Toma Mi Mano USA

Episodio 52: Peligro en el mercado

Episode Summary

Verónica les cuenta a sus amigas que su mamá la echó de la casa. Rogelio habla con Jefferson y le cuenta sus problemas. Don Cruz y Doña Betty están asustados porque los pandilleros la están extorsionando.

Episode Transcription

Toma mi mano.

¿Vos también de la tarea de mate?

No, no la hice.

Bocinas latinas. Va.

La voy a hacer a escondidas.

Si te mira la seño

Claudia te va a mandar un reporte.

No voy a poner el cuaderno de ciencias

encima.

Guarda las cosas. Sentémonos.

Ahí viene Claudia. ¡Apúrate! Jóvenes.

Buenos días. Buenos días.

Claudia odia.

Vamos a seguir

con el tema de la clase anterior.

Recordemos un poco.

¿Quién me dice qué estudia la genética?

Estudian los genes

y los mecanismos que regulan

la transmisión de los caracteres

hereditarios.

Ay, gracias, Bárbara.

¿Ahora, a que le llamamos

gameto femenino y gameto masculino?

Al óvulo y el espermatozoide.

Excelente, Lucía.

Y la unión del espermatozoide con el óvulo

se llama

metida de poto.

Ay, Carlos, muy chistoso.

Ahora contéstame tú.

Mejor que lo diga Lucía. Se llama cigoto.

Muy bien, Lucía.

A ver, Verónica. ¿Cómo se le llama?

La etapa inicial del desarrollo humano

dentro del útero.

Se llama.

Se llama.

Se llama.

Pasamos a la Verónica Sierra.

Ese es embrión.

Seño Claudia.

¿Podemos salir con Verónica?

¿Puedo ir yo también? Está bien.

Pero sólo ustedes tres.

Bueno. Bueno. Aquí no pasó nada.

Sigamos la clase.

¿Qué es el feto?

Que pulsos

de la seño Claudia

para preguntarte a vos lo del embrión.

Verónica Es cierto que el tema de ciencias

tiene que ver con el embarazo.

Pero no te des color.

Así todo el mundo se va a enterar

antes de tiempo.

No es por eso. Es que.

Es que. ¿Qué diablos te pasa?

Es que le

conté a mi mamá que estoy embarazada

y me echó de la casa.

Es cierto.

A la voz. Que pena.

Yo no creí

que tu mamá iba a decir algo así.

Vos me dijiste que tal vez se iba enojar

y que se le pasaría.

Pero yo no

te dije que fueras corriendo a contarle.

Yo tampoco

me imaginé que iba a pasar esto.

Y a mí también me cayó.

Sí, estuvo fregado mucho.

Me dijo que soy una cualquiera.

Que era la deshonra de la casa.

Pero a tu mamá le pasó igual.

Por eso no esperaba que yo repitiera

la misma historia.

Qué mala onda.

Me gritó y me repitió un montón de veces

que me olvidara que tenía mamá.

Yo pensé que lo dijo

sólo porque estaba enojada.

No, que era en serio.

Qué gruesa tu mamá.

Y ni siquiera le dejó sacar su ropa.

A las dos nos echó.

Me salí con lo que tengo puesto.

¿Anoche? Sí.

Me dijo que no quería volver a verme a la

gran.

¿Ya llamaste, Eduardo? Sí,

pero no me contesta.

¿Le pusiste mensaje, verdad? Como mil.

¿Y dónde te vas a quedar?

No sé. Anoche se quedó conmigo.

Pero tuvo que salir bien temprano

para que mi abuelita no se diera cuenta.

Bárbara.

¿Será

que me puedo quedar en tu casa unos días?

Sólo en lo que viene.

Eduardo. Por mí.

Vos sabés que sos mi amiga del alma.

Pero una cosa soy yo y otra mis papás.

A la voz.

Ayúdame.

Mirá que en la casa de Lucía no se puede.

Si mi abuela no estuviera enojada conmigo,

yo hablaría con ella para que te quedaras.

Pero si yo sé ahorita la única que me

puede ayudar sos vos, Bárbara.

Ay, vos.

No es porque yo sea mala onda,

pero en la casa no hay espacio.

Yo me puedo quedar en cualquier esquinita,

pero es que acordate

que mis hermanitos molestan mucho.

