Don Cruz llega a buscar a Alex, pero este lo rechaza. Don Cruz se queda sorprendido con lo que Alex le dice. Doña Marta revisa a Verónica, ya que Carlos la lastimó, y cuando Marta pregunta qué le pasó, Lucía miente para defender a Carlos.
Es el momento de empezar de nuevo juntos.
Volver a nacer.
Toma mi mano.
Buenos días.
Buenos días,
señorita. ¿En qué le puedo ayudar?
Vengo con la licenciada Hillel. Samir.
Con gusto.
Su oficina es la 202 en el segundo nivel.
Muchas gracias, señorita.
Pase adelante.
Adelante.
Buenos días, licenciada Andrea.
¿Cómo está? Pase, Pase y siéntese.
Disculpe el ruido, pero todavía no
han terminado los arreglos de la oficina.
No. Disculpe. Estoy. Es.
No pude llamar antes
para avisarle que iba a venir.
No se preocupe, Andrea, Que gusto verla.
Pero todo está bien.
No, Licenciada.
¿Qué pasó?
Ya no va a poder venir hoy.
Bueno, al menos no en la mañana.
¿Y eso por qué?
Tuvo un pequeño accidente anoche.
No me diga qué tan serio es.
No es nada grave,
pero sí, fue un golpe fuerte en la cabeza.
¿En la cabeza?
¿Y cómo fui a Israel?
Me da pena decirlo,
pero no le voy a ocultar lo que pasó.
Bueno, si no quiere contarme, está bien.
Lo que pasó.
Es triste,
pero fue por una discusión con su papá.
¿En serio? Sí.
Mi suegro, Don Raúl, lo empujó
y él se golpeó la cabeza con la mesa.
No lo puedo creer.
La situación en su familia es complicada.
No es la primera vez que discuten,
pero sí que su papá lo haya lastimado.
Qué pena.
Me imagino que es muy difícil
para Jefferson.
Pues ya hace cinco años
que empezó el problema entre ellos.
Casi se el tiempo
que lleva de trabajar en la empresa.
La verdad
todo empezó desde que nos casamos
y el haberse ido a trabajar a la capital
es otra de las razones por las que don
Raúl está enojado con Jefferson.
Ahora entiendo por qué a Jefferson
le preocupa que conozca a su papá. Sí.
Y con lo de anoche,
los dos nos pusimos de acuerdo
y decidimos contarle la situación.
Por eso vine.
Pero me hubiera llamado Andrea.
Es que Jefferson necesitaba que le viera
dejar estos documentos allá.
A veces los currículos de sus compañeros.
La próxima semana
empiezo con las entrevistas
y él las iba a revisar primero.
Sí, eso me dijo. Muchas gracias, Andrea.
Y gracias también
por la confianza de contarme lo sucedido.
Ojalá que Jefferson
pueda arreglar las cosas con su papá.
Eso está muy difícil, licenciado.
Jefferson tendría que acomodarse
a lo que su papá quiere que haga
para que se reconcilie con él. ¿Y por qué?
Lo que pasa es que don Raúl no
está de acuerdo con lo que Jefferson hace.
Ay, Andrea. ¿Y usted cómo está?
Como les conté, los problemas de Jefferson
empezaron desde que nos casamos.
Pero bueno, ese es otro tema.
Y depende cómo siga Jefferson.
Entonces viene el mediodía.
Lo importante es que se mejore.
¿Y Andrea?
Sí. Si en algo puede ayudar,
no dude en decírmelo.
Muchas gracias, licenciada.
Créame que con los consejos
que le he dado a Jefferson ya es bastante.
Bueno, el asunto es que le sirvan de algo.
Pues ahí va, queriendo hacer
bien las cosas,
aunque nos está costando un poco.
Y estoy segura que a pesar de
los problemas, van a salir adelante.
Se nota el amor que se tiene.
Gracias, Michel.
Siempre hay roces
entre las familias, Andrea.
