Andrea y Ruth reciben noticias sobre posibles oportunidades de trabajo, pero ¿será lo que ambas estaban buscando? Mientras tanto, Alex se presenta en el velorio de Don Goyo, lo que desata una tensa situación porque su llegada no es bien recibida.
Es el momento de empezar de nuevo juntos.
Volver a nacer.
Toma mi mano.
Ruth.
¿Cómo estás?
Hola, Andrea.
Qué bueno verte tan seguido.
¿Sí, Verdad?
Hoy me vas a disculpar
el tiradero que tengo, pero puedes creer.
Todavía no termino de ordenar.
No te preocupes. ¿Y Emma?
Está durmiendo.
Como hoy. Empezó en el colegio.
Regresó muy cansada de estar jugando.
Cierto.
Silvia también empezó a estudiar hoy.
Qué bueno. ¿Y tú cómo seguiste?
Porque supongo que tus visitas no son
porque extrañas mucho tu amiga Andrea.
Que conste que sí. Te extraño.
Pero también necesito hablar contigo.
Lo sé. Es una broma.
Entonces.
¿Lista para el cambio de trabajo? Sí.
Todo va a salir bien, Ruth.
Vas a ver. Gracias por tu apoyo, Andrea.
Eres la única persona con la que
puedo hablar de lo que pasa con Rogelio.
Todavía no puedo creer eso.
Rogelio es un buen muchacho
y se nota que los dos se quieren.
Sí, pero a mi mamá no le cae bien.
¿Y cuándo fue que terminaron?
Antes de Navidad,
en el convivio de la empresa.
Ay, Ruth.
Entonces.
Creo que ninguna de nosotras
pasó una bonita Navidad.
Porque lo decís el 24 en la noche
estaba don Raúl.
Bien bolo ahí afuera disparando al aire.
No te creo, Andrea.
Sí, Yo estaba bien asustada.
¿Y qué pasó?
Jefferson llamó a sus hermanos
y vinieron a calmarlo.
Ay, que peligroso.
Si tú
Y como te has dado cuenta, a nosotros
con Jefferson
tampoco nos ha ido tan bien que digamos.
Ay, Y yo molestándote con mis problemas.
No tengas pena.
Al menos nos apoyamos, eso sí.
Pero no hay posibilidad
que regreses con Rogelio.
Es mejor que no.
Pero tal vez con el tiempo
tu mamá lo acepte.
Es que no es solo ella.
También es mi tío.
Pero en ese caso, tu tía no tiene
porque meterse.
Es algo muy difícil.
Solo quisiera tener el valor
para enfrentarla.
¿Como así?
Nada.
Solo son cosas mías.
Bueno, si en algo puedo apoyarte.
Sabes que contás conmigo, Rut.
Gracias, Andrea. También por eso pasé.
Quería preguntarte
cuáles son los requisitos
para inscribirme en las ventas
por catálogo.
Necesito hacer algo para tener un ingreso.
Ay, qué buena idea.
Pero tú puedes dar más en la empresa.
Fíjate que ayer hablé con Jefferson.
Tú estabas como asistente
en la cooperativa.
¿Verdad? Sí.
¿Por qué?
Es que él me contó que están
buscando un asistente administrativo.
Yo digo que puedes aplicar.
¿Será que piden mucha experiencia?
Pero si tú ya tienes bastante.
Es que siempre me pongo nerviosa
cuando son cosas nuevas.
Tú tranquila.
Es más, voy a hablar con Jefferson
para ver cuándo puedes llegar.
Ay, gracias, Andrea.
Necesitaba que alguien me animara.
Así me gusta verte sonriendo.
Hoy nosotras.
Va de hablar y ni siquiera un vaso de agua
te ofreció.
No tengas pena.
¿Quieres tomar algo? ¿Un cafecito?
Agua. Está bien. Por favor.
Ahora te la traigo.
¿Y tú?
¿Por qué ya no seguiste vendiendo?
Jefferson. No muy quiere.
Pero la verdad me hace falta. ¿Y eso?
Pues él quiso hacerse cargo de todo
mientras yo termino de recuperarme.
Y sí, lo está haciendo.
Pero siempre se necesita de otro ingreso.
Me imagino.
Más ahorita que están alquilando.
Sí, Además de todos los gastos
que tenemos que cubrir.
La verdad, estamos muy apretados.
¿Y si vas a la cooperativa
a pedir trabajo a la cooperativa? Sí.
¿Puedes ocupar mi lugar?
No lo creo.
Yo sí. No tengo nada de experiencia.
Pero tenés las capacidades.
Además, Rogelio te conoce bien.
No te ofrezco hablarle, pero estoy segura
que te tomaría en cuenta para el puesto.
Ay, no sé.
Bien, hombre.
Igual con intentar nada perdés.
Ese es cierto.
Solo con que lleves tu hoja de vida.
Mmm. Bueno, sí, voy a ir.
Te va a ir bien. Vas a ver.
Ya ves.
