Don cruz se reúne con algunos chicos del equipo para platicarles acerca del proyecto juvenil. Doña Betty anda muy molesta porque Alex está viviendo en su casa. Doña Marta está a punto de enterarse del secreto de Ruth.
Toma mi mano.
Escuche.
Si no corremos ese par de cuadras,
nos agarra el aguacero.
Si nos queda sólo un mes de clases y
mi mamá no quiere que falte el instituto.
No me puedo firmar.
Ay, que delicado, muchacho.
¿Y por qué no se habrá dicho antes
que viniéramos a este salón viejo?
¿Y que vamos a saber nosotros?
Bosques. Su hijo debería saberlo. No.
No jodas. Vos, Alex.
¿Cómo te va viviendo con Don
Cruz? Chilero.
Su casa es más grande que la mía.
Pero con doña Betty.
¿Qué tal patojos?
No se mojaron
porque esos aguaceros enferman a uno.
¿Ya vio que le dije profe?
A su edad, una pulmonía ya no se aguanta.
No, profe.
Llegamos antes que los trancazos de agua.
Profe.
Porque nos dijo que viniéramos aquí.
Pues miren, muchá, es por una buena causa.
Como ustedes saben,
este salón ha estado abandonado por años.
Esta es la primera vez que vengo aquí.
Pasemos entonces, muchachos, y les cuento
la idea que tenemos para este lugar.
Muy. No habrán murciélagos aquí, profe.
No seas exagerado, Diego.
Bueno, ustedes ya saben lo peligroso
que se está poniendo San Juan.
Renacimiento.
Y hay muchos vecinos preocupados.
Sí, profe.
A mi mamá le están cobrando la extorsión.
Y no solo
eso, también hemos tenido problemas
en el campo de fútbol con los pandilleros.
Pero eso es normal, profe Cruz,
En todos los pueblos pasa lo mismo.
No, nada de que eso es normal que pase
no quiere decir que sea algo natural.
Mal de muchos, consuelo de tontos.
¿Pero que se puede hacer entonces, profe?
Los vecinos tenemos que organizarnos
y encontrar soluciones.
Pero mientras eso pasa,
hay algo que ustedes pueden hacer.
¿Cómo así, profe?
Pienso que ustedes pueden enseñarnos que
la organización es posible para ustedes.
Es más fácil
juntarse y hacer cosas unidos.
Así como el equipo de Renacimiento
Juniors.
¿Verdad, profe? Así es, Diego.
Y aquí podemos empezar a darle forma
a una propuesta que hizo Rogelio
para trabajar con jóvenes.
¿Y qué dice el Rogelio?
Pues se le ocurrió
que podemos acondicionar este salón
que nos prestó la Municipalidad
para volverlo un centro juvenil.
Ala, qué chilero, profe.
¿Y en qué podemos ayudar nosotros?
Miren, para empezar
necesitamos que pase la voz
a más chavos y chavas
y darle nueva vida a ese lugar.
Se puede pintar y hacer murales
tanto adentro
como afuera
que muestren la historia del pueblo.
Ay, que aburrido y muy cansado, profe.
Yo no le veo mucho futuro a esto.
Ni el bus, Carlos.
Imagínate a todos
haciendo dibujos y pintando en las paredes
mientras escuchamos música.
Hasta podemos hacer
grafiti afuera sin que nos digan nada.
Siempre que haya orden no hay problema.
Por el momento vayan pensando
qué les gustaría hacer en los murales.
Profe.
¿Y el pisto para la pintura,
los pinceles y las brochas?
¿De dónde lo vamos a sacar?
Jefferson me contó que la empresa
donde trabaja hay un programa que apoya
proyectos culturales.
¿Y será que hay chance
que nos compren la pintura?
Pienso que pueden apoyarnos con eso
y con otras cosas que quiero proponerles.
¿Qué les parece
si hubiera aquí computadoras,
mesas de ping pong, cursos
donde puedan aprender otras cosas?
Pues yo sí le entro, profe.
Yo también le hago ganas.
¿Y vos, Carlos? ¿A la verdad?
Pues ni modo.
Yo también. Así me gusta. Muchachos.
Ahora hablen con todos sus amigos
para que hayan más patojos.
Bárbara y Lucía de fijo
le entran con nosotros.
¿Verdad, Carlos?
Sí, yo le cuento.
Lucía Mañana temprano, profe.
Me parece bien.
