Rogelio trata de convencer a Ruth y le pide que confíe en él. Carlos aparece con un regalo para Lucia. Una forma de pedirle perdón por no creer en ella. Ixchel llega de visita a San Juan Renacimiento por el proyecto Juvenil.
Es el momento de empezar de nuevo juntos.
Volver a nacer.
Toma mi mano.
Yo creo que ya son novios.
¿Escuchaste?
Si Ruth le dijo que sí.
Desde aquí no escucho nada.
Acerquémonos un poco más.
Sí, Porque con tanta bulla en el parque
no se oye.
No puedo ser tu hijueputa chica, Silvia.
Creo que Ruth le dijo
que no quiere ser su novia.
Ay, no será Abus. Alex.
Mira la cara que tiene Rogelio.
Eso sí se ve bien. Triste.
Ya sé. Vámonos.
Atrás de la fuente.
Ahí Sí. Vamos a escuchar.
Está bien,
Ruth.
¿En verdad no quieres ser mi novia?
Sí, quiero, pero no puedo.
¿Por qué no puedes?
Es que. ¿De qué tienes miedo, Ruth?
No sé. Tú
eres la mejor persona que conozco.
No quiero decepcionarte. Por favor, Ruth.
No pienses así.
Tú eres una muchacha maravillosa.
Te juro que yo viviría para hacerte feliz.
Eso me asusta.
La felicidad es como una espuma
que se pierde en el océano, Rogelio.
No. La felicidad
la construimos juntos cada día, Ruth.
No merezco que me ames así.
Pero eres la mujer de mi vida.
Te quiero, Rogelio,
pero no puedo aceptarte.
No digas eso.
Cierra los ojos y escucha tu corazón.
Mi corazón late muy fuerte.
¿Puedo tomar tu
mano? Rogelio. ¿Lo sientes?
Son nuestros
corazones latiendo al mismo tiempo.
Yo siento que te quiero, Rogelio.
Tú también
me gustas desde que era una niña.
Confía en mí.
Confío en ti.
Pero mírame ahora que estamos tan cerca.
¿Quieres ser mi novia?
Sí. Sí.
Rogelio, Quiero ser tu novia.
Recordaré este beso
como el sello de nuestro amor.
Me siento muy feliz.
Hoy Sí. Ya la hizo Rogelio.
Y te dieron un beso.
Silvia.
¿No estabas en los juegos?
Pues ya ves que no.
Ajá. ¿Vos ayudaste a Rogelio?
Un poquito.
Me lo imaginé.
Te quiero mucho. Y a ti también, Rogelio.
Bueno, tórtolos.
Parece que la música funcionó.
Gracias, Alex.
Tu canción ayudó mucho.
Para eso estamos los amigos. Felicidades.
Nos vemos después.
Gracias, Alex.
No te vayas,
Silvia. ¿Sí? Vamos a celebrar.
¿A dónde?
Veamos.
Creo que te tengo algo especial
en el café de Jenny.
¿En serio? Ya habías pensado en todo.
Pues es algo.
¿Y si no hubiera aceptado?
Estaba seguro de nuestros sentimientos.
Yo también sabía que ibas a decir que sí.
Ay, Silvia.
También quiero que vaya don Antonio.
Doña Teresa.
No, no, por favor.
¿Por qué no?
Así les damos
la noticia de nuestro noviazgo.
Ya conozco a mi mamá
y no va a salir en fachas.
¿Entonces vamos los tres?
Sí, vamos Nosotros.
Ay, qué bonito está el restaurante.
Está lleno de velas. Sí.
Le dije a Jenny que nos reservar esa mesa
en el jardín
y lo iluminará con las velas.
Se ve muy lindo.
Voy a la cocina a ver qué nos
está preparando Jenny y su mamá.
No vayas a hacer travesuras, Silvia.
Te ves tan tranquila ahora.
Hay mucha calma aquí.
No te había visto sonreír así.
Me siento muy feliz contigo.
Y yo soy un loco enamorado de una mujer
hermosa que conquistó mi corazón.
Y tú conquistaste el mío.
Ruth,
quiero que seamos novios formalmente.
