Rogelio va en busca de Ruth, pero ella no sale a su encuentro, y para empeorar las cosas, Antonio interviene con falsos consejos que podrían confundirlo aún más. Mientras tanto, Andrea no puede creer lo que Jefferson está dispuesto a hacer, a pesar de todo lo que Don Raúl les ha hecho.
Es el momento de empezar de nuevo juntos.
Volver a nacer.
Toma mi mano.
Mmm. ¿Sos vos?
¿Qué querés, Rogelio? Hola, Silvia.
¿Y esa cara? No sé.
Mejor decime tu.
¿A qué venís si ya no sos novio de Ruth?
Eso no significa que no pueda traerles
un regalo para ella.
Y uno para ti. ¿Para mí?
Gracias. Qué gran caja. Abrirla.
Hay algo especial adentro.
Un gatito.
¿Te gusta?
Me encanta. Qué lindo. Es una gatita.
Gracias, Rogelio. La voy a llamar.
Bueno, mejor le digo a Ruth
que me ayude a ponerle nombre.
También
le traigo una bolsa de concentrado.
¡Qué montón de comida!
Gracias, Rogelio, que buena onda sos.
Y tu hermana ya estará despierta.
Espérate.
Voy a ver.
Ruth.
Ruth. Abrí la puerta. Despertate.
Mmm. ¿Qué pasa?
¿Y por qué tenías la puerta cerrada?
No me di cuenta que la cerré.
Y ese gato Es una gatita.
Me la trajo Rogelio.
Y también su comida.
Ay, qué lindo.
Y Rogelio te está esperando afuera.
Decile que todavía estoy durmiendo.
Ruth, no seas así.
Te traje un regalo de Navidad.
Mejor decile que acabo de salir.
Ya vas. Que me va a creer.
Pero bueno, allá vos.
Ay, Silvia, no le recibas el regalo,
por favor.
¿Qué pasó?
¿Y Ruth?
Es que no está.
Fijate.
Dile que le
quiero dar su regalo de Navidad.
Es que no sé dónde se fue.
Silvia, no seas mala.
Dime.
La verdad es que
Ruth me dijo que no quiere verte.
Ruth, sal un momento.
Cállate.
Todos están dormidos.
Ruth, solo quiero platicar.
¿Qué son esos gritos?
Mejor andate, Rogelio.
¿Le entregarías el regalo por mí?
Es que. ¿Qué pasa, Silvia?
¿Y este? ¿Qué está haciendo aquí?
Solo vine a saludar a Ruth.
¿Y vos de dónde sacaste ese gato?
Es gatita.
Es mi regalo de Navidad.
Solo eso.
Me faltaba un animal
que me enferme más de lo que estoy.
Sabes que soy alérgica a esos animales
que se aparecen de repente.
Ay, mamá, como sos.
Yo la voy a cuidar. No.
No se puede quedar.
Yo no voy a pasar penas
por darle de comer a un gato.
Doña Teresa.
Deje que se quede.
Yo le voy a traer la comida a la mamá,
por favor.
Sí, está bien.
Pero que ni se acerque a mi 4.º.
¿Quién me dice a mí que ese animal
no trae un trabajito con las mañas
que esa gente tiene?
Gracias, mamá.
Ahora andate.
Tengo un par de cosas que decirle a este.
Gracias por mi regalo. Nos vemos, Rogelio.
¿Qué quiere aquí?
Si usted y Ruth ya no andan juntos.
Así es. ¿En qué idioma
quiere que le hable?
¿No entiende que aquí nunca ha sido
bienvenido?
Pero qué necedad la suya.
Yo espero que Ruth cambie de opinión.
Y aunque fuera así, yo me encargo
de que ella no vuelva con usted.
Ruth. Ruth.
Lo que me faltaba.
Que cualquiera venga a gritar a mi casa.
¡Rápido! Sacó el cobre.
Mire, así como vino, se me va.
Pero ya.
Rogelio.
Feliz Navidad.
¿Qué tal está don Antonio?
Muy bien. ¿Y vos?
No te vi anoche en la cena de Navidad.
Bueno, me imagino que ya sabe que
Ruth y yo terminamos.
Ay, muchacho.
No te preocupes.
Mi sobrina es muy complicada.
No sé qué le estará pasando. Dale tiempo.
Aléjate de ella por unos días.
¿Usted cree que eso servirá?
Dale tiempo para que lo piense mejor.
No estoy seguro.
Vos date tu lugar y ya verás
que ella te va a buscar.
Esto solo es un malentendido.
¿Usted me haría
el favor de darle este regalo a Ruth?
Con gusto, muchacho.
Ruth recibirá tu regalito.
Se lo agradezco mucho, don Antonio.
