Verónica se reúne con Eduardo, el padre de su bebé, esperando que las cosas mejoren, pero la conversación no sale como ella lo imagina. Mientras tanto, El Diablo le da una noticia a Alex que parece ser buena, pero las cosas no son lo que parecen.
Es el momento de empezar de nuevo juntos.
Volver a nacer.
Toma mi mano.
Servido, señores.
Hasta aquí llegamos.
Trébol, creo. El trébol.
¿Están seguras que los
que estaban asaltando eran Diego y Alex?
¿No están estudiando?
Pues sí, pero creo que también
están metidos en la pandilla de Gabriel.
¿Y cómo lo reconocieron?
¿Si llevaban la cara tapada?
Pues por la voz.
Y creo que por eso se bajaron rapidito del
bus y ya no siguieron asaltando.
Me cuesta entender que estos jóvenes
estén haciendo daño a su comunidad.
A mí me da tristeza
porque son nuestros amigos
y no deberían estar metidos en esas cosas.
Si ellos merecen algo mejor que esto.
¿Doña Marta,
Está segura que te sientes bien, Verónica?
¿O quieres que nos regresemos?
Estoy bien, doña Marta.
Ya estamos aquí.
Yo digo que
vamos a hacer nuestros mandados.
Bueno, nos juntamos aquí mismo
en una hora.
¿Les parece?
Si, Doña Marta, Es tiempo
suficiente para comprar lo que falta.
Siempre con mucho cuidado. Sí.
¿Viniste Y que?
Te tengo que decir algo. ¿Qué pasó?
¿Estás bien? Sí.
Es que.
Fíjate que ayer platiqué con Eduardo
y le dije que veníamos a la capital.
¿Y que te dijo? Él quiere verme.
¿Está en la capital? Sí.
¿Qué piensas?
No sé si se desapareció todo tu embarazo.
¿Qué te puede decir ahora?
Tal vez quiere que arreglemos las cosas.
Ay, Verónica.
Pues no aprendes.
¿Sabes qué?
Mejor vamos a comprar las cosas
antes de que veas a tu Eduardo.
Creo que ya tenemos todo.
Qué bueno, porque Eduardo
ya me puso un mensaje de voz.
¡Qué emocionada estás!
¿Me esperas?
Creo que ya viene Verónica.
Piensa bien lo que vas a hacer. Sí, Lucía.
Gracias por apoyarme.
Te apuras.
Hola, Verónica.
Eduardo, Qué alegría verte.
¿Cómo estás? Bien.
Mira, nuestro hijo
está por nacer tan rápido.
Pues ya pasaron casi nueve meses.
¿Y estás contenta?
¿Yo? Sí. ¿Y vos?
¿Bueno, no piensa hacer papá tan pronto?
Pues en mis planes
tampoco estaba ser mamá.
Si hubieras usado algo para
no quedar embarazada y solo yo.
Según me acuerdo, el que
dijo que me iba a cuidar eras tú. ¿Yo?
Si tú te hubieras cuidado,
no habría pasado esto.
Pero ya no podemos cambiar
lo que está hecho.
¿Entonces qué vas a hacer?
Pues tenerlo.
He pasado por muchas cosas.
¿Y tú qué vas a hacer?
¿Qué esperas que haga?
También es tu hijo.
Yo espero que me ayudes.
A veces, en un mal momento.
¿Por qué? Todavía estoy estudiando.
Y hay otras cosas que quiero hacer.
¿Y yo qué?
Yo te puedo ayudar con algo.
Pero tú me contaste que tus papás
te ofrecieron que te regresaras a su casa.
Pero no quieren que siga estudiando.
Conmigo tampoco. Podría seguir estudiando.
¿Cómo así?
¿Quién cuidaría al bebé mientras estudias?
Pues vos.
Pero yo me mantengo viajando.
¿Le pagamos a alguien?
¿Con qué dinero?
¿Qué me querés decir?
No me puedo hacer cargo del bebé.
Menos de vos.
No te imaginás lo difícil que ha sido.
Pero muchas personas me han ayudado.
Y yo esperaba que
por lo menos me apoyaras con el bebé.
Te ofrezco darle mi apellido.
Oye, Eduardo.
Yo todavía guardaba la esperanza
de que hiciéramos algo juntos.
Pero me doy cuenta
que las personas que han estado conmigo
son quienes de verdad se preocupan por mí.
Lo siento, Verónica.
¡Verónica! Apúrate,
que ya viene Doña Marta.
Me doy cuenta que no querés
nada con nosotros, Eduardo.
Pero a mí me dijeron que como papá tenés
responsabilidad con tu hijo.
Y si no querés cumplir,
voy a ir al juzgado a poner una demanda.
Toma mi mano.
Jefferson.
Esa foto está muy bonita.
Que alegre Se ven con Andrea y Emma.
Fue la que se escogió para la campaña.
El folleto también está bonito.
Y a la gente le va a servir la información
sobre planificación familiar. Sí.
