Toma Mi Mano USA

Episodio 6: Una lesión grave y la sorpresa para Lucía

Episode Summary

¡El Renacimiento Juniors no se rinde! Con el partido empatado, Ángel y Lucía finalmente llegan al campo, pero Lucía se enfrenta a una sorpresa desgarradora: su novio Carlos ha desaparecido. Mientras tanto, Jefferson sufre una lesión grave y necesita atención médica urgente. ¿Qué giros nos deparará el destino?

Episode Transcription

Es el momento de empezar.

De nuevo juntos.

Volver a nacer.

Toma mi mano.

Tal cual.

Mi Rogelio metió el gol. Silvia. Sí.

¡Qué golazo! Rogelio.

¿Viste, Ruth?

Sí. ¡Bravo, Rogelio!

Allá viene Rogelio y viene directa. Muy.

¿Y ahora qué hago?

Dale un abrazo.

¿Estás loca?

Aunque sea dale la mano. Pues cállate.

Vos me ponés más nerviosa,

Silvia. Ahí está el gol.

Pero no te lo puedo dedicar.

La voz se lo tengo que dedicar

a las tres mujeres más lindas del campo.

Ay, Rogelio, sos bien casa.

Qué bien por ti. Por el equipo.

Por todos.

Buena jugada, mi hijo.

Pero andá.

Tus compañeros te esperan para celebrar.

No se vayan.

Tengo que regresar por mi premio.

Yo te voy a comprar agua en lo que termina

el partido.

Ya regreso, Patojas. ¡Uy!

Ay, sí.

Ay, si le cuento.

No digas eso. Mejor vámonos.

Que tenés. Vámonos, te digo.

Quedémonos.

Todavía hay que celebrar aunque no ganen.

El empate

les sirve para seguir clasificando.

Reíte después. Alta, Pálida. Estás.

Creo que me asusté

cuando vi que Rogelio venía Tan loquito.

Estás por él.

Ahí viene doña Marta.

Ya no molestes con eso. Por favor.

A tiempo.

Regresé.

¿Y qué tal las impresiones?

Primero toma un poco de agua y de aire.

Gracias, mamá.

En lo que ustedes platican,

voy a felicitar a Don Cruz por el empate

y porque pudo controlar el problema

con ese muchacho.

Aquí la esperamos, Mamá.

Qué buen golpe echaste, Rogelio.

¿Verdad, Ruth?

Sí, muy bonito.

Bonito.

Hablando de goles, metí

el gol que me pediste, Silvia.

Pero no me lo dedicaste a mí.

No seas así.

Decímelo, que no quiere que me digas.

Qué cosa tenía que decirte yo.

Ni me lo has

dicho. Y Ruth ya se puso rojita.

Qué bonita se ve.

Creo que voy a vomitar mariposa.

No seas grosera, Silvia. Y yo no estoy

roja.

Rogelio, Es el calor.

Bueno, discúlpame.

Ha de ser el calor.

Por eso tu mamá nos invitó

a unas granizadas.

Sí, mi mamá es buena onda.

Está muy orgullosa de ti.

Eso es bueno. Y yo de ella.

Su trabajo no es fácil,

pero siempre está feliz.

Le gusta ayudar curando niños,

recibiéndolos,

atendiendo las señoras embarazadas.

Qué bonito.

Excelente.

¿Y qué paso, Patojos?

Ya decidieron que van a ser

de que doña Marta.

Para ir a celebrar

que Rogelio metió el gol del empate.

¿Vamos a comer Chuco? Sí, buena idea.

Solo voy por mis cosas. Ahorita vengo,

Doña Marta.

Nosotros solo vamos a poder ir un ratito.

¿Y ustedes

qué están haciendo aquí todavía?

¿Acaso no se dan cuenta qué hora es?

Buenas tardes, doña Teresa. Buenas.

Es que nos quedamos platicando un rato,

pero ya íbamos saliendo.

¿Se te olvidó

que tenían que hacer la comida?

Ustedes saben que no me tengo que agitar.

Ya me hicieron caminar hasta aquí.

Cuando quiera doña Teresa, venga a verme.