Bueno, gracias por venir. Patojos.
Sabía que podía contar con ustedes.
Ahora los invito a una refacción
en mi casa.
¡Ah, qué rico!
¿Y qué hay de comer?
No seas chucho. Diego dijo refacción.
No hay problema, Alex, Vamos.
Y después los voy a dejar a sus casas.
Mañana el otro partido.
Hola, Betty. Ya venimos.
No me dijiste que fueran tantos.
Buenas noches, doña Betty. Permiso.
Buenas noches.
Solo espero que a los otros dos patojos
no los hayan sacado de su casa
y quieran venirse a vivir con nosotros
también.
No seas exagerada, Elizabeth.
Mejor me voy.
Profe. Se está haciendo tarde.
Yo también.
Es que mi papá me va a regañar
si no llevo el pan antes de la cena.
Nos vemos, profe.
Buenas noches. ¡Bah!
Tranquilos, muchachos.
Miren. Llévense sus panes
y una soma para el camino.
¿Cuántos panes, profe? ¿Agarraron?
Diego, Vos dale, tranquilo.
Gracias, profe.
Nos vemos.
Feliz noche, muchachos.
Yo los acompaño.
Regreso más tarde, Profe Cruz.
Asustaste a los patojos, Bety.
Se fueron corriendo.
Cruz.
¿Vos no entendés
que no quiero gente en mi casa?
Suficiente sacrificio.
Yo hago con que ese Alex esté aquí.
Pero pensé que estabas de acuerdo
en que se quedara con nosotros.
Que te haya dicho que podía
vivir en esta casa
no quiere decir que esté contenta
con que el hermano del marero duerma
bajo el mismo techo que yo.
Pues él no tiene la culpa
de lo que su hermano hace.
A mí no me interesa si tiene culpa o no,
lo que no quiero es
que ese patojo se quede mucho tiempo aquí.
Y si tanto lo querés apoyar,
busca un lugar para él y para vos también.
Toma mi mano.
Aguas, Ricardo.
Ahí viene el jefe. ¿Qué onda?
¿Qué andan haciendo?
Trabajando, como siempre.
Como uno no es jefe cabal.
A uno le toca trabajar viernes
hasta tarde, mientras que otros ni bien.
Y los lunes se aparecen tarde.
Sólo para que digan que sí
vino. Callense, muchachos.
Ustedes no saben lo que pasó
este fin de semana.
¿Qué onda?
Te pusiste bien, Ahsoka. ¿Por qué lo
decís vos?
Por la cara que traes. No, vos
sos cárdeno.
Cansado, nada más.
¿Cansado de descansar, tal vez? Sí.
Desde el viernes que no venís.
¿Y qué te pasó, Jefferson?
Nada. ¿Clavos personales?
Mucha.
Te cachó. ¿Tu mujer? De plano me cachó.
¿En qué?
No sé.
Con Mariana, tal vez.
No tiene nada que decir. Va Oscar.
¡Ay, Ay, qué sensible está
el jefecito! ¡Ay!
Ya vas, Oscar, calma.
Hoy regreso.
Mejor que el Ricardo
te cuente qué hay de nuevo.
Ay, ahora los Carito. Se enojó ese Oscar.
¿Entonces qué pasó en estos días?
Pues no mucho.
Solo que hay un nuevo cliente
que nos contactó el viernes.
Pero la licenciada habló con ellos.
Ah, ya vas.
Voy a preguntarle más tarde.
¿Entonces será que está en su oficina?
Yo digo que sí. Hoy no la he visto.
Bueno, voy a revisar mi correo antes,
a ver si hay algo importante.
Buenas tardes, jóvenes.
Buenas tardes, licenciada.
Buenas tardes, Jefferson. ¿Cómo está?
Bien, licenciada.
Necesitaba entregarle
estos archivos. Claro.
Y hay que hacer un reporte
con esos documentos.
Es muy importante para el viaje a San Juan
y debe estar listo para el jueves
a más tardar.
Como usted
diga. Y yo empiezo a trabajar en esto.
Por favor.
Y lo que pueda avanzar
hoy me lo envía por correo.
Yo lo reviso en la noche.
Muy bien, ya se lo envío.
Gracias, Jefferson.
Nos vemos mañana entonces.
Que tengan buena tarde.
Que le vaya bien.
Buenas tardes, licenciada.
Ay, sí.
Ay, sí.
