Jefferson enfrenta una difícil decisión. Él pudiera convertirse en la imagen de una campaña de planificación familiar, pero las dudas lo consumen ¿Sabrá qué hacer? Mientras tanto, Alex vuelve a la cancha con el Renacimiento Juniors, aunque este podría ser su último partido con el equipo.
Es el momento de empezar de nuevo juntos.
Volver a nacer.
Toma mi mano.
La quita.
¿Por qué te pusiste a lavar ropa?
Solo voy a sacar la ropita de Emma.
Ah, bueno, Yo pensé que ibas a lavar
toda la ropa y no como crees.
Además, yo solo remojo tu ropa
para que más tarde tu la laves.
Bah, que conste que solo la mía.
Voy a lavar. Sí, por favor.
Porque mis huipiles ya los estás
percibiendo todos.
Ya no te voy a lavar nada.
¿Vas a ver la Jefferson?
No me mojé hoy. Solo te salpiqué.
No seas exagerada.
Aquí están tocando la puerta de plano
que Sichel dijo que iba a pasar un rato.
Anda, Brick, Yo me voy a ir a cambiar.
Vas, pero te apuras
porque yo me voy a ir al campo.
Buenos días.
¿Que tal amaneció, Michel?
Buenos días, Jefferson.
Muy bien, gracias.
Hola, Emma. ¿Cómo estás?
Muy bien.
Qué alegre. ¿Y Pablo?
Se quedó bañándose.
Al rato
viene porque vamos a ir al mercado.
Ah, ya.
Pase adelante, por favor. Gracias.
Buenos días.
Buenos días, Andrea.
Ya le estoy molestando otra vez.
No tenga pena.
Usted es bienvenida siempre.
Muchas gracias, Andrea.
Pasé solo un ratito para ver si Jefferson
ya le contó sobre la propuesta propuesta.
Pues no me ha dicho nada.
No es como recién lo hablamos el viernes.
No le he contado todavía.
¿Y de qué es la propuesta?
Pues vamos a manejar una campaña
sobre la planificación familiar
y el cliente pide que las personas
que aparezcan en las publicaciones
sea una familia del pueblo. Ajá.
Y yo le dije a Jefferson que ustedes
podrían ser la imagen de la campaña.
¿De verdad?
Sí, Andrea.
¿Qué le parece?
Ah, no. Sí, yo diría que sí.
Yo le dije ayer que está difícil que
nosotros seamos la imagen de la campaña.
¿Y por qué?
Por el tiempo.
Y porque no creí que te gustara la idea.
Pues la verdad, sí me gusta.
Ahí está.
¿Se da cuenta Jefferson?
¿En serio, Andrea? Si. Sí.
Aunque da nervios. Pero sí, me gustaría.
Ya somos dos contra uno, Jefferson.
Bueno, yo creo que hay que pensarlo
bien. Andrea.
No es solo decir sí.
¿Pero qué
hay que pensar? ¿Ya vio Jefferson?
Hasta se emocionó Andrea.
Pero no es que solo de pensar
que en todo San Juan nos van a ver.
Y que tiene.
Como ya le dije, eso va a funcionar
muy bien.
Permíteme. Voy a ver quién es.
Tal vez sea Pablo,
nada más. ¿Y eso? Hola, mi hijo.
¿Cómo estás? Bien, mamá. Pase.
Mire, le presento a mi jefa,
la licenciada y Selznick.
Que alegre conocerla, licenciada.
Ella es mi mamá, doña Concepción.
Es un gusto conocerla.
Y dígame si él. Por favor, Doña Concha.
Qué bueno verla. Hola, Mi hija.
Aquí, visitándolos un rato
y conociendo a la licenciada Isabel.
No los interrumpo para nada.
Es más, tal vez
usted nos ayude a convencer a Jefferson.
¿Y para qué?
Para que se anime a salir
en unas publicaciones junto con Andrea.
¿Cómo así?
Para una campaña aquí en San Juan.
La licenciada nos propone que seamos la
imagen para salir en anuncios y todo eso.
Exactamente, Doña Concha.
¡Ay, qué alegre
mi hijo! Van a ser famosos.
No se hable más. Ya somos tres contra uno.
Eso lo dice
porque no sabe de qué se trata la campaña.
¿Y de qué es?
Pues sobre planificación familiar.
Poder decidir en pareja
si se desea o no tener hijos.
¿Cuántos y en qué momento?
Oh, de eso.
No creo que sea buena idea.
¿Por qué?
Pues por qué el papá de mamá Porfa.
¿Pasa algo?
No, es que la verdad
está complicado, mi amor.
No dejemos que el miedo nos gane.
Es una bonita propuesta, Jefferson.
Su familia es ideal para la campaña,
pero tampoco quiero presionarlo.
La decisión está en sus manos.
La verdad es.
Él también.
Creo que no es una buena idea.
Pero. Jefferson, por favor. Andrea.
Lo hablamos
después. Me tengo que ir al partido.
