Toma Mi Mano USA

Episodio 77: Pervertido en casa

Episode Summary

Alex habla con la Güicha y le cuenta que Gabriel lo está amenazando, que no tiene otra opción que trabajar con él. En un encuentro desagradable, Ruth encuentra al tío Antonio espiando a Silvia mientras duerme.

Episode Transcription

Es el momento de empezar de nuevo juntos.

Volver a nacer.

Toma mi mano.

Hoy no.

Oye, Alex.

Apaga eso, Gus.

Ni coco le puse a la chica ni el hombre.

Ahorita buscamos una más chilena.

Una de esas de carros de carreras.

Poné lo que quieras.

Igual ni voy a ver nada.

Tranquila. Agüita.

Ya te dije que no me voy a tranquilizar.

Un día está bien.

Pero ya que Gabriel no venga en dos días

y sin avisar nada.

Eso estaba muy raro.

Pero lo único que nos queda es esperar.

¿Esperar que?

Que nos vengan

a decir que está herido en algún lugar.

O algo peor. No, hombre.

¿Cómo vas a creer?

Yo también estoy al lado.

Pero aquel me dijo que cualquier cosa más

de alguno nos pasa la casaca.

Tal vez, Pero yo le mandé miles

de mensajes desde ayer y no me contesta.

¿De plano tiene descargado el teléfono

o no lo quiere encender?

No creo. Gabriel siempre me contesta.

No te preocupes.

Él sabe cómo hace sus cosas.

Ya va a venir.

Es que además ya me contaron lo de relajo

que se armó en el mercado antier

y que salieron huyendo.

El sánate seguro debe andar con Gabriel.

Y ahora el Judas.

¿Qué pasó con el Judas?

Lo agarró la tira ese día en el mercado.

Fue el único que no la libró porque el

Gabriel ya se había zafado un cacho antes.

Qué rollo vos, Alex.

Dicen que don Gabriel

está grave en el hospital.

Se lo llevaron a la capital de emergencia.

Llegaron corriendo a la farmacia

a comprar gasas y vendas para el bus.

Pero justo

aparecieron los bomberos y se lo llevaron.

Hoy le dieron una gran casa.

Y como ya está viejito,

dicen que está inconsciente.

Simón.

Por eso la gente del mercado

está toda sacada de onda con Gabriel.

Ay, si vos, Alex y yo.

Tanto que le he dicho que eso que hace

no es nada bueno ni para él

ni para la gente.

Un día lo van a agarrar

y lo van a refundir en el bote. Él.

Yo pienso que la tira

nunca lo va a cachar.

Yo siempre pienso que

de repente algo le va a salir mal.

Y vos deberías decirle que

deje la pandilla en lo que estás, guacha.

¿Yo qué puedo hacer? ¿Estás seguro, Alex?

Ya se lo dije un montón de veces

y no pasa nada.

Cada vez es peor.

¿Sabes qué? Ya no quiero hablar de eso.

Voy al patio a sacar un cacho de agua

de la pila para bañarme.

Alex. Alex, vení para acá.

¿Por qué me hablas así?

¿Qué te pasa?

¿Qué quieres?

A ver, Alex.

Yo nunca he sido mala onda con vos.

¿Verdad? Nel,

Vos sos la mera tos con flema.

¿Por qué no querés decirle a Gabriel

que deje de andar en esas ondas?

Es que pienso que a esas alturas

es mejor no decirle nada.

Siempre anda como sacado de onda.

Si le digo algo

así, se va a malear conmigo.

Hay que intentarlo por el bien de todos.

¿No crees?

Sí, pero lo que pasa es que.

Es que yo le estoy haciendo el paro

en los business, al Gabriel,

a la Gran Diabla.

Sólo eso faltaba, que vos también

te metas en camisa de 11 varas.

No, hombre, Alex, no la cantes más.

No, es que tengo que entrarle.

Mira, una cosa es que él sea tu hermano

y otra muy distinta

es meterse en su pandilla.

Ah, es que no me puedo zafar.

No dejes que te arrastre a su rollo.

Seguir jugando fútbol y estudiando.

Aunque él en el equipo ya nadie me quiere.

Y en el instituto tampoco. No lo creo.

Yo sé que en todos lados

la gente te aprecia porque sos amable

y bueno en lo que hacés.

Es que Gabriel encontró

la forma de obligarme.

Tan exagerado que sos.

¿Cómo te va a obligar?

Ni que te hubiera amenazado.

A mí no, Pero me dijo que se va a ir

a una persona que yo quiero mucho.

¿Quién? ¿Don Cruz?

No, Lucía, mi amiga del instituto.

Gabriel me dijo que le puede

pasar algo malo

si no hago lo que a él le interesa.

Ay, no.

Este Gabriel. Cada vez peor.

Me asusta que sea capaz de hacerte eso.

Vos tampoco

le vayas a decir que yo te conté.

No tengas pena. No te voy a quemar.

Pero de verdad que

qué mala onda tu hermano.

Pues por eso lo estoy haciendo.

No quiero que le pase nada a Lucía.

No, Alex,

Tiene que haber un modo. Esa parte.