Y en tu 4.º ya te dije que

mis papás son llenos de cuentos

y no creo que me den permiso para que vos

te quedes.

De veras,

Cómo quisiera regresar en el tiempo,

pero sin olvidar lo que estoy viviendo.

Ay, Verónica,

No sé por qué no pensé mejor las cosas.

¿Por qué no me cuidé?

Pero tenés que pensar en tu futuro

y en el futuro de tu bebé.

¿Qué futuro, Lucía?

Mi mamá no me apoya.

Ustedes no me pueden ayudar.

Estoy en la calle.

¿Cómo te confiaste

que Eduardo se iba a proteger?

Vos tuviste que protegerte.

Bárbara, tenés razón.

Pero ya está hecho.

Yo no puedo ayudarte con eso, Vero.

Verónica. ¿Sabes qué? ¿Qué?

¿Te vas a venir a mi casa?

No sé cómo le vamos a hacer,

pero no te vas a quedar en la calle.

Y de mi abuela me encargo yo.

Toma mi mano.

Buenas tardes, doña Marta.

Eh, Rogelio.

¿Que onda vos? ¿Qué tal, Jefferson?

¿Cómo siguió Andrea?

Todavía sigue en el hospital.

Qué mal.

Sí, hombre, del hospital Vengo ahorita

y me quedé aquí en el parque.

¿Y tú estás bien, mijo?

Sí, doña Marta.

Sólo estoy preocupado.

Rogelio ya me contó lo que están pasando.

Pero lo importante, mijo,

es aprender de estas situaciones.

Ya no sé ni que pensar, doña Marta.

Si hubiera actuado desde el primer día

que Andrea me dijo lo del retraso,

otra historia sería. Pero lo hubiera.

No existe.

Lo que hay que hacer

ahora es buscar la solución.

Pero para esto creo que ya no hay, Para

todo hay salida, Jefferson No importa.

El problema que sea.

Si vos, Jefferson,

ya sabes que contás con nosotros.

Gracias, Rogelio.

Mijo,

por qué no te quedas un rato con Jefferson

Así yo aprovecho

y me adelanto al puesto de doña Betty.

No tengan pena.

Mucho hacen con preocuparse por nosotros.

No es molestia. Me extraña. Jefferson.

Vaya, mamá.

Me voy a quedar un rato.

No, vos no te preocupes.

Yo estoy bien.

Déjate acompañar, Jefferson.

Todos necesitamos de alguien

con quien hablar.

Y qué mejor que platiquen ustedes dos

que tienen la misma edad.

Cierto.

Por dos meses

soy más grande que vos, Rogelio

Cabal.

Bueno, los dejo.

Y Jefferson,

si en algo puedo ayudarles, llámenme.

O lleguen a la casa.

Por favor, dile eso a Andrea.

Muchas gracias, doña Marta.

Ay. Me avisas cuando Andrea

ya está en tu casa para ir a visitarla.

Sí. Yo le aviso que estés bien, Jefferson.

Todo va a mejorar. Vas a ver.

Gracias, doña Marta.

Eso es lo que quiero. ¡Ay!

¿Me alcanzas, Rogelio?

Sí, mamá.

Que buena onda es tu mamá.

La verdad, sí. Siempre quiere ayudar.

Gracias por quedarte un rato, Rogelio.

Sinceramente,

si Necesito hablar con alguien.

Y yo también. ¿Y vos de qué?

Pues no.

Solo vos andás pasando problemas,

pero de seguro no son tan complicados

como los míos.

Bueno, tal vez no, pero igual me hacen

pensar un montón de cosas que después.

Sobre Ruth.

No sé qué pasa con ella. ¿Ya son novios?

Brincos viera.

¿A la gran no le has caído?

No. Bueno, de declararme así de una vez.

Todavía no. Ahora sí que son lentos.

No es eso.

Es que

no he encontrado el momento para hacerlo.

Y al parecer nunca lo vas a encontrar.

No es por desanimarte, pero como vas

de una vez, me matas mano.

Y yo queriéndote pedir algún consejo.

¿A mí si tal vez vos me puedes decir

como puedo declararme o algo así?

¿A que palo te arrimado Rogelio?

Ahorita estoy bien fregado.