Ahora tú me estás animando a mí, Ruth.
¿Y para qué estamos las amigas? Pues.
Eso merece un brindis con agua.
Dicen que es de mala suerte.
No hay que creer en esas cosas.
Salud.
Salud.
Toma mi mano.
Sé que todos lamentamos la partida de
don Goyo,
pero estoy seguro que su ejemplo,
como buen padre, buen vecino, buen amigo,
hombre emprendedor,
respetuoso y gran colaborador
permanecerá vivo en nuestros corazones.
Don Cruz.
¿Podría venir un momento?
Sí. Bendita, por favor.
No quiero que siga hablando de mi papá.
¿Y eso, mija?
Mi papá estaría vivo
si yo hubiera hecho algo para que hubiera
más seguridad en el mercado.
Brenda,
lamentamos mucho la muerte de tu papá.
Él no merecía morir así.
No así.
Ayudó a mi papá porque todos tenían miedo.
Brenda, sé que te sientes impotente
ante la partida de tu padre, pero.
Pero nada
Sabe que el asesino de mi papá anda libre.
Ya verás que se hará justicia
con justicia.
Sí. El tal Judas salió de la cárcel.
No sabía. Brenda.
Te aseguro que estamos trabajando
con la policía para tener las pruebas.
¿Y qué más pruebas quieren?
Mira, ahí está la prueba en esa caja.
Mi papá está muerto y su muerte
no tiene ningún sentido.
Pero su vida sí tuvo sentido.
Brenda fue un hombre con principios
y valores que no se dejó amedrentar
de nadie.
Brenda, Tranquila, mija.
Vamos con tu mamá.
Ahora ella te necesita más que nadie.
Tienes razón, doña Betty.
Vamos.
Disculpe la interrupción.
Cruz.
¿Puedo hablar con usted un momentito?
Claro, Doña Olga. Dígame.
Mire, Cruz, esto ya se pasó de la raya.
Tarde o temprano alguien iba a ser víctima
de las extorsiones.
Y ya ve, aquí estamos,
carreteando al pobre don José.
Doña Olga.
No se me haga el loco.
A mí que se me hace que usted está
apoyando a los extorsionistas
que hay en el pueblo.
¿Cómo se le ocurre decir eso?
Porque todos sabemos que usted anda
protegiendo a ese patojo, al tal Alex.
Alex está confundido, pero
no tiene nada que ver con las extorsiones.
No lo defienda Cruz.
Mire lo que hizo hace unos días.
Le quebró todos los vidrios de su carro.
Eso no lo puede afirmar
porque nadie le vio la cara.
Qué ingenuo es Cruz.
Ese patojo está
siguiendo los pasos del mismísimo diablo.
Eso no es así, doña Olga.
Alex es diferente
y merece otra oportunidad.
Oportunidad para que nos robe a todos.
¿No es así, señora? Óigame bien, Cruz.
Si hay un asesinato más, estará
en su conciencia y usted será responsable.
Piense lo que quiera, señora.
Yo tengo la conciencia limpia.
¿Qué pasa?
¿Por qué discuten? Tranquilícense los dos.
El que se tiene que tranquilizar
es tu marido, Betty.
Ay, por favor, respeten al difunto.
Toda la gente los está viendo.
Pues que bueno.
Así se dan cuenta en quien están
confiando.
Nos vemos, Betty.
Que te vaya bien, Olga.
Regálame un vasito de café.
Esa señora me altera.
¡Ay! ¿Y qué te estaba reclamando Olga?
Qué imprudente.
Nada importante.
Ya sabes cómo es ella.
Yo creo que mejor nos vamos.
Me siento mal.
Ay, te ves un poquito pálido.
Siéntate un ratito.
Todo esto me trae recuerdos muy dolorosos.
No solo a voz cruz.
Pero espérame un rato.
Solo ayudo a repartir café
y nos vamos en una hora.
Vamos, Alex.
Yo no sé qué hacemos aquí.
No creo que sea buena idea.
De un amigo de mi abuela.
Ay, Me regalaba fruta
cuando me miraba en el mercado.
¿Ah, no?
Pero tu hermano tuvo que ver
con que se echaran al plato al dulcito.
Ya vas. Pero yo no soy el Gabriel.
Mira, ahí está Brenda,
la hija de don Goyo.
Acompáñame a dar el pésame.
No, mejor me quedo aquí afuera
con los cuates que están jugando cartas.
¿Pero me esperas, verdad? Me extraña
demasiado.
¿Y Brenda? Buenas noches. Buenas noches.
¿Te conozco?
Eh, soy Alex Ramos.
Alex Ramos.
¿Vos sos el hermano de Gabriel?
Eh, Sí.
Descarado. ¿Qué haces aquí?
Desde lo que hizo tu hermano.
Solo quiero que sepas que yo
apreciaba mucho a tu papá.
Él fue bueno conmigo. Ándate.
No quiero verte.
Solo quería que supieras que lo siento.
¿Qué pasa aquí?