Y no te preocupes en lo que pueda.
Ya sabes que estoy para ayudarlos.
A mí me encanta cómo se miran juntos.
Toma mi mano.
Desde Radio Renacimiento
deseamos que en su hogar
haya mucha felicidad y alegría.
Ya viene mamá.
Mi hijo. ¿Qué pasó?
Algo con Ruth.
¿Verdad? Se me nota a leguas.
Usted sabe que yo estoy enamorado de Ruth.
Pero no sé qué le está pasando.
Intenté resolver las cosas,
pero no quiso hablar conmigo.
Ella te ama, mi hijo.
Dale un poco de tiempo.
Eso me dijo don Antonio.
Pero no sé.
Mira, Rogelio, sé que estás triste
y quieres respuestas,
pero no debes forzar a Ruth.
Yo sé que en sus palabras
hay mucha sabiduría, mamá.
Pero ahora me pregunto qué pasó.
¿Qué hice mal?
¿O será que Ruth no me ama
y debo aceptarlo?
Nada de eso.
Cuando los veo juntos,
se nota que se entienden.
Esto es difícil. Pero tú eres fuerte
con esto.
En ti también hay sabiduría, Rogelio.
Sabes que algo le pasa a Ruth
y debes tener paciencia
para apoyarla cuando ella esté
lista para hablar contigo.
Tiene razón, mamá.
No me voy a dejar llevar por la tristeza.
Voy a seguir siendo amigo de Ruth.
No la voy a dejar sola.
Ella no se lo merece.
Es bueno que mantengan la amistad.
Eso les va a ayudar a los dos.
Solo espero que
Ruth permita que me acerque de nuevo.
Vas a ver que
si ella confía en ti, Rogelio.
Gracias, mamá.
Hablar con usted me hace sentir mejor.
Eso me alegra, porque tengo que pedirte
un favor.
¿Qué será?
Fíjate que doña Esperanza ha tenido
algunas situaciones con su nieto.
¿Con Ángel?
Si es que Carlos lo llevó a un prostíbulo
para que tuviera
su primera experiencia sexual.
Algo escuché de eso.
Aunque Ángel llegó a ese lugar,
Doña Esperanza
lo encontró antes de que algo pasara.
¿Y eso tiene que ver con el favor
que me está pidiendo?
Sí, porque es importante
que alguien le hable de hombre a hombre.
Por eso pensé en ti,
porque creo que le puedes aclarar dudas
y él no va a tener vergüenza
de hablar contigo.
Puedo hablarle desde mi experiencia
y de la orientación
que usted siempre me dio mamá.
Aunque eso no quiere decir
que uno no se equivoque.
¿Bueno,
pero aprendiste de tus errores, no?
Eso sí es lo que quisiéramos
que compartieras con Ángel.
¿No ven esos temas en la escuela?
Sí, pero también recomiendan
que se les hable de sexualidad en casa.
Entonces, si le vas a platicar a Ángel.
Por supuesto.
A todos nos sirve conversar con alguien
de confianza, como me pasó con usted.
Ay, gracias, mi hijo.
Yo sé que no es el mejor momento
para pedírtelo, pero no se preocupe, mamá
solo me avisa cuando de una vez
voy con doña Esperanza para ver qué día.
¿Entonces
Rogelio va a hablar con mi nieto?
Sí, doña Esperanza.
¿A cuándo cree que es mejor?
¿Qué le parece aquí, en mi casa?
Para el Año Nuevo.
Es buena idea.
A mí me tranquiliza saber
que van a hablar en confianza.
No, doña Esperanza.
Hablaremos,
porque aunque no estemos presentes,
Rogelio le contará lo que platiquen.
Él y Ángel.
Ya verá que las cosas van a cambiar.
Así es, doña Marta.
Todo esto que estoy haciendo
es para tener un verdadero Año nuevo.
Toma mi mano.
A la que tanto compraste, Andrea.
Ay, casi, casi nada.
Solo unas frutas y verduras, nada más.
Pero como que 10 £ de cada cosa.
Que bueno fuera,
es más del bulto que lo que compré.
Sí que está pesadita la bolsa.
Mira, papi,
yo quiero mis estrellitas. Ahí.
Emma, no sé
si a tu mamá todavía le queda dinero.
Ya sólo para la carne.
Me queda mi amor.
Allá en la casa vemos que compramos.
Si yo quiero mis estrellitas.
Mira, pues vamos a comprar la carne.
Y si nos sobra, las pasamos comprando.
¿Te parece? Sí.
Está bien, Canche.
¿Y dónde compramos la carne? Con tu tía.
Eso estaba pensando,
pero creo que mejor no
sabe ni qué me va a decir
con lo que pasó el 24 con mi papá.