Ni sé qué hacer conmigo.

No creo que en este momento

pueda darte un buen consejo,

pero sabes que tienes mi amistad.

Yo sé.

Lo que pasa es que creo que también me

está ganando la desesperación.

¿Y por qué no le he dicho nada?

Lo he intentado, pero a veces me confunde

cómo actúa cuando todo parece estar bien.

Nos reímos.

Hasta me atrevo a acercarme y casi

estoy seguro que ella siente lo mismo

y de repente que se porta totalmente

diferente.

Ayer estábamos aquí en el parque.

Yo estaba listo para pedirle

que fuera mi novia y de la nada

me dijo que ya no la buscara

más y se fue sin decirme mayor cosa.

Qué raro.

Si eso es lo que me deja pensativo,

pues creo que al final es mejor así

como así.

Que no te haga caso.

Así te evitas todos los clavos que vienen

cuando uno ya está casado.

No, Jefferson, Yo pienso diferente.

No, hombre.

Mírame como estoy.

¿Me vas a decir que ya no quieres, Andrea?

Cómo vas a creer.

Claro que la amo. ¿Te das cuenta?

El asunto es que problemas

siempre van a ver esté o no casado.

Y si es de escoger,

yo prefiero superar los problemas.

Acompañado que solo.

¿Y me pedís consejos a mí?

Es que de veras estoy enamorado de Ruth.

No puedo dejar de pensar en ella,

en esa sonrisa, en sus ojos

que a veces parecen tristes.

Pero hay una gran luz en ellos.

Y esa luz es la que busco todos los días.

Y la luz del final del túnel de

los hombres. ¿Es en serio?

Son pajas.

¿Y por qué no le decís eso?

Pues no sé cómo.

Así como lo acabas de decir

con esa cara de chucho triste.

No friegues vos, Jefferson.

Y la querés así

como para casarte con ella.

Estoy enamorado de ella.

Y con el tiempo

sabremos si somos el uno para el otro.

Pero yo creo que sí. Piénsalo

bien, Rogelio.

Siempre he pensado en formar una familia

cuando llegue la persona indicada.

Pero hoy compras cada primero.

Así Eso fijo.

Ahí tengo unos mis ahorros. ¿De veras,

Simón?

Desde que empecé a trabajar

en la cooperativa, estoy ahorrando.

Qué cabrón sos.

Mira a los consejos de mi mamá.

Vos, Rogelio, ya que tenés tus ahorros.

¿Me presta dinero así de buena onda?

Toma mi mano.

Harina de paja, Mariscos, lengua, torta.

Esta semana pasan pidiendo la cuota

que tenemos que pagar.

¿Qué vamos a hacer? Cálmate, Betty.

¿No te hace bien ponerte así?

¿Y cómo querés que me ponga?

Esos ladrones son unos desalmados y vos

nunca estás.

Sí, Betty,

pero a vos no te han pedido nada todavía.

Pero es porque no me han encontrado

con el puesto abierto.

Pues si no nos han dicho nada

aún, no nos demos por enterados.

Cruz,

Yo prefiero cerrar de una vez el puesto.

No quiero venir más al mercado.

No te dejes vencer por el miedo, Betty.

Cerrar el puesto no es la salida.

El comité ya dio parte a la policía.

Bueno, tu cruz, doña Betty.

¿Qué tal, don Goyo? ¿Cómo le va?

Pues acá. Preocupado, hombre.

¿Verdad que esta semana pasan

pidiendo lo de la extorsión, don Goyo?

Mañana pasan ustedes.

¿Y qué va a hacer don Gay?

Pues yo sí voy a venir.

Esos cabrones no van a asustarme

tan fácilmente.

Hay que mantener la calma.

¿Cómo va la denuncia

que se hizo la policía?

Pues vinieron un rato al día siguiente

y después ni sus rastros.

Dizque están investigando.

Ay, esos jodidos nunca hacen nada.

No vengamos mañana.

Cruz, por favor, escúchame.

Está bien.

Betty, No vengas mañana

si así vas a estar más tranquila.

Es una tristeza que perdamos la venta

por eso.

¡Sinvergüenza!

Pero yo antes muerto

que darles un centavo.

Hay que traer a la policía mañana.

La gente está amenazada

para que no vayan a la estación.