No puedes hacerle caso a Gabriel y

convertirte en lo que él quiere que seas.

Ya le di vueltas y vueltas,

pero no hay salida de este lío.

Bicha.

Creo que mi destino es ser como Gabriel.

Toma mi mano.

Ya voy.

Jefferson.

Y vos que te perdiste.

¿Cómo así, Carlitos?

¿Así saludas a tu primo? No, hombre.

Lo que pasa es que se me hace raro

que vengas a visitar.

Por eso mismo vengo.

Como ya tenía rato de no verlos, ya más

que visitarnos.

¿Venís? ¿Vos querés?

Ya te pareces a tu mamá.

Pero bueno, de tal palo tal astilla. Va,

pues.

Uy, ya me dio frío.

Solo por eso.

Vos, si no me dejas afuera,

agradecé que te abrí la puerta.

Buscaba algo cuando estoy ocupado.

¿Sí? Pues.

¿Y qué estás haciendo? Jugando.

Yo pensé que haciendo tareas.

No ibas a decir nada. Que aburrido.

Estoy de vacaciones.

¿Vos qué te pasa? Que cierto. Va.

Seguí dándole a la jugada. Pues.

¿Y tu mamá?

¿Está Vos? Nel, Pero ya va a venir.

Fue a la esquina a cobrar.

¿Ya vas?

Voy a esperarla. ¿Entonces no querés

jugar un rato?

No, gracias, Carlitos. Dale vos.

Bueno, como querrás.

Estar en mi 4.º.

Si querés prender la tele,

puede descansar un rato en el sillón,

en lo que espera tu mamá.

Órale, pues no te canses mucho jugando.

No te canses vos,

que ya en el campo llegás.

Y el domingo voy a jugar.

Sí, Pues yo creo que el equipo ya ni

se acuerda de vos.

A eso lo vamos a ver. Órale, pues.

Adiós.

Uy, Jefferson, me asustaste.

Ay, disculpe, tía.

Es que Carlos acaba de subir a su 4.º

y me dijo que la podía esperar aquí.

Casi me da un infarto, mijo.

Exagera, tía.

Cómo no.

Cuando te asustes.

Vamos a ver si decís lo mismo.

Disculpe. Pues.

¿Quiere que le traiga un vaso con agua?

No, tampoco es para tanto, Jefferson.

Así está bien. Solo me voy a sentar.

Sí. Ya volvió

mi tía Olga en cuerpo y alma, mijo.

Bueno. Y eso que estás en mi casa.

Es que vine a buscarla para cancelarle

el préstamo que me hizo.

¿En serio? Sí, tía.

Ya logré juntar todo de una vez.

Pero tan rápido.

Uno que es trabajador

busca salir rápido de sus compromisos.

Pues ojalá le ayudes también a tu papá

para que salga de todos sus problemas.

¿Usted qué cree? Sí,

yo ya le estoy ayudando.

¿De veras?

Sí. Es más, a ver qué día

se echa una vuelta por la finca.

Al menos ahorita

ya se mira más presentable.

¿Crees que solo con limpiar

se van a arreglar las cosas?

No puedes. Pero por algo hay que empezar.

Cuando tengan otra vez

buen ganado y más animales.

Ahí sí te

creo que van mejorando las cosas.

Pero si ahí están mis hermanos.

Come lodo, patojo.

A mí no me molestes así.

Ay, hombre, Estoy bromeando, tía.

Lo que digo es que con mis hermanos

estamos viendo qué hacer

para comprar algunos animales.

Pues piensen rapidito, mijito,

porque a Raúl

ya se le vienen encima.

Lo dice por los González.

Ya sabes a qué líos se metió con ellos.

Sí, yo hablé con el don ese

y no sé cómo,

pero logré que se calmara, que se calmara.

¡Ay, Jefferson!

A ese señor ni el mismo diablo lo calma.

Tal vez andaba de buenas, pero por ahí

escuché que si Raúl no le paga.

Olvídate de la finca.

Será tía.

A esa gente es de tenerle cuidadito, mijo.

Ya me puso en qué pensar.

Yo solo te advierto, Jefferson.

Pero lo bueno es que ese señor no remata

con todos.

El que le debe se las paga.

Vaya consuelo.

Todos nos vamos de corbata con mi papá.

Entonces. Depende, digo yo.

Pero bueno, cada quien con sus problemas.

Gracias a Dios que por lo menos vos

ya me viniste a pagar. Así.

Aquí está.

Gracias, mijo.

No sabes cuánta falta

me hacía este dinerito.

Ay, qué bueno saberlo, tía.

Ay, Jefferson.

Pero aquí falta.

Ah, bueno, Es que como le estoy pagando

por adelantado,

pensé que podíamos negociar un poco.

No puedo creerlo.

Jefferson. Después de que te ayudé.

¿Me venís con esto?

Ah, la tía. No diga eso. Cómo no.

Mira que ese día te di lo único que tenía.

Ay, eso me pasa por ser tan buena

gente. Tía.

Hombre, no sea así

ni por que soy su sobrino.

Me va a dar un descuento.

Negocios son negocios, mijo.

Conmigo no hay descuentos. Ta bueno, pues.