Yo tengo buenos remedios.

Gracias, doña Marta,

pero son estas patojas que me enferman.

No entiendo

por qué les gusta perder el tiempo aquí.

Buenas tardes, doña Teresa. ¿Cómo estás?

Buenas tardes, Ruth.

Vámonos de aquí, que ya es tarde.

Pero yo las iba a invitar

a comer Algo así.

¿Y con permiso de quién? Ruth.

Y que yo me quedara

aguantando hambre en la casa.

Son unas inconscientes con mi salud y.

Vamos a llevar un yugo. Mamá.

¿Cómo creen que me voy a comer eso

si ya saben que me hace mal?

¿Y vos, Ruth, no tenés nada que decir?

No es culpa de Ruth, Doña Teresa.

Yo le insistí.

Ya, mamá, vámonos a la casa.

Ahorita

pasamos a traer las cosas del mercado.

Rogelio Nos platicamos otro día.

Adiós. Adiós, Ruth. Cuídate.

Ay, yo no sé qué le ves a ese muchacho

si no tiene nada.

Él es muy educado y a su mamá

la quieren mucho en el pueblo.

¿Por qué no te cae bien?

¿Qué te importa?

Mejor apúrense que aquí.

Estoy arruinando mis zapatos.

Y esa cara, Rogelio.

No entiendo

porque doña Teresa trata mal a sus hijas.

Yo siento que está equivocada.

No podemos juzgar a las personas, Mi hijo.

Solo podemos ofrecer nuestra ayuda.

Pero bueno, ya no están las muchachas.

¿Me vas a invitar a comer, verdad?

Disculpe, mamá.

¿Qué quiere de comer?

La dueña de mi corazón.

La dueña de tu corazón Ya se fue.

¿Porque estás enojada?

Porque mi abuelita no entiende que yo lo

que quiero es ir a jugar al campo.

Agarrar turno y sentarte y esperar.

¿Cómo?

Así que mi abuelita tiene muchas cosas

en qué pensar, Ángel.

¿Y eso qué tiene que ver con el partido?

Que a ella le importa más

que vamos a comer mañana y no tú pelota.

Y mejor apurémonos.

Quizá llegamos a ver,

aunque sea el final del partido.

¿Marco, tienes el marco?

Ay, no. Ya terminé el partido.

Ni modo.

Pero ya están tus amigos.

Anda, pelotear un rato y después

nos vamos para la casa.

Bueno, por lo menos voy a que me cuenten

cómo estuvo.

Yo voy a buscar a Carlos.

Bueno, vos. Diego.

¿Qué onda?

¿Cómo estuvo el partido? ¿Qué pasó, Lucía?

No me digas que te lo perdiste.

Sí, hombre,

es que me tocó ayudar a mi abuelita.

¿Y qué pasó?

Todos andan medio alborotados.

¿Qué no pasó?

Hasta trancazos hubo.

¿En serio?

Con navaja y todo.

Ay, sí.

Se pelearon, pero no lastimaron a nadie.

¿Y Carlos? Está bien.

Ya. Fresca.

Fresca.

No le pasó nada a tu amor. Uy.

No friegues.

¿Y qué?

Pararon el partido. No, olvídate.

Quedamos empatados, pero eso nos da chance

para seguir en el campeonato.

A qué buenos. Con razón estás

feliz, Simón.

¿Y Carlos? Pues estuvo aquí un rato.

Preguntó por vos, pero ya se fue.

Ala. Y no me esperó.

¿Espérate

vos, Panqueque no viste al Carlos?

Se fue con una chava.

¿Y quién será? ¿Vos no la viste? No.

Pero vos sabés

que aquel solo con vos quiere.

Bueno, nos vemos al rato.

Órale, pues.

¿Qué onda, Lucía?

¿Viste el partido?

No, Verónica, No llegué a tiempo. ¿Y vos?

Yo sí.

Andaba dando una vuelta con el Maynor.

¿Y no andabas con el panqueque

la semana pasada? Pues tú.

Eso ya pasa.

Ya decidiste por uno.

Qué quieres que.