Ojalá que el cliente también
le guste como quedó diseñado.
Ya verás que sí.
Por ahora no sé mucho de publicidad,
pero las vallas y la página de internet
son muy llamativas.
La licenciada Ixchel
me enseñó unos planos.
Ay, no me acuerdo cómo se llama.
Nos vemos.
Eso, nos vemos.
Aún no entiendo
mucho de lo que hacen aquí.
Ya vas a ver que aprenderás rápido.
Además, con un maestro como yo.
Eso sí.
También
he platicado por teléfono con Mariana.
Ah, eso está bueno.
Pero ya en serio, Ruth.
¿Cómo te has sentido esta semana
trabajando en mercadotecnia?
Es totalmente diferente
a lo que hacía una cooperativa,
pero estoy aprendiendo rápido. ¿Te
vas a ir adaptando?
Vas a ver.
Yo también lo creo.
Además, los compañeros son buena onda.
Así es.
Así y más. Un cachito de escudo. ¿Verdad?
Eso es algo haragán y despistado.
Pero es buena gente.
Ya nos llevamos así, Ruth.
Es broma.
Yo, de hombre nunca me hubiera imaginado
que íbamos a trabajar juntos.
Ya ves, la vida da muchas vueltas.
En verdad me gusta este trabajo.
Estoy muy contenta.
Y te vas a poner más
contenta porque hoy es día de pago.
Es verdad.
Ayer me contó la licenciada.
Y podés creer.
No me había dado cuenta
que ya llevo una semana aquí.
¡Qué rápido se pasaron estos días!
Sí que pasó. ¿Te pusiste triste?
No, solo extraño un poco la cooperativa.
¿A la cooperativa o a Rogelio?
No quiero hablar de él.
Ah, tranquila.
Yo solo decía.
Eh, Ramón.
Creo que te buscan, Ruth. ¿Por qué lo
decís?
Mira, para la recepción.
Parece que es tu mamá.
Sí, es verdad.
Ay, yo pensé
que iba a venir hasta la tarde.
Tal vez es algo urgente.
Bueno, te veo después.
Si necesitas algo, me avisas.
Gracias, Jefferson.
¿Conque aquí es donde trabajas
ahora, Ruth? Sí.
¿Es bonita la oficina, verdad?
Hay mejores. Y ya tenés lo del gasto.
Mamá, Le dije que hasta la tarde, que aquí
son más lentos que en la cooperativa.
Me vas a decir.
Siéntese un rato más.
Dame el cheque de una vez.
Yo tengo pagos que hacer.
Es que no lo tengo.
¡Ay, qué desgracia!
Con estos tus trabajitos.
Ahorita voy a ver qué puedo arreglar.
Apúrate, que no tengo tu tiempo, hombre.
Aquí tiene, mamá, que esto es un chiste.
Ruth. ¿Por qué dice eso?
Es que te equivocaste.
¿Por qué, mamá?
Sólo esta miseria Es lo de esta semana.
¿Qué te pasa? Con esto no compro, Pero.
Ni un par de zapatos.
Cálmese, mamá.
Este.
Tu sueldo no nos sirve para nada.
Mira dónde conseguir otro trabajo.
Pero ya, mamá, vas de mal en peor, Ruth.
¿Sabes qué?
Mejor me voy.
Me está dando un dolor de cabeza tremendo.
Ruth, ven a mi oficina.
Quiero platicar unas cosas contigo.
Claro, licenciada.
Pasa adelante.
Dígame, licenciada.
Mira qué pena con eso de que
tenemos varias cosas que ir resolviendo.
No había podido entregarte
el reglamento interno.
Léelo despacio y me lo traes
cuando lo hayas firmado.
Está bien, licenciada.
Se lo traigo en un momento.
¿Tienes alguna duda, Ruth?
Sólo sobre el pago electrónico.
¿Cómo funciona?
Después de tu periodo de prueba,
se te confirmará el puesto
y tu salario se depositará a tu cuenta
a través de pago electrónico.
¿Y cómo me entero
que ya tengo el dinero disponible?
Te llegará una notificación por correo
o al número de teléfono que registraste.
Ah, qué bien. Gracias, licenciada.
¿Y puedo hacerle otra pregunta?
Dime.
¿Cuándo sabré si me quedo con el puesto?
Bueno,
llevas poco tiempo,
pero estoy muy satisfecha con tu trabajo.
Si tú te estás adaptando al equipo,
será cuestión de un par de semanas.
Además, se hará un ajuste salarial
que incluye un aumento.
Toma mi mano.
Y justo cuando tenían el empate,
el masaje del
Carlos se tira dentro del área
dizque para que le marcaran penal.
¿Podés creer vos, Alex?
¿Y qué pasó? Marcaron penal.
Nel, compadre,
El árbitro no se la creyó y le sacó
amarilla por el clavado a la gran.
Entonces perdieron el partido.
