Gabriel le cuenta a la Güicha que casi pierde la vida por un negocio y le exige que le dé un hijo. Rogelio le da una tremenda sorpresa a Ruth y se le declara, pero queda muy sorprendido con la respuesta ¿Se llevará una sorpresa?
Toma mi mano.
¿De qué sabor quiere el suero
oral, don Alberto?
Uno de manzana y el otro de cereza,
por favor.
Ahorita se los traigo.
Gracias, seño.
Este suero le va a caer muy bien. Y a ver.
¿Aquí tiene algo más, don Alberto?
No, señorita, Eso sería todo.
A ver.
Fueron cuatro tabletas para la fiebre
y dos frascos de suero.
Son 24 quetzales cabales. Acá tiene.
Muchas gracias a usted.
Y que se mejore.
Qué dice, mi hermosa Gabriel, mi amor.
¿Y ese milagro?
Aquí, mira.
Regresando de la frontera.
No me contaste que te ibas tan lejos.
Pensé que andabas en la capital. Nel.
Con el Judas
fuimos a dejar una caja con mercadería
que me encargaron llevar hasta Tecún Umán.
Ah, por eso te fuiste desde el miércoles.
¿Y todo bien?
Sí, muñeca.
Solo que cansado y maleado.
Uy, qué raro que andes maleado.
¿Y ahora por qué es que todo salió mal?
¿Y eso?
Fíjate que cuando llegamos a una bodega
para entregar el encargo,
los cuates esos salieron con amenazas
y armas y todo el rollo.
Y qué onda, que según
ellos faltaba un par de paquetes
de la mercadería que iban a caja
y nos marcaron de ladrones.
Ay, pero que peligroso vos Gabriel Cabal.
No dejaban de apuntarnos con los cohetes.
Voltea a ver al Judas
y vi que estaba más a huevo que yo.
En esas estábamos
y que cae la tira huincha a la madre.
¿Y qué hicieron?
Se armó la balacera chica.
Las balas me pasaban por la oreja.
A un chavo le pegaron en la cara.
Entonces me tiré al suelo y jalé al Judas.
Nos arrastramos y logramos salir.
Menos mal, amor.
¿Viste, Gabriel?
Deberías dejar de andar en esos líos.
No quiero que te
pase nada. Es mucho riesgo.
Tranquila, agüita.
Vos sabes que tengo siete vidas
como el gato.
No siempre vas a tener tanta suerte.
No vale la pena arriesgar la vida
por esa plata.
A fin toca.
Me arrancó un cacho chucha. Pero ya pasó.
Pérame, Gabriel.
Solo atiendo a los señores y regreso
para que me termines de contar.
¿Buenos días, Que se les ofrece?
Qué lindo bebito. Buenos días.
Fíjese, señorita, que nos recetaron este
jarabe para la tos del bebé.
¿Que precio tiene?
Déjeme ver si tenemos.
¿Estás malito, corazón? ¿Cómo se llama?
Se llama Luisito.
Está un poco
decaído por la tos y los mocos.
Ay, mi chiquito.
Pues si tenemos de ese jarabe, le sale a
30 en esta marca y a 38 en esta otra.
Regalen. No sé. El de 30, por favor.
Con mucho gusto.
¿Necesitan otra cosa? No, solamente.
Aquí tienen.
Muchas gracias. Pase. Buen día.
Adiós, Luisito. Que te mejores pronto.
Ahí comes bien. ¿Oíste?
Muchas gracias. Muy amables. Muy amables.
¿Viste, Gabriel?
Que niño tan lindo.
Sus ojos tan bonitos.
Sí, estaba enfermo, pero
bien chulo que tenés.
¿Sabes qué?
Sí, papi. Decime.
Es que después
de ese rollo de la frontera,
me puse a pensar que si me muero,
no quedaría nadie de mi sangre.
No digas eso. No quiero ni pensarlo.
Sí, es cierto. Puede pasar. ¿Y el Alex?
Pues ni me hables de ese pizarrín.
Para mí es como si no existiera.
No seas así.
Es tu hermano.
No es eso.
Pero ahora sé lo que quiero.
Que es lo que quiero. Azul.
¿Qué? ¿Un muchachito?
Sí, amor.