Y tienen orejas dentro del mercado.

¿Pueden creer? Sí, don Goyo, le creo.

Esa gente está bien organizada

para hacer sus movidas.

Y ahí lo buscan en su puesto.

Me voy, amigos.

Se me cuidan mucho.

Por favor. Nos vemos, don Goyo.

Cuídese. Usted también.

Buenas. Ah.

¿Cómo están? Estas con las ganitas,

Doña Betty.

¿Qué tal, doña Marta?

¡Ah, tres, que chelitos! Las tengo.

Qué bueno verla, Doña Marta.

Buenas, Don Cruz.

Qué gusto encontrarlos juntos.

Y esa cara de afligida doña Betty.

Ay, estoy bastante asustada.

Nos están cobrando

extorsión acá en el mercado.

Fíjese. Ay, algo escuché hace unos días.

Pero esas preocupaciones A usted

le enferman más de la cuenta.

¿Ya viste, Cruz? ¿Viste que te lo dije?

Pero no hay que dejarse vencer ni por los

achaques ni por los extorsionistas.

¿Y qué podemos hacer, doña Marta?

Tenemos que buscar una solución

todos juntos.

Ya empezó

a subir el precio de los productos

y eso debe ser

para poder pagar la extorsión.

Esto nos afecta a todos, También

a los que venimos a comprar.

Doña Marta tiene razón.

Este problema es de todo el pueblo y

tenemos que hacer un frente todos juntos.

Cruz, no te vayas a meter en problemas.

Por favor.

Pidámosle al alcalde

que junte a todo el pueblo.

Solo así tenemos una oportunidad

de que el miedo no nos gane.

Voy a pedir audiencia

para la próxima semana.

Mamá,

La estuve buscando en todo el mercado.

Parece que se anda escondiendo.

Tan exagerado, mijo.

Buenas, doña Betty.

¿Qué tal, Rogelio?

Profe Cruz.

Pensé que andaba

dejando producto por Santa Apolonia.

Regresé temprano. Rogelio.

La descarga fue rápida

y me vine de una vez.

Yo la iba a ir a buscar más tarde

a su casa.

Tengo un par de cosas que contarle.

No muy tarde. Por favor, mijo.

Hoy me siento muy cansado.

Rogelio, no creo que sea buena idea

ir a su casa hoy.

Mejor déjalo para otro día.

No tenga pena, doña Marta.

Pero ya que estás aquí, contame, Rogelio.

Así te ahorras el viaje a mi casa.

Es que se recuerda, profe,

que estuvimos hablando de que en San

Juan necesitamos que los jóvenes se ocupen

en cosas constructivas.

¿Ay, Cruz, ya le metiste en la cabeza

tus ideas locas al pobre Rogelio?

No, doña Betty,

yo también creo que es necesario

que los patojos tengan espacio

para entretenerse y también para aprender.

Así evitamos que hagan cosas

que los perjudican.

Pues fíjense que anduve en Comalapa

hace unos días

y conocí a un grupo de chavas y chavos

que están bien organizados, hacen música,

pintan, también hacen teatro

y tienen proyectos productivos en serio.

Aquí también podemos hacer eso.

Rogelio Y así los chavos se entretienen

en actividades positivas.

Ahorita estábamos hablando con tu mamá

de ir con el alcalde de una vez.

¿Le puedo pedir la autorización

de usar el salón

que está abandonado

cerca del campo de futbol?

Sí, y lo podemos mejorar

y pintar con murales y escenas

chilenas de cómo es la gente de San Juan

y de la historia del pueblo.

Hasta grafitis artísticos se pueden hacer.

Y si buscamos financiamiento, los patojos

van a tener un lugar para distraerse

y aprender arte y oficios productivos,

como lo que viste en Comalapa.

Ay, qué bonito se oye. ¿Ya vio doña Betty?

Hay que unirnos

para denunciar la violencia, pero también

tenemos que cuidar a nuestros jóvenes.

Yo creo que los patojos van a estar bien

contentos con esta idea.

Rogelio.

Sí, profe, será un proyecto bien chilero.

Ojalá no te estés

metiendo en camisa de 11 varas.

Cruz, porque por meterte donde no

te llaman ya perdimos hasta nuestro hijo.

Tu mami mandó.

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