Me vas a decir cabal
dice el panqueque que el profe Cruz
Ay, sí, se puso como la gran diabla.
Si yo fuera el entrenador
estaría igual de maleado.
Además, dijo que el chavo que no llegue
a los entrenos está suspendido.
Yo al menos mañana si llego.
Ve pues que te vaya bien.
Pues, Alex. ¿Por qué no vas conmigo?
Vos haces falta en el equipo, no vos.
A mí ya no me interesa el fútbol.
¿Pero por qué vos si sos buen jugador?
Porque esa Mara lo trata mal a uno y yo no
voy a dejar que nadie me mire para abajo
ni que me ande reclamando babosadas.
Bah, pues yo solo te conté.
No es para que te es conmigo.
No estoy maleado,
es solo que mucha pongan atención.
Miren, pues aquí no quiero gente
cobarde, Acá vivo, Los quiero.
Mejor regresen a llorar a las enaguas
de su nana basuras.
Y vos sánate.
Me fallaste en el asalto al bus.
Pero eso no fue culpa mía, Diablo.
Fue culpa del Alex y del Diego
que se llevaron a último minuto.
Ustedes dos están durmiendo en la casaca.
Lo del bus era una prueba y no la pasaron.
¿Qué les pasa?
¿Son idiotas o qué? Bobos.
Pero es que. Sin peros.
Pensé que estaban listos para trabajos
más fuertes.
Pero me equivoqué.
¿Se van otra vez de banderas
en ese asunto?
Miren, pues, maestros, ustedes
tienen que estar vivos ahí en la rotonda.
Pero no pueden quedarse como estatuas
sin hacer nada.
Como no se mueven de ahí, la policía
está sospechando de ustedes.
Mucha. Es que son bien pendejos.
Ustedes
nos dijeron que ese era nuestro puesto.
Sí, pero no hay que darse color
con la tira carnal.
Además, dejaron tirado un cuete.
Vos, Diego lo tenés que pagar.
Órale, diablo.
Hoy voy a ver como junto al pisto va.
Espéreme, un cacho afuera.
No se vayan a ir
los demás ya pueden zafar.
Bulto.
Ahí les encargo que se aviven.
Pues nada de mulas.
Oscuras.
Fíjate
que nos llegaron órdenes de la capital.
¿Y qué es?
Saben que mi carnal ya está en la jugada
y quieren que le hagamos la iniciación.
Ya nos hemos tardado con eso, mi diablo.
El Alex es pieza
y hay que darle su buena pateada.
¿Tú sabes de lo que hablo, verdad?
Simón Monk
Pero fíjate que cuando les dije que lo
había sacado del instituto
no les cuadró la onda.
Me dijeron que el Alex
debe seguir estudiando porque nos conviene
tenerlo ahí
para estar más abusados en el business.
¿Extraña en sí? Sí. Los jefes sí saben.
Le voy a decir al Alex que fue mi idea
para que él entre con ganas
que maldito mi diablo, así estará
bien agradecido.
Me llegas. Me extraña, compadre.
¡Diego!
¡Alex! Vengan, muchachos.
¿Qué onda?
¿Nos vas a seguir, madre?
De eso vamos a hablar más tarde.
Ahora quiero que me escuches.
Muy bien, Alex.
¿Qué pasó? Mira.
Pues, a pesar de tus metidas de pata,
me llega que estés haciéndome el paro.
Y por eso voy a dejar que sigas estudiando
en el instituto.
Pucha, qué buena onda.
No estés jodiendo, Gabriel.
Pues no le creas nada, Diego.
Es en serio, Alex.
Yo sé que sacaste buenas notas
el año pasado
y creo que debes seguir estudiando
al éxito.
El diablo te está hablando.
La neta no te está dando paja.
Pues qué buena onda.
Gracias, Gabriel.
Va, pero necesito que te pongas pilas.
Sí, hombre, vos
sabes que si me llegan mano y vos,
Diego, también pilas con las clases.
Me extraña, Diablo.
Solo que las clases ya empezaron. Alex.
A ver si te dejan entrar todavía.
Yo digo que si.
Mañana mismo caigo con el director
a ver qué casaca
le suelto para que me deje inscribirme.
Bueno, sí, igual
yo te puedo pasar mis cuadernos.
¿Te puso bien contento tu carnal?
Me conviene estar de buenas con el Alex.
Además, esta casaca del instituto
no sirve para vender ahí adentro.
Y para jalar más.
Mara, me llega mi diablo.
Pos di que no das manadas. ¡Patada!
Jajajajaja. Mi.
Toma mi mando.
Entérate más sobre. Toma mi mano.
El audio novela
y los recursos disponibles en Triple W.
Punto.
Toma mi mano punto F o síguenos en
Instagram y TikTok como toma mi mano VSA.
No te pierdas nuevos episodios
cada miércoles.
Escúchalas en Spotify, YouTube
y Apple Podcast.
Este proyecto fue desarrollado
por Population Media Center.