Toma Mi Mano USA

Episodio 45: ¡No me toque! 

Episode Summary

Don Cruz se convierte en el guía de Alex, dándole un consejo crucial para que no abandone su pasión por el fútbol. Jefferson pone en riesgo su empleo tras una noche de copas con su padre, enfrentando las consecuencias de su imprudencia. El tío Antoniose intenta aprovechar de Ruth cuando ella se está bañando.

Episode Transcription

Toma mi mano.

Y entonces vos.

Alex. ¿De verdad vas a dejar de estudiar?

No sé, Diego.

El Gabriel me regaña por todo.

Solo pleitos. Es.

Y tal vez al final tiene razón.

Estoy confundido. ¿Y por qué?

A lo mejor con tu hermano te va bien.

Hey, come, chucho.

No sabes de qué estás hablando.

Mejor apurémonos,

porque parece que va a empezar a llover.

Camina rápido.

Ya vas.

Ni que fueras de azúcar para deshacerte

de Alex.

Esa no es la madre del Krusty.

Tienen como ocho majestuosos.

Sigamos caminando. ¡Apúrate!

No se hagan las bestias.

Mucha agua se viene a buscar mano.

A mí no, Patojo mula.

Vine a buscar al hermano del diablo.

¿Que onda?

¿Qué quieres vos, Crosby?

A mí no me hagas mates, patojo.

Suco. Te puede decir ese.

Tranquilo. Vos no te asustes.

No te va a hacer nada. Por ahora.

¿Qué está pasando aquí?

Alex. ¡Diego! ¿Están bien?

Sí, estamos bien. Profe, no se preocupe.

No pasa nada. ¿Qué tal, Don Cruz?

Aquí estamos platicando

con el goleador del Renacimiento Juniors.

Ah, bueno.

Solo les digo que aquí

no queremos problemas.

Nadie está causando problemas, viejo.

Todo tranquilo. ¿Verdad? Al éxito.

Solo quiero que le digas a tu carnal.

Va al diablo que lo ando buscando.

Búscalo vos si se lo decís.

Sos igual de con que tu hermano va.

No es buena idea

llevarse la Rex, compadre.

Decile a aquel que hay clavos en San

Jacinto, Que se yo, una tarde de estas.

Vámonos, muchacho.

¿Están bien, muchachos?

Sí, Sí, profe. No fue nada.

 

No fue nada.

Será si hasta mudo

te quedaste de la güevón Diego.

Vos también estabas muerto de miedo.

No te hagas un poco.

Pero ya voy conociendo a esta Marita.

Y la verdad,

no son tan gruesos como dicen.

Pues a mí sí me

molesta que vengan a fastidiar al pueblo.

Nadie.

San Juan, Renacimiento

va a San Jacinto a hacer relajo.

Solo ellos saben en qué movidas andan.

Gracias profe,

por bajarse del carro y hacernos el paro.

Si no saber cuánto tiempo más

hubieran estado jodiendo.

Sí, profe Cruz, Buena onda.

Nosotros ya nos vamos

antes de que nos caiga el aguacero.

Alex espérate un rato.

Quiero platicar con vos.

Ya te cayó una buena regañada, Alex.

Yo mejor me voy. Te veo mañana. Vos.

Adiós, Don Cruz.

Adiós, patojo. Ándate con cuidado.

Dígame, profe. ¿Qué pasó?

Ando un poco preocupado por vos, Alex.

¿Ya viste en los líos

en los que te mete Gabriel?

Usted lo dice por lo del Krusty éste.

No se preocupe. Es más que eso.

Yo siento que debes estar en

un lugar seguro y no entre tanto peligro.

Pero ni modo, profe.

Así nos toca vivir.

Uno no escoge a la familia. Puede ser.

Pero mira. Pues.

Alex, hablé con Betty y está de acuerdo

en que te vengas a vivir con nosotros.

¿Está seguro, profe?

Yo siento que su esposa no me traga.

Tranquilo, mijo.

Lo que pasa es que ella todavía siente

mucho dolor por la muerte de Marvin.

Pero ya lo hablamos. Y ella aceptó.

Lo tendré en cuenta, Don Cruz.