Después de tanto tiempo,
no quiero llegar tarde.
Permiso.
Michelle.
Toma mi mano.
Patojos.
Ya que descansaron un poco,
pongan atención.
Tenemos que replantear el juego.
En el primer tiempo nos metieron un gol.
Pero tenemos que remontar.
Es que no están llegando las bolas.
Adelante, profe. Jefferson tiene razón.
Estamos perdiendo la salida
en la media cancha.
Tenemos poca fuerza en la delantera.
Sí, profe.
Solo no puedo contra toda la defensa.
Rogelio.
Tenés que ponerle pases en profundidad
a Carlos.
No queremos romper la defensa.
Está bien, profe.
Ya está duro el otro equipo, Don Cruz.
Miren,
allá viene el Alex con los tacos puestos.
Hay que meter de una vez a Alex. Profe.
Alex, qué bueno que llegaste, mijo.
Ponete a calentar de una vez para adentro.
Voy a notificar el cambio.
Qué buena onda que viniste vos, Alex.
Me dieron ganas de venir a jugar.
Se parece como si nada
y lo meten a jugar sin haber entrenado.
Pero como es el consentido del profe Cruz.
Bueno, muchachos, entremos.
Le contó el segundo tiempo.
Pues a ganar equipo. 123.
Vamos, Junior.
Rogelio, cuando haga centros,
hacemos al segundo palo.
Me extraña, Alex,
pero te encargo un par de goles.
A eso vine.
A meter goles, A que la gente se emocione.
Todos para arriba.
Vamos a atacar con fuerza.
Carlos, dámela.
Papá.
Justo a tiempo.
Vino el Alex, Profe.
Yo ya no aguantaba.
Vaya que todavía pude hacer el cambio.
Hay que darle vuelta al marcador.
No podemos perder este partido.
Rogelio con el centro.
Alex, métete.
¡Alex!
¡Alex, no corras!
Así se juega, Alex.
Muy bien, muchachos.
Ya empatamos, Panqueque.
Que buen cabezazo.
Alex, Mano. ¿Qué? ¿Las hiciste?
Tenías que venir.
Ahora vamos con todo. Diego.
Le voy a demostrar a todos
que soy el mejor.
Ahí te encargo los pases, mano. Simón.
Ya sabes. Estoy con vos.
Carlos.
Carlos, suelta la bola, mano. Pásala.
Pásala rápido, mano.
Carlos, pásala de una vez.
Carlos y Alex
no entienden que debe jugar el equipo.
¡Carlos, pásala!
¡Alex, Corre!
¡La pelota! Por.
¡Alex, el maestro!
Así se hace, Alex.
Bien, Vamos ganando, muchachos.
Ahora a defender con todo.
Alex, quédate arriba. Ordena ese muchacho.
Hay que mantener el resultado.
¿Qué partido te echaste, Alex?
Tu segundo
gol fue una jugada de lujo, Manu.
Qué bueno que viniste.
Felicitaciones, equipo.
Nos mantenemos en primer lugar de la
tabla.
Te felicito, Alex.
Jugaste como los grandes.
Diego, pásame mi mochila.
Ya me voy.
Alex, espérate. No te vayas tan rápido.
Vamos a hablar
un rato de los partidos que nos faltan.
¿Les gustó cómo jugué, verdad?
Espero se les haya grabado en la morra
porque es la última vez
que juego con ustedes.
¿Qué estás diciendo, Alex?
La otra vez me echaron la culpa de lo mal
que íbamos y de que perdiéramos.
Así que vine a demostrar quién soy yo
y que ustedes son los que juegan mal.
Alex tiene razón.
La otra vez fuimos bien.
Pura lata con él.
Ahí les regaló
esos goles y los tres puntos.
Desde hoy
ya no estoy para estos jueguitos basura.
Bájale a tu enojo, Alex.
La gente te quiere y el equipo te respeta.
Ya me voy, don Cruz.
Y ojalá
no pierdan los partidos que vienen.
Alex, piensa un cacho las cosas.
Mira qué contenta está la gente de San
Juan después de que ganamos.
No nos puedes dejar.
Ya, muchachos, dejen de estarle rogando.
Este arrimado se siente hinchado por
los goles que metió, pero es una basura.
Carlos lo que queremos
es que el equipo siga unido y ganando.
Yo prefiero que perdamos
y no seguir aumentando este mula.
Mejor
te hubieras quedado donde perteneces.
En la casa del diablo.
Ya me hartaste.
Vos pisado.
Ahora vas a saber lo que es bueno.
¡Dale, dale, dale, dale, Pedrito!
Ya paren, ustedes dos.
Carlos, andate de aquí.
Alex, cálmate.
El martes hablamos en el entreno
para que llegue la vieja Don Cruz.
Mi tiempo, como ustedes ya pasó.
Toma mi mano
de caldo de gallina con este señor.
Ya llevamos las papas, el tomate,
el cilantro, los aguacates, la cebolla,
los limones.