Porque seguro ya se enteró.
¿Y entonces qué hacemos?
Bueno, vamos a la carnicería
que está en la entrada del mercado.
No vaya a ser que nos cachen
comprando por acá.
Tu celular.
Papi está sonando. Sí, cierto.
Agárrame un ratito esta bolsa. Andrea.
¿Aló? ¿Qué tal, Michelle?
Buenos días.
¿En serio? Ay, qué buena noticia.
Gracias, Michelle.
Vaya. Nos vemos hasta el otro año.
Buen día.
Tú ya te pusiste todo, Félix.
Ay, no, hombre.
¿Y si él me llamó para avisarme
que ya depositaron el aguinaldo?
¿De veras? Sí. Ay, qué alegre, Canche.
Con eso puedes terminar de pagar
la moto de una vez.
Hasta nos quedaría algo
si no pasamos tan apretados el fin de año.
Qué bueno, mi amor.
Mira. ¿Y si pagas de una vez? Sólo será.
Si, ya que estamos afuera,
hacemos el centro y pagas.
Vamos, Pues antes que me lo gaste,
me van a comprar mis estrellitas.
¿Sí o no?
Sí, mi amor.
Ahora sí.
Qué bien se siente salir de deudas.
¡Ay, ya! Es una pena menos.
Y a todo esto
Ya nos agarró la hora del almuerzo.
Sí, Canche.
Y hay que darle de comer a la nena.
Pasemos al pasar navideño.
Ahí también venden comida.
¿No, Jefferson?
Mejor vamos a la casa
y hago un caldito de hierbas.
No, hombre. Comamos ahí.
Ay, Canche, Mejor aguanta lo que te quedó.
Uno nunca sabe qué puede pasar.
Ya sé, mi amor.
Pero igual la otra semana
me pagan lo del mes.
Además, hace rato que no salimos a comer.
Vamos, hombre, No me digas que no.
Pero algo que no sea tan caro.
Si ahí se consigue comida barata,
está bueno, pues.
Y vamos a comer.
¿Y a dónde, papi?
Ya va a saber dónde.
Ay, hasta aquí llega el olor de la comida.
Como que ya tenés hambre.
Y cómo no, si ya es tarde.
¿Qué vamos a comer, papi? Mmm.
No sé. ¿Qué quieres comer, mi amor?
¿Qué quieres, Papita?
Sopita.
Te vamos a comprar
entonces, mi amor. ¡Papi!
Mira esas muñequitas. Ay,
mira qué bonitas.
Yo quiero una papi. No, mi amor.
Ya tienes una muñeca nueva.
¿Ah, no? Yo quiero eso y más.
Oye, has estado pidiendo muchas cosas
el otro día, Emma.
Ahorita vamos a comer.
Flaquita, mira esos huipiles.
Que bonitos.
Son de los que te gustan.
¿Probaste uno? Mmm, creo que mejor no.
Bien, mi amor.
Yo prometí comprarte uno.
Gracias, Jefferson, Pero tal vez después.
Flaquita, acepta mi regalo.
Mira, cuando estemos
mejor, te voy a pedir un traje completo.
Para ese
entonces. Ya no te voy a comprar nada.
No te enojes, Canche.
Está bien.
Después, no digas que no te
regalé nada este fin de año.
Sombreros, Joven pregunta sin compromiso.
Papi, ese sombrero es como mi.
Como el de mi abuelito.
Mire, es de puro cuero, hasta chilero
que cuesta 350, pero tiene su descuento.
¿Cuánto ofrece?
Jefferson,
que ya que no quisiste tu huipil.
Pero tú no. Usa sombrero.
No, pero mi papá sí.
Canche, no me digas que piensas
comprársela en este.
Tal vez así
puedo arreglar las cosas con él.
¿Qué? No, Jefferson.
Después de cómo nos echó y del alboroto
que llegó a hacer a la casa.
Pero estaba. Voló flaquita.
Sí. Llevó su casa.
Cuando esté sano,
tal vez arregló las cosas.
Sabía que era mala idea venir aquí.
No te pongas así, Andrea.
Yo te iba a comprar un huipil.
No quisiste. Déjame
comprarle algo a mi papá.
Vámonos a la casa de mamá.
Que tu papá mire. ¿Qué hace con sus pisto?
Andrea. Andrea.
Toma mi mano.
Entérate más sobre. Toma mi mano.
El audio novela
y los recursos disponibles en Triple W.
Punto. Toma mi mano.
Punto F o síguenos en Instagram y TikTok
como toma mi mano U.S.A.
No te pierdas nuevos episodios
cada miércoles.
Escúchalas en Spotify, YouTube
y Apple Podcast.
Este proyecto fue desarrollado
por Population Media Center.