Doña Olga, por favor, que se vaya
este muchacho.
Ya oíste.
¿O está sordo?
No le bastó a tu hermano
con lo que le hizo a don Goyo.
Te tuvo que mandar a vigilarnos.
Pero es que yo.
Tengan cuidado, señores.
Este muchacho
es el que rompe los vidrios a los carros.
Lo más seguro es que lo hace para robar.
Es mejor que te vayas, Alex.
Después de todo lo que ha pasado
ahora la gente piensa que estás
trabajando con tu hermano.
Pero no es verdad. Eso solo vos lo sabrás.
Toma mi mano.
Lucía.
¿Qué tiene que ver Alex con todo esto?
Porque esas señoras
lo sacaron del velorio.
Todo es culpa de su hermano Gabriel.
Lo está jalando a cosas que no debe hacer.
Yo como que
oí que Alex estaba viviendo con Don Cruz.
Por lo que me contó.
Parece que no se sentía
muy bien en la casa del entrenador.
Así como. Lo siento.
No creo que él tuviera algo que ver
con lo que le pasó a Don Cogollo.
Pues como le digo, Teresa,
ya ve que mi hijo es tan agraciado
que ahí andan las patojas detrás de él.
Me imagino.
Olguita.
Desde las más refinadas
hasta una que otra cualquiera.
Lo bueno es que usted las detecta
desde lejos.
Así, mi Carlitos
es el mejor partido de por aquí.
Por eso andan tantas interesado
detrás de él.
Estoy totalmente de acuerdo con usted,
doña Olga.
Estamos en el velorio de don Goyo.
Ay, Esperancita.
No la había visto.
Nosotras estamos hablando de mi hijo.
Sí, ya la escuché
y espero que no diga esas cosas
porque mi nieta fue novia de su hijo,
como bien dicen.
A quien le quede el guante, que se lo
plante.
Además, que yo
sepa todavía andan juntos con mi Carlitos.
¿O no? ¿Lucía?
¿Es cierto eso, mija?
Abuelita, yo me quiero ir.
Creo que es lo mejor.
Ya acompañamos a la familia
un rato. Ya ve.
Y usted dice que sabe
lo que andan haciendo sus nietos.
Espérame, Lucía.
Solo me voy a despedir
de la hija de don Goyo.
Ni se preocupe,
que prendida mejor se fue a descansar.
No creo que sea prudente molestarla.
Lucía.
¿Es cierto lo que dijo doña Olga?
Usted ya conoce cómo es la señora.
Claro que sé cómo es ella.
Y se supone que tú también.
¿Por qué dice eso?
¿Regresaste con Carlos, verdad?
Es que él me rogó y me rogó.
Pero no te das cuenta, Lucía.
¿Cuenta de qué, abuelita?
De eso que dice doña Olga.
Ella insiste que eres tú
la que sigue buscando a su hijo.
Él es el que me busca
porque de verdad me quiere. Sí.
Pues te quiere tanto
que te mete en problemas.
Y hasta tu hermano ha salido afectado.
Él prometió que va a cambiar
y yo le creo cambiar.
Tal vez la ropa que lleva
puesta. Abuelita.
Él me dijo que va a hablar con usted
y con doña Olga.
Yo no sé cuál es la gana de andar de novia
con ese patojo.
Mira lo que le hizo a Angelito.
Ahora todo es angelito.
¿A él sí le pone atención, verdad?
Porque él es pequeño.
No sé qué tiene que ver eso.
A él lo justifican.
Hasta buscó quién le hablara.
En cambio, a mí solo me acusan.
Ustedes son diferentes.
Tengo que ir viendo qué necesita cada uno.
Pero a mí solo me señala
y me reclama lo de Carlos.
Por lo menos él sí me escucha.
En cambio, usted solo me regaña.
Y sí lo hace
solo porque quiere aprovecharse de ti.
Mi hija.
¿Lo has pensado?
Ya ve, usted no confía en mí.
Siempre piensa que voy a elegir mal.
Si estuvieran mis papás,
ellos me escucharían y me aconsejarían.
Pero no están.
Yo estoy aquí y me preocupa lo que haces.
¿Y sabes qué?
Te prohíbo que vuelvas a ver a ese patojo.
¿Qué?
Lo que oíste.
Ya estoy cansada de estar peleando contigo
por ese bendito novio tuyo.
Yo también estoy cansada.
No seas injusta, Lucía.
Mire, tal vez lo mejor sea que
hoy sí me deje ir a los Estados Unidos
con mis papás.
Y así se acaba el problema.
Toma mi mano.
Entérate más sobre.
Toma mi mano.
El audio novela
y los recursos disponibles en Triple W.
Punto. Toma mi mano punto s o síguenos
en Instagram y TikTok
como toma mi mano U.S.A.
No te pierdas nuevos episodios
cada miércoles.
Escucha las.
En Spotify, YouTube y Apple Podcast.
Este proyecto fue desarrollado
por Population Media Center.