Pero eso se lo pago hasta fin de mes.

Ajá. Pero te subo el interés.

Ah, eso sí que no.

Si estamos en el tiempo todavía.

¡Ay, mi hijo!

Yo también tengo necesidades.

Pero como usted dijo,

cada quien con sus problemas.

Así que a fin de mes

le traigo lo que hace falta.

Ya te quiero

ver cuando me pidas ayuda otra vez.

El doble de interés te voy a cobrar.

Pues espero que ya no tenga que hacerlo,

al menos en pedirle prestado.

Pues ojalá, ojalá.

Además, me estoy acordando que Raúl

también me debe y que no me ha pagado.

Y que con eso

qué te dejó a vos como fiador

Y ya me debes intereses

sobre los intereses de Raúl.

¿Qué?

Toma mi mano.

En mi casa.

Este bolso le va a gustar mucho, Silvia.

Pero todavía falta para Navidad.

Ajá, pero es para contentarlo.

Cuando vi el bolso me recordé que le

había gustado y le quiero dar la sorpresa.

¿Todavía está molesta contigo? Sí.

Solo espero que con esto se arregle.

Ojalá.

Ustedes siempre han sido muy unidas.

Todo por el regalo de ese señor.

Que. ¿Señor? El tío Antonio.

Por eso fue que se molestaron.

Es que ya no terminé de contarte el día

que fuimos al Parque Ecológico.

Pero supongo que el regalo

se lo dio por su clausura.

Yo también le di un regalo. ¿Cuál

es el problema?

No es lo mismo.

Rogelio, tú si quieres a Silvia.

Pero él es una persona falsa.

Nunca te voy a hablar así de nadie, Ruth.

¿Qué pasa con tu tío que te molesta tanto?

Es que desde pequeña me cae mal ese señor.

¿En serio? Sí.

Y ahora que regresó.

También volvieron los problemas.

Ruth, yo creí

que era como un padre para ustedes.

Lo sé, pero no quise decirte nada antes.

¿Por qué? ¿Por pena?

Porque no tenía la confianza

para contarte cosas de mi familia.

Pero la verdad es que no me llevo bien

con mi tío.

¿Tan mal están las cosas con él? Sí.

Lo que pasa es que mi mamá

siempre lo ha protegido.

Pero él es una persona muy mala

y yo no confío en él.

Cálmate, amor.

Disculpa. No sé que me pasa.

Ven, sentémonos.

¿Y por

qué dices que tu tío es una mala persona?

Es que hace cada cosa.

Le regaló

un vestido a Silvia y yo sospecho que lo

está haciendo con malas intenciones.

¿Por qué piensas eso?

Porque lo hubieras visto.

Ese vestido

no es para una niña de su edad.

No sé por qué le dio algo así.

Y yo me enojé mucho.

Discutí con Silvia y lo rompí.

Pero fue un accidente.

Ahora entiendo

porque Silvia está enojada contigo.

Pero no fue mi intención.

Es que no me lo quería dar.

Y el forcejear con ella se rompió.

Tal vez no

era la forma de resolver las cosas. Ruth.

Si estabas molesta,

debiste hablar con ella.

¿Explicarle?

Es que la relación con tu hermana

es más importante que un vestido.

No fue por el vestido. Yo entiendo.

No fue por eso.

Pero ella lo sintió así y está confundida.

Tienes razón, Rogelio.

Por eso quiero pedirle perdón.

Ya verás, Ruth, como todo se arregla.

Y no es por el regalo.

Tú sabes que Silvia te quiere mucho.

Ella es lo único que tengo en la vida.

Lo sé, mi amor.

Yo sé que la quieres mucho

y no puedo evitar tener miedo

de que le pase algo malo.

A lo mejor tu temor es porque ella está

confiando en alguien más.

Tú has cuidado muy bien de ella.

Ahora siento que no lo suficiente.

Ay, Rogelio.

¿Ya viste la hora?

Ya es algo tarde. ¿Tarde?

No quiero tener problemas con mi mamá.

Tranquila, en el carro.

No nos tardamos tanto.

Sí, pero vámonos ya.

Ay, Dios.

Ya no veo luz en la casa.

No creo que pase nada, amor.

Ya todos deben estar dormidos.

No tengas diez.

¿Quieres que te acompañe?

No, no. Mejor voy a entrar rápido.

Vas a ver que todo se va a arreglar

con Silvia.

Eso espero.

Recuerda, mi amor,

Es mejor aclarar ese malentendido.

Y el regalo es lo de menos. Lo sé.

Gracias, Rogelio. Que descanses.

Qué oscuro está aquí.

¿Y usted que está haciendo?

No podía dormir.

Estaba esperándote. ¿Y por qué está aquí?

¿En la puerta de Silvia?

La vi abierta y me acerqué a cerrarla.

Mentira. Estaba espiando a mi hermana.

Son ideas tuyas.

Nada de ideas mías. Lo estoy viendo.

Es usted un cuidado

con lo que dices, Ruth.

Aléjese de mi hermana.

Usted está loco.

Sí, pero por ti.

Y te quiero ahora, Ruth.

Toma mi mano.

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