Por eso a veces es mejor vivir
aparte para evitar problemas.
Eso decía mi mamá.
El que se casa casa quiere.
Y eso es lo que hemos hablado
muchas veces con Jefferson.
Pero por ahora no se puede.
No hay que perder las esperanzas.
Ustedes son jóvenes.
Tienen toda una vida por delante.
Ahora entiendo porque Jefferson se siente
motivado después de hablar con usted.
Ah, no solamente es con él.
Yo trato la manera que todos los empleados
se sientan incentivados.
Sí, eso me ha dicho él.
Bueno, no le quito más su tiempo.
Iré a ver cómo siguió Jefferson.
Espero que esté mejor.
Y dígale que venga esta mañana,
así termina de recuperarse.
Gracias, Michel.
Se lo voy a decir.
Toma mi mano.
Hey. ¿Que onda, Diego?
¿Qué onda? ¿Todavía estabas durmiendo?
Ayer anduve hasta tarde en unos trances
que me encargó el Gabriel.
¿Y vos qué andas haciendo con el uniforme?
Sí, ya estamos de vacaciones.
Es que estoy en las clases
para los exámenes de retrasadas.
Vos como sos
un nerd. ¿No sabes qué es eso?
Ya basta.
Pero que no te vea el Gabriel,
porque supuestamente ya tendrías
que estar de bandera
ya por el campo de fut.
Si vos.
Pero si no voy al instituto
también se me arman unos líos en la casa.
¿Que para qué te cuento?
¿Y tu papá te ha de dar una buena
o matada, verdad?
Él me pega porque siempre anda bolo.
Mi mamá es la que si puede
me tiran mis chancletas
o si me cacha haciendo algo que no debo.
Y las doñas tienen una puntería
que vos, Alex.
Ya supiste que el domingo en la noche
dejaron enfrente del instituto
unas cajas con las compus que se robaron.
Ah, y que ya se volvieron a instalar.
¿Ya vas?
Solo eran dos y todas destartaladas.
Ni los más servían a la que mala onda.
Pero si fue el Gabriel que se
las robó a vos.
Simón. Y solo por fregar. Pero ni modo.
La gran I.
¿Será
que eso nos va a tocar hacer a nosotros?
No sé, Diego.
Eso depende de lo que decida el Gabriel.
Pues yo creo que tarde o temprano nos van
a mandar a hacer algún trabajito de esos.
Pucha,
de plano alguien busca al Gabriel,
Haceme favor de ver quién es Diego.
Solo me voy a cambiar. Órale.
Don Cruz.
¿Cómo le va?
¿Qué hace por aquí?
Aquí, Buscando a Alex.
¿Y vos vas para el instituto?
Eh. Acabo de salir.
Solo vine a prestarle un libro a Alex.
Es que estoy estudiando
para sacar unas retrasadas.
Ah, Así pues.
¿Y Alex?
Ahorita viene.
Ah, bueno, yo lo espero.
Eh, me tengo que ir.
Ahí le dice al Alex que más tarde
vengo a dejarle el libro.
Dale, yo le digo.
Profe Cruz.
Y el Diego se tenía que ir.
Dijo que después
te pase el libro que le prestaste.
Ah, bueno.
¿Y usted, profe,
qué anda haciendo por aquí?
Pues buscándote por todos lados.
Parece que te estuvieras escondiendo.
Nada que ver, Don Cruz,
aquí en la casa de Estado.
Como ya estoy de vacaciones,
ya he venido varias veces por aquí
y no te he encontrado.
Tenga cuidado que en una de esas
se puede encontrar al diablo.
Mira,
sabes que no le tengo miedo a tu hermano.
El que me preocupa sos vos.
Ya no has llegado
a los partidos de fútbol.
Este fin de semana
empatamos y nos hiciste mucha falta.
Es que eso ya no me interesa.
Debería borrarme la lista del equipo.