Muchas gracias.

Lo único

es que no quiero meterlo en problemas.

De eso no te preocupes.

Solo acuérdate que en mi casa

hay un lugar para vos, Alex.

Y mira cómo está

eso que quieres dejar el equipo.

¿Y usted cómo lo sabe?

Ayer en la tarde

me encontré con Lucía y doña Esperanza

y la patoja me dijo que ya no

quieres jugar más al fútbol.

Mejor no le hubiera contado nada

a la Lucía.

Ella solo quiere lo mejor para vos.

Verte contento.

Igual que yo.

No estás solo en tus problemas, Alex.

Puedes confiar en mí y también

en tus amigos.

La verdad, profe, me siento muy solo.

Vivir en el chante con Gabriel

es bastante turbio.

Y por ahora,

tal vez lo mejor es hacerle caso.

La decisión es tuya, Alex.

Pero por favor, no dejes de jugar fútbol.

¿Nos vas a acompañar al Estadio Nacional?

¿Verdad?

Vos tenés mucho potencial patojo.

No sé, don Cruz.

Ahí le aviso y ya me voy.

Gracias por los ánimos.

Espérame.

Toma esto. 100 quetzales.

Es el pago por la semana de trabajo.

Guárdalos porque se van a mojar.

Gracias, profe. Ahí nos vemos.

Y usted, váyase también.

No se vaya a mojar.

A su edad, una pulmonía ya no se aguanta.

¡Patojo cabrón!

Ahí vas A ver.

Toma mi mano.

Hola, Andrea.

¿Cómo estás?

Te llamo por lo de mi pedido. Sí,

doña Mari.

Disculpe que no le he llevado sus cremas,

pero como le conté,

he estado enferma estos días.

Pero todo bien.

Pues unos dolores que me han dado.

Pero ya fui con doña Marta.

No se preocupe.

Espero que se mejore. Gracias, doña María.

Deme tiempito.

Tengo varias entregas pendientes

y en estos días pueda traer producto.

Está bien.

Gracias, Andrea.

Muchas gracias, doña María. Cuídese.

Y este Jefferson No se ha levantado.

Jefferson.

Ay, Dios.

Jefferson, despierta.

¿A qué?

¿Qué hora es?

Las diez de Person. Nombre.

Nombre. Hay que tener.

¡Ay, mi cabeza! Me duele.

Mmm. Por la goma de plano. ¡Ay!

Nunca había sentido un dolor así.

¿Y por qué le hiciste caso a tu papá?

Ay, mi amor. Discúlpame.

¿Te diste cuenta que no tuve de otra?

¿Cómo que no tuviste de otra?

Tú escuchaste bien lo que me dijo mi papá.

¿Qué cosa?

Que nos iba a echar de la casa. Sí, eso.

Yo me fui con él

para que no tuviéramos más problemas.

Jefferson,

no podemos seguir dependiendo de tu papá.

Pero él me dio esta casa

para que no anduviéramos alquilando.

Pues prefiero alquilar

que estar aguantando todo lo que él dice.

¿Cómo decís eso, Andrea?

No solo andamos en estas penas.

Imagínate alquilando Sería peor.

Pero mira cómo estamos, Jefferson.

Y andar tomando no arregla nada.

Yo sé, mi amor. Te prometo

que ya no lo vuelvo a hacer.

Así como me prometiste

que ibas a cuidar de nosotras.

Andrea, entiéndeme, por favor.

Yo sé que mi papá

siempre complica las cosas.

Pero yo solo quiero que ustedes

estén bien.

Hay Canche.

¿Sabes qué

es lo que esperaba que hicieras ayer?

¿Qué cosa? Enfrentaras a tu papá.

Él conoce como sos

y por eso siempre te pone a elegir.

¿No crees que nosotros

podemos salir adelante solos?

Desde hace rato.

Es que yo ya no quiero estar aquí.

Pero sigo esperando que tú

tomes el valor de decidirlo.

Mi amor.

Eso no me lo habías dicho.

Hay cosas que no es necesario decirlas.

Mi teléfono. ¿Dónde está?

No sé.

Aquí está.

Alacrán. Es de la oficina. ¿Qué?