Que le vaya bien, Licenciada.
Se cuida y se va por la sombra.
Culebra. Sombra. ¡Pucha!
¿Dónde estabas vos, Oscar?
Solo fui a llenar mi pachón.
Vaya que no. Preguntó
por vos la licenciada.
¿Y si hubiera preguntado
qué? ¿No puede ir a tomar agua?
Pues sí,
pero siempre que llamo pasa por aquí.
Casualmente vos no estás.
Y ya me mencionó.
Eso no te digo.
Pues al Oscar le pela todo, la verdad.
Sí. Además ya me aburrí de esta empresa
y si me despiden mejor,
así me dan mi tiempo.
Pero así como sos, capaz
que no te dan nada.
Si es así, hago valer mis derechos.
¿Vos qué crees?
Conociéndote, sos capaz de todo.
Me extraña. Araña.
Y qué dijo la Lic.
Vino a entregarle unos archivos
al Jefferson.
A su consentido, dirás. ¿Y vos? ¿Celoso?
Nada que ver.
Para que me pongan más chance
prefiero no ser consentido de nadie.
Ni de Mariana.
Entonces. Ah, ahí sí es otra
cosa. Borrica.
Ricardo.
DT Bueno muchachos, trabajemos
pues ya mucha casaca tenía que ser el
Jefferson vivo.
Vos, Oscar, recordá que hoy
vamos a celebrar.
Me extraña.
Pues yo ya casi termino mi chance
que mañana a celebrar el cumple del Oscar
es tu cumpleaños.
Vos si montes mis 26 primaveras a la voz.
Disculpame.
¿Ay si se me fue la onda
para que veas que si soy cuate te perdono,
pero te vas con nosotros
a celebrar nerviosa
y si no entonces sos cuate o no?
Si, pero y si no puedo acompañarlos
muchá Vamos Jefferson, no seas mala onda.
No hombre, ya vieron que la licenciada
me dejó CHANCE Pero eso no lo
vas a terminar hoy, no tenés hasta el
jueves pues, pero tengo que adelantar.
Además ahorita no tengo dinero.
No seas garra vos, Jefferson, En serio,
he tenido muchos gastos este mes.
Dejalo Ricardo.
La gente regada como cae mal.
Si no quiere que no vaya.
Vamos hombre, baja.
Yo te presto eso si me pagas mano.
No, no vos, Ricardo, recordá
que nuestros cumple siempre.
Vamos a celebrar.
No nos vas a quedar mal ahora, Jefferson.
¿Y a dónde van a ir? Pues donde siempre.
Ahí es tranquilo.
Además, mañana hay que venir a trabajar.
¿O sabes que tampoco nos pelamos?
Pero vos, invitada,
te voy a prestar, que es diferente.
Dejate de cuentos, Jefferson.
Vos sos jefe, tenés pisto,
pero si no querés ir, no vayas.
Va hasta. Bueno, pues te pago después vos.
Ricardo ya sabía yo.
Démosle viaje entonces me llegan muchas
y más te vale Jefferson Ahí se preparan.
¿Pues porque hoy los voy a invitar
a un tequila y ustedes pagan?
Claro.
Toma mi mano.
Vamos al patio.
Silvia, mira, allá está el temazcal ese.
Eso que parece un horno de pan,
solo que en grandote.
Sí, mi hija. Venite.
Más que un horno, es un sauna.
Y ahí vamos a entrar.
¡Uy, qué calor!
Así es el temazcal, Silvia.
Es un baño de vapor curativo. Qué chilero.
Ya había oído de esto,
pero es la primera vez que entro a uno.
Ruth me comentó que hace poco tuviste
tu primer periodo y te dieron cólicos.
Sí, doña Marta, Me sentía muy mal.
Por eso le pedí que vinieran a conocer
el temazcal te va a ayudar a sentirte
mejor, a disminuir el dolor
cuando tengas otra vez tu menstruación.
Y solo
para eso de los cólicos sirve el temazcal,
No, Mi hija
ayuda a recuperarse de otras enfermedades
y también para relajarse. ¡Ah!
¿Y qué hay que hacer, doña Marta?
Recuéstate aquí, donde puse la toalla.
Ah, bueno, mira, estoy poniendo
estas hierbas medicinales
para que te ayuden a relajarte.
Ya me siento como melcocha.
Ay, patoja, lo que se te ocurre ahorita
voy a sobar del estómago.