Tus compañeros reconocen que sin tus goles
no podemos ganar.
Eso no fue lo que dijeron. La otra vez.
Todos me echaron la culpa
de haber perdido el partido.
Acordate que fue solo Carlos.
La mayoría del equipo
te quieren de vuelta.
Y los seguidores de Renacimiento Juniors
piden que estés en el campo cada domingo.
Se van a quedar con las ganas
porque ya no voy a jugar fut.
¿Me vas a decir que ya no te gusta
el fútbol?
Después de jugar en el Estadio Nacional
te vi más entusiasmado que nunca.
Las cosas cambian, profe.
¿Pero usted que va a entender a Alex?
Yo sé que tu futuro está en el fútbol.
Usted no sabe nada.
No se asuste, profe Cruz. A mí
no me puedes mentir, Alex.
Yo sé que es Gabriel el que no te deja ir.
Si ya lo sabe. ¿Para qué vine a preguntar?
Mejor no se meta.
Lucía está preocupada por vos.
No te alejes de la gente
a la que le importas.
Alex. ¿Qué te está pasando, patojo?
Ya déjeme en paz, Don Cruz.
¿De veras? ¿Es cierto lo que dice Gabriel?
Usted es un viejo mula.
Nunca esperé eso de vos, Alex.
Ya no quiero oír nada.
Y la Lucía es una chismosa.
Ella solo se preocupa por vos.
No necesito que se preocupen por mí.
Ni Lucía, ni usted, ni nadie.
Yo estoy con la gente con la que tengo que
estar.
Alex, yo no soy tu enemigo.
¿Sabe qué, profe?
Así, en buena onda. Váyase.
En serio, No quiero que le pase nada.
Antes de irme, te quiero decir algo.
Mi hijo se murió por meterse en cosas
que no debía y eso lo llevo en el alma.
No quiero que lo mismo te pase a vos.
No, don Cruz, a mí
no me va a pasar lo mismo.
Porque yo no soy Marvin.
¿A la granja que estoy haciendo?
Tomando la mejor decisión, hermanito.
¿Eso es lo que estás haciendo,
Gabriel?
Pensé que no estabas en la casa.
¿Qué tanto oíste?
Lo suficiente para saber que mi hermano
está del lado
que debe estar con el maridito.
Diablo.
Toma mi mano.
¿Seguís con dolor, verdad?
Ya no tanto como ayer. ¿Hoy?
Pero sí tengo molestia.
¿Se le pasó la mano al Carlos hoy?
Yo sabía que es presumido y un poco
abusivo, pero que se portara tan violento.
Eso sí que me asusta.
Que pena con vos.
Yo ya no entiendo qué pasa con él.
Pero por favor,
si alguien te pregunta, no contesta nada.
Es que ya no quiero
más problemas con Carlos.
¿Pero qué?
¿Vas a terminar con él o no?
Ay, Verónica, no me preguntes eso ahorita.
Yo sé que se portó muy mal con nosotras,
pero tengo que pensarlo bien.
Ya voy.
Creo que venimos muy temprano.
Acordate que más tarde
ya no la encontramos.
Niñas.
¿Qué hacen aquí tan temprano?
Disculpe, doña Marta, pero fíjese que
Verónica no se ha sentido muy bien. Mmm.
No se preocupen.
Estuvo bueno que vinieran a verme.
Gracias, doña Marta.
Pasen adelante.
A ver, Verónica.
Recuéstate y me dices qué sientes hoy.
Pues eso es lo que no puedo hacer.
No te puedes recostar.
¡Ay! Es que me duele la colita. Ajá.
Entonces prueba a ponerte de lado.
Despacio.
¿Te duele aquí?
Ay, sí.
Esto no tiene que ver con el embarazo,
pero sí puede afectarlo.
Doña Marta.
¿Es que se cayó ayer y caíste sentada?
Sí, pero pensé que la molestia se
me iba a quitar rápido. Mmm.