Voy a decir. La. Verdad. No, hombre.

Sí, Ya es la tercera llamada.

Mira. Yo no sé qué más hacer.

Es que no

me imaginé que iba a terminar así.

¡Ay! ¿Por qué no me levantaste?

Ay, Jefferson.

Si la nena va de hablarte.

Estaba antes de que la escuela

dejara la escuela y tú roncando.

Estabas.

¿Ay, mi princesa no me ve así, verdad?

Sí que no la despertaste.

Si no la hubieras asustado.

Hola, Gran.

Ahora sí.

Contesta. Contéstale, Jefferson.

No vas a pasar todo el día así.

Contesta tú mejor.

¿Y qué le voy a decir?

No sé que me enfermé o algo así.

No sé qué voy a hacer.

Andrea.

Eso tuviste que haberlo pensado

antes de irte de parranda.

Ay, ay, ay, ay.

Hasta dolor de estómago me dio.

No vayas ensuciar aquí

otra vez, Jefferson.

Que no me digas que vomité.

Y adivina a quién le tocó limpiar.

Ay, mi amor. Discúlpame. De verdad.

Ya no lo vuelvo a hacer.

Ya no me digas nada.

Mejor anda al baño de una vez.

Ay, creo que sí.

Voy a ir.

Está tocando.

Andrea.

Ya escuché.

Voy a ver quién es.

Doña Concha. Buenos días.

Buenos días. Mi hija.

¿Cómo seguiste?

Un poco mejor, doña Concha, pero pase.

Gracias, Andrea. ¿Y Jefferson?

¿No fue a trabajar?

Mmm, no. Ahí está de goma.

Anda.

Me imagino.

¿Y qué va a hacer?

Tiene que llamar a su trabajo de ahí.

Lo han estado llamando

y no quiere contestar.

Ay, pobrecito. De plano no sabe qué decir.

Nada de pobrecito. Él se lo buscó.

Ahora que vea cómo lo arregla.

Sólo espero que no lo despidan.

Ay, no, mija, ni pensarlo. Es bueno.

Menos ahora que le toca pagar

lo que se tomaron en la cantina.

¿Qué? Ay, se me fue.

¿Cómo así, doña Concha?

Es que voy temprano.

Llegó a buscarme don Tito,

el dueño de la cantina.

Me dijo que quedaron debiendo

y que Jefferson dijo que iba a ir a pagar.

No puede ser.

¿Qué vamos a hacer, doña Concha?

Tranquila, mija. Paciencia.

No, ahorita

voy a hablar con Jefferson. Ay.

¡Andrea, cuidado! ¡Ay, doña Concha!

Me agarró el dolor otra vez.

Andrea, estoy sangrando.

No puede ser, Doña Concha. ¡Ay! ¡Ay!

¡Mi hija!

Jefferson. Jefferson. ¡Mamá! ¿Qué pasó?

Andrea está sangrando, mijo.

¿Qué? Andrea, mi amor. ¿Qué tenés?

No sé.

Jefferson, ayúdame.

Voy a llamar a los bomberos.

Apúrate, Mi hijo.

Tranquila, Andrea, Tranquila.

Perdí al bebé. Doña Concha

Jefferson.

Toma mi mano.

Papá.

¿Qué pasó, Rogelio?

¿Por qué hay tanta cola?

Es un accidente. Ahí adelante.

Es entre un carro y un pickup.

Pero ya están moviendo los carros.

Y hay personas heridas.

Parece que.

No. ¿Y será que nos vamos a tardar mucho?

Fíjate que un policía me dijo que en

unos diez minutos vamos a poder avanzar.

Que bueno, ya casi llegábamos,

pero esta cola nos atrasó.

¿Te comunicaste con Silvia o con tu mamá?

Les marqué, pero no contestan.

Tranquila, solo liberen el paso.

Y si mucho nos hacemos en media hora

para llegar a San Juan.

Ay, mira, ya están avanzando los carros.

¡Qué bueno!

Fue más rápido de lo que dijeron.

Qué pena contigo.

Nuestro primer viaje de trabajo.

Y yo con mis prisas.

No te preocupes.

Yo sé que tú

eres como una mamá para Silvia.

