¡Los conflictos amorosos estallan en Toma Mi Mano! La relación entre Carlos y Lucía se ve sacudida por tensiones inesperadas. Mientras tanto, Rogelio busca una oportunidad para conversar con Ruth durante el almuerzo. Además, Don Cruz revela detalles del partido a Bety, desatando un enfrentamiento entre ellas. ¿Cómo se resolverán estos dilemas?
Es el momento de empezar.
De nuevo juntos.
Volver a nacer.
Toma mi mano.
Carlos,
no me pidas que te bese delante de todos.
Qué pena.
¿Tú me quieres, verdad?
Ya te dije que sí.
Bueno, entonces. No, Carlos, Soltame.
Me estás lastimando.
No te hagas de rogar.
No es eso.
Es que así no quiero.
Entonces te voy a besar. Yo.
Ustedes. ¡Por Dios! ¿Qué les pasa?
Da penita ajena. Muchá.
¿Ya vieron cómo se les quedan viendo?
Lucía.
Ya te dije que.
No, Lucía.
Que le estás haciendo al pobre Carlos.
Bárbara Más
bien. Pregúntale qué me está haciendo él.
¿A Carlos que le estás haciendo?
¿Acaso no ves Bárbara?
Platicando con mi novia para hacerla
feliz.
Verdad, mi. ¿Amor?
Pues a Lucía no se le ve tan feliz
que digamos.
Bueno, bueno, ya murió
la plática. Mejor me voy.
Mis cuates quieren hablar del partido.
Nos vemos al rato.
Te veo a la salida. Lucía.
¿Y qué te comió la lengua el gato?
Es que a veces no sé qué le pasa a Carlos.
Sí, te vi la cara de asustada.
Por eso vine.
Gracias, Bárbara.
Para eso estamos las amigas, No.
¿Y que te quería besar? Pues sí.
Y por eso estabas armando tanto clavo.
Es que quería que lo besara
delante de todos mí.
Y que no podemos hacer eso
en el instituto.
Además,
yo no quiero que me estén viendo todos.
Ay, Lucía.
Carlos, consigue lo que quiere.
¿Así cómo lo decís?
Pareciera que solo quiere que lo vean
sus cuates.
Tampoco te creas la gran cosa. Como.
Así que ya sabes cómo es el Carlos.
Le gusta ver qué cosas harías por él.
Buenos días, señoritas.
Buenos días, seño Claudia.
¿Trajeron los carteles para su exposición?
Sí, seño.
Verónica y yo nos encargamos de eso.
¿Y dónde están los trajes, Verónica?
Los hicimos en su casa.
Bien. ¿Y el trabajo escrito?
Ese lo traigo yo.
Lo investigamos entre las tres.
Y a mí me tocaba pasarlo a la compu.
Mmm. Bien, No entren tarde.
¿Ya van a tocar el timbre? Sí, señor.
Cómo me cae de bien la seño Claudia.
Por lo menos no es como otras maestras
que traen una cara
que pareciera que comieron
limón en el desayuno.
Bueno, bueno,
yo no me preocuparía por la presentación.
Me preocuparía más por Carlos.
No creo que esté muy contento contigo.
Sí, ojalá que se le pase,
porque yo no voy a hacer lo que él quiera,
aunque se enoje.
¿Pero si quieres algo más con él, yo
todavía no estoy pensando en esas cosas,
así como no?
No seas bárbara, Bárbara, eso,
sino para que veas yo que tú aprovechaba
para que se quedara conmigo de una vez
y me llevara a vivir a su casa.
¿No, estás loca?
Yo quiero estudiar, tener una carrera,
trabajar, ayudar a mi abuela,
sacar adelante a mi hermano.
Pero si te quedas con el Carlos
ya no tendrías de qué preocuparte.
Ya ni siquiera tendrías que estudiar.
A mí me gusta estudiar.
¿Y te imaginas qué diría doña Olga?
¿Y qué importa
que me haría la vida a cuadritos?
Doña Olga piensa que uno
está detrás de su dinero.
¿Bueno, quién quita?
No, gracias. Ahorita
no estoy segura de nada.
Allá vos.
Pero entonces no vayas a meter las patas.
Como vas a creer.
Yo no quiero amarrar a nadie
solo porque nos metimos a clavos
que ni sabemos cómo resolver.
Puzzles. Vos venís elevada. No.
Ayer me dijeron que si alguien te quiere
te tiene que tratar con respeto
y eso es lo que yo espero de Carlos.
Seguí soñando, chula.