Imagínate vos y yo con un bebé
como el que entró hace un ratito.
Sólo que más chulito.
¿Qué te pasa, Gabriel?
¿Cómo así?
¿Es que eso de tener bebés
no es así nomás?
Si es por el pito, no te mueves.
A ese niño no le va a faltar nada,
te lo aseguro.
Puede ser, pero yo todavía
no quiero tener hijos.
Yo te estoy preguntando si quieres.
Pues tranquilo, Gabriel.
Las cosas no son así.
Mira, vos sos mi mujer
y yo quiero tener un hijo y punto.
Pero, Gabriel, ya te lo dije.
Vamos a tener un hijo porque yo quiero.
¡Mamá, mi mano!
Adelante.
Permiso, Licenciada.
Pase, Mariana.
Aquí le traigo
todos los documentos que me solicitó.
Gracias.
También está la papelería de las personas
que vinieron esta semana.
Sí, licenciada.
Son diez hojas de vida las que recibimos.
Excelente. En mi tiempo
libre, allá en San Juan.
Las voy a revisar, pero es mucho trabajo
para usted, licenciada Lucy.
Pero no puedo dejarlo hasta que regrese.
Tenemos que seleccionar
ya la gente para las nuevas plazas.
Tiene razón, licenciada.
¿Es que todo se juntó, verdad?
Sí, El viaje. Nueva sucursal es.
Pero es alegre
saber que la empresa va creciendo
y que hay nuevas oportunidades de trabajo.
Eso sí, con tanta gente que lo necesita.
Así es Mariana.
¿Bueno, con usted
ya coordinamos todo, verdad?
Sí, licenciada.
Ya me indicó las tareas que debo hacer.
Cualquier cosa.
Yo le estoy informando.
Bien, Eso sería todo.
Ah, me hizo favor de llamar a Jefferson.
Sí, lo hice.
Solo termina de atender una llamada.
¿Y bien? Gracias. ¿Algún pendiente más?
¿Le puedo hacer una pregunta, licenciada?
¿Diga?
¿Es cierto que usted se va de la empresa?
Es que por ahí escuché algo de que se va.
Ay, Mariana,
Ya hemos hablado acerca de los rumores.
No es eso.
Lo escuché por casualidad de los otros
jefes que iban comentando de los cambios.
Todavía está en proceso.
Por eso no se ha confirmado nada.
Pero no es que me vaya.
Estaría un tiempo en el desarrollo del
proyecto allá en San Juan, Renacimiento,
pero depende de muchas cosas.
Ah, bueno, yo pensé que nos dejaba.
No, por lo menos no todavía.
Pero si le voy a agradecer su discreción.
Mariana.
Ay, qué pena.
No se preocupe, licenciada.
No voy a comentar nada.
¿Necesita algo más?
No, Mariana, Gracias.
Y deja abierta la puerta, por favor.
Bueno, con permiso.
Pablito me mandó un mensaje.
A ver.
Sí, Qué bien. Sí.
Le autorizaron la semana en el colegio.
Bueno, creo que tengo todo listo.
¿Aló?
Mijo, ya vi tu mensaje.
Sí. Qué alegría.
Bueno, nos vemos en la noche
y terminas de preparar tu ropa.
Por favor.
Besitos.
Paz y beso.
Gracias. Permiso.
Buenas tardes.
¿Qué tal, Jefferson?
Siéntese, por favor. Gracias.
Como que está bien animada.
Cómo no.
Sí, Ya. El domingo estaremos en San Juan.
Porque le cuento
que si le dieron permiso a mi hijo
a Pablo para que falte al colegio
la otra semana.
Ah, qué bien Lo voy a conocer. Entonces.
Casi que no iba.
Costó que le dieran permiso en el colegio.
Y porque no le querían dar permiso.
Ya casi terminan las clases.
Por eso mismo.
En ese colegio son muy estrictos.
Vaya que la subdirectora me echó la mano.
Pues qué bueno, porque voy a conocerlo
y ustedes van a pasar tiempo juntos.
Eso espero.
Y dígame.
¿Ya terminó de coordinar todo con Oscar
y Ricardo?
Sí, Giselle.
De hecho, en esta semana ya empezaron
a encargarse de las cosas que hago.