¿Haga?

Sí, tengo un corazón de condominio.

Bueno.

¿Y no viste a Carlos?

Lo vi de lejos

cuando se fue con una chava.

Bien entrona vos.

Lo llevaba del. Brazo.

Y yo que corrí para ver si lo encontró.

Ay, pero vos ya sabes cómo es el Carlos.

No te va a estar esperando siempre.

¿Por qué decís eso?

Lucía Yo no sé en qué planeta vivís.

Siempre andas ocupada,

no tenés tiempo para salir un rato.

Es que no puedo.

Tengo que ayudar a mi abuelita.

Además, tengo mucha tarea.

Ah, si vos sos de las aplicadas,

pero así no creo que el Carlitos

dure mucho con vos.

No digas eso.

Si a él le gusta que yo sea

de las mejores de la clase porque.

Le ayudas con las tareas.

Eso fijo.

Si a vos también te ayude.

Ah, pero yo soy tu amiga, Es diferente.

No seas mala vos.

Yo sólo te digo que te ponga las pilas.

Si no, cuando sientas adiosito.

Ay, vos, Verónica, sos una loca.

Bueno, me voy porque me están esperando.

Tené cuidado. Sí, abuelita.

Nos vemos en el instituto.

Adiós.

Ángel, Ya nos vamos.

Ya voy. Espérame un ratito.

Pero solo un rato.

Buenas, doña Marta.

Hola, Lucía. ¿Cómo estás?

Bien, gracias. ¿Y tu abuela? Esperanza.

¿Cómo está?

Bien. Ahí. Siempre trabajando.

¿Y eso de una carita estirada?

¿Todo está bien? Sí, todo bien.

Y con quién. ¿Andas?

Con Ángel veníamos al partido,

pero como siempre, llegamos tarde

y ya no encontré a Carlitos.

Sí. Se supone que íbamos a dar una vuelta

por el parque

y cuando terminara el partido.

Pero no me esperó.

Pero no te pongas triste.

Seguro después se va a disculpar contigo.

Él no es de los que se disculpa.

Doña Marta.

Qué bonito que tengas novio.

Pero cuando uno quiere a otra persona,

la trata con respeto.

No lo olvides. No, doña Marta.

Mmm. Mi niña linda.

Qué bien se siente.

Gracias, doña

Marta. Me hacía falta un abrazo.

Pues aquí estoy para darte

todos los abrazos que quieres.

Pero recuerda que tu abuelita también

puede hacerlo.

Habla con ella.

No sé. Mi abuelita está tan ocupada.

Me siento sola y extraño mucho a mi mamá.

¿Papi, Te vas a curar?

Sí, mi amor. Ya va a estar bien. Tu papi.

Mira, Emma, allá está tu rompecabezas.

Empezar, Mauro. Y yo.

Ya voy en un ratito. Anda.

Ay, ese doctor. Creo que me lastimó más.

Bueno, estuvo.

A ver si así aprendes.

Ya, mi amor. Ya No estés enojada, hombre.

Lo peor ya pasó.

A mí me preocupa tu recuperación.

Tenés que hacer reposo.

Y me preocupa cómo te vas a ir a trabajar.

No te preocupes, Andrea.

El doctor dijo que en unos días

voy a estar bien. Eh.

Tal vez mi papá me puede hacer favor

de llevarme estos días.

De tu papá.

Ni me hables. Ya no lo. Aguanto.

Y por qué si no lo andas cargando.

Ya ves, Jefferson, contigo

no se puede hablar en serio.

Son bromas, mi amor. No te vayas.

Escucha.

Pues yo sé

que tengo que hablar con mi papá.

Pero dame tiempo.

Sabes que si le llevo la contraria

sería peor.

Bueno, vos sabrás.

Voy a ver un rato la tele.

Tal vez así se me pase el dolor.

No sé si está bien

que usemos el viaje sin su permiso.

¿Qué tal, doña Conchita?

Pasa adelante.

Gracias, Andrea.

Permiso, abuelita.

Hola, mijita.

¿Cómo está la princesa?

Bien. Peliagudas.

Se dan de cabezas conmigo.