¿Y cómo fue? Es que estábamos.
Estábamos bajando la banqueta
cuando se resbaló y cayó sentada.
Entonces tengo que revisarte.
Bien,
porque fue mucha presión para el bebé.
Bueno,
mi niña, ya con lo que te hice,
vas a mejorar.
Debes tratar de caminar despacio
y recostarte con cuidado.
Gracias, doña Marta.
Ya me siento un poco mejor.
Y cuéntenme cómo van las cosas.
Más o menos.
Doña Marta.
Más o menos. ¿Por qué?
A veces quisiera saltarme estos años
y ser mayor de edad
para no tener tantos problemas.
Sí, a mí también se
me cruzan esos pensamientos.
¡Niñas, por Dios!
Y pensar que hay tanta gente que quisiera
regresar a la edad que ustedes tienen.
Es que ya me cansé de tantos problemas.
No solo en la casa, ahora
también en el instituto, en el instituto.
Pero si salieron bien de sus clases
o dejaron retrasadas.
No, lo que pasa es que el director ya no
quiere que sigamos en el instituto
el otro año.
¿Pero cómo puede ser eso?
Es que dice que por cuidar al bebé.
Verónica no puede seguir estudiando
porque no le va a dar tiempo.
Y para echarle más leña al fuego.
Mi mamá cree que yo puedo ser
un mal ejemplo para mis compañeras.
¿Y contigo, Lucía,
cuál es el pretexto de no recibirte?
Ay, doña Marta, es que yo no me podía
quedar callada y defendí a Verónica.
Le dije que él tenía la obligación
de inscribirla.
Entonces nos dijo que no iba a inscribir
a ninguna de las dos.
¿Y a todo esto, qué dice doña Esperanza?
Yo pensé que mi abuelita
nos iba a defender
y que iba a hablar con el director.
¿Y qué pasó? ¿Se enojó con nosotras?
Pues Verónica
tiene derecho a seguir estudiando.
Eso es lo que yo digo.
Y ahora lo necesita más.
Yo aceptaría no estudiar,
pero Lucía, que solo me estaba apoyando.
Verónica tú debes seguir estudiando
y Lucía no debe pagar
por haber dicho lo que pensaba.
El director dice que le falte al respeto.
Nosotros no sabemos qué hacer si doña Rosa
o mi abuelita no hablan con él.
No creo que esto tenga salida.
Voy a platicar con doña Esperanza y doña
Rosa.
Algo tenemos que hacer.
Ya está.
Que nos vamos a quedar sin estudiar.
No, mija, la vida no se acaba
porque vas a tener un bebé.
Hay que echarle más ganas.
Tú puedes salir adelante.
Pero hasta mi abuelita dice que para
cambiar pañales no se necesita estudiar.
¿Por eso, doña Marta,
para qué seguimos de necios con esto?
Tal vez me tenga que conformar.
No, patoja, no te dejes vencer.
Yo sé que los padres sueñan
con que sus hijos tengan oportunidades
que ellos no tuvieron.
Entonces. ¿Y Verónica?
Claro que tu mamá está enojada porque no
esperaba verte embarazada a los 15 años.
En eso tiene razón.
La preocupación de ella es
no saber qué hacer.
¿Qué va a pasar contigo?
¿Cómo vas a salir adelante con un hijo
siendo tan jovencita?
Y con eso
que el papá del bebé ya se hizo el loco.
Eso está muy mal.
¿Verdad que sí, doña Marta?
Verónica, Lo que necesitamos
es que tus papás entiendan
que no pueden dejarte sola.
¿Usted cree que cambien de opinión?
Yo voy a hablar con ellos.
Confiemos en que se arregle la situación
y Verónica pueda regresar a su casa.
Yo no sé si hay alguna solución para mí,
doña Marta.
Nada de eso.
Las cosas se van a arreglar y van a ver.
Las dos van a regresar a estudiar.
Toma mi mano.
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