Qué bueno,
porque hoy tiene que quedar todo ordenado.
¿Y habló con Oscar
de lo que tiene que encargarse?
Sí, ya le dije asignada las tareas
y le recalqué
que debe entregar los informes a Mariana.
Muy bien.
Yo también
le encargué a Mariana que esté atenta
y que cualquier cosa
me avise de inmediato.
Aprovechando Itzel, fíjese que un amigo
que trabaja en la Cooperativa de San Juan
me habló sobre un proyecto
que quieren empezar con jóvenes
y desean saber si se les puede apoyar.
¿De qué trata el proyecto?
Pues quieren abrir un espacio
para que adolescentes y jóvenes
puedan aprender algunos oficios,
hacer campeonatos deportivos
y habilitar un salón de computación
para dar clases.
¡Qué bonito!
Proyectos así deben de existir
en todas partes, La verdad, sí.
Y es que todo salió por la violencia de
pandillas que hay últimamente en San Juan.
Me imagino.
Es lamentable que se esté dando
este problema en varios departamentos. Sí.
La idea de esto es que los jóvenes
tengan otras opciones de qué hacer.
Es un buen proyecto.
Iniciativas como esas son las que busca
la empresa para apoyarlas.
¿Usted cree que autoricen el apoyo?
Primero hay que ver cuáles
son los planes que tienen
y aprovechando que la otra semana
voy a estar por allá,
podemos coordinar una reunión
con las personas que están a cargo.
Le parece claro.
Ahorita mismo le voy a avisar a Don Cruz.
Él es el que anda promoviendo todo eso.
Le voy a decir que aparte
un día para la reunión con usted.
Muy bien.
Una actividad más para la agenda.
A eso le llamo un buen comienzo.
Ah, Ahora lo que necesito
es revisar el informe que le pedí. Este
todavía no lo he terminado.
Todavía no.
No. Échele.
Me hace falta revisar unos documentos
todavía.
Jefferson.
Desde el lunes le entregué sus archivos
y ayer tuvo que haber terminado.
Se lo encargué.
Disculpe, Michelle.
Es que son muchos documentos.
Jefferson, sé que estos días le ha tocado
vivir momentos
difíciles con su esposa,
pero no siempre puede estar así.
Pensativo, dolido.
Hay que levantarse y seguir.
Tiene razón.
He tratado de apoyarle
con lo que está en mis manos.
Pero usted debe cumplir
con sus responsabilidades.
Disculpe, Michelle.
Voy a entrarle con todo ahorita
en la tarde
y me comprometo a trabajar en mi casa
para terminarlo.
Si no presento ese informe hoy
a la junta directiva
nos cancelan la visita San Juan.
No puede ser.
Lo siento, Jefferson, pero hoy no
puede irse hasta que termine ese informe.
Toma mi mano.
A la que puntual, Alex.
Ya sabes, no podía fallarte.
Se dice guitarra.
Sí. Don Cruz me prestó esta.
Ya la tengo afinada para tocar aquí.
Excelente.
¿Y en qué momento
quieres que le llevemos la sorpresa, Ruth?
Mira.
Pues cuando se sienta en la banca cerca
de la Fuente Bush, se acercas para cantar.
Vas a ver que va a salir bien.
Era la canción cabal.
Quiero impresionar la voz.
Ruth va a caer rendida a tus brazos.
Esta semana
tuve mucho trabajo que ni sentí.
El tiempo.
Yo también sentí que pasó como un rayo.
Estoy cansada. Quiero ir a dormir.
¿Tan temprano?
Sí, Es que siento que ya ni caminar puedo.
¿Te vas a dormir ahorita?
Sí, pero si apenas son las seis.
Mañana tengo que madrugar también.
No seas así, Ruth.
¿Por qué acompañarme al parque?
Ya te dije.
Van a tocar los de un nuevo grupo musical.
Va a estar bien alegre.
¿Y quiénes son? Pues.
Ay, no sé.
Ya se me olvidó el nombre.
Es que hasta ayer
nos dijeron en la escuela.
Pero es gratis
y vamos a pasar un rato juntas.
No, Silvia, ya sabes que no me gusta ir
cuando hay mucha gente.