Yo en tu lugar no perdería el tiempo
y le daría a Carlos lo que quiera
antes de que te toque el timbre de salida.
Ruth.
¿Cómo vas? Bien, Jenny.
Solo tengo que preparar unas carpetas
de unos productos que nos mandó
una organización.
No, yo no decía por la cooperativa.
Lo decía por lo de ayer.
Ayer es que te vi a lo lejos
en el campo con Rogelio.
Así es que llevé a Silvia
a ver el partido.
Pero tú no fuiste a ver sólo el partido.
Qué onda con.
¿Rogelio? ¿Qué onda? ¿De qué?
¿Es que salen chispas cuando se miran?
Esas son ideas tuyas.
Pues hablando de Rogelio.
¿Ya llegó tu enamorado?
Hola, Jenny. Hola, Ruth.
Hola, Cornelio.
Ya llegó el héroe del Renacimiento.
Junior, te felicito.
Metiste el gol del empate.
Gracias, pero no es para tanto.
Pero eso lo salvó del descenso.
No. Miren nada más.
¿A quién le interesa el fútbol ahora?
¿O el futbolista? Qué chistosa.
Es broma, mujer.
Bueno, yo voy por una taza de café
porque ya tenemos que abrir las cajas.
Nos vemos al rato.
Ahí los dejo para que hablen de fútbol.
Está Jenny.
Qué buena onda es. Sí,
pero a veces se pasa.
Solo está bromeando.
Pero la pueden oír.
Qué tiene de. ¿Malo
que nos van a llamar la atención?
No pasa nada, Ruth.
Tranquila.
Buenos días.
¿Han visto a Jenny?
Tenemos que abrir las cajas.
Fue por café. Ay, gracias. Ah, señor Ruth.
Afuera está su mamá. Qué le. ¿Digo?
Pedro, Decile que me espere, por favor.
En un rato voy.
Bueno. Rogelio. Disculpa.
¿Me podrías dar mi cheque ahora? Sí.
Por eso vino tu mamá. Sí.
Es que ella necesita comprar
algunas cosas.
Yo sé que no es asunto mío, Ruth,
pero cada día de pago, ella viene,
tú le das tu sueldo completo.
Es que ella es la que administra
el dinero.
Silvia necesita cosas.
Ella necesita sus medicinas
y las cosas de la casa.
Y como está enferma de la presión
y no puede trabajar,
pues necesita tener dinero disponible.
Entiendo.
¿Pero tú también
vendes por catálogo con Andrea? No.
No se te ocurra decirlo delante de ella.
Por favor.
Pero oye,
te podría ayudar vender algunas cosas
por catálogo para tener otros ingresos.
Digo, no.
Es que ella dice que si se estresa,
se puede enfermar más.
Y prefiero no decirle lo de las ventas.
Por favor, te pido que no lo menciones.
Está bien.
Pero me habías contado que querías
poner una miscelánea.
¿Y cómo vas a ponerla
si no puedes ahorrar?
Sí, pero será más adelante.
Por ahora no, Rogelio. Perdón.
Yo sólo.
Me preocupo por ti. Gracias,
pero todo está bien.
¿Puedes darme mi cheque? Sí.
Solo estoy esperando las firmas
y te lo doy.
Voy a ver si ya están listos.
¿Qué tanto te tardas en atenderme, Ruth?
¿O es que acaso aquí sos demasiado
importante para atender a tu madre?
Buenos días. Ni a Teresa.
Yo. Buenas.
Ya vuelvo. Con permiso, señora.
Te dije que necesitaba el dinero temprano.
Sí, mamá, pero hasta hoy es día de pago.
¿Rogelio me va a hacer el favor de darme
mi cheque antes?
No, digo, ya si no quieres que me entere.
No te pone las pilas.
Aquí está tu cheque, Ruth.
Gracias, Rogelio.
Ruth, cuando tengas listo los reportes,
los llevas a mi oficina.
Con permiso, Doña Teresa.
¡Qué gente!
Pero bueno, yo tampoco tengo
ya nada que hacer aquí, así que me voy.
Adiós, mamá. Nos vemos más tarde.
No muy tarde,
porque necesito que hagas la cena.
Tengo cosas que hacer.
¿Me oíste? Sí.
Permiso.
Rogelio. ¿Estás ocupado? Para ti
nunca. Estoy ocupado.
Aquí te traigo los informes.
Gracias. Mira la hora.
¿Qué tal si almorzamos con Jenny? ¿Pedro?
Ah, no sé si pueda.