La quiero mucho y trato de cuidarla.

Y si así eres con tu hermana,

cuando tengas tus hijos, serás

una excelente mamá.

Ay, Rogelio,

eso no es algo que esté en mis planes.

No por ahora.

¿Pero has pensado en formar una familia?

Sí, pero todavía no.

Tú sabes

que hay otras cosas que quiero hacer.

¿Por qué te sonríes?

Se me olvida por momentos

que apenas tienes 20.

Y eso te da risa. No, es que.

Es que tienes muy claro

lo que quieres hacer. ¿No es así?

Tengo muchas dudas.

Lo único que tengo claro en este momento

es que debo cuidar de mi hermana

y eso es más importante que todo lo demás.

¿Qué pasa?

Es un mensaje de mi mamá.

¿Todo bien?

Me pregunta que por dónde voy.

Dile que ya estamos cerca.

El tráfico se despejó.

Vamos a llegar a tu casa

más rápido de lo que esperaba.

Pero no tenemos que pasar primero

a la oficina a dejar el equipo.

Yo me encargo de eso.

Te dejo en tu casa

y luego me voy para la cooperativa.

Yo le explico a tu jefe

que tuviste una emergencia familiar. Mmm.

No sé si se va a enojar.

No creo.

Me imagino que ha de ser buena onda.

Loco.

Así me tienes.

Ah, no,

Yo no tengo nada que ver con tus locuras.

Mejor le respondo a mi mamá

antes de que se enoje.

Ya voy cerca de la casa.

Espérenme.

Y así me quedo con Silvia.

Ya vamos a llegar.

Tranquila.

Ojalá que no haya mucho tráfico

en la entrada del pueblo.

Acuérdate

cómo se pone después del mediodía.

Creo que voy a usar el extravío

que hay por la aldea Entre Ríos.

Así llegamos más rápido.

Me parece bien.

Bueno, señorita.

La dejo en la puerta de su casa.

Gracias, Rogelio. Nos vemos.

Ruth. Sí.

No sé qué pasa, pero.

¿Recuerdas el paseo en lancha?

Tenías miedo por el viento del Chocó,

pero lo venciste e hiciste el.

Viaje porque tú estabas conmigo.

Y voy a estar siempre.

¿Me lo juras? Sí. Siempre. Ruth.

Silvia.

¡Mamá!

Silvia.

¿Dónde están?

Una nota.

Ruth.

Silvia no quiso quedarse en la casa, así

que me la llevé.

Pero regresamos más tarde.

Tu mamá.

Bueno, si no, que regresan.

Aprovecho.

Doña.

Silvia.

Ya vinieron,

mamá. Ya vine.

Aquí estoy en el baño.

Ahorita salgo.

Silvia,

ya que estás

aquí adentro, pásame la toalla.

Gracias, nena.

Silvia, fíjate que no soy Silvia.

Soy yo, mi Sweety.

Es usted.

¿Qué hace aquí?

Pues también me voy a bañar.

Entonces déjeme salir.

¿Y el baño? Es todo suyo.

¿Me vas a dejar aquí solito? Déjeme salir.

Deme permiso.

¿Y si mejor nos bañamos juntos?

¿Qué le pasa? ¡No me toques!

No te pongas así.

Además, no sería la primera vez.

Aléjese de mi. Cama.

Estoy seguro que.

También lo deseas tú.

Por favor, déjeme en paz.

No me digas eso.

Después de tantos años

y al fin estamos solos.

Mi mamá ya va a venir.

Pero si apenas se acaba de ir. No le creo.

¿Aún tienes esa piel tan suave?

No me toques.

Ya está bien.

Creo que es hora de quitarte la toalla.

¿O quieres que te ayude?

No, por favor.

Otra vez no.

Toma mi mano.

Entérate más sobre. Toma mi mano.

El audio novela

y los recursos disponibles en Triple W.

Punto.

Toma mi mano, Punto F o síguenos en

Instagram y TikTok como toma mi mano VSA.

No te pierdas nuevos episodios

cada miércoles.

Escúchalas en Spotify, YouTube

y Apple Podcast.

Este proyecto fue desarrollado

por Population Media Center.