Pero ya lo somos. ¿O no?
Pero quiero que en tu casa lo sepan.
¿Cuándo crees que puedo ir a hablar con
don Antonio y doña Teresa?
¿Qué tiene que ver mi tío en esto?
Don Antonio es como un padre para ustedes.
Eso es lo que piensan todos.
Pero no, no es así.
Pero es tu familia
y me gustaría hablar con él.
Y tu mamá. No, Rogelio.
¿Por qué?
Es que al tío Antonio y a mi mamá
no les va a gustar que sea tu novia.
¿Por qué lo dices? Tendrán que aceptarlo.
Eres una mujer adulta
que puede tomar sus decisiones.
Lo sé. Rogelio, pero dame un poco
de tiempo para hablar con ellos.
Es que yo nunca he tenido novio.
Para mí es importante que lo sepan
nuestras familias.
Es que con mi familia
es una situación complicada.
Te pido que me comprendas.
¿Estás segura?
Dame tiempo y yo te aviso.
Cuándo sería el mejor momento
para que llegues a la casa.
Yo no quiero ocultar nuestra relación.
Yo quiero que todos en San Juan
sepan que somos novios.
Y si por el momento no le decimos a nadie.
Pero tú no
quieres que sepan que tienes novio.
Por favor, Rogelio,
todo esto es nuevo para mí.
Déjame primero que lo crea yo.
Te entiendo, pero yo quiero ir
a presentarnos como novios con mi mamá.
Y también en tu casa.
Por favor, no vayas a hablar con mi mamá
ni con el tío Antonio.
Todavía no. Hazlo por mí.
Está bien por ti. Voy a esperar. Ruth.
Gracias, mi amor.
Vaya.
Esperé mucho tiempo para escucharte
llamarme así.
Poder verte a los ojos
y tenerte tan cerca de mí.
Rogelio. ¿Me estás siguiendo?
Pero.
¿Pero qué?
Ahora ya lo puedo decir.
Yo te amo. Te amo.
Toma mi mano.
Verónica.
¿Te sentís
bien, verdad? Ya se te ve mejor. Color.
Sí, Lucía.
Gracias a vos y a tu abuela.
Se han portado muy bien conmigo.
¿Mi abuela tiene sus cosas
buenas, Verdad?
Si vos.
Ni mi mamá me apoya como ustedes
lo han hecho.
Y vaya que doña Marta
nos llevó al hospital y que ahora estás
llevando tu control en el centro de salud
y con doña Marta.
Ya ves que dijeron que era
bueno que ella también me revisara.
Es que ella sabe mucho.
¿Viste que estaba muy preocupada por mí?
No le importó que me acostara en su cama.
Es que te veías muy mal.
Verónica Ahora
ya sabes que tenés que estar tranquila
para que las dos o los dos estén bien.
¡Qué contenta se ven!
Yo quiero saber por qué será
que le contamos
que estoy embarazada.
Ah, eso ya lo sabía.
Y con todo el escándalo
que tenían el otro día,
aunque me hubiera atrapado los oídos.
Pues ahora que ya lo dijimos,
estamos tranquilas.
La verdad,
si nos quitamos un peso de encima.
Bueno, vos. No creo.
Pero por lo menos tenés mejor cara.
Ay, Ángel.
Ya vas a ver.
Hermanito, puedes ir a ver quién es.
Hoy no tenemos ganas de salir del 4.º.
Si es para mí,
les decís que estoy muy ocupada.
Sí. Pues ahí les aviso.
Si es para alguna de ustedes.
Cuñado.
¿Cómo te va?
¿Ya creciste? Un poquito. ¿Vos?
¿Vos crees, Carlos? Ni dudarlo.
Y al final.
¿Qué pasó con aquella revista, Mano?
Pues que mi abuelita se enojó un montón.
Pero ya le pasó. Pues yo digo que sí.
No te preocupes.
A nosotros
los hombres nos dan más libertades.
Carlos. ¿Y qué traes escondido ahí detrás?
Para vos no es puñadito.
Yo te estoy preparando otra cosa.
Lo que traigo es para tu hermana.