Ahorita

voy solo voy a ver cómo está tu papá.

Ay, mi hijo.

Me vine rapidito.

Ahorita que se durmió tu papá. ¿Qué pasó?

Ay, mamá.

Me lastimaron jugando fútbol.

El doctor me puso una férula

para asegurar el tobillo.

Pero todo bien.

Dijo que la

tengo que usar unos días. Ay, mijo.

Y no le salió muy caro.

Más de mil.

Tal vez.

La consulta, la férula y las muletas.

Doña Conchita.

¿Qué carro? Mi hija.

Pero como Jefferson tiene pisto.

¿Y llevabas ese dinero, mijo?

No, mamá, tengo que ir a pagar.

Por cierto. ¿Dónde tenés el dinero?

Tengo que ir a dejarlo de una vez.

Este ahí te lo doy al rato.

Pero que no se te olvide.

Ay, mi hijo, Las cosas que te pasan.

Y lo peor es que así no puede irse la

moto.

Yo no sé qué va a hacer mañana

para ir a trabajar.

Por cierto, mi hijo.

Sí, también por eso vine. Llamó tu jefa.

Pues le diste mi número.

Sí, mamá.

En el trabajo

tienen los números de Andrea y el suyo.

De plano me estuvo llamando

y no me di cuenta.

¿Y qué quería?

Dijo que te acordaras

de la capacitación de mañana,

que es muy importante

y que tenés que llevar lo que te encargó.

Algo así Le entendí yo. Mi presentación.

¿Y qué vas a hacer?

¿Por qué no la llamas

y le dices que no puedes ir?

Es que no puedo, mi amor.

Mañana llega gente nueva y yo voy a ser

uno de los capacitadores de verdad.

Mi hijo.

Que alegre.

Lo que pasa es que reconocen tu trabajo.

Sí, mamá. La licenciada es buena jefa.

Y como soy un patojo.

Pero también que

te salga lo chistoso

para ver cómo te vas mañana.

Mi hijo Andrea tiene razón.

¿Cómo le vas a hacer?

No sé lo mamá.

Y si le avisa don Aroldo

que pase por mí temprano.

Eso te va a salir caro, Jefferson.

No mucho, mi amor.

Es colectivo y no tengo de otra.

No puedo faltar.

Mañana mi hijo no será mejor así.

Como dice tu esposa. Que llames a tu jefa.

Te va a costar andar en la calle con eso.

No, mamá.

Si todo sale bien, me pueden dar otro

puesto y voy a ganar más que.

Alegre mi hijo.

Y tu papá, que siempre anda

diciendo que vayas a trabajar con él.

Si supiera que te está yendo

bien en tu trabajo.

¿Bueno, ya que decidiste qué vas a hacer?

Yo mejor aprovecho para salir ahorita

que tu mamá está aquí

y que va a jugar con Emma.

Se los encargo un ratito, Doña Concha.

Claro, mi hija.

Sólo que no vayas a tardar mucho,

porque si Raúl no me encuentra en la casa,

se pone bravo.

¿Y a dónde vas a ir? Con doña Mari.

Me dijo que hoy me pagaba un producto

y así aprovecho de una vez

para ir a cancelar al doctor.

¿Dónde tenés el dinero?

Ahí, en el ropero, En mi gaveta, porfa.

Con Enrique se te ve hinchado

tu pie, mijo.

Unos lienzos. Deberías hacerte eso.

Te va a ayudar

para que te baje la hinchazón.

Gracias, mamá.

Ya tomé unas pastillas

que me dio el doctor.

Pero siempre hace. O mi hijo,

Jefferson.

Aquí solo

está lo que habías apartado de la moto.

Toma mi mano.

Entérate más sobre. Toma mi mano.

El audio novela

y los recursos disponibles en Triple W.

Punto. Toma mi mano.

Punto F o síguenos en Instagram y TikTok

como toma mi mano U.S.A.

No te pierdas nuevos episodios

cada miércoles.

Escúchalas en Spotify, YouTube

y Apple Podcast.

Este proyecto fue desarrollado

por Population Media Center.