Solo nos falta la carne y ya tenemos todo.
Vamos con doña Tencha.
Ella vende buena carne.
Hoy está cerrado.
Aquí. Deja un mensaje.
Hoy no atenderé.
Con gusto.
Los esperamos mañana.
Bueno, vamos a tener que ir con doña Olga.
Hoy no, abuelita.
Mejor hagamos otra cosa de almuerzo.
Mira, mijita, es cierto que hemos tenido
algunos problemas con doña Olga,
pero solo es de ir a comprar la carne.
Yo prefiero estar
lo más lejos posible de ella.
¿Cómo vas a estar
lejos? ¿Y esto, suegrita?
Ángel, no molestes.
Dejemos de buscarle tres pies al gato.
Vamos, rápido,
que solo es para comprar carne.
Sí, abuelita.
Ese almuerzo
va a estar para chuparse los dedos.
Pero de veras, abuelita,
Solo compramos y nos vamos rápido.
Sí, Lucía, es que es bien criticón
esa señora.
Bueno, ya dejémosla en paz
porque sino estamos cayendo en lo mismo.
Esperancita.
Qué bueno verla por aquí.
Vaya que me hizo caso.
¿Caso de qué, doña Olga?
De no ponerle sentimiento
a los desacuerdos que hemos tenido.
Sí, doña Olga.
La vida sigue y es bueno no complicarse.
Y cuénteme qué la trae por aquí.
Necesita que le preste dinero.
¿Ahora
no le venimos a comprar carne para hacer
qué están celebrando?
Pues hoy es un buen día para compartir
un rico almuerzo en familia.
Si usted lo dice, dígame cuánto le doy.
Deme 12 onzas. ¿Esperan cita?
Tan poquito.
Con eso no se van a llenar.
¿Quién dice? ¿Por lo menos la libra?
Ya me contaron que tiene la
tal Verónica en su casa.
Y esa come por dos 12
onzas. Es suficiente.
Llevamos verduras
que también nos alimentan muy bien.
Allá usted.
¡Y qué calladitas vienen estas criaturas!
¿Les comió la lengua el gato?
Por el momento,
es mejor que se queden así.
Recuerde que en boca cerrada
no entran moscas.
¿Qué me está queriendo decir? A usted
nada.
A mis nietos, sí.
Y de todos modos, tenemos que apurarnos.
Angelito. ¿Quiere pasar por el campo?
No me diga que ahora a usted también
le gusta eso del fútbol.
El niño quiere ir un rato
a saludar a sus amigos.
Ay, Esperancita.
Usted ya no está para esos trotes.
Y estos patojos.
Ya ve que por no ayudarla en la casa
hacen las cosas que hacen la abuelita.
Vámonos.
Sí, abuelita, Estoy hablando con su
abuelita, no con ustedes.
Doña Olga, yo no vine a pelear.
No estamos peleando, Esperancita.
Son solo consejos los que yo le doy.
No se preocupe.
Yo sé cómo estoy criando a mis nietos.
No me diga.
Pues mire a Lucía.
Las jetas que hace.
Pero si eso es lo que usted les enseña.
¿Qué se puede esperar?
Abuelita, yo me quiero ir ya.
Cállate, Lucía. Ahorita nos vamos.
Así debe ser, Esperancita.
Los patojos tienen que hacer caso.
Vámonos, abuelita.
Ya te oí, Ángel.
Me despacha, por favor, doña Olga.
Ahora resulta que son ellos
los que la mandan.
Ay, doña Olga, ya vamos tarde.
¿Será que me puede despachar la carne?
Se lo voy a agradecer,
pero no se me descomponga.
Yo quiero su bien.
Usted debería
estar gozando de una mejor vida.
Tengo una buena vida.
Pero podría estar mejor. Abuelita.
Me voy a adelantar con Ángel.
Sí, abuelita.
De todos modos, el partido ya terminó.
Pero quiero ir a platicar
con mis cuates del equipo.
Váyanse, pues yo los alcanzo.
¿Y qué piensan?
¿Dejarle las cosas tiradas?
No se preocupe, doña Olga.
Yo me las llevo en el mototaxi.
Esperancita.
¿No se da cuenta que sus nietos le están
viendo la cara de babosa?
Eso no es cierto.
No es por nada, pero ese su hijo
es un aprovechado y un desconsiderado.
La tiene trabajando todavía
en lugar de mandar a traer a los patojos.
Usted no sabe las penas
que está pasando, Armando.
Y ahora con eso
que separan a los hijos de los padres,
ellos no se pueden arriesgar
con los patojos.
Bueno, pretextos quiere la vida,
pero eso no debería ser problema suyo.
Son mi familia.
Yo que usted los mandaba con sus papás.
Y si quiere ahorita le presto el dinero.
Es más, hasta
le doy el nombre de un coyote
y mañana mismo
él se lo lleva para el norte.
Toma mi mano, entérate más sobre.
Toma mi mano.
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