Ana no seas así.
Vamos, si van a estar todos mis amigos.
A ellos los ves todos los días.
Acuérdate
que mi mamá no me deja salir sola.
¿O quieres que el
tío Antonio me acompañe? No,
yo voy con vos.
Vámonos.
¿Y vas a salir
con el uniforme del trabajo?
Pero si sólo te voy a acompañar.
Ponete el vestido
que le acabas de comprar a Andrea.
Ay, no.
Ese vestido no es para esta ocasión.
Ponete los.
Se te ve muy bien.
Y además quiero presumir a mi hermana.
No sé.
No te hagas de rogar, hombre.
Va, espérame un rato. Pues.
¿Y si te arreglas tu maquillaje
para verte más bonita?
¿Cómo así?
¿Tan mal me veo?
Es que tenés cara de cansada.
Sólo para que no se te note tanto.
¿Y cómo me veo?
¡Uy, qué guapa!
Ahora sí vas echando chile.
Ay, no molestes.
Voy a ponerme un suéter.
Te queda mejor la chalina. Tenés razón.
Voy a traerla al 4.º.
Apúrate, que no quiero regresar tarde.
Me alegra que vengas a divertirte.
Por vos hago lo que sea.
Gracias, hermanita,
por venir conmigo al parque.
Siempre conseguir lo que querés.
Pero bueno, de todos modos, últimamente
no me dan ganas de estar en la casa.
Así que veamos que
compramos helados.
Está bien, pero andá a comprarlos vos.
Yo me voy a sentar un rato y aquí te
espero.
¡Ay, no!
El chiste es que vayas conmigo.
Vamos. Bueno.
¿Pero a qué hora era lo del concierto?
Como que somos las primeras en llegar.
Qué bueno.
Así nos quedamos hasta adelante.
Pues a ver si no somos las únicas.
¿Dónde andará el Rogelio?
¿Qué decís?
¿Cómo que esos músicos ya no van a venir?
Ah, y me hiciste venir con lo cansada
que estoy.
Ana, parece que tu lugar favorito
ya está ocupado.
Entonces vamos a otra banca.
No, no. ¿Por qué?
Ah, porque es que
es especial para ver el atardecer.
Pero si a vos
no te gustan los atardeceres.
Pero uno puede cambiar. Tenés suerte.
Mirá,
se fueron los que estaban en la banca.
Ahora sí. Anda, siéntate ahí, anda.
Le voy a preguntar
qué pasó con el concierto.
No te vayas a tardar.
Todo es mejor
si con tu voz pintás mi mundo de color.
Después.
No sabía que podías cantar tan bien, Alex.
Es el momento de empezar de nuevo.
Porque en ti puedo creer.
Toma mi mano.
Qué bonita canción.
Me encanta la letra.
La letra de la canción
refleja todo mi amor.
Rogelio. ¿Qué haces aquí?
Le pedí a Alex que viniera a cantar.
Gracias. Vos. Te debo una.
Ya sabes, Rogelio.
Para eso estamos los cuates.
Hablamos al rato,
Ruth.
Además,
te traigo estas rosas con todo mi amor.
Yo no sé qué decirte.
Tú sabes que eres todo para mí.
Rogelio, yo quiero demostrarte que
en realidad estoy enamorado de ti.
Es que no lo merezco.
Sí, te mereces esto y más.
No me esperaba esto, Rogelio.
Es sólo un detalle.
Un detalle.
Eres muy bueno. Y yo.
Tú eres el amor de mi vida.
No digas eso.
Pero es lo que siento, Ruth.
Lo dices porque no me conoces.
Te conozco desde niños.
Y quiero decirte que desde que te vi,
mi corazón comenzó a amarte.
Yo no sé qué es lo que siento.
Escucha tu corazón.
No puedo.
Inténtalo. Es muy difícil para mí.
Ruth, Es importante que escuches
lo que voy a decirte.
¿Qué haces?
¿Por qué me agarras las manos?
Ruth. La canción y las flores.
Todo lo que he preparado para ti es
para preguntarte si quieres ser mi novia.
Rogelio, yo.
Ruth. ¿Qué dices?
Rogelio. No.
No puedo ser tu novia.
Toma mi mano.
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