Además, traje almuerzo. Beto.
Yo también traje almuerzo. A mi mamá
le dio por hacer chilaquiles.
Hicimos un montón.
¿Qué dices si comemos juntos? No sé.
Corté güisqui
para que saliera mejor las chilaquiles.
Y traigo como para toda la cooperativa.
¿Almuerza conmigo? Sí. Está bien.
Hoy es mi día de suerte, Ruth.
Tenemos una cita.
Betty,
creo que ya no me da tiempo de desayunar.
Quiero llegar temprano al mercado.
¿Ah, ya está lista la comida?
Solo alcánzame los platos.
Es que hoy sacan la cosecha de tomate.
Tengo que llegar a tiempo.
Si no pierdo el viaje para llevar a la
antigua.
¿Cuál es la prisa? Cruz.
Sentate a desayunar.
Tranquilo con el café.
Suficiente. Hoy compro algo en el camino.
Hoy no tenemos necesidad.
Ah, Cruz.
Es que necesito sacar un dinero extra.
¿Y ese dinero para qué?
Necesitamos unas cosas en el equipo y más
ahora.
Si subimos en la tabla,
pasamos a la tercera división.
Hey, vos y tus cosas.
¿Quién será tan temprano?
Ay, Debe ser Esperanza
que viene a lavar la ropa.
Voy a abrirle.
Buenos días, doña Betty.
¿Qué tal, Esperanza?
Pase. Adelante. Permiso.
Buen provecho,
Don Cruz. Gracias, Esperancita.
Buen día.
¿Y los niños? ¿Qué tal?
Ahí están.
Don Cruz.
Ya en la escuela. Como debe. Ser.
En la pila está la ropa.
Esperanza.
Me avisa si necesita más jabón. Bueno.
Con permiso. Paz. Esperanza.
En un ratito le llevo café.
Gracias, doña Betty.
El angelito es tan necio que quiere jugar
quien quita.
Y ya lo pongo a jugar el otro año.
Y por cierto.
¿Qué pasó ayer en el campo
que regresaste enojado?
Todo por el Gabriel.
Llegó bien loco
la cancha buscando al Alex.
Ahora le dio por sonarle al patojo
y se le metió que ya no quiere que juegue.
Ay, ese muchacho cada vez está peor.
Y después se metió al campo
sin mi permiso.
Le quitó el uniforme y los zapatos
al pobre Diego y un ratito tenía jugando.
Cuando empezaron los cuenta sus.
Ah, yo ya te dije Cruz, que no vale
la pena tanto sacrificio por esos patojos.
No son tus. Hijos.
Pero el equipo estaba jugando bien,
no íbamos ganando, pero estaban ordenados,
corriendo mucho, marcando bien.
Ay Cruz, vos
no tenés remedio, siempre defendiéndolos,
soñás con mucho y para ellos
esto es un pasatiempo.
Date cuenta. Son buenos muchachos, Betty.
Solo necesitan un espacio, la oportunidad
de demostrarse que pueden ser mejores.
Lo que no me parece justo
es que vos te mates
organizando los partidos
y viendo de dónde sacas para darles.
Y ellos solo llegan a pelear.
Si no hubiera llegado Gabriel al campo,
nada hubiera pasado.
Y este muchacho siempre ha sido malo,
solo que nunca te diste cuenta.
Lo triste es que quiera arrastrar a Alex
con él y eso no está bien.
Por eso lo tuve que defender
cuando le quiso pegar en el campo.
¿Por qué te metes, Cruz?
Porque es Messi.
Ese Gabriel.
Lo único que te ha dado es sufrimiento.
Y vos querés seguir tratando con él.
No podía dejar que le pegara. Alex.
Siento que ese muchacho está atrapado.
Pero no es tu problema, Cruz.
Ese Gabriel
ya no es el patojo que conocimos.
Se ha vuelto un muchacho muy peligroso.
Y no te metas con él.
Pero no puedo dejar solo a Alex.
Es buen muchacho.
Quiere ser un buen futbolista.
Ojalá que siga así.
Pero eso no depende de vos.
Es que Gabriel no quiere que él
vaya por buen camino.
Lo va a jalar a sus negocios.
Si no lucho por él ahora.
Cruz, no te metas.
Pero no quiero.
¿Nada así como querés
cuidar a esos patojos?
¿Por qué no cuidaste a mi Marvin?
No es lo mismo.
No, no es lo mismo.
Marvin
era mi hijo y por tu culpa lo mataron.
Toma mi mano.
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