo que es necesario
que los patojos tengan espacio
para entretenerse y también para aprender.
Así evitamos que hagan cosas
que los perjudican.
Pues fíjense que anduve en Comalapa
hace unos días
y conocí a un grupo de chavas y chavos
que están bien organizados, hacen música,
pintan, también hacen teatro
y tienen proyectos productivos en serio.
Aquí también podemos hacer eso.
Rogelio Y así los chavos se entretienen
en actividades positivas.
Ahorita estábamos hablando con tu mamá
de ir con el alcalde de una vez.
¿Le puedo pedir la autorización
de usar el salón
que está abandonado
cerca del campo de futbol?
Sí, y lo podemos mejorar
y pintar con murales y escenas
chilenas de cómo es la gente de San Juan
y de la historia del pueblo.
Hasta grafitis artísticos se pueden hacer.
Y si buscamos financiamiento, los patojos
van a tener un lugar para distraerse
y aprender arte y oficios productivos,
como lo que viste en Comalapa.
Ay, qué bonito se oye. ¿Ya vio doña Betty?
Hay que unirnos
para denunciar la violencia, pero también
tenemos que cuidar a nuestros jóvenes.
Yo creo que los patojos van a estar bien
contentos con esta idea.
Rogelio.
Sí, profe, será un proyecto bien chilero.
Ojalá no te estés
metiendo en camisa de 11 varas.
Cruz, porque por meterte donde no
te llaman ya perdimos hasta nuestro hijo.
Tu mami mandó.
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