Ah, pasa, pues. Lucía, te buscan.
¡Ay! ¿Quién se atreve a buscarme
a estas horas del día?
Ah, hola.
¿Cómo que ah? Hola.
¿Así saludas a tu papacito?
Ay, qué delicado.
Es que ya no te esperaba.
Venite, Vamos a caminar,
que quiero hablar con vos.
Esas rosas son para ti, mi Lucy.
¿Y a vos qué mosco te picó?
Que no puedo ser amoroso
con la mujer a la que tanto deseo. ¡Uy!
Cuidado con lo que deseas.
No arruines este momento.
Vos sabes que te quiero.
¿Para qué es lo que no sé?
No sigas enojada conmigo.
Total,
ya me enteré que no estás embarazada.
¿Quién te contó?
Ni me lo digas.
Seguro fue doña Olga.
¿Qué tiene de malo que me lo había
dicho mi mamá?
Porque ella me quiere lejos de vos.
No le pongas coco.
Lo importante es que no ha sido de otro.
Y que te estás guardando para mí.
No sabes cuánto espero ese día.
Y solo por eso me buscas.
Ya sabes que siempre confié
en que no estabas embarazada.
Pues si de verdad confiabas en mí.
Porque no me defendiste ante mi abuelita.
Porque me dejaste sola.
No te hagas bolas. Ya pasó.
Ahora no tengo ningún impedimento
para seguir con vos.
¿Sí? Pues qué fácil,
porque hasta ahora me crees.
Mi Lucy.
Vos sabes que mentira es loco.
Nunca había tenido una novia como vos.
No sé, Carlos.
Las cosas contigo son muy complicadas.
Ay, mamita, muchas patojas.
No lo pensaría ni un ratito
y se entregarían en mis brazos.
Pues entonces busca una de esas patojas.
No te hagas la difícil, Lucía.
Yo sé que vos también
quieres estar conmigo.
Es cierto que sos guapo,
pero yo quiero un novio que me escuche,
que sea mi amigo, que crea en mí.
Pues ese novio soy yo.
Mira que sigo con vos,
aunque siempre te hacés la difícil.
Otro ya se hubiera cansado
de estar esperando.
Vos siempre insistiendo con lo mismo.
¿Y no es eso
lo que le gusta a las mujeres?
Pues no sé dónde oíste eso.
Por lo menos yo quiero esperar.
Entendeme. No.
La que tiene que entender sos vos.
¿Cómo así
que vas a ser mía y de nadie más?
Carlos me estás lastimando así.
Ya no quiero ser tu novia.
Vos no me vas a dejar a mí,
Lucía. ¡Soltame!
Ya me cansé de estarte rogando.
Si querés que siga siendo tu novio,
vas a hacer lo que yo quiero.
Pero te voy a dejar que lo pensés.
Carlos, decídete.
¿Seguimos de novios?
Ni Lucy o ya no está bien, Carlos.
Seguimos siendo novios.
Toma mi mano.
Llegamos, licenciado.
Gracias, don Jorge.
Bienvenidos a San Juan, Renacimiento.
Jueves. Buenos días. Buenos días.
Le presento a mi hijo Pablo.
Mucho gusto, Pablo.
A la gran que alto sos.
Más o menos.
Mucho gusto. Sacó la altura de su papá.
Me imagino.
Pablito, quédate aquí con Jefferson.
Voy a bajar una maletas.
No se preocupe.
Yo lo hago.
Qué pena con usted, Jefferson.
No, hombre, no es ninguna pena.
Además, ahí nomás está
la entrada del hotel.
Mejor avanzamos en lo que
don Jorge entre el parqueo.
Tiene razón, Don Jefferson.
Bueno, seguro que si.
Pesan un poquito las maletas de mi mamá.
Esas. Que se las lleve don Jorge.
Entonces.
¿Está viendo Jefferson? No tenga pena.
No es broma, don Jorge.
Al rato salgo a ayudarlo con lo demás.
Bueno, vamos entonces.
Se ve bonito el lugar, mamá.
Sí. Mi hijo, Jefferson
me ha contado muchas cosas de acá.