Esto ayuda para que tu ciclo menstrual
sea menos doloroso.
¡Qué bien se siente!
Lástima que no quise entrar. Mmm.
La verdad es que
Ruth nunca ha entrado al temazcal.
Cuando le diga lo bonito que es,
tal vez se anime.
Sería bueno porque últimamente
la he visto muy preocupada.
Esto le ayudaría a relajarse
y despejar su mente.
De plano le da miedo
y yo soy la más valiente de las dos.
Puede
ser que ella no sienta muchos cólicos.
¿Cómo te sientes?
Siente un poco de cosquillas
y la tripa se me mueve.
No te muevas mucho.
Ya casi termino.
Qué rico huele las hierbas,
doña Marta y el calorcito.
Hasta sueño.
Te puedes dormir con confianza
mientras voy a prepararte
un té calientito de alta misa
que también sirve para los cólicos.
Ay, doña Marta, ahí se apura.
No me voy a dejar mucho tiempo
si no me voy a asar.
No te preocupes, ahorita regreso.
No me tardo.
¿Cómo está Silvia?
Doña Marta Ahí muy contenta.
Y hasta se quedó dormida en el temazcal.
¿Que haríamos en San Juan sin usted?
Es mi trabajo, mi hija.
Acompáñame a la cocina.
Voy a preparar un té para Silvia.
Cuando esté lista la infusión,
puedes entrar al temazcal
para hacerle compañía a Silvia.
Y te relajas. Tú también, Ruth.
No, no, doña Marta.
¿Y eso por qué?
Es que no soporto el calor. Ruth.
El temazcal tiene un efecto medicinal
y sirve para muchas cosas.
Nos limpia por dentro y por fuera.
No es necesario.
¿Qué pasa?
Te veo muy alterada.
Estoy bien, doña Marta. No se preocupe.
Pero algo te está pasando.
Es que últimamente
no he podido dormir bien.
Tengo insomnio. ¿Y por qué?
He tenido sueños raros en donde un extraño
se acerca a Silvia en la oscuridad.
Y yo me asusto mucho
porque no puedo hacer nada.
Corro y corro,
pero no logro alcanzar a mi hermana.
Es tan real.
Me despierto asustada y con la angustia
de que alguien quiere hacerle daño
a Silvia.
¿Pero quién?
¿Has visto la cara
de esa persona en el sueño?
¿Sabes de quién se trata?
No, doña Marta.
Solo sé que no es bueno más que sueños.
Parece que hay algo que te está
provocando mucha preocupación.
Y esa persona que ves representa
temores ocultos en la oscuridad.
O tal vez, como usted dijo,
es un sueño, nada más.
Aunque los sueños dicen mucho
y pueden ser un reflejo
de algo que te preocupa,
no me preocupa nada.
¿Será que ese sueño
tiene que ver con tu secreto?
¿De qué secreto habla?
En Pueblo Chico todo se sabe.
Y yo ya lo sé.
¿Qué es lo que sabe doña Marta?
Que a ti te gusta mi hijo.
Eso sí es verdad.
Y desde chiquito Rogelio vive
enamorado de ti.
Doña Marta, Yo quiero mucho a Rogelio,
pero no estoy preparada para tener novio.
Pero date la oportunidad de conocerlo.
Y él a ti No sé, doña Marta.
¿Qué te aflige?
Eres una joven inteligente y responsable,
trabajadora
y tu familia está completa
Con el regreso de tu tío Antonio.
Completa. Él
es como un padre para ustedes.
No diga eso. Él no es nada para nosotras.
Pero siempre se ha preocupado
por su bienestar.
Usted no sabe cómo es mi Antonio.
En realidad nadie lo sabe.
Ruth, siéntate. Estás temblando.
¿Pasa algo con tu tío Antonio?
¿Qué tienes, mija?
Doña Marta es que él.
Mi tío Antonio.
Me asustas, niña. Dime qué pasa.
¿Qué pasa con tu tío Antonio?
Toma mi mano.
Entérate más sobre. Toma mi mano.
El audio, novela
y los recursos disponibles en Triple W.
Punto. Toma mi mano, Punto F o síguenos
en Instagram y TikTok
como toma mi mano U.S.A.
No te pierdas nuevos episodios
Cada miércoles
escucharás en Spotify, YouTube
y Apple Podcast.
Este proyecto fue desarrollado
por Population Media Center.