Y no era cuento que pesaban sus maletas.
Y yo le dije.
¿Jefferson, ahora no sé qué les ayudo?
Creo que sí. Pablito, deme una maleta.
Está bien, Michel. Ya con estas dos puedo.
¿Una carrerita, Pablo?
A ver quién llega primero.
Cargando las maletas.
Listo.
Ahí está la recepción del hotel.
Muchas gracias por cargar con las maletas,
Jefferson.
Yo también ayudé.
Bueno, gracias a ti también.
¿Y qué tal el viaje?
Todo bien, Gracias.
La verdad, no queda muy lejos.
¿San Juan? Sí, Más Hoy que es domingo,
no hay tráfico.
Eso es cierto.
¿Y qué lugares turísticos hay aquí?
Hay unos balnearios.
También hay cerca de los parques
ecológicos donde uno puede acampar.
Y hay canopy.
Sí, en esos parques hay.
Hola, mamá.
¿Vamos ahí? Sí, porfa. ¿Te gusta Canopy?
Le fascina.
Pero a mí
no me gusta que se suba esas cosas.
No seas así, mamá.
Pues si quieren,
podemos ir hoy en la tarde.
Sí, bueno,
yo había pensado algo distinto para hoy.
No, mamá.
Toda la semana vas a estar ocupada.
Al menos hoy vamos a hacer algo divertido.
Apoya esa idea. Mmm.
¿Como que ya se están cayendo
bien ustedes, verdad?
Pues yo digo que sí.
Gracias, Pablo.
Espero que sí nos llevemos bien.
Mira, mamá. Qué chilenas.
Esas columnas que se ven allá.
¿Es cierto, mijo?
Ese es el Parque Central de San Juan.
Aunque ya vayamos al parque,
pues ahí hay unos juegos.
Mira, eso me parece mejor.
En las tardes de domingo ponen ventas de
comida tradicional y hasta marimba.
Ay, qué bonito.
Entonces íbamos a ir en la tarde
y lo bueno es que el hotel está cerca del
parque. ¡Qué bien!
Bueno, creo que ya nos van a atender
en la recepción.
Quédate un rato con Jefferson.
Bueno.
Bueno, Raúl.
¿Vas a invitar a los tragos o no?
Espérate, Sebas.
¿No ves que el Jefferson no llegó a jugar
y no me contesta el teléfono?
Como que lo tiene apagado. Deja al hombre.
Él sabrá qué anda haciendo.
Sí. Por su culpa perdieron el partido.
Y lo que me encabrona es que metido
entre las nagua de esa mujer, ha de andar.
Olvídate de eso.
Mejor venite.
Vamos con el compadre Tomás a echarnos
unas chelas donde abrió el puesto.
Pues aquí no.
Más cerca del hotel ese de caché.
Ah, vamos, Pues.
Bueno, ya está todo listo.
Ya van a llevar las maletas
a la habitación.
Si quieres puedes ir a descansar. Pablo.
Yo subo en un momento. Bueno, mamá.
Nos vemos al rato.
Jefferson. Órale, Pablito. Jefferson.
Qué pena.
Pero le voy a quitar un poco
más de tiempo.
Solo necesito que definamos
unas cosas de la agenda.
Por favor. Con gusto.
Ay, mire.
Pues creo que dejé
mis carpetas en el carro.
Las voy a ir a traer. La acompaño.
Ya regresó Don Jefferson
a traer unas cosas
que tenemos que revisar con la licencia.
Páseme ese maletín, Don Jorge, por favor.
Aquí está, señor.
Muy amable. Gracias.
Ahí adentro vamos a estar.
¿Tiene todo lo que necesita?
Sí. Vamos.
Aquí está la agenda,
Raúl.
Ese no es Jefferson.
¿Dónde? Ahí. Mira.
En la entrada del hotel.
¿Y Hutchins?
Sí, es él.
¿Y quién es esa mujer?
Cómo que se me ha reconocido
la voz, Sebastián. Ajá.
Entraron al hotel.
Mira eso. Ajá.
Ese es mi patojo.
Hasta que aprendió.
Toma mi mano.
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